“Solo hay dos cosas infinitas: el universo
y la estupidez humana. Y no estoy seguro de la primera” (Albert Einstein)
También hay otra frase conocida por todos: “el
hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”, y no le
falta razón.
Es bochornoso que después de lo sucedido en
España, con el nuevo triunfo del PP –el partido más corrupto y franquista de este país- que gobernara
otros cuatro años gracias al PSOE, y la victoria en EEUU de su magnate más
podrido, Donald Trump, ahora vengan los franceses y den su apoyo a las dos
fuerzas políticas más vomitivas de toda Francia: En Marcha, de Emmanuel Macron
y el Frente Nacional, de Marine Le Pen.
¿Para esto sus antepasados tomaron La
Bastilla? ¡Manda huevos! que diría el otro.
Está claro que el mecanismo de manipulación
del “odio al contrario” sigue funcionando a la perfección. La gente no es consciente de que su odio hacia, por
ejemplo, el Real Madrid, le puede llevar a ser Culé, sin percatarse de ello, y
viceversa. Pues lo mismo ocurre en política: el odio a la izquierda te puede
llevar hacia la derecha, y al revés.
Así pues, mediante esta técnica de
manipulación, todas las energías de la población quedan dispersadas en ese
enfrentamiento entre supuestas izquierdas y derechas que no son otra cosa que
más de lo mismo.
Pero vamos a ver. ¿Es que alguien en su sano
juicio puede llegar a creer que un banquero -que ha trabajado para la Banca
Rothschild- se ha convertido de la noche a la mañana en un anti-establishment?
¿Es que no han visto lo que ha sucedido en EEUU con Donald Trump?
En EEUU Donald Trump fue un “golazo” por toda
la escuadra de Goldman Sachs. En España “Naranjito” –Albert Rivera: el Macron
español- fue puesto ahí por el IBEX 35, por si les fallaba su querido PP
enfangado de corrupción hasta las trancas. Y en Francia es más que evidente que
Enmanuel Marcon es el pupilo de la banca Rothschild, designado para ser el
próximo Presidente del país. Así de simple.
Y qué decir de Marine Le Pen. ¿Alguien cree
que Marine Le Pen –la super facha de entre todos los fachas- es ahora la auténtica representante del pueblo?
Aunque, por otra parte, nada de qué preocuparse, ya que lo de Marine Le Pen es
lo mismo que lo de Podemos en España: son dos fuerzas políticas creadas para
dar estabilidad y credibilidad al sistema pero nunca para gobernar.
¿Cómo es posible que un mecanismo de manipulación
tan antiguo y simple les siga funcionando? ¡Yo alucino!
Y claro está. Así nos va.
En lo referente a nuestro país, amén de ser patético
ya es esperpéntico.
Ahora todo el mundo se echa las manos a la
cabeza y no da crédito a lo que está viendo. Pero ¡señores! ¿Qué esperaban? Lo
que sucede en este país es de lo más normal: “de esos polvos vienen estos
lodos”.
¿Acaso han olvidado que España es un estado gobernado
aun por las estirpes de las cúpulas franquista más rancias y putrefactas? Sí, esa
misma casta franquista que diseñó la falsa transición, con el beneplácito de un
PSOE vendido, y que el ignorante y paleto pueblo español vota, elección tras
elección. Es acojonante que mis compatriotas sigan votando a los mismos
ladrones que les han robado el futuro de sus hijos, que han saqueado sus
pensiones y que han acabado con el estado del bienestar.
Entones, ¿a qué viene tanto asombro por los
casos de corrupción?
Por si no lo saben, este es un país con un
poder judicial politizado y, por lo tanto, no es imparcial. Al contrario: es
parcial y corrupto hasta la médula. Un poder judicial que expulsa a los
fiscales anti-corrupción; que releva de su cargo a los jueces que imparten
causas contra políticos corruptos; que indulta a banqueros; y que incluso
perdona a la hermana del rey, no es precisamente reflejo de calidad democrática
e imparcialidad. Eso sí, este poder judicial está para meter en la cárcel a titiriteros,
twitteros y raperos, y a todo aquel que se atreva a criticar sarcásticamente al
sistema.
En fin. Volviendo a Francia. Ahora, en la
segunda vuelta de las elecciones francesas, veremos ganar a Macron, y todos tan
contentos.
Parece mentira que la gente siga sin enterarse
de que verdaderamente a quien van a votar los franceses es a Rothschild. Que es
lo mismo que hicieron los americanos, que votando a Donald Trump votaron a Goldman
Sachs, y lo mismo que hacen los españoles, que votando sistemáticamente PP,
PSOE, Cs y Podemos, votan al IBEX 35.
En resumen. Ahora quien gobernará Francia será
la banca, que sigue su trayectoria imparable para gobernar el mundo. Bueno, si
es que no lo hace ya.
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