Probablemente algunas personas habrán oído
hablar del “Internet de las cosas”, aunque para la mayoría de la población es aún
un término desconocido, como lo son también las criptodivisas.
¿Pero a qué se refiere ese término?
Como su nombre indica, el "Internet de
las cosas" o “IoT” (por sus siglas en Inglés “Internet of Things”), se
refiere a todas aquellas cosas conectadas a la red para ser manipuladas desde
Internet.
¿Y qué cosas van a estar conectadas a Internet
aparte del ordenador o el teléfono móvil? Pues la respuesta es TODO.
En un futuro no muy lejano estará
prácticamente todo conectado a Internet: coche, lavadora, frigorífico, agua, luz,
etc. Y es que la integración de Internet a todo tipo de objetos, desde
maquinaria industrial hasta los electrodomésticos más cotidianos, será una
realidad y una necesidad dentro de muy poco.
Según IBM, para el año 2025 habrá más de 30
billones de objetos conectados a Internet.
Nos guste o no, el IoT cambiará el mundo tal y
como lo conocemos: casas y coches inteligentes serán una realidad y funcionarán
a nuestra voluntad a través de Internet.
Con el IoT nos comunicaremos de una manera
global. Podremos poner la calefacción de nuestra casa, subir o bajar las
persianas y regar las plantas de interior -aunque estemos al otro lado del
globo- mediante nuestro teléfono móvil.
También podremos dar instrucciones a nuestro
automóvil para que nos recoja –él solito- en el aeropuerto a una hora
determinada.
Y lo más importante. El dinero tal y como lo
conocemos desaparecerá, dando paso a un nuevo sistema monetario en el que todos
los pagos se realizarán a través de Internet.
Y aquí es donde entra IOTA: una innovadora
tecnología de contabilidad distribuida, concebida para funcionar como la
columna vertebral del “Internet de las cosas”.
Hace tan sólo 9 años que llegó la tecnología
Blockchain (cadena de bloques) y su criptodivisa Bitcoin, y en tan sólo este
corto periodo de tiempo está siendo una verdadera revolución.
Bitcoin y su cadena de bloques son una
fantástica tecnología, aunque con algunos inconvenientes que, eso sí, están siendo
solventados por otras criptodivisas más avanzadas.
La evolución de las criptodivisas está
sufriendo un proceso muy rápido.
La primera generación fue Bitcoin: una
criptodivisa (unidad de cuenta) registrada en un libro mayor llamado cadena de
bloques.
La segunda generación ha dado algunos pasos
adelante, aunque con la misma tecnología Blockchain. Un ejemplo es Ethereum:
tecnología mejorada de Bitcoin que además permite todo tipo de contratos
inteligentes en la red.
Y ahora acaba de llegar IOTA: una criptovivisa
de tercera generación más avanzada que las dos anteriores.
La evolución sustancial es que tanto Ethereum
como Bitcoin necesitan de los mineros para poder subsistir. Sin embargo, IOTA
no tiene minería, ni comisiones, ni cadena de bloques. Eso sí, las tres tienen
en común que son descentralizadas y de
código abierto, lo que quiere decir que cualquiera puede utilizar el protocolo
que es público y transparente.
Las diferencias más notables entre la
tecnología Blockchain y la tecnología IOTA (Tangle) son:
-IOTA Ofrece resistencia cuántica (los
ordenadores cuánticos no podrán piratearla)
-IOTA No tiene cadena de bloques, ni minería,
ni dificultad. Por lo tanto, al no tener comisiones permite hacer micro pagos
(con Bitcoin la comisión de los mineros es mayor que el micro pago)
-IOTA es escalable hasta el infinito mientras
más usuarios y dispositivos la utilicen.
-IOTA admite alrededor de 500 transacciones
por segundo, mientras que Ethereum admite 20 y Bitcoin entre 3 y 7.
-A diferencia de los 21 millones de Bitcoins
que se van creando poco a poco y donde el último se minará en el año 2140, IOTA
ya ha creado el total de sus monedas, que son aproximadamente 2.700 billones,
no creándose ninguna más.
-El inventor de Bitcoin se esconde detrás del
pseudónimo Satoshi Nakamoto. No así los fundadores de IOTA que tienen nombre y
apellido: David Sonstebo, Sergey Ivancheglo, Serguei Popov y Dominik Schiener.
Todos ellos provenientes de la tecnología Blockchain.
Veamos ahora la utilidad de IOTA.
Dado que en un futuro no muy lejano la mayoría
de las cosas estarán conectadas a Internet, la comunicación global entre ellas
será una realidad.
Así, por ejemplo, imaginemos que nuestro
frigorífico detecta que las latas de refresco o las cervezas se están agotando.
El mismo frigorífico automáticamente se conectará con el proveedor para hacerle
el correspondiente pedido, el cual será enviado por mediación de un Dron a
nuestro domicilio, siendo el propio frigorífico el que realizará el pago
mediante la tecnología IOTA.
Otra utilidad, por ejemplo, es que cuando
lavemos nuestro coche, entremos en un parking o pasemos por un peaje, nuestro
automóvil (que no nosotros) realizará el pago automáticamente, mediante esta
tecnología, sin tener que detenerse.
En definitiva, se trata de que las cosas estén
conectadas entre sí y sean ellas mismas las que realicen, previa instrucción
nuestra, todo tipo de acciones y comercio.
En un mundo que está cambiando a pasos
agigantados, y donde el actual paradigma se está quedando totalmente obsoleto,
es más que evidente la importancia de esta nueva tecnología.
Los gobiernos hablan mucho de la necesidad de llevar
a cabo reformas, pero lo único que saben hacer es NADA. Así que cuanto antes
nos demos cuenta de que en el mundo que se nos viene encima los políticos no
son la solución, sino el problema, mejor.
Llegará el día en que la gente mayoritariamente
perderá la confianza en sus gobiernos y en el sistema financiero amparado en el
dinero FIAT. Y el día que esto ocurra, ya no habrá marcha atrás.
Gracias a esta tecnología, es muy probable que
dentro de unos años el 50 ó 60% de la población disponga de 300 mil, 600 mil o
un millón de euros, dólares, yuanes, etc., en criptodivisas, guardadas en un
monedero electrónico propio, con el que mover su economía. Si esto ocurriera –que
lo dudo- ¿Crees que esa gente cumplirá las absurdas leyes de los gobiernos
cuando dispone de una economía totalmente independiente?
Lo que está claro es que esta nueva tecnología
está atrayendo cada día a más gente inteligente. Y no me refiero sólo a los pequeños
inversores, que también. Me refiero a todas esas personas que están
desarrollando esta tecnología como alternativa al perverso y corrupto sistema
monetario actual.
Gente inteligente es la que hace falta para
afrontar los retos del futuro y no políticos inútiles trasnochados que no saben
distinguir un Euro de lo que hay detrás de un Bitcoin, Ether o IOTA.
Lo que ha ocurrido, para quien tenga la
capacidad de verlo, es que ha llegado un nuevo invento que cambiará el mundo de
arriba abajo.
Esta nueva tecnología supone:
-Una revolución del sistema monetario, con la consiguiente
posible “desaparición” de bancos e intermediarios.
-Una reserva de valor, puesto que el dinero
FIAT no vale nada y terminará desapareciendo.
-Un avance tecnológico que requerirá de un
esfuerzo, por parte de la gente, para entenderlo, que servirá para abrir sus
mentes.
Ahora bien. También pudiera ser todo lo
contrario.
Personalmente me cuesta mucho creer que la
banca se deje arrebatar el poder y el control del dinero. Por esta razón me
pregunto: ¿Y si todo lo que estamos viendo, con relación a las criptodivisas,
ha sido programado para sustituir el actual sistema monetario por otro
completamente digital?
O dicho de otra manera: ¿y si esto es el
famoso “reset” del que tanto habla el FMI?
Pudiera ser que Bitcoin haya sido lanzado como
un “globo sonda” para que la gente se familiarice con este nuevo sistema. Una
vez depositada su confianza en él, se creará una criptodivisa mundial que, por
supuesto, esa sí dejará de estar descentralizada. De esta manera la banca se
hará la dueña de todo el dinero mundial. Y aquí lo tenemos: el sueño de todo
banquero hecho realidad.
Bueno, pues ahora que cada uno saque sus
conclusiones.
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