domingo, 15 de noviembre de 2015

CAIDA EMPICADA DEL EMPLEO

Tenemos un serio problema demográfico del que nadie habla, o no quiere hablar, porque probablemente nadie sabe cómo resolver.
Los que tenemos ya cierta edad, hemos podido comprobar cómo la población mundial prácticamente se ha triplicado en solamente 6 décadas, pasando de los 2.500 millones de habitantes en el año 1.955 a los 7.376 millones de personas que poblamos el planeta a día de hoy.
Eso quiere decir que también ha aumentado la población activa en el mundo que, según la OIT (Organización Internacional del Trabajo) comprende a personas de 16 años o más que pueden aportar trabajo para la producción de bienes y servicios durante un período específico, y que incluye tanto a las personas con empleo como a las personas desempleadas. Por lo tanto, lo que ha sucedido es que en tan sólo 6 décadas se han incorporado un número aproximado de 2.000 millones de personas más a la caza de un puesto de trabajo. Y digo a la caza de un puesto de trabajo porque todas estas personas deberán procurarse un empleo del que sacar un dinero para poder subsistir, ya que, en el mundo actual, si no dispones de dinero no puedes tener acceso a los bienes y servicios necesarios para llevar una vida digna. Hoy en día a todo se le ha aplicado un precio monetario, por lo tanto, no te queda otra opción que no sea la de trabajar para poder vivir.
¿Pero, qué está pasando con el empleo? ¿Por qué si cada día somos más trabajamos menos? Lo normal sería que ante un aumento de la población se necesitara más carga de trabajo para cubrir las necesidades de esa población, y verdaderamente es así. Lo que está ocurriendo es que ahora producimos más con menos; es decir, que necesitamos mucha menos gente para producir más cantidad de bienes y servicios, ya que las personas están siendo reemplazadas por máquinas, mucho más productivas y eficientes.
Un estudio realizado por la OIT revela que las políticas de liberalización del mercado de trabajo –reformas laborales, etc.-, llevadas a cabo en los países desarrollados tras la crisis, han provocado que tres cuartas partes de la población activa mundial trabaje con contratos temporales, precarios o por cuenta propia, perdiendo así toda protección laboral. Por otra parte, estas reformas no han servido para reducir la tasa de desempleo. Además, dicen que es probable –yo diría que es seguro- que este tipo de empleo vaya a prevalecer con mayor frecuencia a partir de ahora, dado que de lo que se trata es de tener a la gente ocupada para evitar una revuelta social, aunque ese trabajo no aporte nada, ni sea útil a la sociedad y, para más inri, no te saque de la pobreza.
Ya sé que lo normal es pensar que si bien se destruyen muchos puestos de trabajo, como consecuencia de la llegada de la tecnología, también se crean muchos nuevos. Y es verdad. Pero los nuevos puestos de trabajo son, por lo general, para personas de alta cualificación y su número no llega a alcanzar ni la cuarta parte del empleo que se destruye.
Pero veámoslo con datos.
En el año 2.011 el diario The Eonomist elaboró una relación sobre las empresas que más empleados tienen en el mundo y las 10 primeras son:
-     Departamento de Defensa de EEUU. Da empleo a 3,2 millones de personas.
-     Ejército chino. Tiene en nómina a 2,3 millones de personas.
-     Walmart. Es la empresa privada que proporciona más trabajo en el mundo. Emplea a 2,1 millones de personas.
-     McDonald’s.  Con 1,7 millones de asalariados.
-     China National Petroleum Corporation (CNPC). También emplea a 1,7 millones.
-     State Grid Corporation of China. La mayor transmisora y distribuidora de electricidad del mundo emplea a 1,6 millones de personas.
-     Servicio Nacional de Salud del Reino Unido. Proporciona 1,4 millones de puestos de trabajo.
-     Ferrocarriles de la India. Da trabajo a 1,4 millones de personas.
-     China Post Group. Correos chino da trabajo a 900.000 personas.
-     Hon Hai Precision Industry. El mayor fabricante del mundo en material electrónico chino emplea a 800.000 personas.
En total estas 10 empresas dan trabajo a 17.1 millones de personas, de la cuales, las 2 primeras -que son las que más trabajo procuran en el mundo- son ejércitos; es decir, trabajos que no aportan nada a la sociedad y que verdaderamente no harían falta. Y el resto de empresas podrían –y con toda seguridad terminarán haciéndolo- reducir un número importante de empleos automatizando parte de los puestos de trabajo actuales.
Por otro lado están las empresas tecnológicas.
En el año 2014 las 5 empresas tecnológicas que generaron más cantidad de empleo en el mundo fueron:
-     Samsung: 275.100 empleos
-     Sony: 105.000 empleos
-     Microsoft: 99.000 empleos
-     Apel: 80.300 empleos
-     Google: 48.000 empleos
En total 607.400 puestos de trabajo que, comparados con los 11 millones de empleos que proporcionan las 5 primeras empresas de la lista anterior, ponen de manifiesto que las nuevas tecnologías no son precisamente las que van a resolver el problema del desempleo.
Por muchas promesas que los políticos nos hagan el empleo no va a volver; es más, se seguirá destruyendo empleo.
Hay algunos economistas que aseguran que la falta de empleo es el fruto de una mala política y no consecuencia de la tecnología. ¡Qué tontería! Pues claro que todo es el fruto de la política. Si se tomara la decisión política de poner a trabajar a todo el mundo -por ejemplo: poniendo a cada persona dependiente y a los mayores de 75 años a alguien que se ocupe de ellos; creando puestos de trabajo para la limpieza y mantenimiento de montes, ríos y océanos; creando centros de investigación de todo tipo; y así un largo etc.- es seguro que se resolvería el problema del desempleo. Pero seamos realistas. Esa no es la sociedad en que vivimos. Vivimos en una sociedad en la que el dinero prima sobre las personas, y como la tecnología genera más beneficio que dar empleo a más personas, pues, de momento, parece que seguiremos así.
Actualmente hay millones de personas que están trabajando y no necesariamente producen bienes, aunque si algunos servicios. Servicios, por otra parte, nada relevantes y que fácilmente podríamos prescindir de ellos sin que hicieran la más mínima mella en la producción de bienes (de todos es sabido los “servicios” que prestan los intermediarios y que únicamente sirven para encarecer el producto)
Existen infinidad de trabajos que no aportan nada a la sociedad y que sólo se realizan por tener que mantener a la gente ocupada y al mismo tiempo procurarse un dinero para su subsistencia, ya que no hay otra manera de vivir. Abogados, economistas, banqueros, políticos, especuladores financieros, comerciales, aseguradoras, intermediarios de todo tipo, cuerpos de seguridad, y un largo etc., no aportan nada a la sociedad. Nos encaminamos hacia un modelo cada vez más tecnológico y muchos de estos puestos de trabajo tarde o temprano tenderán a desaparecer.
En una sociedad cada vez más tecnológica, que está basada en un modelo político-económico-monetario obsoleto e insostenible –como el actual- es seguro que cada día se destruirán más y más puestos de trabajo. Aunque, bueno, no es exactamente así. Es insostenible para la mayoría, pero no para una minoría. Y mientras esa minoría -que goza de todo el poder- no sea sustituida por la mayoría, esto, no va a cambiar. El empleo seguirá destruyéndose y prácticamente todos los puestos de trabajo que resistan la embestida de la tecnología serán cada día más precarios.

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