Tenemos un serio problema demográfico del que nadie habla, o no
quiere hablar, porque probablemente nadie sabe cómo resolver.
Los que tenemos ya cierta edad, hemos podido comprobar cómo la
población mundial prácticamente se ha triplicado en solamente 6 décadas,
pasando de los 2.500 millones de habitantes en el año 1.955 a los 7.376
millones de personas que poblamos el planeta a día de hoy.
Eso quiere decir que también ha aumentado la población activa en el
mundo que, según la OIT (Organización Internacional del Trabajo) comprende a
personas de 16 años o más que pueden aportar trabajo para la producción de
bienes y servicios durante un período específico, y que incluye tanto a las
personas con empleo como a las personas desempleadas. Por lo tanto, lo que ha
sucedido es que en tan sólo 6 décadas se han incorporado un número aproximado de
2.000 millones de personas más a la caza de un puesto de trabajo. Y digo a la
caza de un puesto de trabajo porque todas estas personas deberán procurarse un
empleo del que sacar un dinero para poder subsistir, ya que, en el mundo
actual, si no dispones de dinero no puedes tener acceso a los bienes y
servicios necesarios para llevar una vida digna. Hoy en día a todo se le ha aplicado
un precio monetario, por lo tanto, no te queda otra opción que no sea la de
trabajar para poder vivir.
¿Pero, qué está pasando con el empleo? ¿Por qué si cada día somos
más trabajamos menos? Lo normal sería que ante un aumento de la población se necesitara
más carga de trabajo para cubrir las necesidades de esa población, y
verdaderamente es así. Lo que está ocurriendo es que ahora producimos más con
menos; es decir, que necesitamos mucha menos gente para producir más cantidad
de bienes y servicios, ya que las personas están siendo reemplazadas por
máquinas, mucho más productivas y eficientes.
Un estudio realizado por la OIT revela que las políticas de liberalización
del mercado de trabajo –reformas laborales, etc.-, llevadas a cabo en los
países desarrollados tras la crisis, han provocado que tres cuartas partes de
la población activa mundial trabaje con contratos temporales, precarios o por
cuenta propia, perdiendo así toda protección laboral. Por otra parte, estas
reformas no han servido para reducir la tasa de desempleo. Además, dicen que es
probable –yo diría que es seguro- que este tipo de empleo vaya a prevalecer con
mayor frecuencia a partir de ahora, dado que de lo que se trata es de tener a
la gente ocupada para evitar una revuelta social, aunque ese trabajo no aporte
nada, ni sea útil a la sociedad y, para más inri, no te saque de la pobreza.
Ya sé que lo normal es pensar que si bien se destruyen muchos
puestos de trabajo, como consecuencia de la llegada de la tecnología, también
se crean muchos nuevos. Y es verdad. Pero los nuevos puestos de trabajo son,
por lo general, para personas de alta cualificación y su número no llega a
alcanzar ni la cuarta parte del empleo que se destruye.
Pero veámoslo con datos.
En
el año 2.011 el diario The Eonomist elaboró una relación sobre las
empresas que más empleados tienen en el mundo y las 10 primeras son:
-
Departamento de Defensa de EEUU. Da
empleo a 3,2
millones de personas.
-
Ejército chino. Tiene en nómina a 2,3 millones de
personas.
-
Walmart. Es la empresa privada que proporciona
más trabajo en el mundo. Emplea a 2,1 millones de personas.
-
McDonald’s. Con 1,7 millones de asalariados.
-
China National Petroleum Corporation (CNPC). También emplea a
1,7 millones.
-
State Grid Corporation of China. La mayor
transmisora y distribuidora de electricidad del mundo emplea
a 1,6 millones de personas.
-
Servicio Nacional de Salud del Reino Unido. Proporciona 1,4
millones de puestos de trabajo.
-
Ferrocarriles de la India. Da trabajo a 1,4
millones de personas.
-
China Post Group. Correos chino da
trabajo a 900.000 personas.
-
Hon Hai Precision Industry. El mayor fabricante
del mundo en material electrónico chino emplea a 800.000 personas.
En
total estas 10 empresas dan trabajo a 17.1 millones de personas, de la cuales,
las 2 primeras -que son las que más trabajo procuran en el mundo- son
ejércitos; es decir, trabajos que no aportan nada a la sociedad y que
verdaderamente no harían falta. Y el resto de empresas podrían –y con toda
seguridad terminarán haciéndolo- reducir un número importante de empleos
automatizando parte de los puestos de trabajo actuales.
Por otro lado están las empresas tecnológicas.
En el año
2014 las 5 empresas tecnológicas que generaron más cantidad de empleo en el
mundo fueron:
-
Samsung:
275.100 empleos
-
Sony:
105.000 empleos
-
Microsoft:
99.000 empleos
-
Apel:
80.300 empleos
-
Google:
48.000 empleos
En
total 607.400 puestos de trabajo que, comparados con los 11 millones de empleos
que proporcionan las 5 primeras empresas de la lista anterior, ponen de
manifiesto que las nuevas tecnologías no son precisamente las que van a
resolver el problema del desempleo.
Por
muchas promesas que los políticos nos hagan el empleo no va a volver; es más,
se seguirá destruyendo empleo.
Hay
algunos economistas que aseguran que la falta de empleo es el fruto de una mala
política y no consecuencia de la tecnología. ¡Qué tontería! Pues claro que todo
es el fruto de la política. Si se tomara la decisión política de poner a
trabajar a todo el mundo -por ejemplo: poniendo a cada persona dependiente y a
los mayores de 75 años a alguien que se ocupe de ellos; creando puestos de
trabajo para la limpieza y mantenimiento de montes, ríos y océanos; creando centros
de investigación de todo tipo; y así un largo etc.- es seguro que se resolvería
el problema del desempleo. Pero seamos realistas. Esa no es la sociedad en que
vivimos. Vivimos en una sociedad en la que el dinero prima sobre las personas,
y como la tecnología genera más beneficio que dar empleo a más personas, pues,
de momento, parece que seguiremos así.
Actualmente
hay millones de personas que están trabajando y no necesariamente producen
bienes, aunque si algunos servicios. Servicios, por otra parte, nada relevantes
y que fácilmente podríamos prescindir de ellos sin que hicieran la más mínima
mella en la producción de bienes (de todos es sabido los “servicios” que
prestan los intermediarios y que únicamente sirven para encarecer el producto)
Existen
infinidad de trabajos que no aportan nada a la sociedad y que sólo se realizan
por tener que mantener a la gente ocupada y al mismo tiempo procurarse un
dinero para su subsistencia, ya que no hay otra manera de vivir. Abogados, economistas,
banqueros, políticos, especuladores financieros, comerciales, aseguradoras,
intermediarios de todo tipo, cuerpos de seguridad, y un largo etc., no aportan
nada a la sociedad. Nos encaminamos hacia un modelo cada vez más tecnológico y
muchos de estos puestos de trabajo tarde o temprano tenderán a desaparecer.
En una sociedad cada vez
más tecnológica, que está basada en un modelo político-económico-monetario obsoleto
e insostenible –como el actual- es seguro que cada día se destruirán más y más
puestos de trabajo. Aunque, bueno, no es exactamente así. Es insostenible para
la mayoría, pero no para una minoría. Y mientras esa minoría -que goza de todo
el poder- no sea sustituida por la mayoría, esto, no va a cambiar. El empleo
seguirá destruyéndose y prácticamente todos los puestos de trabajo que resistan
la embestida de la tecnología serán cada día más precarios.
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