Desde que estamos
en democracia parece que a todo el mundo le preocupa mucho la educación, por
eso cada vez que cambia el gobierno se hace una nueva reforma educativa.
En las últimas
décadas se decía que necesitamos más profesores, más libros, más ordenadores,
mejores evaluaciones. Desde luego que sí, pero todo esto ya se ha hecho y sigue
habiendo un porcentaje muy elevado de fracaso escolar y los que han seguido
estudiando tienen un nivel de conocimientos que deja mucho que desear, salvo
algunas excepciones. Conclusión; pues bajemos el nivel, y eso es lo que se hace
con cada reforma educativa, así los alumnos van pasando los cursos sin
prácticamente dificultad y muy pronto lo único que te pedirán para pasar de
curso será que colorees un puto cuaderno, y todos tan contentos. Y luego, claro
está, el coeficiente intelectual del país cae y lo que nos encontramos son unos
jóvenes (no olvidemos que serán el futuro del país) que su máxima aspiración es
ser concursante de Gran Hermano.
Cuando nos
preguntamos por qué en otros países no ocurren las cosas que ocurren aquí, la
respuesta es muy sencilla, tienen otro concepto y nivel de educación.
Los políticos
siempre hablan de lo importante que es la educación, entonces, ¿por qué no lo
arreglan? Hay una razón para esto y es una razón sencilla por la cual la
educación es una mierda y, además, es la misma razón por la que jamás se
arreglará. La razón es que los dueños de este país no lo quieren así. Estoy
ahora hablando de los verdaderos dueños, los grandes y ricos dueños que
controlan las cosas y toman las decisiones importantes. Olvidémonos de los
políticos. Ellos están puestos ahí para que creamos que somos libres de decidir
nuestro futuro, y no es verdad, no tenemos elección. Tenemos dueños, son nuestros
dueños, son dueños de todo; del congreso, del senado, de los jueces, de las
corporaciones, de los bancos, de los grandes medios de comunicación (así pueden
controlar toda la información que recibes) y, por supuesto, son dueños de la
educación. Nuestros dueños utilizan la política, el dinero y la educación para
someternos y controlarnos.
Últimamente se oye
mucho “la política es necesaria, qué
sería de nosotros sin la política” y no es verdad. Este mensaje, repetido
hasta la saciedad, ha calado tan hondo en la población que, ante la evidencia
de una clase política inepta y corrupta, siempre la gente lo justificará diciendo
que es una minoría, y tampoco es verdad, es una mayoría. Si no cobraran un
suculento sueldo y no disfrutaran de
privilegios, que no disfrutamos el resto de ciudadanos, seguro que no se presentaría casi nadie para ocupar
esos puestos de responsabilidad o, sino, ahí tenemos el ejemplo de las
comunidades de vecinos que, en la mayoría de ellas, hay que elegir a la junta
directiva por sorteo, ya que nadie quiere presentarse al cargo voluntariamente,
salvo algunas excepciones.
Estarás o no de
acuerdo conmigo, pero si sigues viendo las noticias de la televisión, oyendo
los informativos de la radio o leyendo la prensa, estás abocado a ser
adoctrinado ¿o no?. Lo mismo ocurre con la educación. Si llevas a tus hijos, al
poco tiempo de nacer, al colegio (pues no te queda otro remedio) estás
colaborando a crear seres como tú y como yo, máquinas para trabajar que jamás
se van a cuestionar nada porque, con el actual sistema educativo, no tendrán
capacidad de desarrollar un pensamiento crítico. Luego, de mayores, bien sean
abogados, médico, ingenieros o fontaneros, harán todo eso para lo que han sido
programados y, además, estarán convencidos de ello y condenarán al ostracismo a
todo aquel que cuestione su “modus vivendi”