martes, 24 de abril de 2012

EL DÉFICIT


Estoy más que harto de ver todos los días cómo los políticos, banqueros y corporaciones señalan claramente a los trabajadores como los verdaderos culpables y responsables de la crisis, cuando han sido ellos los auténticos causantes de este desastre.
Cuando oigo las palabras de Soraya Sáenz de Santamaría diciendo que tenemos que reducir el déficit sí o sí, que hemos originado todos los españoles, se me revuelven las tripas. Lo habrás originado tú y toda la gentuza de la élite política y financiera de este país.
Yo creo que a lo que se refiere esta señora es a que lo vamos a pagar las clases trabajadoras. Eso sí. Claro está, si nos dejamos, que nos dejaremos.
Tengo 60 años. Actualmente estoy en paro. Fui despedido en un ERE de mi empresa hace un año, en la que llevaba trabajando 28 años, aunque tengo cotizados 36. Pues bien. Si no hubiese habido esta crisis, yo seguiría trabajando, me jubilaría con 65 años y cobraría el 100 % de mi pensión que, en mi caso, sería la máxima.
¿Qué me va a ocurrir ahora? Pues que, para empezar, dentro de un año dejaré de cobrar la prestación por desempleo y tendré que mantenerme del aire hasta que me jubile, ya que con mi edad ninguna empresa querrá contratarme. Con la nueva ley me jubilaré 5 meses más tarde y, además, ya no cobraré la máxima pensión, ya que me calcularán la base reguladora con lo cotizado en los últimos 20 años y no con los últimos 15, como se venía haciendo hasta ahora. Y, para colmo, he sido víctima, como tantas y tantas personas, de un engaño, por parte de mi banco, que me ha dejado inmovilizados los ahorros de toda mi vida hasta quién sabe cuándo.
Esta situación es así hoy, pero dudo de que, tal y como se están poniendo las cosas, aplicando políticas neoliberales, vaya a seguir siendo así de aquí en adelante, pues sinceramente creo que irá a peor.
Mi pregunta es: ¿me merezco yo esto después de toda una vida trabajando y pagando religiosamente mis impuestos?
Yo siempre he hecho lo que se ha esperado de mí. Estudié, trabajé, serví a mi patria haciendo el servicio militar (en el Sáhara, para más “inri”), me casé, tuve un hijo, lo eduqué, compré una casa y la pagué (como todos los demás bienes que poseo) ¡ah! y no debo ni un solo euro a nadie.
Entonces, ¿de qué coño de déficit me hablan?

jueves, 12 de abril de 2012

INVERTIR EN I+D+I

Bien es sabido por todos que España no es conocida precisamente por ser la cuna de la investigación, de ahí el dicho, “que inventen ellos”.
De los pocos centros de investigación que tenemos en España, el Centro Príncipe Felipe en Valencia ha despedido a 108 trabajadores, de los 258 empleados con los que contaba. De ellos, 79 son científicos y, los que se quedan, van a sufrir una reducción sustancial en su salario, o lo que es lo mismo, una merma en la motivación para hacer bien su trabajo. También se han cerrado 14 líneas de investigación, de las cuales, algunas eran sobre el cáncer, párkinson o alzhéimer.
Pues bien. No se puede ser más cazurro y descerebrado. Esto nos pasa por dejar que las decisiones sobre nuestras vidas las tomen otros.
Parece que nuestra “mal llamada clase dirigente” no se ha enterado de que vivimos en el siglo XXI y que, aunque ellos no sean capaces de verlo, el mundo está cambiando a pasos agigantados.
Los principios, valores, modelo de sociedad, etc., que hemos venido manteniendo hasta ahora ya no son válidos para afrontar el futuro. Estamos inmersos en la revolución de la tecnología y el que no quiera verlo, peor para él, se quedará aislado.
Hace simplemente 50 años la gente que no sabía leer ni escribir tenía un hueco en la sociedad. Actualmente si quieres tener un sitio en esta sociedad debes saber, no sólo leer y escribir, sino tener conocimientos de varias materias y cuantos más amplios mejor.
Un país que no educa con suficiente calidad a sus ciudadanos, que no invierte en investigación y que deja que se escape la poca masa gris preparada que tiene hacia el exterior, está abocado a la miseria.
Estamos en los comienzos de una nueva era en la que el mundo se está dividiendo en dos. En los que saben y los que no saben.

miércoles, 11 de abril de 2012

LA MALA EDUCACIÓN

La educación de nuestros retoños deja mucho que desear y lo grave del tema es que somos nosotros, sus padres, los que estamos contribuyendo a ello.

Desde que comenzaron a aplicarse hace 30 años las nuevas políticas neoliberales en Europa, nuestro sistema educativo ha ido deteriorándose, de manera alarmante, con nuevos y cada vez más precarios planes de educación que, entre otras cosas, han empobrecido (y mucho) el grado de conocimientos de nuestros hijos.

La élite dominante está ejerciendo un férreo control sobre la educación (de ahí el afán de querer privatizarla o precarizarla) con el propósito de destruirla. Una de las razones de la existencia de la UE, y la futura Unión Americana y Asiática, es el control de la educación para «aborregar» a la gente. Aunque nos resulte increíble, estos esfuerzos ya están dando «buenos frutos». La juventud de hoy ignora por completo la historia, las libertades individuales y el significado del mismo concepto de libertad. Hoy en día en España es normal encontrar a universitarios prácticamente analfabetos en cultura general. Y esto se debe, entre otras razones, a que a los globalizadores les es mucho más fácil luchar contra unos oponentes ignorantes y sin principios, que a gente preparada y con conocimientos.

Y si a esto le unimos a que en España se da la circunstancia de que los padres de los jóvenes de ahora son hijos de la posguerra o principios de la democracia (cuando este país aun estaba en vías de desarrollo) lo que ha ocurrido es, que toda aquella represión y penuria que ellos padecieron, han querido que no la sufrieran sus hijos, con lo cual, se ha venido confundiendo sistemáticamente el derecho a la libertad de nuestros hijos con el libertinaje, dado que un poco de disciplina, en su justa medida, no significa obligatoriamente la represión que sufrieron sus padres.

De cada 100 jóvenes españoles, en edades comprendidas entre los 15 y 30 años, el 20 % son con toda seguridad los mejor preparados de la historia de este país. Después hay un 50-60 % de jóvenes mal criados y consentidos que no tiene interés por nada, excepto por el dinero y las comodidades que les dispensan sus padres. Y, por último, otro 20-30 % que directamente no han sido educados, que campan a sus anchas y suelen ser muy violentos, llegando a agredir, en algunos casos, incluso a sus progenitores.

Dicho esto, está claro que algo hemos hecho rematadamente mal cuando hemos consentido que, la mayoría de nuestros hijos, en la época en la que hay más avances tecnológicos y mejores medios en la historia de la humanidad, vayan a ser vilmente explotados por falta de educación.

domingo, 1 de abril de 2012

NOS ESTAMOS EMPOBRECIENDO, APROVECHÉMOSLO PARA CAMBIAR.

La pobreza en España se está disparando debido, fundamentalmente, a las políticas neoliberales aplicadas por los gobiernos socialista (en menor medida) y popular (rayando el fanatismo en su máxima aplicación) impuestas por la UE.

La tan “mal llamada” crisis, nada tiene que ver con la deuda pública en España, como se nos quiere hacer creer, ya que es una de las más bajas de la zona euro, con lo que los recortes en gastos social no están, para nada, justificados.

De haber una crisis, que no la hay, la ha provocado la deuda privada y, como tal, es el sector privado quien debería pagarla, no el público, ya que si el sector público se ha endeudado ha sido por salir al rescate del sector privado.

El sistema actual en el que vivimos no puede ser tan imperfecto para permitir estos colapsos o crisis periódicas, eso no me lo creo, más bien todo lo contrario. Están perfectamente orquestados y dirigidos a países concretos y, lo que es seguro, persiguen algún fin que, la mayoría de los mortales, no somos capaces de detectar.

Se habla mucho de que vivimos en democracia y libertad pero, para la gente que tenemos una cierta edad y podemos echar la vista atrás, no lo tenemos tan claro, y me explico:

Hace 40 años estábamos menos controlados que ahora. Viajábamos en nuestros coches sin límite de velocidad ni cinturón de seguridad y no nos multaban por ello. No teníamos que pasar controles de seguridad en aeropuertos, entradas a bancos, a organismos públicos, etc. No te controlaban fuera de tu horario de trabajo o en vacaciones, ahora sí, hay sistemas que lo permiten. Trabajábamos sin estrés y era prioridad el trabajo bien hecho, cosa que ahora no ocurre, sólo prima la facturación. Y así podría seguir contando un sin fin de cosas.

Actualmente, si quieren, pueden saber dónde estás y qué has hecho durante las 24 horas del día, lo que conlleva a saber, en gran medida, tu manera de pensar y así poderte manipular. Para empezar hay cámaras situadas en todos los sitios (calles, gasolineras, supermercados, cines, bares, restaurantes, etc.) sin olvidarnos de nuestro mayor espía, “el móvil” que, por si no lo sabes, puede detectar tu ubicación mediante GPS y, lo que es más grave, pueden escucharte aunque el teléfono esté apagado y no esté conectado en línea en una conversación telefónica.

Pues bien. Dicho esto, si no espabilamos (que no espabilaremos) la que se nos avecina es una esclavitud muy superior a la que hemos sufrido en cualquier otra época de la historia.

Está claro que le élite minoritaria que domina el mundo no quiere que nos acerquemos a ella y ha dispuesto un plan para mantener las distancias (más bien aumentarlas) que ha venido disfrutando hasta ahora. Y, ¿cómo lo va hacer? Pues teniendo en sus manos el poder económico y político del planeta.

El control económico del mundo prácticamente ya lo tienen y lo que están urdiendo ahora es un plan para unificarnos a todos en un solo país, nación, “nuevo orden mundial”, o como lo quieran llamar. Así, lo que nos espera es un gobierno único para todo el planeta, una sola moneda, un solo idioma, una sola religión, un solo de todo..., etc. para una gran masa de gente trabajadora aborregada que asumirá de buen grado que ese es su papel en esta película de la vida.

Y, ¿cómo podemos defendernos? Pues no es fácil, ya que el enemigo es muy poderoso.

Analicemos como está actualmente la situación:

La élite dominante sólo representa, a lo sumo, el 1 % de la población mundial.

Le sigue después un máximo de un 14 % de la población mundial que recoge las migajas que le deja el 1 % de la élite (que no son pocas) defendiendo a capa y espada su estatus privilegiado.

Y por último está el 85 % de la población mundial compuesta básicamente de gente trabajadora, gente analfabeta y gente literalmente muerta de hambre.

Pues bien, ese 85 % somos mayoría, aunque no podemos ganar una guerra cuando nuestras armas son tirachinas y las del enemigo aviones Fanton, carros de combate, portaviones, etc. Pero, lo que sí podemos hacer es una guerra de guerrillas utilizando las propias armas del enemigo, y de eso se trata.

Basta ya de revoluciones violentas. Hagamos una revolución de las mentes, cambiando las ideas actuales de la gente por otras nuevas (esto, aunque en pequeña medida, creo que ya se está produciendo). Tenemos que hacerlo nosotros con los medios de que disponemos. Si es preciso empecemos por hacer, de alguna manera, un sistema paralelo al actual. Es posible, aunque quieran hacernos creer lo contrario.

El dinero no es necesario para vivir, es el cáncer de esta sociedad, así que deberíamos prescindir del sistema monetario actual y reemplazarlo por otro basado en los recursos y la tecnología (ya sé que no es fácil, pero actualmente hay iniciativas en este sentido).

Vivimos en un momento en el que existen los mejores y mayores medios de comunicación de la historia de la humanidad, pero están controlados y manipulados por la élite dominante, por lo que son un engaño.

Sí, nos engañan. Todo, o casi todo, lo que nos dicen es mentira.

Cuando yo era un niño se decía que el cáncer se curaría en 30-40 años. Han pasado 50 años y seguimos casi igual. ¿No será que a la industria farmacéutica no le interesa su curación para seguir con sus carísimos tratamientos?

Lo mismo ocurre con la energía. ¿Por qué tenemos que seguir dependiendo del petróleo? Pues porque hay una industria detrás de él a la que no le interesa otro tipo de energía que no pueda controlar y lucrarse con ella. Hay pruebas fehacientes de que se ha conseguido la energía libre (energía limpia, ilimitada y gratuita) pero mientras esta gente tenga el control, jamás saldrá a la luz.

Y qué decir del hambre en el mundo. ¿Cómo es posible que haya gente muriendo de hambre, cuando se tiran toneladas de alimentos o se dejan pudrir cosechas enteras simplemente por intereses económicos?

Lo que está ocurriendo en España, Grecia y Portugal (no olvidemos que estos tres países vienen de tener dictaduras recientes) no es más que la imposición “aceptada por la masa aborregada” de unas medidas que acabarán con el estado del bienestar y convertirán a estos países en lo que siempre quiso la ultraderecha. Un estado para una minoría bien acomodada, servida fielmente por una gran masa trabajadora mal pagada, esclavizada y mal formada.

Estamos atravesando por un momento en el mundo en el que sólo hay dos salidas: un paso hacia delante o 10 pasos hacia atrás. De nosotros depende, así que aprovechémoslo.