viernes, 14 de diciembre de 2018

EL SISTEMA SIEMPRE GANA


Desde el inicio de la campaña electoral andaluza todos los partidos con cobertura mediática han repetido como un mantra que lo importante era ir a votar (elemental, si la gente deja de votar se acabó el chollo).
A las elecciones andaluzas se han presentado 26 partidos. Quitando  PSOE, PP, Cs, AA, VOX y PACMA, al resto de partidos no los conoce ni Dios (evidente, no salen en televisión).
Resulta que ahora todos los partidos con representación parlamentaria han ganado: el PSOE las elecciones, el PP por ser probablemente quien gobierne, Cs el que más ha crecido, VOX que irrumpe con 12 diputados y AA que vete a saber que se inventan para seguir viviendo del momio.
Analicemos los datos:
Andalucía tiene 8.410.000 habitantes. Estaban llamados a las urnas un total 6.432.454 votantes, de los cuales se abstuvieron 2.602.546, votaron en blanco 56.916 y votos nulos 81.133, que suman 2.740.595. Esto supone que sólo 3.691.859 votos han sido válidos. Es decir el 57,39% se ha pronunciado frente a un 42,61% que no lo ha hecho.
Ese 57,39% hay que repartirlo entre los 26 partidos que han sido votados.
Los 5 partidos más votados han recibido la siguiente cantidad de votos:
PSOE: 1.009.243 votos
PP: 749.275 votos
Cs: 659.631 votos
AA: 584.040 votos
VOX: 395.978 votos
¿Me quieren convencer de que el partido más votado, PSOE (1.009.243 votos) o la suma de PP, Cs y VOX (1.804.884 votos) son el fiel reflejo de lo que quiere la sociedad andaluza?
Pues ya te digo yo que NO.
Lo que quiere la mayoría de la sociedad andaluza es que se vayan todos a la mierda, ya que ha habido 2.740.595 andaluces que se ha pronunciado en este sentido. Pero a esos 2.740.595 andaluces –que evidentemente son una mayoría aplastante-  esta falsa democracia simplemente no los tiene en cuenta.
Enhorabuena. Las elecciones andaluzas las ha vuelto a ganar el Sistema.

viernes, 30 de noviembre de 2018

27 AÑOS DE NUESTRA VIDA REGALADOS AL FISCO


¿Alguien ha echado la cuenta de lo que pagamos en impuestos a lo largo de nuestra vida?
Pues sí, alguien se ha molestado y lo ha calculado.
Según un estudio elaborado por el  think tank Civismo, los españoles pagan una media de 585.200 € en impuestos durante toda su vida.
Un trabajador español medio paga en impuestos alrededor de 456.500 € en IRPF, cotizaciones sociales, IVA, impuestos especiales y otros gravámenes a lo largo de su vida. Esto, traducido a términos porcentuales, supone que el trabajador español medio paga el 37,5% de sus ingresos a Hacienda desde los 18 hasta los 65 años.
Pero esto no termina aquí. Durante la jubilación (pongamos que se jubila a los 65 años y vive hasta los 83) paga aun más impuestos que cuando está en activo. Según dicho estudio, un jubilado paga en impuestos 128.700 €. Esto representa una carga fiscal significativa que asciende al 52,75%, lo que supone un 15,25% más que durante su periodo de actividad laboral.
Por lo tanto, según ha determinado el estudio presentado por Civismo, a lo largo de su vida el contribuyente medio español habrá entregado 27 años de sueldo a Hacienda. Lo que significa que si empezó a tener ingresos a los 18 años, no alcanzará su año de liberación fiscal hasta que cumpla los 45 años de edad, que no es moco de pavo.
Y la pregunta inevitable es: ¿nos compensa dar 27 años de nuestra vida a cambio de lo que recibimos? Yo creo que no.
Ni las mejores infraestructuras ni la mejor sanidad y educación valen 27 años de nuestra vida. Pero ya nos gustaría que nuestros impuestos repercutieran en esos servicios. Sin embargo, la realidad es que el sueldo de esos 27 años nos es robado para ser malgastado en mantener a castas privilegiadas y parásitos de toda índole, entre los que se encuentran -como no podría ser de otra manera- políticos, militares, policías, banqueros, Iglesia, Estado, 17 mini reinos de taifas, ONGs y toda una pléyade pesebres diversos.
Y esto sin tener en cuenta el peor de todos los impuestos: la inflación (aumento generalizado y sostenido del nivel de precios existentes en el mercado durante un período de tiempo  y una pérdida del valor del dinero para poder adquirir bienes y servicios o hacer uso de ellos).
Según el Instituto Nacional de Estadística, de enero 1.977 a enero 2.017 (40 años) la variación del IPC fue del 810,7%. Si crees que exagero puedes comprobarlo tú mismo en el enlace que adjunto de la web del INE:
Pues bien. No hace mucho tiempo los sueldos y las pensiones estaban indexados al IPC. Sin embargo, esto ya no es así y, claro está, la pérdida de poder adquisitivo, sobre todo para las rentas más bajas, se ha notado y mucho.
Para que nos hagamos una idea, en el año 1977 un directivo cobraba unas 92.000 pesetas mensuales (553 euros); un peón albañil, unas 20.800 pesetas (125 euros) y el salario mínimo interprofesional estaba en 13.200 pesetas (79 euros). Si en estos 40 años los salarios hubieran subido en la misma proporción que el IPC, un directivo tendría que cobrar actualmente 448.317 €; un peón albañil 101.337 € y el salario mínimo interprofesional debería estar en 64.045 € que, evidentemente, no se acerca ni por asomo a los salarios actuales. ¿Te das cuenta el vil engaño que supone el actual sistema monetario?
Que los ricos defiendan el actual Sistema, lo entiendo. Lo que no entiendo es qué hacemos el resto jugando a este estúpido juego en el que siempre gana la banca.
27 años de sueldo de cada españolito es mucho dinero como para cubrir con creces las necesidades de cada uno de nosotros. Entonces, ¿qué coños hacen con nuestro dinero? Pues ya te lo digo yo: malgastarlo y utilizarlo para mantenernos donde estamos (entre otras cosas en la ignorancia).
Actualmente disponemos de los recursos necesarios, la tecnología adecuada y el conocimiento suficiente como para mandar un poquito a la mierda a este Sistema y estructurar una sociedad nueva. Y no es ninguna utopía.
Pero para llevar a la humanidad a un nivel superior, es necesario que comprendamos que somos todos uno y que la única manera de prosperar de verdad es ayudarnos los unos a los otros, cosa que nunca ocurrirá mientras exista el dinero.
Si lo piensas, sólo hay un cáncer en nuestra sociedad –culpable de todos los males- que está acabando con nosotros y con la salud del planeta. Y ese cáncer no es otro que el dinero. Si no desaparece pronto de la ecuación, me temo que no tenemos ningún futuro como especie.
¿Te has parado a pensar en los beneficios de la erradicación del dinero?
Sin dinero no habría banqueros ni políticos ni intermediarios especuladores. No existirían impuestos. Tampoco tendríamos inflación, derivados financieros, fondos de cobertura y un sinfín de productos tóxicos y engañosos que poco a poco nos roban nuestros ahorros. Y lo más importante: no habría ni ricos ni pobres. Por lo tanto, adiós a las élites adineradas que tanto daño hacen a la humanidad.
A ver si de una vez por todas nos enteramos de que para vivir sólo necesitamos recursos, no dinero. De manera que no sé qué hacemos pagando por ellos cuando nos los proporciona gratis la naturaleza.
Recapitulando.
Malgastar 27 años de nuestra vida en pagar impuestos es la cosa más estúpida y demencial que podemos hacer, ya que estamos colaborando a mantener el estado actual de las cosas. Y no lo dudes: es una extorsión en toda regla.
Por supuesto, la gran mayoría adoctrinada podrá el grito en el cielo con lo que acabo de decir. Dirá que sin impuestos no tendríamos sanidad, educación, infraestructuras y un larguísimo etcétera de cosas. Pues bien. Esta creencia popular, altamente extendida, simplemente no es verdad. Pero ese es otro debate.

miércoles, 14 de noviembre de 2018

LA INEVITABLE CRISIS QUE SE AVECINA


La llegada de las sucesivas crisis económicas, que se llevan produciendo en las últimas décadas, han puesto de manifiesto un hecho ineludible: determinadas personas están amasando verdaderas fortunas gracias a nuestra ignorancia, obediencia y sumisión.
La todopoderosa industria mass-media –que como todo el mundo sabe está en manos del poder global del dinero- ha conseguido distraernos con estupideces para que no queramos saber nada de lo que realmente importa. Ha logrado que sólo pongamos atención en lo banal y catastrófico, manteniéndonos en un estado de desánimo permanente. En definitiva, nos hemos acostumbrado a utilizar nuestras emociones en detrimento de nuestro raciocinio. Y así nos va, claro.
El poder global del dinero -que es el que crea estas crisis ficticias- está dispuesto a invertir y gastar miles de millones de dólares al año para conseguir su objetivo, que no es otro que el de mantener el control absoluto sobre los estados, las instituciones y en último término sobre las personas.
Los medios de comunicación ya nos están preparando para que afrontemos la siguiente crisis sin rechistar. Se prevé que esta nueva crisis se producirá entre 2019 y 2022. Y la pregunta es: ¿Cómo lo van a hacer? Muy sencillo: mediante la deuda.
El BCE ha anunciado que a finales de este año dejara de dar dinero gratis y subirá los tipos de interés. Esto significa que el Estado tendrá que pagar un mayor interés por financiarse.
Para afrontar este aumento de los intereses de la deuda, el Estado sólo tiene dos opciones: incrementar ingresos o reducir gastos. Y aquí tenemos la escusa perfecta para acometer una nueva oleada de recortes a la población.
Si la crisis del 2007 se ha llevado por delante una parte muy importante de nuestros derechos laborales y poder adquisitivo, la que se nos viene encima se llevará otra parte importante de nuestras prestaciones sociales, con la privatización de la educación, sanidad y pensiones, entre otras cosas.
Si hacemos memoria, nos daremos cuenta de que antes de la crisis de 2007 un mileurista era considerado un “pringao”. Sin embargo, ahora un mileurista ha pasado a formar parte de los privilegiados que tienen un trabajo “bien remunerado”. ¿Te das cuenta a dónde nos han conducido?
¡Manda huevos! No me puedo creer que vayamos a caer de nuevo en la trampa y a aceptar otra vez tan descomunal engaño.
Ya lo he dicho en multitud de ocasiones: las crisis económicas no existen, se inventan.
Mientras los recursos del planeta sigan estando ahí y el intelecto del ser humano continúe teniendo capacidad para manufacturarlos, no hay crisis que valga.
Pero la nueva crisis económica ya está en marcha y no te quepa la menor duda de que llegará. La propaganda hace tiempo que está funcionando. Estamos hartos de escuchar, un día sí y otro también, cómo nos bombardean con cosas como estas: las pensiones son insostenibles; la sanidad funciona mejor cuando se externaliza su gestión y la educación concertada es mejor que la pública.
Pues bien. Como acabo de decir, esto no es más que mera propaganda para irnos preparando. Cuando esto estalle, lo van a aprovechar para vendernos que el actual sistema público de pensiones y el mantenimiento de una sanidad y educación pública son insostenibles. Así que es más que probable que la privatización definitiva de estos tres sectores sea acometida durante esta nueva crisis económica.
Debemos saber de una vez por todas que la información falsa, errónea y mal intencionada es la que domina nuestra sociedad. Estamos tan equivocados y confusos que ya no sabemos distinguir una verdad de una mentira.
Insisto. Por mucho que se empeñen en repetirlo hasta la saciedad, la verdad es que las crisis económicas no existen: no puede existir una crisis de dinero (deuda, que es lo mismo) de algo que es un invento creado de la nada. La nueva crisis que está por llegar es una falacia como lo fueron todas las crisis económicas anteriores que, eso sí, cumplieron con creces sus verdaderos objetivos.
Para todo aquel que lo quiera ver, la realidad es que es el sistema bancario –capitaneado por el poder global del dinero- quien está detrás de estas crisis ficticias que evidentemente sirven para extorsionar a todos los países. El sistema bancario, a su vez, es el que pone y quita políticos y maneja las instituciones más importantes a su antojo (acabamos de ver el control que ejerce sobre el Tribunal Supremo).
No seamos ingenuos. Actualmente ningún país tiene soberanía y todos están siendo saqueados por estos buitres insaciables que hacen de nosotros lo que les da la gana. Hemos dejado el control del dinero en sus manos y esto les ha dado un inmenso poder.
Pero no podemos seguir mirando hacia otro lado o de lo contrario seguirán adelante con sus planes para conseguir sus objetivos.
Repito lo que tantas veces he dicho. Simplemente con hacer tres simples gestos esto no se llevará a cabo: no ver televisión, no volver a votar jamás y sacar el dinero de nuestra nómina o pensión al día siguiente de ser ingresada. En definitiva, cuanto menos utilicemos la TV para informarnos, menos caso hagamos a los políticos y menos utilicemos los bancos, mejor.
Porque no se trata de hacer manifestaciones, revoluciones o huelgas. Eso lo llevamos haciendo desde hace décadas y prácticamente no ha servido de mucho. Ya sabes mi máxima: “no se trata de hacer, sino de no hacer”. Si dejamos de hacer lo que ellos quieren que hagamos, ten por seguro que entrarán en pánico y sólo entonces algo podrá cambiar. De lo contrario, me temo lo peor, y es que esta nueva crisis se llevará por delante lo que queda del ya maltrecho estado del bienestar.

miércoles, 24 de octubre de 2018

EL NUEVO CÁRTEL QUE SOMETE A LA HUMANIDAD


A consecuencia de la escasez de recursos (cosa que no ocurre hoy en día), históricamente el ser humano ha sufrido el dominio por parte de unos pocos que sistemáticamente han sabido hacerse con las riquezas del planeta.
Desde siempre, el poder ha buscado la forma de tener el control sobre la sociedad. Mediante herramientas tales como las armas, la religión, el Estado, la educación, el dinero o la cultura -entre otras- ha conseguido mantener al “populacho” en una especie de prisión, de la que nunca ha sabido escapar. Si hasta ahora ha sido imposible revertir esta situación, con la llegada de nuevas herramientas tecnológicas como Google, Facebook, Apple, Amazon y un larguísimo etcétera, se me antoja tarea arduamente inalcanzable.  
El gobierno nos controla a todos. Nada nuevo: somos sus esclavos. Pero ya no se trata de eso. Con la irrupción en nuestras vidas de estas nuevas tecnologías, de lo que ahora se trata es de convertirnos en esclavos de nosotros mismos.
La tan manida frase, repetida hasta la saciedad, “el ser humano aprende de sus errores” -amén de no ser verdad- es la tontería más grande que he escuchado en mi vida. Seamos serios. La humanidad repite la historia una y otra vez y, además, cada vez en ciclos más cortos. Parece que carezcamos de memoria. Y si no es así, que alguien me explique por qué la gente sigue votando, cada cuatro años, a los mismos que le mintieron y engañaron en el pasado y encima contándole las mismas mentiras. Patético ¿verdad?
Desde los tiempos más remotos, el poder ha tenido el sueño de hacer un ser humano esclavo de sí mismo, para no volver a tener que preocuparse de salvaguardar su posición privilegiada. Bueno, pues parece ser que por fin lo ha conseguido.
Nuevas herramientas tecnológicas como multitud de canales de televisión, Youtube, Twitter, WhatsApp, Google, Facebook, Amazon, Instagram y un innumerable etcétera, se han convertido en el nuevo cártel que domina el mundo.
El comercio, la información, el ocio y todo aquello que formó parte de nuestra vida cotidiana antes del siglo XXI, ha sido absorbido por este cártel que lo ha engullido absolutamente todo.
Estas nuevas tecnologías nos tienen a todos anonadados, sin darnos cuenta de que están destruyendo nuestro entorno, nuestro trabajo, nuestra salud, nuestra forma de relacionarnos y todo aquello que formó parte de muchos de nuestros principios y valores antes de su llegada. Y yo me pregunto: ¿es progreso o  control, manipulación y adoctrinamiento disfrazado de avance tecnológico?
Como todos sabemos (o al menos deberíamos saber), esta sociedad moderna no es más que la consecuencia de una burda manipulación. Con la llegada de estas nuevas tecnologías que, evidentemente, están al servicio del poder global del dinero, la humanidad está siendo manipulada y controlada como nunca antes lo fue.
Porque, vamos a ver. ¿Alguien cree que el proceso catalán ha llegado a donde está sin la colaboración de este cártel?
El 99% de los medios de comunicación de masas está en manos del poder global del dinero y el resto de medios alternativos “independientes”, vete a saber quiénes son. Así que con este dominio absoluto de los medios, por parte del poder global del dinero, no es de extrañar que la manipulación se haya convertido en la herramienta principal de control de masas del siglo XXI.
Ahora mediante estas nuevas tecnologías nuestras mentes son moldeadas, nuestros gustos formados y nuestras ideas sugeridas. Y lo hacen con tal sutileza, que estamos convencidos de que actualmente somos más libres de elegir por nosotros mismos. Nada más lejos de la realidad.
Las ambiciones, pretensiones, codicias, sueños; en definitiva, todos lo que es capaz de desear el ser humano es el combustible que mueve la sociedad. La clase dominante hace tiempo que se dio cuenta. Pero no ha sido hasta ahora, a través de estas nuevas tecnologías, cuando ha sido capaz de controlar el inmenso mecanismo de engranajes que conforman la sociedad moderna.
Este nuevo cártel ha conseguido diseminar ideas, creencias y doctrinas de todo tipo a través de la propaganda. Y les ha funcionado. Vamos que si les ha funcionado.
Las cíclicas crisis económicas que “nos venden” no son más que el resultado de esto que acabo de decir. Los recursos del planeta no desaparecen de la noche a la mañana. Sin embargo, a través de la propaganda se divulgan cifras macroeconómicas falsas que llevan a gobiernos, empresas y familias a actuar de determinada manera, siendo empujadas hacia donde el poder global del dinero ha decidido que deben ir.
Por otra parte, nunca en la historia de la humanidad ha habido tanta confusión como ahora. Ya no sabemos si los alimentos que ingerimos son buenos o malos, si los medicamentos nos curan o nos están matando o si todo aquello que leemos, escuchamos y vemos, en los diferentes medios de comunicación, es verdad o mentira. En definitiva, este cártel tecnológico ha desvirtuado tanto la realidad que ya no sabemos si lo blanco es blanco y lo negro es negro.
La pereza del ser humano para despertar y darse cuenta que no todo es TV, Facebook, WhatsApp, Instagram, Amazon,… etc., le hace culpable por dejarse manipular con estas nuevas formas de evolución que lo ha hecho un idiota esclavo de sí mismo.
Pero todo esto no hubiera ocurrido sin la existencia de una mayoría de personas dependientes y adoctrinadas, que dan por hecho que la ausencia de poder es el origen de todos los problemas. Por lo tanto, es más que evidente que sin el apoyo de esa mayoría, que procesa ese culto al poder, ningún ser humano podría tomar por la fuerza o mediante ninguna  tecnología -como este cártel- la riqueza del planeta.

lunes, 24 de septiembre de 2018

NUEVO SISTEMA MONETARIO PARA UN MUNDO GLOBALIZADO

Todos somos conscientes de que el mundo está cambiando a pasos agigantados. Pero cambiando hacia dónde.
Llevamos observando en los últimos tiempos una serie de “crisis cíclicas” en las que sistemáticamente los ricos han salido de ellas más ricos y los pobres más pobres. Estas “crisis”, han traído consigo un sistema monetario perverso y desmadrado, dando origen a una deuda mundial galopante y unos productos financieros incontrolados -extremadamente tóxicos- invadiendo todos los mercados.
Evidentemente, la “bola de nieve” que se ha generado es mastodóntica y no parece tener arreglo. Por lo que sólo se pueden hacer dos cosas: seguir engordando la “bola de nieve” -con las peligrosas consecuencias que eso conlleva- o hacer “borrón y cuenta nueva”.
Todo indica que iremos irremediablemente a hacer “borrón y cuenta nueva”. Y aquí es donde entra en escena esa nueva tecnología llamada cadena de bloques, donde las criptodivisas son las protagonistas con Bitcoin a la cabeza.
Existen evidencias de que alguien está muy interesado en crear un nuevo sistema monetario virtual, para un mundo globalizado, que sustituya al actual modelo FIAT.
Indudablemente, puede que ese nuevo sistema monetario, basado en la cadena de bloques, sea mejor que todos los que hemos conocido hasta el momento y pueda liberarnos, de una vez por todas, de las élites que todo lo controlan a través de su dinero FIAT.
Pero, como vulgarmente se dice, no es oro todo lo que reluce y hay algunas sombras, en las actuaciones de Bitcoin, que siembran dudas razonables sobre la honestidad e independencia de este nuevo sistema monetario.
“Con la llegada de Bitcoin, se ha producido un cambio sustancial sin precedentes en la historia más reciente del dinero: al ser Bitcoin una moneda descentralizada, eres tú el único dueño absoluto de tu dinero, por lo tanto, esto te permite autogobernarte”. Este es el concepto primordial que trata de difundir la comunidad Bitcoin.
Y mi pregunta es: ¿será verdad?
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que hoy por hoy todo, absolutamente todo, tiene dueño.
Bitcoin en una red que funciona en Internet y, como ya he dicho en alguna que otra ocasión, Internet tiene dueño. Por lo tanto, es de suponer que Bitcoin también lo tiene.
Y ahora viene la pregunta del millón: ¿Quién es Satoshi Nakamoto? Nadie sabe si es una o varias personas o alguna institución como podría ser un banco, la CIA, la NSA o vete tú a saber. Bajo mi punto de vista, es esencial saber quién está detrás de Bitcoin para conocer sus verdaderas intenciones.
Es altamente preocupante que el creador de Bitcoin, Satoshi Nakamoto, posea el 7% (1.470.000 bitcoins) del total de los 21 millones de bitcoins que se terminarán de minar en el año 2140. Ese 7% sencillamente es una cantidad enorme, por lo que en un momento determinado puede desestabilizar todos los mercados y, cómo no, acabar con el actual dinero FIAT.
Por otra parte, desde el año 2009, no ha habido ninguna transacción de la cuenta de Satoshi Nakamoto. Entonces, la pregunta obvia es: ¿quién o quiénes son los promotores de este invento que no están interesados en el dinero? Porque indudablemente algo les habrá movido a hacer esto, digo yo.
¿Y qué decir de la concentración de la riqueza? Actualmente el 40% de todos los bitcoins minados hasta la fecha están en manos aproximadamente 1.000 personas (la mayoría “ballenas financieras”). Si sabemos que con el modelo FIAT el 1% más rico de la población mundial acumula el 80% de la riqueza global, entonces, ¿cuál de los dos sistemas es más injusto?
Otra parte importante a tener en cuenta es que el Protocolo Bitcoin no se puede cambiar salvo con el consenso de la mayoría de la red Bitcoin.
La supuesta independencia de Bitcoin reside en la minería. En un principio, la minería estaba compuesta por una red de ordenadores, repartidos por todo el mundo, donde los mineros pasaban inadvertidos y prácticamente eran anónimos. Pero esto ha cambiado. Ahora el 80% de la minería se encuentra concentrada en China. Allí están ubicados los 4 pools de minería más importantes, los cuales suman el 51% de la red Bitcoin. Por lo tanto, pueden cambiar el Protocolo si se ponen de acuerdo y así lo deciden (indudablemente poner de acuerdo a miles de mineros en prácticamente imposible, pero a cuatro es realmente factible)
Y, por último, lo que es más sospechoso: ¿por qué bancos y gobiernos hacen la vista gorda y no lo han prohibido como si lo han hecho en otras ocasiones como, por ejemplo, con el Liberty Dollar? (Bernard von NotHouse, fue declarado culpable por falsificación, por ser el creador de una moneda alternativa en EEUU basada en oro y plata, bajo el nombre de "Liberty Dollars"
Visto esto, todo parece indicar que un grupo de personas –pertenecientes o no a alguna institución- han creado un sistema monetario digital y están esperando el momento oportuno para tirar por tierra el actual modelo FIAT (cosa bastante fácil, pues hace agua por los cuatro costados) para convertir el mundo en algo nuevo. ¿Pero en qué?
Esta persona o grupo de personas deben tener una meta increíble, ya que si están dispuestos a renunciar a miles de millones de euros y a esperar por un periodo superior a 20 años, es que piensan lograr algo realmente extraordinario. ¿No crees?
Hay un porcentaje muy elevado de posibilidades de que el próximo sistema monetario esté basado en una criptodivisa. Pero la pregunta es: ¿este nuevo sistema monetario será más justo o más esclavizante que el actual?
Si, como yo creo, Bitcoin ha llegado para quedarse, lo que me gustaría es que estuviésemos asistiendo a los albores de un nuevo paradigma en el que ladrones, oportunistas y especuladores de todo tipo no tuvieran cabida. Sin embargo, en un mundo controlado por un puñado de familias, lo normal es que todo esté amañado de antemano y que el supuesto cambio de paradigma se realice sólo para que todo siga igual.
¿Acaso crees que estas familias se quedarán de brazos cruzados frente a la amenaza que representa -supuestamente para ellos- esta tecnología? O lo que es aun más preocupante: ¿no estarán estas familias detrás de este nuevo invento? Y si no lo están: ¿terminarán haciéndose con él?
Ahora que cada uno saque sus propias conclusiones y ya veremos lo que nos depara el futuro.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

PROGRAMACIÓN MENTAL PARA UN MUNDO GLOBALIZADO

En los últimos 30 años nuestra programación mental ha llegado a unos niveles extremadamente preocupantes. Prácticamente el pensamiento propio ha desaparecido, siendo sustituido por un pensamiento mediático, inducido fundamentalmente por la todopoderosa televisión y el resto de medios de comunicación.
Y es que poco a poco hemos ido cediendo toda nuestra soberanía a unas élites que se han convertido en nuestros dueños y lo controlan absolutamente todo: el dinero, la economía, la política, la educación, los medios de comunicación, la industria alimentaria, la farmacéutica, Internet y un larguísimo etcétera.
En un mundo, en el que todo está interrelacionado, y donde no existe otra máxima que la de hacer la mayor cantidad de dinero en el menor tiempo posible, no es de extrañar  que nuestros dueños nos manejen a su antojo: desde envenenarnos con sus alimentos, para posteriormente someternos a tratamientos farmacológicos de por vida, hasta educarnos para ser trabajadores de sus empresas y consumidores de sus productos. Así de simple.
Siempre hemos aceptado que la violencia, el egoísmo, el odio y un largo etcétera de cosas, que fomentan las disputas entre los seres humanos, son parte de nuestra naturaleza y, por lo tanto, inevitables. Pero esto sencillamente no es cierto. Nosotros no nacemos odiando ni traemos la violencia de fábrica. Entonces, ¿cómo podemos asumir que la naturaleza humana es la causante de tanto dolor y miseria y quedarnos tan tranquilos?
La realidad es que estamos equivocados y todo es fruto de nuestra programación mental y consiguiente manipulación.
La frase “divide et impera” (divide y vencerás), atribuida a Julio César, sigue aun de vigente actualidad.
El “populacho” esclavizado, vilipendiado y maltratado sistemáticamente, siempre termina hartándose de ser gobernado por corruptos y de tener que trabajar por salarios de mierda para poder subsistir. Evidentemente, el poder lo sabe y utiliza la estrategia de dividirnos para distraer la atención de nuestro verdadero enemigo que, sin lugar a dudas, es él.
La jugada maestra lleva funcionándoles muchos siglos. Han conseguido que nos enfrentemos hombres contra mujeres, jóvenes contra viejos, blancos contra negros, cristianos contra musulmanes, heterosexuales contra homosexuales, izquierdas contra derechas, ricos contra pobres, nacionales contra nacionalistas… Y así podríamos seguir con una lista interminable.
Nos convencieron de que el problema está en nosotros -en nuestra naturaleza- y, por lo tanto, somos nosotros los que nos destruimos y nos esclavizamos a nosotros mismos. Pero no es verdad.
Según nos han enseñado vivimos en una sociedad libre. Evidentemente, esto es falso de toda falsedad. No hay ninguna sociedad libre: en el momento que tenemos que acatar normas y leyes se acabó nuestra libertad. Y como muestra un botón. El otro día era detenido un hombre por bañarse en la playa con bandera roja y hacer caso omiso de los socorristas. Entonces, yo me pregunto, ¿qué clase de libertad es esa que te obliga a hacer lo que otros quieren? (una cosa es informarte del peligro que corres y otra muy distinta obligarte a hacer lo que algún “iluminado” piensa que es “lo mejor” para ti)
Ya sé que la mayoría de personas sumisas y obedientes no estarán de acuerdo conmigo. Y es que así funciona el Sistema: todos damos vueltas en un sentido y si a alguien se le ocurre dar vueltas en sentido opuesto, entonces entra en funcionamiento la maquinaria del Estado para que vuelvas a la “normalidad” o de lo contrario acabar contigo.
La capacidad de control del Estado se basa fundamentalmente en el miedo que induce en nosotros. Sin ese miedo y, por supuesto, la fuerza de las armas, jamás conseguiría nada. Porque no lo dudes.  El Estado no es la Madre Teresa de Calcuta, sino una organización mafiosa, formada por personas bastante ineptas e incompetentes, que tienen grandes incentivos por hacer lo que hacen (entre otras cosas, inducir miedo en los pobres idiotas, como nosotros, para convertirnos en sus mejores colaboradores).
Rara vez ocurre, pero cuando el “populacho” consigue salir adelante por sus propios medios, independientemente del Estado, el Establishment –esto es, el poder político-económico-financiero– se ve seriamente amenazado y entra en pánico. Entonces,  recurre (como ha hecho siempre) al “poso” de nuestra programación mental, apresurándose a recordarnos que sin la ayuda del Estado esto sería un caos y no tendríamos nada: ni seguridad, ni carreteras, ni sanidad, ni justicia, ni educación ni nada de nada. O sea, no habría sociedad. Y, evidentemente, nosotros lo creemos a pie juntillas.
Gracias a la programación mental que, indudablemente, está por todas partes, y a nuestra más estrecha colaboración, tarde o temprano nuestro control será absoluto. Llegará el día que tendremos que solicitar permiso para todo: para viajar, para cambiar de lugar de residencia e incluso hasta para tener relaciones sexuales con otra persona. Seremos algo así como una granja humana en manos de nuestros dueños, si es que no lo somos ya.
No lo crees ¿verdad? Pues si seguimos engordando nuestra imbecilidad esto o algo parecido a esto llegará.
Nunca en la historia de la humanidad hemos alcanzado tal grado de estupidez. Hace tan sólo 50 ó 100 años puede que la gente fuese ignorante e incluso analfabeta, pero no estúpida. Ahora, sin embargo, puedes encontrar universitarios rematadamente idiotas, debido, evidentemente, a la programación mental.
Nos encaminamos hacia un mundo globalizado. Pero ¡ojo!, es una globalización engañosa. Es decir, una globalización para las cosas, que no para las personas: las multinacionales campan a sus anchas por un mundo sin fronteras, mientras que cada día se levantan más muros, vallas y alambradas para prohibir el paso de la gente. En definitiva, lo único que se ha globalizado para las personas es la estupidez. Nada más.
Y esto es así, porque nos han convertido en una panda de imbéciles que no tenemos consciencia de la verdadera fuerza que poseemos.
Si hay algo a lo que tiene miedo el poder es a que nos unamos. Ellos saben que eso de “el pueblo unido jamás será vencido” sí es una seria amenaza para ellos, como lo ha sido a lo largo de la historia en los momentos que esa unión se ha producido. Por eso hacen todo lo posible para fomentar la desunión y crear una ciudadanía fragmentada con intereses supuestamente contrapuestos (un ejemplo claro de rabiosa actualidad es el Procés Catalán).
Pero lo que más les preocupa -aparte de nuestra unión- y que les provoca verdadero pánico, es que la población mundial algún día despierte de su letargo y se revele contra el Sistema, cuya “sangre vital” es el dinero FIAT que todos necesitamos para subsistir que ,obviamente, controlan ellos.
Pero, ¿y si hubiésemos encontrado un nuevo sistema monetario capaz de liberarnos de la esclavitud del dinero FIAT y todo lo que lleva asociado a él?
Continuará.

lunes, 20 de agosto de 2018

DONALD TRUMP: UN IDIOTA PROBABLEMENTE NO TAN IDIOTA


La mayoría de  medios de comunicación nos han vendido un Donald Trump idiota, extravagante y altamente arrogante. Y no digo que no les falte razón. Pero en este mundo en que vivimos, donde la mentira se ha institucionalizado, está claro que nada es lo que parece.
Todos hemos oído a Donald Trump prometer muchas cosas durante la campaña electoral que le llevó a la presidencia de los EEUU. La más repetida, y que caló hondamente entre sus votantes, fue la de volver a hacer grande a los EEUU. Y parece ser que en ello está.
La manera de apretar las tuercas en materia económica a la EU, para que aporte más dinero a las arcas de la OTAN, unido a la imposición de aranceles y el incremento del tipo de interés del dinero, son medidas encaminadas a hacer realidad su promesa.
Mientras en Europa seguimos aplicando políticas globales neoliberales, que conllevan la deslocalización de empresas y externalización de puestos de trabajo, EEUU está volviendo a utilizar las mismas estrategias que le hicieron grande en el siglo pasado.
Con la presión ejercida sobre sus aliados de la OTAN, para que gasten más dinero en defensa, se está asegurando la sostenibilidad de su industria armamentística, dado que mayoritariamente será EEUU quien proveerá de armas a los países miembros.
Del mismo modo, con la imposición de aranceles a los productos que llegan a EEUU -fundamentalmente de China y de la UE- está protegiendo su mercado interior.
Kennedy dijo en una ocasión: “cuidado con despertar al gigante chino”.
Evidentemente, se refería a que China era una dictadura comunista y no disponía de una economía de libre mercado, así que le inquietaba que si algún día China llegara a democratizarse fuera un peligro para los intereses de EEUU. Pero lo cierto es que, aunque China no se ha democratizado, ha experimentado un cambio en su política económica que ha hecho mucho daño a la economía estadounidense.
El Partido Comunista Chino en el poder se dio cuenta de que una cosa es la democracia y otra muy distinta “las cosas de comer”. Así que cambió sólo en el plano mercantil dejando intacto el régimen político.  
China ha hecho una cosa muy inteligente para salir del estancamiento económico en el que se encontraba: promover una economía de libre mercado orientada al socialismo. Es decir, el Estado permite el libre mercado, no interfiere en establecer precios ni favorecer empresas estatales, pero  industrias básicas y sectores regulados como las telecomunicaciones o el sector bancario son mayoritariamente propiedad del Estado, aunque también compiten entre ellas en un sistema de precios establecidos por el mercado.
Ante esta seria amenaza, lo que pretende Donald Trump es que se vuelva a fabricar en EEUU, terminando de algún modo con la deslocalización de empresas y la externalización de los puestos de trabajo. De esta forma crecerá el empleo, subirán los salarios y, en consecuencia, la gente vivirá mejor. En definitiva, lo que él decía: “volver a hacer grande a los EEUU”.
Todo el mundo ha criticado la imposición de aranceles, por parte de Donald Trump, diciendo que era una mala decisión que afectaría a la economía. Evidentemente que afectará a la economía. Sin embargo, lo importante es ver a quién le afecta y de qué manera le afecta.
Según parece, las consecuencias del incremento de aranceles han supuesto una ligera subida en los mercados estadounidenses, mientras que los asiáticos y europeos van a salir perdiendo. Eso es lo que aseguran los expertos, puesto que EEUU importa más de lo que exporta (véase cómo ha afectado a Turquía la subida de aranceles al acero y aluminio)
¿Y qué decir del precio del dinero?
En Europa el BCE tiene fijado un interés del 0%, mientras que la FED lo ha situado en el 1,75%. Con la subida de tipos de interés, por parte de la FED, los EEUU han controlado la inflación y han protegido su divisa. Así de simple.
Por otra parte, el BCE ha anunciado su intención de acabar con el dinero barato para finales de este año. Esto supondrá un varapalo tremendo para economías tan endeudadas como España e Italia que, junto con el Brexit, pueden dañar gravemente (por no decir hacer desaparecer) la UE.
Donald Trump ha criticado en numerosas ocasiones la globalización, y no le falta razón. Parece que sus políticas están encaminadas en este sentido, así que enemigos no le van a faltar. También, no para de atacar a los medios de comunicación, por lo tanto, no es de extrañar su mala prensa.
Siendo objetivos, el movimiento pro globalización ha sido el causante de que en nuestro país (como en otros de nuestro entorno) haya desaparecido prácticamente la clase media, se haya promovido la deslocalización de nuestras mejores empresas (con la consecuente pérdida de puestos de trabajo y bajada de salarios) y de contraer una deuda galopante que no nos va dejar levantar cabeza durante varias generaciones.
Con esto no estoy diciendo que Donald Trump sea la panacea que arreglará los males del mundo ni estoy rompiendo una lanza a su favor (jamás se me ocurriría). Simplemente expongo hechos que, indudablemente, están teniendo consecuencias.
Seamos realistas. Lo que verdaderamente le preocupa al votante estadounidense (como a cualquier votante) es poder llegar a fin de mes sin dificultad, por eso en EEUU se ha dando la siguiente paradoja: la mayoría de gente que tradicionalmente vota demócrata ha votado republicano; es decir, al “payaso” de Donald Trump, rompiendo así los esquemas de todas las encuestas que daban como favorita a Hillary Clinton.
¿Y cómo un “payaso” como este lo ha conseguido?
Muy fácil. Mediante la utilización de “big-data”. Al saber exactamente lo que piensa, ansía y demanda la población mayoritaria de EEUU, dijo en campaña electoral lo que los estadounidenses querían escuchar. Esto se hace siempre, pero, evidentemente, está claro que él contó con datos más fiables y estuvo mejor asesorado que sus rivales. Así de simple.
En resumen, “Obras son amores, y no buenas razones”, que decía Lope de Vega. Lo demás; es decir, las cifras macroeconómicas que presentan gobiernos, bancos e instituciones, no son más que propaganda numérica falsa, que es utilizada por ellos mismos de la manera que mejor les conviene en un sistema amañado como este.

sábado, 4 de agosto de 2018

BIG-DATA: CONSECUENCIAS


De todas las sandeces que dicen nuestros políticos algunas son tan grotescas que se deberían enmarcar.
Una frase que estuvo en boca de todo el país, al menos durante un periodo no muy corto de tiempo, es la frase utópica por antonomasia de José Mª Aznar, esa que decía: “España va bien”.
Evidentemente, como pudimos comprobar en aquel tiempo, y seguimos haciéndolo ahora, España sólo va bien para unos cuantos, por lo tanto, para la gran mayoría de españoles esa frase no es más que una utopía.
Como todo el mundo sabe, la utopía es –digámoslo así- un paraíso perfecto que no existe, pero con el que todos soñamos a sabiendas de que no es real. Sin embargo, la distopía es un concepto poco conocido. Podríamos decir que es el sentido negativo de la utopía o, lo que es lo mismo, lo opuesto a la utopía.
Pues bien. La realidad es que vivimos en una sociedad cada vez más distópica. Una sociedad sumida en un “caos endémico controlado”, fruto de aplicar técnicas altamente eficaces tras años de investigación en Ingeniería Social.
Verdaderamente no sé si tenemos consciencia de que estamos siendo objeto de una vigilancia permanente, donde en cualquier momento y lugar podemos ser localizados y evaluados por medio de sistemas de vigilancia global. Estos sistemas de vigilancia global acumulan una inmensa cantidad de datos (big-data), que debidamente procesados pueden descubrir patrones ocultos, correlacionar acciones hasta ahora desconocidas y un sinfín de información útil para aquel que los maneja.
Probablemente te preguntarás: ¿y qué importancia tiene eso si sirve para mejorar nuestra calidad de vida? Pues muchísima.
Por si no lo sabes, China pretende instalar para el año 2020 un Sistema de Crédito Social.
¿Qué significa esto?
Pues que el Gobierno Chino evaluará a sus ciudadanos en función toda la información personal que reciba de cada uno de ellos. Esta información no es otra que la huella digital que cada ciudadano Chino va dejando por todas partes sin percatarse de ello.
Es evidente, que un sistema basado en la recopilación de macro-datos (big-data), procesados mediante técnicas de Inteligencia Artificial, podrá monitorizarnos a todos por completo. Y lo que es aún más preocupante: podrá conseguir dirigir nuestro comportamiento hasta límites insospechados.
Este sistema, que irremisiblemente se implantará en China, bien podría ser el precursor de una herramienta para controlar a las masas según su comportamiento social, político, económico, etc., en todo el planeta.
Según revelan fuentes con acceso al Sistema de Crédito Social Chino, la evaluación tendrá en cuenta aspectos tan variados como problemas con la justicia, la honestidad comercial, la puntualidad y seriedad en el trabajo, si eres buen pagador, qué haces en tu tiempo de ocio, si eres fumador o bebedor, si te retrasas en el pago de facturas, tu comportamiento en redes sociales e incluso la puntuación de los amigos y familiares afectará a la propia. En definitiva, la evaluación se hará en función de lo que el Gobierno Chino considere ser “buen ciudadano”. Da miedo ¿verdad?
Con todos estos datos, el Gobierno Chino calificará a cada uno de sus ciudadanos y según la nota que saquen serán clasificados como ciudadanos de primera, de segunda, de tercera, etc.
Lo que van a conseguir es que la gente ceda su propia soberanía individual a cambio de una puntuación que posteriormente les permita obtener alguna que otra migaja del Sistema.
Evidentemente, las consecuencias para un ciudadano con puntuación baja pueden ser aterradoras: desde tener sólo acceso a trabajos basura, pasando por no poder utilizar el transporte público o la sanidad, hasta acelerar su muerte. En definitiva, un control absoluto de la población, donde si te sales de la norma lo vas a pasar muy mal. O lo que es lo mismo: todo aquel que no se ajuste a lo que el Gobierno Chino considere ser “buen ciudadano” se quedará al margen de la sociedad.
Toda ésta pretendida sabiduría de gobernantes e instituciones, para ordenar al mundo a su antojo, no hace más que corroborar que estamos en manos de dementes. Estos iluminados no hacen otra cosa que amargarnos la vida a quienes queremos vivir en paz y armonía con nuestros congéneres, al margen de tanta norma estúpida y tanta ocurrencia patológica.
Ni que decir tiene que las consecuencias globales de todo esto serán incalculables.
Para empezar, a partir de ahora, todo aquel que quiera hacer negocios con China tendrá que adaptarse al Sistema de Crédito Social. Lo que significa que primero será implantado en las empresas, y, después, me temo que este Sistema de Crédito Social -o algo parecido- se impondrá en todos los lugares del planeta. 
Hay que ver cómo ha cambiado la película ¿verdad?
Antes, el Gobierno de turno sometía a los ciudadanos a base de represión e incluso utilizaba la tortura para conseguir que hiciesen lo que el Gobierno quería, ya que, en ese entonces, asumían que para que la gente hiciese cosas en contra de su propio interés tendrían que actuar así. Pero ahora no. Ahora  han conseguido hacernos a todos “tontos del culo”, con lo cual ya no es necesario tanto “derroche” de energía. Ahora aceptamos de buen grado cosas, como este Sistema de Crédito Social, a sabiendas que va en contra de nuestro propio interés. Patético, ¿verdad?
En fin. Creo que esto no hay quien lo pare. Esta sociedad tecnológica ha conseguido lo que nunca antes ningún régimen: crear un ser humano tan idiota, que acepta sin rechistar ser manipulado, mancillado, vilipendiado, denigrado y esclavizado como nunca antes en la historia de la humanidad lo había hecho. Así de triste.

domingo, 1 de julio de 2018

EL SISTEMA


Desde que el hombre empezó a utilizar su inteligencia ha ido creando un sinfín de instrumentos físicos y psíquicos que, paradójicamente, han condicionado su existencia y de qué manera.
Tenemos montones de ejemplos para ver cómo esos mecanismos han dejado de ser precisamente eso, para convertirse en los verdaderos dueños de nuestra vida.
Si nos remontamos a los orígenes del hombre y hacemos un seguimiento de nuestra propia evolución, veremos como esos elementos, creados por nosotros mismos, nos han convertido en sus esclavos.
Porque no lo dudes, en eso es en lo que nos hemos convertido, en esclavos de nuestras propias invenciones.
Hay una analogía que resume a la perfección cómo el hombre ha pasado a ser esclavo de sus propias creaciones: la analogía de la ropa.
El hombre llegó a este mundo completamente desnudo.
En el momento en el que empezó a utilizar su inteligencia, fue creando instrumentos con el fin de que le hicieran la vida más fácil.
Evidentemente, uno de los primeros problemas con los que se encontró fue el de cómo combatir el mal tiempo. Descubrió, que si se cobijaba en cuevas, u otros refugios, ya no pasaba tanto frío. ¿Pero qué hacer cuando tenía que estar a la intemperie? La solución la encontró abrigándose; es decir, creó lo que hoy en día llamamos ropa.
Es evidente, que lo que empezó siendo un simple utensilio para abrigarse con el tiempo se ha convirtiendo en algo más importante que nuestra propia piel. El uso de la ropa ha ido tomando tanta relevancia que ya no concebimos la vida sin ella. Nos vestimos para trabajar, para hacer deporte, ir de fiesta, para manifestar nuestro estado de ánimo, etc. La ropa ha tomado un protagonismo tal en nuestra vida que no sólo no sabemos vivir sin ella, sino que ejerce una gran influencia sobre nosotros.
Ahora la ropa es parte integrante del individuo desde el mismo instante de nacer. Es tan importante, que nos hemos forjado una imagen propia vestidos y no desnudos, como sería lo natural. Porque la verdad es que nacemos desnudos, vivimos toda nuestra vida desnudos y morimos desnudos. Sin embargo, la ropa ha distorsionado esta realidad hasta el punto de llegar a sentir vergüenza de nuestra natural desnudez.
Siendo objetivos, estaremos de acuerdo en que la ropa no es más que un disfraz; eso sí, un disfraz que en la mayoría de los casos falsea completamente nuestra realidad.
Bueno, pues esta es solamente una de tantas analogías. Evidentemente, podríamos utilizar montones de ellas tales como el dinero, la democracia, el trabajo o la religión: otros inventos nuestros que nos han esclavizado tanto o más que la propia ropa.
Dicho esto, veamos ahora cómo sucede lo mismo con el Sistema.
Todos hemos aceptado la existencia de algo que llamamos Sistema. Es seguro que a lo largo de nuestra vida en más de una ocasión lo hemos criticado y/o ensalzado. ¿Pero nos hemos preguntado alguna vez qué es eso del Sistema? o lo que es aun más importante. ¿Existe realmente el Sistema?
Que todos somos esclavos del Sistema es más que evidente. No te imaginas cuanto.
La gente piensa en el Sistema como un ente organizado de carácter político- económico-estructural. Y verdaderamente así es, o al menos es la parte que se ve. Pero el verdadero Sistema no es eso. El verdadero Sistema es un –llamémosle así- “software psíquico” instalado desde nuestro nacimiento en el cerebro, que va siendo actualizando con el transcurso del tiempo. Dicho de otra manera más concreta: el Sistema es algo que sólo existe en nuestra mente.
La realidad, es que lo que llamamos Sistema no es más que una especie de compleja estructura formada por infinidad de creencias. Creencias, por otra parte, elaboradas por nuestro poderoso intelecto con el fin de facilitarnos la vida.
Pero hemos cometido un gran error: nos hemos olvidado de su verdadero origen y significado. Y lo que es aún peor: les hemos otorgado un valor y un poder por encima de nosotros mismos.
Y digo esto, porque, en esencia, son sencillamente invenciones y creaciones humanas como lo puede ser un reloj, la democracia, el dinero, la justicia o el alfabeto; es decir, no son más que instrumentos creados por nosotros con finalidades concretas.
Entonces, ¿cómo es posible que nuestras propias invenciones, en principio concebidas para estar a nuestro servicio, hayan terminado por dominar nuestros actos y nuestra forma de ver el mundo hasta esclavizarnos?
En este Sistema absurdo, creado por nosotros mismos, hemos concedido tanto poder y valor a esos mecanismos que han acabado subyugándonos, han terminando con nuestra libertad individual y están controlando absolutamente nuestra propia existencia. Esa multitud de pequeños mecanismos mentales han creado una realidad paralela ficticia que ahora condiciona todos y cada uno de nuestros actos. Así de simple.
Los “grandes inventos del ser humano” tales como la política, economía, democracia, ética, moral, religión, patria, ley, dinero, arte, cultura, normas sociales, etc., tienen tal influencia en nuestra mente que lo determinan todo: nuestro pensamiento y comportamiento, la bondad y la maldad y, por supuesto, el éxito o el fracaso.
No te quepa la menor duda: el Sistema lo controla absolutamente todo.
Verdaderamente no somos conscientes de hasta qué punto estas creencias distorsionan nuestra visión del mundo y de la propia vida. Y lo hacen hasta tal punto que han conseguido esclavizarnos.
Es más que evidente, que los dos elementos más importantes de los seres humanos son el tiempo y la libertad. Sin embargo, esos dos preciosos tesoros nos han sido arrebatados por el Sistema.
El trabajo, el dinero, los partidos políticos, las crisis, el proceso catalán, la corrupción y todo lo demás, no son más que invenciones nuestras. Por lo tanto, nada que no podamos arreglar, cambiar o desterrar.
Recapitulando.
Al igual que la ropa nos ha hecho sentir vergüenza de nuestra intrínseca desnudez, el Sistema ha conseguido que sintamos vergüenza de nuestra auténtica naturaleza. Algo absolutamente aberrante, bajo mi modesto punto de vista.
Así pues, del mismo modo que deberíamos volver a andar desnudos y usar la ropa sólo para proteger nuestro cuerpo, cuando sea absolutamente necesario, también deberíamos dejar de creer que los mecanismos que componen el Sistema están por encima del bien y del mal. Sería la única manera de volver a ser nosotros mismos y tomar el control de la situación. De lo contrario, ya hemos visto en lo que nos hemos convertido: estúpidos esclavos trabajadores-consumidores, sin el más mínimo sentido crítico.

miércoles, 13 de junio de 2018

EL ENGAÑO DE LA MOCIÓN DE CENSURA

Se dice popularmente que no hay más ciego que el que no quiere ver.
En prácticamente todo el mundo occidental, fuerzas plutocráticas globalistas están desarrollando nuevas estrategias con el claro fin de poner en marcha cuanto antes su famoso Nuevo Orden Mundial.
La llegada a Francia del “macronismo” no ha sido por casualidad, al igual que la moción de censura a Mariano Rajoy tampoco. Y, evidentemente, ambos acontecimientos están relacionados.
La destitución de Mariano Rajoy, con la consecuente caída de todo su Gobierno en menos de una semana, ha sido una jugada maestra por parte del poder global del dinero.
Ni que decir tiene que un cambio de Gobierno; es decir, la salida de un gabinete y la composición de otro, no se produce tan rápido si no ha habido previamente -durante al menos un medio-largo periodo de tiempo- conversaciones y acuerdos con todos los actores implicados (no cuela que todo este “tinglao” se haya resuelto en tan solo 18 días).
Decía Franklin D. Roosevelt: "En política, nada ocurre por casualidad. Cada vez que un acontecimiento surge, se puede estar seguro que fue previsto para llevarse a cabo de esa manera."
Según amenazaban los “mass-media” más conservadores de este país, si prosperaba la moción de censura España se hundiría: se incrementaría el paro, bajarían las inversiones, subiría la prima de riesgo, etc. Sin embargo, nada de eso ha ocurrido. ¿Y por qué? Pues porque el poder global del dinero ya tenía previsto este nuevo escenario.
¿Crees que la elección de un Gobierno formado por 11 mujeres, un astronauta y dos gays, entre otros, ha sido cosa exclusiva de Sánchez? Y lo más alucinante ¿De verdad piensas que este Gobierno se ha hecho a gusto de la mismísima Ana Patricia Botín? Lo digo porque se ha deshecho en elogios hacia el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez, y eso si que es raro de narices.
Pero qué curioso. Buscando en el “baúl de los recuerdos”, vemos que la señora Botín es asidua del club Bilderberg. Y ¡oh, sorpresa! Resulta que Pedro Sánchez acudió a las reuniones de 2015 y 2016, así como Albert Rivera y Sáenz de Santamaría han acudido en 2018.
El resurgimiento de Sánchez, después de ser defenestrado por su propio partido, se produjo –milagrosamente- después de que hubiese asistido a las reuniones del famoso club. Además, él mismo iba diciendo por ahí que sería el siguiente Presidente de Gobierno: ¿casualidad o ya lo sabía?
Así que no te quepa la menor duda de que este Gobierno formado por europeístas, federalistas, feministas y globalistas, será el encargado de llevar a España hacia el “macronismo”.
En un principio, parecía que Ciudadanos había sido el elegido para la implantación del “macronismo” en España. Pero que va. Ahora vemos que Albert Rivera no tiene la exclusiva. Todo parece indicar que el PSOE e incluso el nuevo PP, que saldrá de su congreso extraordinario, también formarán parte del mismo orden de cosas. O sea, lo de siempre: la clase política a las órdenes del gran capital.
Lo que está ocurriendo, para todo aquel que lo quiera ver, es lo mismo que sucedió en los años 80 del siglo pasado, cuando Margaret Thatcher y Ronald Reagan implementaron el neoliberalismo en prácticamente todo el mundo. Ahora se quiere dar un paso más con el “macronismo”, para seguir avanzando en la implantación de ese Nuevo Orden Mundial.
Todo lo que vemos, oímos y leemos en los medios de comunicación, como esas noticias relacionadas con la Ideología de Género, el Movimiento LGTBI, feministas, y un largo etc., no son más que los nuevos valores a inculcar a la población, por parte de los diseñadores del Nuevo Orden Mundial, para construir la sociedad que ellos han diseñado para nosotros.
Dicho esto, es obvio que la moción de censura a Mariano Rajoy no es más que la misma pantomima de siempre para seguir engañando a incautos. O lo que es lo mismo: “cambiar” para no cambiar nada en absoluto. Y así llevamos siglos y siglos.
Porque ¡señores! La triste realidad es que por más igualdad de género, más gobiernos paritarios y otras “ocurrencias” de la clase política, la igualdad entre seres humanos nunca se producirá mientras existan ricos y pobres.
Ese es el principal reto de la humanidad que, desde luego, no se quiere acometer por parte del poder global del dinero y toda la casta política que lo sustenta. Así de claro.
Lo demás, no son más que cantos de sirenas.