Según estudios realizados a finales del siglo
XX, en este siglo XXI, el 20% de la población activa bastará para mantener en
marcha la economía mundial. No se necesitará más fuerza de trabajo (y eso que
no se quiere incorporar toda la mecanización y tecnología de la que disponemos)
Ese 20% será únicamente quien participará, por
tanto, activamente en la vida, el beneficio y el consumo, no importa en qué
país. A este 20% se le puede añadir un 1 ó 2% más, por ejemplo, contando a los
herederos acomodados que dispongan de fortunas suficientes para vivir sin dar
un palo al agua. Esto quiere decir que, como mínimo, el 78% de la población
no va a tener manera de ganarse la vida, con lo cual, la población mundial
quedará reducida a 1.500 millones de personas, que es la cifra que estiman los
promotores del nuevo orden mundial.
En 2010 había en el mundo 300 millones de
parados y más de 1.500 millones de personas con un empleo precario o temporal (empleos,
por otra parte, no necesarios, ya que no aportan nada a la sociedad y
únicamente se mantienen para la subsistencia de esa población)
Con estos datos está claro que el mundo está
entrando en una zona altamente explosiva.
¿Entiendes ahora el por qué de “la crisis”?
Están empobreciendo a la población utilizando
para ello la economía:
"Los procesos de los mercados financieros se desarrollan a una
velocidad y en unas magnitudes que los sitúan totalmente al margen de los
gobiernos e instituciones internacionales" (J. Mayor abril/95). "No
se debe permitir a los mercados socavar la política financiera de todo un
país" (L. Dini). A Chirac todo el gremio financiero le parecía repugnante,
una vez llamó a esa casta de negociantes, "sida de la economía
mundial".
Está claro que cada día que pasa se da una
nueva vuelta de tuerca con más ajustes y recortes -no sólo aquí en España, sino
en todo el mundo- para empobrecer más y más a la población más desfavorecida y
así deshacerse de ella.
Un ejemplo de esto, que se está aplicando aquí
y ahora en España, al igual que en el resto del mundo, delante de nuestras
narices, sin que parezca que nadie sea capaz de darse cuenta, es la
planificación que se está llevando a cabo para deshacerse de las personas
mayores que disponen de menos rentas.
La gente mayor ha trabajado y cotizado toda su
vida, e incluso ahorrado algún dinero, para llevar una vida holgada a la hora
de su jubilación. Pues bien. Les han recortado sus pensiones -y todavía lo
harán más- se les está privando de su derecho a una sanidad pública y de
calidad y, para colmo, están acabando con sus ahorros, ya que a los que todavía
no les han robado su dinero –vía preferentes, etc.- lo que están haciendo ahora
es poner un interés ridículo a sus depósitos, de tal manera que, con la inflación,
en cinco o diez años el poder adquisitivo de sus ahorros se habrá quedado
raquítico. Ante esta situación, están impulsando que el ahorro de las familias
se traslade a las bolsas y cuando ellos lo consideren oportuno provocarán un Crack
y adiós dinero. ¿Y cuál va a ser la consecuencia de esto? Pues que acortarán
sus vidas entorno a 8-10 años.
Esto el público en general no lo cree, sobre
todo aquellos que acaban de jubilarse con una buena pensión y dispone de algunos
ahorros. Les parece que a ellos no les va a afectar. Pues ya veremos.
Tienen tal control sobre
nosotros que va a ser muy, pero que muy difícil, al menos a corto y medio
plazo, poder detener esta drástica reducción de la población mundial, aunque al
ritmo que van las cosas en 20-40 años ya lo habrán conseguido.