Este año se cumple el décimo aniversario del
nacimiento de Bitcoin. Seamos o no conscientes de ello, estamos viviendo un
momento histórico en el que la irrupción de esta nueva tecnología marcará un
antes y un después.
Las ciptodivisas suponen toda una revolución
en nuestra forma de concebir pagos, de abordar nuevos procesos financieros y de
participar en la actividad económica de una forma diferente.
Al igual que sucedió con Internet -y por mucho que algunos se empeñen en hacerle el
boicot- no podemos pasar por alto esta tecnología, ya que ignorarla no responde
a un comportamiento inteligente y responsable.
Dado que los medios de información
tradicionales no le han procurado la suficiente cobertura -por no decir ninguna-
todavía Bitcoin no es popularmente conocido. Hay quien ha oído hablar de él pero
desconoce su funcionamiento. Y, lo más triste, hay quien lo conoce y sabe cómo
funciona pero, sin embargo, no ha entendido el verdadero significado de
Bitcoin.
Bitcoin podría acabar con el sistema financiero tradicional y por ende
con la dictadura de los gobiernos. Así de claro.
Nuestro sistema monetario lleva más de 5.000
años con nosotros, y el sistema financiero que hemos heredado de él es el
compuesto por el dinero FIAT y su Sistema de Reserva Fraccionaria.
El dinero FIAT es un dinero fiduciario
(respaldado únicamente en la confianza) impuesto por un Gobierno. Ese dinero
son los dólares, euros, libras, yuanes…, utilizados cotidianamente, que, no
olvidemos, no nos pertenece a nosotros. Su verdadero dueño es el que tiene la
potestad de crearlo. Y aquí es donde entra el Sistema de Reserva
Fraccionaria, que le da a los bancos la facultad para crear dinero de la nada
mediante préstamos.
El conjunto de estos dos elementos ha otorgado
a la banca y a los gobiernos un poder absolutamente descomunal y desproporcionado
con respecto a nosotros.
Bueno, pues este es, a grandes rasgos, el
paradigma en el que está anclada nuestra sociedad, por no decir directamente
esclavizada.
Con la llegada de Bitcoin, se ha producido un
cambio sustancial sin precedentes en la historia más reciente del dinero: al
ser Bitcoin una moneda descentralizada, eres tú el único dueño absoluto de
tu dinero.
Probablemente te preguntarás: ¿y qué
importancia tiene eso? Muchísima. Esto significa que cuando haya una masa de
gente lo suficientemente grande, dueña de su propio dinero, no creo que
necesiten preocuparse demasiado de quién hace las leyes. Es lo que dijo Mayer Amschel Bauer
Rothschild:”dadme el control del dinero y
no me importará quien haga las leyes”. Así que si a los que tienen el
control del dinero les ha ido bien, no veo por qué a nosotros nos tiene a ir
mal.
La auténtica fuerza de Bitcoin reside en que
cada individuo controla su propio dinero y eso le permite autogobernarse. Este es
el concepto primordial para entender el verdadero poder que Bitcoin dará a
las personas y no a las instituciones.
Después de siglos de estar sometidos por
diferentes poderes, a estas alturas ya tendríamos que tener claro que la
sociedad se gestiona mejor sola –sin intermediarios, todo es más claro y
funciona mejor- y que las llamadas democracias, y gran parte de eso que llaman
cultura (no toda), son fundamentalmente chorradas inventadas para aborregar y
dominar a la gente.
Por eso es importantísimo fomentar el uso de las
criptodivisas: cuanto más auge cojan, más poder le restará al dinero FIAT y a
los bancos y gobiernos que lo sustentan.
Pero me temo que las criptodivisas están
siendo desviadas de su verdadero objetivo: si seguimos anclándolas al dinero
FIAT (como hasta ahora) terminarán siendo más de lo mismo.
Todos los que tenemos bitcoins, u otras criptodivisas,
las estamos utilizando como activos financieros y no como verdaderas monedas de
cambio. Creo que no hemos entendido, en absoluto, el verdadero significado de
Bitcoin.
Desde luego no se trata de comprar con dinero
FIAT un número determinado de criptodivisas, esperar a que suba su cotización,
venderlas y volver a cambiarlas por dinero FIAT; así nunca nos desharemos del
actual sistema monetario ni de los parásitos que nos gobiernan.
Lo que realmente deberíamos hacer, es crear un
sistema monetario paralelo y empezar a realizar y aceptar pagos con
criptodivisas, que es para lo que Satoshi Nakamoto inventó esta tecnología. Eso
sí pondría en peligro el actual sistema
monetario.
Obviamente, es ilusorio pensar que la gente de
mi generación va a cambiar el modelo FIAT por las criptodivisas. Pero, y las
nuevas generaciones: ¿lo harán? Esas nuevas generaciones aun no tienen un
patrimonio anclado al dinero FIAT, por consiguiente, no tendrán ningún reparo
en ir evolucionando hacia esta nueva tecnología, como ya está ocurriendo con
los llamados “millennials”.
Dicho esto, ahora pongamos los pies en el
suelo.
A lo largo de la Historia, cuando un poder (bien
sea una institución, industria, mercado, divisa,…) se siente amenazado por otro
nuevo, pueden suceder dos cosas: que el nuevo poder sea absorbido por el
anterior, dejando de ser una amenaza, o que no se integre e intente
desbancarlo. Evidentemente, cuando ocurre lo segundo el poder hará todo lo que
sea necesario para acabar con la amenaza.
Históricamente los bancos siempre han sabido
protegerse de la competencia, pero ahora ha entrado en escena una nueva
tecnología que los desafía como nunca antes nadie lo había hecho.
No sé si la banca es consciente del verdadero
significado de Bitcoin y de la amenaza que representa para ellos. Hasta el
momento, sólo le interesa la tecnología de la Cadena de Bloques que, por
cierto, está incorporando rápidamente a su negocio. Pero de Bitcoin no quiere
oír hablar y sólo ha tratado de desprestigiarlo para disuadir a la gente a
utilizarlo.
Porque, vamos a ver. ¿Crees que los bancos y
los gobiernos se quedarán con los brazos cruzados en un mundo donde las reglas
no las puedan modificar a su antojo según su conveniencia? ¿Qué abandonaran de
buen grado su rol privilegiado? Evidentemente no. Lo que harán es optar por
otras formas más agresivas con tal de mantener su estatus quo.
Un sistema equilibrado y descentralizado,
basado en la cooperación y no en la competencia, aseguraría la libertad
personal de cada individuo. Pero el poder no quiere ni oír hablar de ello. Por
eso lo ha manipulado todo hasta crear una población rematadamente idiota dependiente
de la prisión “protectora” del Estado y su dinero FIAT.
Lo que es seguro, es que esta será una batalla
muy interesante. Evidentemente el poder juega con ventaja, ya que controla todo
el dinero FIAT del mundo y dispone de las fuerzas y cuerpos de seguridad del
Estado. Pero, en mi modesta opinión, el “grano en el culo” que les ha salido no
es poca cosa y ya veremos cómo termina todo esto.
Y ahora voy a “mojarme” un poco.
Desde mi humilde punto de vista, las
criptodivisas no van a fracasar en absoluto; al contrario, van a seguir evolucionando
constantemente. Tarde o temprano darán con un sistema que llegue masivamente a
todo el mundo y, en el momento que eso ocurra, dejaremos de depender de los
bancos y los gobiernos que los sustentan (esa es al menos mi ilusión). Es sólo
cuestión de tiempo y creo que los bancos lo saben. Otra cosa es ver cuál será su
reacción ante esta seria amenaza y si verdaderamente acabará con ellos.
A lo largo de la historia de la humanidad, nunca
ha habido un momento como este para plantearse seriamente alternativas al poder
establecido.
Es cierto que hay mucha gente ingenua (supuestamente
acomodada) que piensa que las cosas están bien como están, y no ven que este
camino sólo nos lleva hacia nuestra propia autodestrucción.
Un Sistema de “usar y tirar”, y en el que sólo
unos pocos se benefician del esfuerzo de todos, es esclavizante, enfermizo y está
condenado al fracaso. Pero mientras sigamos aceptando su pensamiento único,
mientras sigamos aceptando la autoridad de sus instituciones, la dictadura de su
educación, su manera de entender la sanidad y sobre todo si seguimos aceptando
su dinero, nunca nos libraremos de ser sus esclavos.
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