miércoles, 25 de octubre de 2017

¿DESPLAZARÁN LAS CRIPTODIVISAS AL ACTUAL SISTEMA MONETARIO?

La falta de credibilidad a nivel mundial en nuestro actual sistema se está haciendo poco a poco más patente. La población de los países desarrollados cada día es más escéptica.
Una parte de personas -aun insuficiente- ha perdido la confianza en sus gobiernos y sus instituciones; no se fía de la clase política; duda de la honestidad de su Iglesia; no cree lo que dicen los medios de comunicación; no tiene ninguna fe en la justicia ni en el sistema educativo y, por supuesto, tampoco tiene confianza en la banca y en el sistema monetario.
Pues bien. Estas personas desean conectar con otras que piensen de la misma manera que ellas, independientemente de si residen en su mismo país o no, y quieren buscar una alternativa para una vida mejor. Saben que el sistema monetario actual tiene los días contados y pretenden ponerse a salvo de la volatilidad del dinero fiduciario. Por eso, y no por otra razón, están ilusionadas con las criptodivisas tales como el Bitcoin.
La inminente aparición de Bitcoin, seguida de la consiguiente irrupción en masa de las criptodivisas (actualmente más de 800), han propiciado el cuestionamiento de nuestro actual sistema monetario. Sin embargo, aparentemente el sistema trata de mantener el actual dominio de las monedas FIAT.
Jamie Dimon, Director Ejecutivo de JP Morgan Chase, tachó a las criptodivisas como una moda aun más destructiva y especulativa que la “Tulipomanía” (un período del siglo XVII, que se dio en los Países Bajos, donde se produjo la primera burbuja especulativa con el precio de los tulipanes).
¿Hay que hacerle caso a Jamie Dimon? Lo digo porque curiosamente es la misma todopoderosa banca la que está adoptando la tecnología de la cadena de bloques de Bitcoin y avanzando a pasos agigantados en la creación de su propia criptodivisa.
La incógnita sigue siendo quién está realmente detrás de esta tecnología: Satoshi Nakamoto (pseudónimo del supuesto creador de Bitcoin) o la misma banca.
La verdad es que las criptodivisas llevan muy poco tiempo con nosotros: apenas 9 años. Hasta hace poco, nadie se preocupaba de ellas; es más, aun hoy la mayoría de la gente no sabe prácticamente nada acerca de su funcionamiento.
En un principio, ni los políticos ni supuestamente la banca le dieron demasiada importancia. Según ellos, ofrecen pocos beneficios como moneda; no son una reserva de valor; son mínimamente aceptadas como medio de pago y, además, no han resultado ser tan seguras como se decía.
Verdaderamente todos estos argumentos esgrimidos por políticos y supuestamente por banqueros son una majadería, ya que lo mismo, o algo parecido, podríamos decir del actual dinero FIAT: está respaldado simplemente en la confianza; es altamente devaluable; también es un dinero digital y el dueño del dinero de tu cuenta bancaria no eres tú, sino tu banco.
Así que defender las bondades o destacar los defectos de ambos sistemas monetarios no resuelve nada, ya que está claro que ninguno de los dos ofrece garantías.
Pero a medida que la popularidad de las criptodivisas ha ido creciendo, se plantea lo siguiente incógnita: ¿verdaderamente las criptodivisas son una oportunidad o una burbuja? 
Evidentemente hay división de opiniones. Ya sabemos lo que opina Jamie Dimon, que asegura que la nueva divisa no va a funcionar, mientras que otros como Kay Van-Petersen, estratega global de Saxo Bank, apuestan porque llegará fácilmente a los 100.000 dólares en menos de una década o incluso pudiera superar esa cantidad.
La autoridad reguladora de los mercados tampoco se pone de acuerdo. China ha prohibido las operaciones mediante Bitcoin como método de financiación entre pequeñas empresas y start-ups, aunque bien es verdad que se está replanteando restablecerlas; eso sí, con una normativa más restrictiva.
Algunos bancos, como el de Inglaterra, también han advirtió sobre el riesgo de estos movimientos. Sin embargo, en países como Venezuela muchas personas lo ven como una salida a la crisis monetaria de su país para salvaguardar sus ahorros.
Un mercado de criptodivisas sin bancos, sin apenas comisiones, sin intereses ni tasas y con un dinero que supuestamente sólo te pertenece a ti, parece surrealista; aunque no por eso deja de ser muy interesante y atractivo.
Si lo comparamos con el actual sistema monetario, en el cual dependemos de un tercero (la banca) que además de ser dueño y señor de nuestro dinero, cobrarnos comisiones a diestro y siniestro y portarse como vulgar usurero, la elección no tiene duda.
Parece demasiado bueno para ser real. Por eso, algo así es un atisbo de esperanza en este mundo de capitalismo deshumanizado.
Conviene recordar que históricamente siempre que ha llegado un nuevo cambio a nuestras vidas ha habido a priori una reticencia a aceptarlo.
Voy a citar cinco razones por las que creo que las criptodivisas han venido para quedarse:
-Los primeros automóviles fueron acusados de romper las carreteras y ser más peligrosos que los carros tirados por caballos. Se promulgaron leyes muy duras para hacer desistir a la población de su uso, pero al final dominaron el mundo del transporte.
-El uso de la imprenta estuvo en su día perseguido, puesto que a los poderes fácticos no le interesaba que se difundiera de manera masiva la información: evidentemente fracasó.
-Cuando llegó Internet nadie creyó que con el tiempo se hicieran negocios y se pudiera comprar a través de la red: hoy en día se ha convertido en el mercado más grande del mundo.
-Actualmente son más de 2.500 millones de personas las que no disponen de una cuenta bancaria, por lo tanto, no pueden hacer ningún tipo de transacción financiera. Sin embargo, disponiendo de un teléfono móvil y una conexión a Internet, las criptodivisas le dan esa posibilidad.
-Y lo más importante. La gente joven es la más predispuesta a apoyar mayoritariamente esta tecnología, así que ellos serán los encargados de implementarlas, una vez que se produzca el relevo generacional.
La historia nos demuestra que al final los cambios, cuando son innovadores, se acaban imponiendo. Por lo tanto, en mi modesta opinión, las criptodivisas tienen noventa y nueve de cien papeletas para quedarse y reemplazar al actual sistema monetario. Aunque, como es lógico, también me puedo equivocar.
Otra cosa es cómo evolucionarán y si alguien las llegará a controlar.

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