sábado, 29 de abril de 2017

LA ESTUPIDEZ HUMANA NO TIENE PARANGÓN

Solo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Y no estoy seguro de la primera” (Albert Einstein)
También hay otra frase conocida por todos: “el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”, y no le falta razón.
Es bochornoso que después de lo sucedido en España, con el nuevo triunfo del PP –el partido más corrupto  y franquista de este país- que gobernara otros cuatro años gracias al PSOE, y la victoria en EEUU de su magnate más podrido, Donald Trump, ahora vengan los franceses y den su apoyo a las dos fuerzas políticas más vomitivas de toda Francia: En Marcha, de Emmanuel Macron y el Frente Nacional, de Marine Le Pen.
¿Para esto sus antepasados tomaron La Bastilla? ¡Manda huevos! que diría el otro.
Está claro que el mecanismo de manipulación del “odio al contrario” sigue funcionando a la perfección. La gente no es consciente de que su odio hacia, por ejemplo, el Real Madrid, le puede llevar a ser Culé, sin percatarse de ello, y viceversa. Pues lo mismo ocurre en política: el odio a la izquierda te puede llevar hacia la derecha, y al revés.
Así pues, mediante esta técnica de manipulación, todas las energías de la población quedan dispersadas en ese enfrentamiento entre supuestas izquierdas y derechas que no son otra cosa que más de lo mismo.
Pero vamos a ver. ¿Es que alguien en su sano juicio puede llegar a creer que un banquero -que ha trabajado para la Banca Rothschild- se ha convertido de la noche a la mañana en un anti-establishment? ¿Es que no han visto lo que ha sucedido en EEUU con Donald Trump?
En EEUU Donald Trump fue un “golazo” por toda la escuadra de Goldman Sachs. En España “Naranjito” –Albert Rivera: el Macron español- fue puesto ahí por el IBEX 35, por si les fallaba su querido PP enfangado de corrupción hasta las trancas. Y en Francia es más que evidente que Enmanuel Marcon es el pupilo de la banca Rothschild, designado para ser el próximo Presidente del país. Así de simple.
Y qué decir de Marine Le Pen. ¿Alguien cree que Marine Le Pen –la super facha de entre todos los fachas- es ahora  la auténtica representante del pueblo? Aunque, por otra parte, nada de qué preocuparse, ya que lo de Marine Le Pen es lo mismo que lo de Podemos en España: son dos fuerzas políticas creadas para dar estabilidad y credibilidad al sistema pero nunca para gobernar.
¿Cómo es posible que un mecanismo de manipulación tan antiguo y simple les siga funcionando? ¡Yo alucino!
Y claro está. Así nos va.
En lo referente a nuestro país, amén de ser patético ya es esperpéntico.
Ahora todo el mundo se echa las manos a la cabeza y no da crédito a lo que está viendo. Pero ¡señores! ¿Qué esperaban? Lo que sucede en este país es de lo más normal: “de esos polvos vienen estos lodos”.
¿Acaso han olvidado que España es un estado gobernado aun por las estirpes de las cúpulas franquista más rancias y putrefactas? Sí, esa misma casta franquista que diseñó la falsa transición, con el beneplácito de un PSOE vendido, y que el ignorante y paleto pueblo español vota, elección tras elección. Es acojonante que mis compatriotas sigan votando a los mismos ladrones que les han robado el futuro de sus hijos, que han saqueado sus pensiones y que han acabado con el estado del bienestar.
Entones, ¿a qué viene tanto asombro por los casos de corrupción?
Por si no lo saben, este es un país con un poder judicial politizado y, por lo tanto, no es imparcial. Al contrario: es parcial y corrupto hasta la médula. Un poder judicial que expulsa a los fiscales anti-corrupción; que releva de su cargo a los jueces que imparten causas contra políticos corruptos; que indulta a banqueros; y que incluso perdona a la hermana del rey, no es precisamente reflejo de calidad democrática e imparcialidad. Eso sí, este poder judicial está para meter en la cárcel a titiriteros, twitteros y raperos, y a todo aquel que se atreva a criticar sarcásticamente al sistema.
En fin. Volviendo a Francia. Ahora, en la segunda vuelta de las elecciones francesas, veremos ganar a Macron, y todos tan contentos.
Parece mentira que la gente siga sin enterarse de que verdaderamente a quien van a votar los franceses es a Rothschild. Que es lo mismo que hicieron los americanos, que votando a Donald Trump votaron a Goldman Sachs, y lo mismo que hacen los españoles, que votando sistemáticamente PP, PSOE, Cs y Podemos, votan al IBEX 35.

En resumen. Ahora quien gobernará Francia será la banca, que sigue su trayectoria imparable para gobernar el mundo. Bueno, si es que no lo hace ya.

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