jueves, 12 de mayo de 2016

¿ES VERDADERAMENTE EL ORO UN REFUGIO?

A lo largo de la historia tanto el oro como el papel moneda han sido instrumentos de pago.
Bien es verdad que, en un principio, el oro tenía un valor intrínseco como moneda de cambio (de ahí que el papel moneda siempre estuvo respaldado por oro) pero no parece que ahora ese valor se siga manteniendo.
A raíz de la derogación temporal, por parte de Nixon en 1971, del patrón oro, todas las monedas del mundo se convirtieron en fiduciarias; es decir, que ya no están respaldadas por oro.
Tanto el oro, el papel moneda, así como el resto de cosas, verdaderamente no tienen más valor que el que nosotros le queramos dar. Entonces, mi pregunta es: ¿tiene actualmente el oro ese valor que se le atribuye? O lo que es lo mismo: ¿es verdaderamente el oro un valor refugio ante las actuales monedas fiduciarias?
A raíz de los últimos acontecimientos en materia económico-financiera todo parece indicar que el oro ya no es lo que era y que jamás volverá a serlo.
Dicen los expertos que el oro ya no es un respaldo seguro de nuestro poder adquisitivo. Ahora es simplemente otro negocio más de compra-venta. Aunque también es cierto que sigue existiendo la creencia popular de que en el mundo actual -con todas las monedas fiduciarias al mismo tiempo- nuestros ahorros estarían más seguros en oro que en papel moneda.
Esto obviamente no parece tener sentido, ya que, si así fuera, los poseedores de oro no lo venderían ni se desharían de él.
La única razón por la cual las grandes potencias siguen acumulando oro en las bodegas de sus bancos centrales es para hacer creer a sus ciudadanos –y, por supuesto, a los ciudadanos del resto del mundo- que si cae su papel moneda siempre les quedará el oro. Si bien, son los propios banqueros los primeros en saber que ese oro acumulado en sus bodegas no sirve absolutamente para nada; bueno, para nada no: sigue teniendo utilidad –como cualquier otro metal- por ejemplo, para la composición de circuitos electrónicos, joyería, etc.
En definitiva: el oro es simplemente una rémora del pasado que las clases populares aun no hemos sido capaces de desechar, pero nada más. Al menos eso es lo que asegura la élite bancaria mundial.
Parece ser que en la economía actual ya no hay sitio para el oro, habiéndose convertido en una fantasía que aun añoran algunos.
El papel moneda, en cambio, es un crédito por parte de un banco, respaldado por un Estado, hacia el poseedor. Con ese "papelito" se puede comprar todo lo que esté en venta, pagar impuestos e incluso especular en el mercado de valores. Y mientras todos aceptemos el poder que tienen los estados sobre nosotros, la confianza en ese “papelito” está más o menos garantizada. De manera que, mientras esto ocurra, el papel moneda seguirá teniendo más crédito, preponderancia y utilidad que el oro. Con esto no quiero decir que el papel moneda sea seguro, ya que nada en el sistema económico-financiero actual está libre de especulación.
Hasta ahora el Dólar fue el pilar de la economía mundial, siendo este la base para los tipos de cambio y cotizaciones mundiales. Ahora con el Euro -y el Yuan abriéndose paso- hay una mayor competitividad para ver quien se hace con la hegemonía mundial o, al menos, una hegemonía compartida.
Pero ante la alarmante oleada de noticias sobre la caída inminente de alguna de las divisas más importantes del planeta, como pueden ser el Dólar, Euro o Yuan, la gente tiene pánico a que su papel moneda deje de tener valor y busca refugio en el oro.
Si eso ocurriera, todo parece indicar que no será el oro el que sustituya al Dólar, Euro o Yuan como medio de pago, ya que cuando una divisa cae –como ha ocurrido en numerosas ocasiones en la historia más reciente- enseguida ha sido remplaza por otro papel moneda, pero nunca por oro.
Por otra parte, la élite mundial ya tiene decidido cuál va a ser el dinero del futuro; bueno, mejor dicho del futuro inmediato. Las diferentes divisas coexistentes en el mundo, no tardando mucho, utilizarán únicamente dinero electrónico; o lo que es lo mismo: dinero digital que sustituirá en todo el planeta al papel moneda.
Desde que salió a la luz Bitcoin -ya sabes, esa criptodivisa que no es controlada por ninguna entidad bancaria ni gobierno- la banca, y por ende los gobiernos, siempre la han ninguneado y repudiado, entre otras razones, porque les privaría de emitir moneda. Sin embargo siempre han estado muy interesados en la cadena de bloques (Blockchain) que es en lo que se sustenta  Bitcoin.
Lo que quiere la banca es esa nueva tecnología Blockchain -base de Bitcoin- para crear un sistema de transacción de dinero instantáneo y fiable, que sustituya al sistema de transacción de dinero habitual, más engorroso y propenso a provocar errores.
Sí bien es verdad que en la actualidad el dinero efectivo de una cuenta corriente bancaria se puede gestionar electrónicamente, también no es menos cierto que existe una diferencia sustancial entre ese sistema y lo que significaría que todo el dinero fuese realmente digital y registrado en una cadena de bloques.
¿Pero que es Blockchain o, lo que es lo mismo, la cadena de bloques?
Básicamente una cadena de bloques es un “libro mayor” que en vez de registrar apuntes contables registra solo acontecimientos digitales y que además está “distribuido” y es compartido entre muchas partes diferentes. Sólo puede ser actualizado a partir del consenso de la mayoría de participantes del sistema y una vez introducida la información nunca puede ser borrada. Las transacciones que tienen lugar son “empaquetadas” en bloques, y posteriormente incluidas en la Cadena, una vez que sean validadas y distribuidas a todos los nodos que forman la red.
Cada bloque que forma parte de la cadena (excepto el bloque generatriz, que inicia la cadena) está formado por:
·        Un código alfanumérico que enlaza con el bloque anterior.
·        El “paquete” de transacciones que incluye (cuyo número viene determinado por diferentes factores)

·        Otro código alfanumérico que enlazará con el siguiente bloque.
Esquema elemental de la Cadena de Bloques

En el caso de Bitcoin la cadena de bloques contiene un registro certero y verificable de todas las transacciones que se han hecho en toda su historia.
Esto que, a priori, puede parecer un gran avance tecnológico y comercial, como todo en esta vida tendrá sus ventajas y sus inconvenientes, y sus partidarios y sus detractores.
Lo que es muy curioso, y a la vez sospechoso, es que mientras la élite bancaria se reunía en Wall Street para dar un paso más hacia la implantación de esta tecnología, el inventor del Bitcoin, que se ocultaba tras el pseudónimo de Satoshi Nakamoto, se presenta ante el mundo como un empresario australiano llamado Craig Wright. Aunque parece que no está claro si es verdaderamente el inventor de Bitcoin, ya que se niega a aportar la prueba definitiva que lo corrobore.
Bueno. Pues mientras nosotros estamos distraídos con mil y una estupideces políticas (no olvidemos que no decidimos nada con nuestro voto) las élites bancarias, en el más absoluto secretismo, llevan a cabo sus planes reales sin que nos percatemos de ello, y esos planes y cambios sí tendrán consecuencias para nuestras vidas.
En resumen, el oro no volverá a sustituir al papel moneda como instrumento de pago y mucho menos al dinero digital o electrónico que se va a implantar. Por lo tanto, cambiar nuestro dinero por oro, para una mayor seguridad, parece un “craso error”. Aunque bien es verdad -para gusto se hicieron los colores- que hay mucha gente que prefiere tener su dinero invertido en arte, vino, oro, plata, etc., antes que en papel moneda; y a otros, en cambio, les gusta guardar billetes debajo del colchón.
Después de más de 40 años sin el amparo del oro todo parece indicar que el oro como moneda o respaldo del papel moneda pasó a la historia. Lo que próximamente implementará la banca mundial será el dinero electrónico y ya veremos que nos depara.
Pero ¡ojo! También pudiera ser que tomaran auge las llamadas monedas sociales, que no son otra cosa que monedas alternativas al dinero de curso legal. En el mundo se estima que existen más de 4000 experiencias monetarias de este tipo y en España, en los últimos cinco años, han florecido más de 70 monedas sociales que muchos ciudadanos están utilizando como alternativa al Euro.
Demos en Canarias, Ekhi en Bilbao, Puma en Sevilla, Eco en Tarragona, Res, Ecosol, Osel, Mora….. y un largo etc. son algunas de las monedas sociales que se están utilizando en España con buena acogida por parte de la ciudadanía, que ha visto en este tipo de monedas una alternativa al actual sistema monetario corrupto. Muchas de estas monedas sociales tienen como base Internet y las nuevas tecnologías y, al igual que Bitcoin, parece que han venido para quedarse.

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