martes, 20 de marzo de 2018

NO ES SENSIBILIDAD INFORMATIVA, ES BASURA INFORMATIVA

El uso de nuevas armas sociales, unidas a las cada vez más sutiles técnicas de control y manipulación mental, están dando sus frutos: crear una población con un grado de estupidez supina de lo más desmoralizante.
La información (sería más correcto decir desinformación) que recibimos a cada instante está haciendo de nosotros un atajo de imbéciles como la copa de un pino. Esta información se cuela en nuestro cerebro aunque no queramos. Por más que nos alejemos de los medios de propagación de “desinformación”, ya se encarga nuestro amigo del alma, nuestra madre, cuñado o compañero de trabajo… de ponernos al día, bien sea de viva voz o utilizando alguna de las armas del calado de Whatspp, Twitter o Facebook.
No hace falta ser más que un poquito observador para darse cuenta de que los medios de comunicación sólo escupen basura.
Resulta, cuanto menos sospechoso, que la desaparición y posterior asesinato de un niño sea retransmitido por los medios de comunicación audio visuales como si de un “culebrón” televisivo de gran éxito se tratara.
Porque digo yo: Si al año se producen más de 12.000 desapariciones, de las cuales alrededor de 3.000 son de menores, ¿por qué sólo se mediatizan casos como el de Gabriel, Diana Quer o Marta del Castillo? Y la pregunta del millón: ¿quién decide y selecciona los casos que van a ser mediáticamente tratados y por qué?
Constantemente estamos recibiendo basura informativa dirigida a nuestro maltrecho cerebro que ya no es capaz de discernir entre información y manipulación, entre lo que es verdad y lo que es mentira.
Nos informan de la violencia en eventos deportivos tales como el fútbol: ahora todos son partidos de alto riesgo; sobre agresiones a personal sanitario en hospitales por parte de inmigrantes; intentos de secuestros de niños a las puertas de los colegios; matanzas indiscriminadas en EEUU; guerras y atentados terroristas; casos de corrupción; manifestaciones de indignación popular a diestro y siniestro. En definitiva, nos hablan de un “caos permanente” en todos los ámbitos de la vida.
El interminable bombardeo informativo no es precisamente eso, informativo. Es justo todo lo contrario y persigue diferentes objetivos, como por ejemplo: declinar el voto hacia un partido determinado, aceptar de buen grado medidas impopulares, la demanda de normas represoras por parte de los mismos ciudadanos, implementar impuestos, aceptar una monitorización total de todos nosotros, etc.
En definitiva, se trata de crear un “caos controlado” para mantener amedrentada y cabreada constantemente a la población: el miedo paraliza y la ira irracionaliza. De esta manera aseguran la continuidad de su Sistema.
Cada vez que veamos, oigamos o leamos noticias como estas, no deberíamos dejarnos confundir: no se trata de sensibilidad informativa, sino de basura informativa.
Todo esto no es más que la aplicación de una técnica clásica de manipulación social, que podríamos resumir así: Si queremos causar cierta confusión en el análisis racional de la gente, no hay nada como utilizar el aspecto emocional. Las emociones son más fáciles de manipular que las reflexiones y anulan por completo el sentido crítico de los individuos. Además, mediante las emociones es muy fácil insertar miedos, deseos, ideas o inducir comportamientos.
Y aquí tenemos la prueba.
Después de un mes bombardeándonos con el “caso Gabriel”, se han producido manifestaciones de diferentes sectores de la sociedad a favor de mantener la ley de prisión permanente revisable, utilizando mediáticamente a los padres de las diferentes víctimas.
La prisión permanente revisable es la máxima pena privativa de libertad del Código Penal Español. Fue aprobada el 26 de marzo de 2015 con el único apoyo del Partido Popular. Por cierto. Este es un claro ejemplo de cómo es utilizado el lenguaje para suavizar o tergiversar las cosas: lo que ahora llaman prisión permanente revisable es la cadena perpetua de toda la vida, sólo que al cambiarle el nombre suena como más benévola.
Con todos mis respetos hacia las víctimas: ¿Entiendes ahora para qué sirve la utilización mediática  de Gabriel, Marta del Castillo o Diana Quer?
Cada día tengo más claro de que toda la basura informativa que recibimos condiciona nuestra manera de pensar y es muy difícil (por no decir imposible) tener pensamientos propios. Es lo mismo que ocurre con la ropa que llevamos puesta. Nos pensamos que somos nosotros los que elegimos vestir así, y no es verdad. Vestimos únicamente lo que produce la industria textil, de manera que sólo decidimos entre llevar traje, vaqueros, faldas, etc. Pero eso sí, no contemplamos la alternativa de ir desnudos, entre otras cosas, porque está absolutamente prohibido y seríamos detenidos de inmediato.

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