Según aseguran los expertos, las nuevas
empresas Fintech van a cambiar de arriba abajo el sector de las finanzas
tradicionales tanto a nivel particular como empresarial. Según ellos, estos
nuevos competidores de la banca saben sacarle partido a la más avanzada
tecnología y al manejo de cantidades ingentes de información “big data”
(datos masivos) con lo que es muy probable que, en un futuro no muy
lejano, se hagan los dueños del mercado financiero.
La creciente competencia surgida a raíz de la aparición,
y expansión como hongos, de Fintech (nuevas compañías tecnológicas en el sector
financiero) ha hecho que las acciones de los bancos se hayan desplomado en los
últimos tiempos, poniendo en graves aprietos el futuro de la rentabilidad de la
banca.
¿Pero qué es Fintech?
Según Wikipedia: “Fin-tech” viene de
la unión de las primeras sílabas de las palabras
inglesas finance y technology. Engloba a los servicios o
empresas del sector financiero que aprovechan las tecnologías más modernas para
crear productos innovadores”. Es decir, “Fintech” es una palabreja
que aglutina a todas aquellas empresas de servicios financieros, que
utilizan la última tecnología existente para poder ofrecer productos
revolucionarios o convencionales a precios de saldo.
Existen multitud de tipos de empresas Fintech que
actúan en diferentes áreas como, por ejemplo, las que se citan a continuación:
· Fintech que se dedican a
efectuar pagos y cobros a través de dispositivos móviles: hoy en día no paran de
crecer empresas que te permiten usar el móvil o la tableta para poder pagar tus
compras; las Fintech lo saben y se han hecho con el liderazgo en este sector.
· Fintech que se encargan
de poner en contacto a inversionistas particulares con empresas y emprendedores:
son compañías que ponen en contacto a los pequeños inversores con los
solicitantes de financiación, y gestionan todo el proceso a un bajo costo.
· Fintech que procuran
asesoramiento financiero a inversores: tradicionalmente han sido los bancos los
que controlaban este sector, previo pago de las correspondientes comisiones.
Hoy en día muchos inversores acuden a Fintech antes de realizar sus inversiones
para que el asesoramiento no les cueste un ojo de la cara.
· Fintech que se dedican a
trasferir fondos: transferir dinero era también un monopolio de la banca con lo
cual obtenía pingües beneficios. Ahora han surgido multitud de Fintech que
hacen transferencias a precios muy económicos.
¿Y de dónde y por qué ha surgido este tipo de
empresa?
Tras la caída de Lehman Brothers -que provocó
la gran crisis de 2008- se produjo un enorme descontento y recelo, por parte de los inversionistas y la
población en general, hacia el funcionamiento de la banca tradicional. Esto
llevó al descrédito generalizado del sector bancario que, desde entonces, dejó
de financiar a particulares y empresas, para dedicarse a intentar arreglar el “desaguisado”
que tenía en casa. Y es a consecuencia de esto que aparecieron todo tipo de
empresas, con nuevas alternativas de inversión y financiación, que viendo la
oportunidad cubrieron parte de ese hueco dejado por la banca.
Está claro que estas nuevas empresas Fintech
suponen toda una amenaza para la banca tradicional. Poco a poco se están
haciendo con sectores concretos como las tarjetas de crédito y los sistemas de
pago, aunque todo parece indicar que esto es sólo el principio. Segmentos tan
importantes para la banca como las hipotecas, el crédito, los sistemas de pago,
los préstamos a pymes y la banca privada, podrían pasar a manos de Fintech, en
un periodo de tiempo relativamente corto, y dejar de aportar beneficios
transcendentales a la banca tradicional.
La banca lleva lustros instalada en su
inmovilismo gracias al monopolio que ha tenido siempre en el mundo financiero. Pero
se ha dormido en los laureles y no se ha dado cuenta, hasta ahora, que hemos
entrado de lleno en un mundo tecnológico, que más pronto que tarde acabará
afectándole. De momento no puede competir con las Fintech ya que estas ofrecen
al usuario un producto bueno, bonito y barato, que la banca tradicional
actualmente no está en condiciones de igualar.
Aunque aún está por ver la capacidad de
adaptación a las nuevas tecnologías, por parte de la banca, sí que es verdad
que se están haciendo grandes esfuerzos en este sentido. De momento ya hay
entidades que están desarrollando su propia tecnología y adaptándose a otras
nuevas para poder competir en este nuevo escenario.
El futuro de la banca pasa irremisiblemente por
menos oficinas bancarias comerciales a pie de calle y más plataformas
tecnológicas. Tiene que ser consciente de que las nuevas generaciones ya están
acostumbradas a todo este nuevo tipo de tecnología que, por cierto, utilizan
diariamente. Así que es sólo cuestión de tiempo que esa nueva forma de hacer y
de actuar se traslade –como ya se está produciendo- al mundo de las finanzas
tradicionales.
Y mi pregunta es: ¿será capaz la banca de
reciclarse o todo este maremágnum tecnológico se la llevará por delante?
El futuro de la banca, como ya he dicho antes,
pasa irremisiblemente por menos oficinas a pie de calle y más plataformas
digitales. Pero esto ya no será la banca: será otra cosa. La tecnología, bajo
mi punto de vista, acabará con la banca tradicional -como acabará con el
capitalismo, las democracias representativas y un montón de cosas más- y si no,
al tiempo.
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