martes, 20 de septiembre de 2022

¿ESTÁN BUSCANDO DELIBERADAMENTE LA TERCERA GUERRA MUNDIAL?

La llamada civilización está siendo destruida a un ritmo vertiginoso. La cadena de suministros, la energía, los carburantes, la producción de alimentos, los fertilizantes y todo aquello que tiene que ver con nuestro modo de vida se está desmoronando. Del mismo modo, todos nuestros derechos fundamentales prácticamente han quedado abolidos: ya no hay -si es que hubo alguna vez- elecciones honestas ni libertad de expresión ni sanidad decente ni justicia ni nada en que confiar: todo es un asqueroso chanchullo y un puto negocio.

Los gobiernos, cárteles criminales al servicio del poder global del dinero, ya ni siquiera disimulan. Los engaños manifiestos (puestos de relieve como nunca durante la falsa pandemia) y la corrupción sistémica han alcanzado un punto de inflexión donde, por nuestro bien, no podemos  seguir mirando hacia otro lado.

Responsabilizar de todos nuestros males a Putin, a la “pandemia” o al “cambio climático” es lo mismo que decir que la culpa es del chachachá.

Nuestro grado de estupidez es tan grande que nos tratan como tales. Con un descaro que roza el insulto, y sin el menor pudor, el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, dice chorradas como estas: “El chantaje energético de Vladimir Putin a Europa podría provocar disturbios civiles este invierno, pero los europeos harán sacrificios para apoyar la guerra en Ucrania. El invierno será difícil. Familias y empresas sentirán los efectos del aumento de los precios de la energía y del coste de la vida, pero valdrá la pena pagar el precio de apoyar a Ucrania.

¡Señor Stoltenberg! A los europeos no se nos ha preguntado si queremos apoyar militarmente a Ucrania. Ha sido una decisión unilateral de la OTAN que, por imperativo legal, han tenido que aceptar nuestros gobiernos títeres. Y no, no vale la pena pagar ese precio por mantener su guerra; porque es su guerra, no la nuestra.

No seamos ingenuos. El mayor peligro para terminar con la hegemonía de EEUU en el mundo es la unión de la capacidad industrial y tecnológica de Alemania con el poder energético y minero de Rusia. Por lo tanto, la política exterior de EEUU está dirigida a que esa unión nunca fructifique.

Ahora veamos unas declaraciones del miembro del Consejo ruso y expresidente, Dmitry Medvedev: “La camarilla de Kiev dio origen al proyecto de "garantías de seguridad", que en realidad es un prólogo de la Tercera Guerra Mundial. Si estos idiotas continúan alimentando al régimen de Kiev, con los tipos de armas más peligrosas sin moderación, tarde o temprano la campaña militar pasará a otro nivel. Las fronteras visibles y la previsibilidad potencial de las acciones de las partes del conflicto desaparecerán. Seguirá su propio escenario militar, involucrando nuevos participantes. Y entonces los países occidentales no podrán sentarse en sus casas y pisos limpios, riéndose de cómo están debilitando a Rusia por mediación de terceros. Todo se incendiará a su alrededor. Su pueblo sufrirá  el dolor por completo. Literalmente, tendrán la tierra ardiendo y el hormigón derritiéndose (¿se está refiriendo a una amenaza nuclear?)”.

¡Señor Medvedev! Le digo lo mismo que al señor Stoltenberg. A los europeos no se nos ha consultado sobre el envío de armas a Ucrania. Esa decisión la tomó la camarilla que dirige la UE (que, no olvidemos, no ha sido elegida por el pueblo) por mandato expreso de la OTAN.

Los “señores de la guerra” de ambos bandos están jugando con fuego y lo saben. ¿Pero qué se puede esperar de ellos si son pirómanos compulsivos profesionales?

¡Señores de la guerra! Dejen de tomarnos por idiotas. Ustedes han metido a Europa en una recesión deliberadamente. Pero me temo que lo que hemos visto hasta ahora es sólo el principio. Lamentablemente, las cosas se agravarán aún más este invierno. Si el Ministro de Economía alemán, Robert Habeck, ha admitido públicamente que algunas partes de la economía alemana dejarán de producir por el momento, y partiendo de la base de que Alemania es el motor de Europa, pues apaga y vámonos.

De hecho, nuestros gobiernos ya nos están preparando para lo que veremos este próximo invierno: hambre, frío, cortes de electricidad y gas, escasez de alimentos y una ruina económica sin precedentes. Nos han acostumbrado a vivir constantemente con miedo, de tal modo que, ante un caos de tal envergadura, tragaremos nuevamente con todo tipo de restricciones y también con una Tercera Guerra Mundial si es preciso.

Cada día se hace más evidente que lo que estamos viviendo no es más que la hoja de ruta de una agenda establecida (la Agenda 2030) para dar paso al famoso Gran Reinicio del Foro Económico Mundial.

Pero, ¿sabías que ese nuevo mundo no cuenta con la mayoría de nosotros?

Yuval Noah Harari (asesor del fundador de FEM, Klaus Schwab), en unas declaraciones recientes, dijo: “La sociedad que estamos preparando ya no tendrá nada que ver con la actual. Deberemos adaptarnos y no siempre será fácil”. Y enfatizo: “En este siglo XXI, estamos asistiendo al surgimiento de una nueva clase masiva de personas inútiles, sin ningún valor económico, que ya no serán de ninguna utilidad. También advirtió y amenazó: “si la humanidad se niega a entregar su soberanía a la élite se enfrentará un verdadero exterminio”.

¿Te ha quedado claro? Pues eso: que ya no somos útiles y han decidido deshacerse de nosotros. ¿O es que no lo ves? Evidentemente, se puede decir más alto pero no más claro.

Los dueños del mundo han apostado fuerte por el Gran Reinicio, donde se contempla una reducción drástica de la población mundial. Y claro está, para reiniciar algo primero hay que pararlo. Y en eso estamos. Naturalmente, si de lo que se trata es de despoblar el planeta antes del año 2030 no hay nada mejor que una Tercera Guerra Mundial, ¿no crees?

Para terminar, unas sabias palabras:Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada”. Ayn Rand (1950). 

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