El mundo está actualmente en manos de unos
maníacos patológicos que son los dueños del dinero. El principal motor de este
sistema ya no es la economía real ni las materias primas ni tan siquiera los
recursos. Ahora todo gira en torno a la economía financiera, así de triste.
El poder global del dinero es quien
verdaderamente gobierna el mundo. Los estados, gobiernos, partidos políticos,
corporaciones y personas, en general, están a merced de este “gobierno en la
sombra” que cada día se hace más insoportable.
Esta autocracia del dinero, con la banca a la
cabeza, no es ninguna “asociación benéfica” que se dedique a contribuir al
bienestar de la gente; al contrario, es la responsable del empobrecimiento de
la clase media y de la marginación hasta niveles de extrema pobreza
de las clases más desfavorecidas.
Pero estos opulentos maníacos tienen nombre y
apellido. El mayor exponente de esta clase adinerada a nivel mundial es la
familia Rothschild. Esta familia de banqueros, de origen judeo-aleman
(ashkenazi), es la más influyente de Europa, de EEUU y posiblemente del resto
del mundo.
Todo empezó en 1743 con Amschel Moses
Bauer (primer Rothschild) cuando abrió un “negocio cambista” en Frankfurt.
El sobrenombre de Rothschild tiene un origen
anecdótico. En aquel tiempo, las calles no tenían nombres y los comercios
colocaban símbolos para identificarse. Amschel Moses Bauer colgó un escudo rojo
(“Rot Schild” en alemán), y así fue como adoptaron el nombre de Rothschild.
Todos sabemos que las grandes fortunas siempre
se han hecho especulando y utilizando información privilegiada, y esta familia,
como no podía ser de otra manera, hizo lo propio para enriquecerse.
En 1815, Nathan Mayer Rothschild -aficionado
a las palomas mensajeras- fue el primero en conocer la derrota de
Napoleón en Waterloo. Con esta información privilegiada, vendió sus Bonos del
Estado Británico para hacer creer a la gente que Inglaterra había perdido la
batalla. Obviamente, el resto de tenedores de bonos hizo lo mismo y la Bolsa se
hundió. Entonces, poco antes de que se conociera la noticia, los Rothschild volvieron
a comprar esos mismos bonos a precio de saldo. Cuando se supo la verdad, los
precios se dispararon consiguiendo unos beneficios de más de 1 millón de libras,
de aquella época, en un sólo día.
Desde entonces, esta familia ha creado un
imperio económico nunca antes visto, y ha ido cogiendo cada vez más “peso
específico” tanto en el mundo de las finanzas como, por supuesto, en la toma de
decisiones a nivel mundial.
Actualmente capitanea el Consejo de Relaciones
Exteriores (CFR), la Trilateral, el Club Bildelberg y el Club de Roma (todas
instituciones privadas donde se toman las decisiones más importantes a nivel
global).
Recordemos lo que dijo Mayer Amschel Bauer
Rothschild:”dadme el control del dinero y
no me importará quien haga las leyes”.
Pues bien, parece que sus descendientes se lo
tomaron al pie de la letra.
Desde 1913, año en el que fue creada la
Reserva Federal de los EEUU (FED), esta familia controla la FED y por ende el
Dólar y el Gobierno de los EEUU. La FED se creó en un pacto secreto entre
banqueros realizado en la Isla Jekyll, Georgia, bajo el control de los
Rotchschilds y otras familias de banqueros, durante el mandato del presidente
Wilson.
En 1930 se funda el Banco de Pagos
Internacional (BPI), ubicado en Basilea (Suiza), que podríamos decir que es el
Banco Central de los bancos centrales. Este banco también está controlado por
ellos.
El 1971, Richard Nixon pone fin al Tratado de
Bretton Woods acabando con el patrón oro. Desde entonces, todo el dinero del
mundo es fiduciario; lo que significa que ahora todo el poder del dinero recae
sobre los bancos centrales y muy especialmente sobre el BPI, que tiene las
manos libres para controlar la masa monetaria mundial. No es necesario explicar
a quién benefició esa medida, ¿verdad?
Siguiendo en su línea de agrandar su imperio,
y para asegurarse el control a ambos lados del Atlántico, Jacob Rothschild, del
banco NM Rothschild de Londres, promovió en 1971 una alianza bancaria,
el Grupo Inter-Alpha, con la que llevar a cabo su plan de crear la Unión
Europea y posteriormente el Euro.
Esta agrupación bancaria supranacional,
controlada por los Rothschild, cuenta actualmente con 12 miembros: Société
Générale (París); Royal Bank of Scotland (Londres); Banco Santander (Madrid); ING
Bank (Amsterdam); Novo Banco (Lisboa); Sanpaolo IMI (Turín); Commerzbank
(Frankfurt); National Bank of Greece (Atenas); AIB Group (Dublín); KBC Group
(Bruselas); Nordea (Copenhague) y Erste Bank (Viena).
Pero la familia Rothschild no solo controla la
banca mundial, sino que sus tentáculos llegan a todos los sectores influyentes
de la sociedad. Su imperio no sólo se limita al mundo financiero, sino que
abarca todo tipo de industrias diversas, bienes raíces, energía, etc.
Muchos de los grandes medios de información están
controlados por ellos. Son los dueños de agencias de noticias tales como la
CNN, Reuters y Fox. También hay quien dice que son los promotores de la alarma
creada sobre el calentamiento global, ya que mediante su compañía, Rothschild
Australia, controlan el Mercado mundial del Carbono. Según se dice, el
calentamiento global no es más que un simple negocio creado por ellos para
evitar que el Tercer Mundo se desarrolle y explote por si mismo sus recursos.
En un informe de Oxfam International se expone
que la riqueza de los 8 multimillonarios más importantes del mundo, según la
revista Forbes (Bill Gates, Amancio Ortega, Warren Buffett, Carlos Slim, Jeff
Bezos, Mark Zuckerberg, Larry Ellison y Michael Bloomberg), es mayor que la de
los 3.600 millones más pobres del planeta. Sin embargo, los miembros de la
familia Rothschild, cuya fortuna se estima 5 veces superior a la de estos 8
multimillonarios juntos, nunca salen en estas listas.
Bueno, pues así es como esta familia, y otras
familias como esta, a través del dinero, tienen el control de prácticamente
todos los recursos del planeta y sometida a toda la población mundial.
El sistema financiero ha ido esclavizado progresivamente
a la humanidad. Trabajamos entre 8 y 12 horas diarias una media de 35 años (los
mejores de nuestra vida) en trabajos que en la mayoría de los casos son aburridos
y deprimentes, con la única motivación de cobrar a fin de mes.
La mayoría de nuestros hombres y mujeres
ilustres, nuestros políticos y nuestros líderes han sido y son corrompidos sistemáticamente
por el dinero, hasta llegar a convertirse en verdaderos monstruos degenerados.
Pero la pregunta clave es: ¿verdaderamente
necesitamos el sistema financiero para vivir? Y la respuesta tajante es NO, ya
que todo lo que requerimos para vivir nos lo da gratis el planeta. Lo
que ha sucedido, es que un puñado de gente sin escrúpulos –entre los que se
encuentra la familia Rothschild- se ha adueñado de los recursos del planeta,
les ha puesto un precio monetario de un dinero FIAT que controlan ellos y ahora
todos tenemos que “pasar por caja” cada vez que necesitamos alguno de los
recursos que, no olvidemos, nos regala la naturaleza.
Pero mientras sigamos siendo tan estúpidos e
ignorantes como para seguir participando en el patético “juego democrático”,
votando a los mismos que nos roban y nos arruinan la vida, y encima les “reímos
las gracias”, el futuro de estos cleptócratas está más que asegurado.
Lo triste, es que existe una mayoría de gente
“acomodada” que está encantada con recoger las migajas del sistema y lo
defiende a capa y espada, y así nos va.
Alguien dijo alguna vez:
“no es
suficiente cambiar de amo, es necesario dejar de ser perro”.
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