martes, 4 de febrero de 2014

NUESTRA ECONOMÍA ACTUAL COLAPSARÁ

Que nuestro sistema económico-monetario colapsará, eso es seguro. La pregunta es ¿cuándo?
En el actual sistema capitalista, hoy por hoy, la tendencia de las empresas para ser más competitivas y seguir generando beneficios es la de disminuir los costes de producción. Para ello utilizan cada vez más los avances tecnológicos y como consecuencia de esto cada día más trabajadores pasan a engrosar las listas del paro, dado que cada puesto de trabajo que ha sido sustituido por una máquina jamás será recuperado. 
Este aumento del paro que estamos viviendo no va a descender, bueno, salvo si lo sustituimos por trabajo temporal y precario, como se ha hecho ya en otros países y estamos empezando a hacer nosotros ahora. Pero esto es una solución temporal a corto plazo, un parche y nada más.
La historia de la  económica nos demuestra que según se han ido generando avances en los métodos de producción se ha provocado una migración del trabajo por sectores. Así del sector agrícola se pasó al sector industrial y de este al sector servicios. Pero del sector servicios ya no se puede migrar a ningún otro sitio, sencillamente porque no existe ningún otro sector al que migrar.
Los gobernantes del mundo están seriamente preocupados por el desempleo que últimamente se está produciendo. Esto, aparte de generar pobreza entre la población, engendra desprecio hacia la clase política y conlleva el peligro eminente de que se produzca una revolución. Por lo tanto, ante este riesgo, lo que hace la clase política es apaciguar a los ciudadanos creando “burbujas” cíclicas, en algún sector determinado (ciclos, por otra parte, cada vez más cortos) para después aplicar duras restricciones y volver a estadios anteriores.
Lo que se hace ante una recesión –como la que estamos viviendo actualmente- es inyectar liquidez al sistema mediante la emisión de más dinero y bajar los tipos de interés. Eso, como podrás imaginar, es pan para hoy y hambre para mañana, puesto que ese dinero queda ahí –inyectado en el sistema- pero no se toman medidas para que la economía real (producción de bienes y servicios) experimente un aumento igual al dinero inyectado, sin olvidar que, para producir más, hay que seguir tirando de los recursos limitados del planeta.
Con esto, lo que ocurre, es que cada vez hay más dinero en circulación, más deuda y menos recursos, por lo que lo único que se consigue es aumentar más y más la inflación. Entonces es inevitable volver a crear otra burbuja y otra nueva recesión. Y estos ciclos son los que se han estado repitiendo hasta ahora. Como podrás imaginar, si siguiéramos así –que ya te digo yo que no vamos a seguir- llegaría un momento en el que acabaríamos con todos los recursos del planeta.
El sistema económico-monetario actual no es más que un burdo juego de casino obsoleto perverso y derrochador hecho para seducir a un puñado de subnormales y para controlar a toda la masa aborregada del planeta. Y si no mira alguna de las sandeces que los economistas escriben en los medios de comunicación: "Modestas acciones preventivas, pueden obviar la necesidad de acciones más drásticas, en una fecha posterior”. ¿Se pueden decir más majaderías con tan pocas palabras?
En definitiva. En este sistema se trata de que si tienes dinero puedes ganar más dinero del mismo dinero, sin contribuir con nada a la sociedad. Pero ese no es el mundo real.
En cada nueva crisis, la aplicación de la política paliativa  correspondiente no hace más que retrasar el inevitable colapso definitivo. En otras palabras: retrasar “la gran convulsión” que podría estarse fraguando en la actual crisis.
Pero no nos asustemos. Esto es lo mejor que nos podría pasar y cuanto antes suceda mejor.
Sí, has leído bien. ¿Te has parado a pensar en los beneficios que tendría para la humanidad el no tener dinero? Al prescindir del dinero diríamos adiós a los bancos, a las grandes corporaciones, a los especuladores bursátiles, a los políticos que sólo están ahí para medrar, a los ricos y pobres, a los robos, a la delincuencia organizada, a la mayoría de los asesinatos, etc. En definitiva, a todo aquello que hace del ser humano un ser déspota y miserable. Porque si el ser humano ha llegado a ser así, prácticamente toda la culpa la tiene el dinero.
Se nos ha dicho por activa y por pasiva que “esto es lo que hay” y lo hemos incorporado a nuestros genes de tal manera que, sin dinero, no concebimos otra forma de organizar nuestra sociedad. Y no es verdad.
Hoy en día disponemos de los conocimientos necesarios y la tecnología adecuada para construir otro tipo de sociedad que, aunque no sea perfecta, sea más justa y equitativa y sin que para ello medie el dinero.
Todo eso que se nos repite como un mantra: que sin dinero no hay aliciente y de que si la gente tuviera cubiertas sus necesidades de vida no haría nada, sólo holgazanear, no es verdad. Los ricos tienen sus necesidades de vida cubiertas con creces y precisamente ellos suelen ser las personas más activas y creativas.
Desde que el mundo es mundo siempre ha ocurrido que unos pocos han dominado y explotado al resto de la humanidad. Se inventaron –a consecuencia de la escasez- eso de la propiedad privada y se adueñaron de los recursos del planeta. Pero ya he dicho en infinidad de ocasiones que la escasez, hoy en día, ha sido sustituida por la tecnología.
¿Te has dado cuenta de que llevamos más de 200 años en los que estamos gobernados por las mismas familias y que las grandes corporaciones y la gran banca también están en manos de las mismas familias? Pues bien. Esas familias son muy pocas personas. No llegan ni al 0.0001% de la población mundial. Pero eso sí, al igual que son inmensamente ricos son también inmensamente egoístas y derrochadores.
Dejemos de anteponer el dinero a todo y preguntémonos de una vez por todas qué es lo que realmente necesitamos para vivir y cómo queremos vivir.
La respuesta a la primera pregunta es, por supuesto, los recursos del planeta; ya sea el agua que bebemos, la energía que usamos y consumimos o las materias primas que utilizamos para crear toda clase de herramientas y utensilios que utilizamos en nuestra vida cotidiana. La respuesta a la segunda pregunta – tan importante o más que la primera- esa si es el “kit” de la cuestión.

Mi reflexión personal es que esta élite que nos tiene bajo sus pies ha conseguido que el pensamiento único idiotizado esté globalizado. Por lo tanto no creo que seamos capaces de realizar el cambio de sistema pacífica y ordenadamente. Al final este sistema colapsará y del colapso saldrá el nuevo paradigma social que esperemos sea mejor que el actual.

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