Como de todos es sabido, los buitres se
alimentan, entre otras cosas, de carroña; esa es prácticamente la base de su alimentación.
El que se le haya puesto el nombre de “fondo
buitre” a un producto financiero no ha sido una simple ocurrencia, sino que
recibe ese nombre por recurrir sistemáticamente a “cadáveres económicos” para
sacar mayor rentabilidad a sus inversiones.
Todo el mundo se acordará de cuando la
alcaldesa de Madrid, Ana Botella, (por cierto, puesta a “dedazo” por el señor
Gallardón) vendió la friolera de 1.860 pisos de protección oficial al “fondo
buitre” estadounidense, Blackstone, en 2013.
Esta “mafiosa operación” ha sido calificada
como fuera de la ley, por parte de la Cámara de Cuentas de Madrid, pero parece
que al Gobierno y al aborregado grueso de la población “se la suda”. Indudablemente,
tanto Blackstone como la cúpula del Ayuntamiento de Madrid, que cerró la
operación, son cómplices y presuntos delincuentes.
Por otra parte, resulta más que evidente que
sin la colaboración del Estado y de las diferentes entidades supervisoras esto
no se hubiera producido.
Según la misma Ana Botella, lo único que se
produjo es un cambio de casero para los inquilinos y nada más. Por supuesto,
esto es una tomadura de pelo, ya que el nuevo administrador (casero, como le
gusta decir a la señora Botella), Fidere, comunicó a los vecinos que si querían
mantener sus viviendas no les quedaría otro remedio que aceptar sus nuevas
condiciones: rentas más altas y contratos más cortos.
Y así fue como las 1.860 familias de escasos
recursos se enteraron de la noche a la mañana de que sus viviendas ya no eran
públicas, sino privadas.
Este es un nuevo ejemplo más de cómo los
políticos (los mismos a los que seguimos votando como verdaderos idiotas)
despilfarran nuestro patrimonio a diestro y siniestro en beneficio de sus
amigotes.
Según investigaciones realizadas por la Asociación
de Afectados por la Venta de Viviendas de la EMVS, la empresa de la que era en
2015 consejero el hijo de José María Aznar y Ana Botella, José Mª Aznar
Botella, y de la que fue presidente Juan Hoyos Martínez de Irujo -íntimo
amigo de la infancia del expresidente-, está directamente relacionada" con
el fondo buitre Blackstone y las sociedades instrumentales que compraron las 1.860
viviendas públicas por 128,5 millones de euros.
¿Pero quién es Blackstone? ¿Quién hay detrás de
este “fondo buitre” que disponen de tanto dinero como para comprar países
enteros?
Blackstone es simplemente una sociedad
gestora, sin capital propio, que gestiona el dinero de otros que,
evidentemente, permanecen en el más absoluto anonimato. En definitiva, los “fondos
buitre” no son más que testaferros de quienes son sus verdaderos amos.
Así pues, el dinero que manejan los “fondos
buitre” vete a saber de dónde viene: paraísos fiscales, tráfico de drogas,
venta de armas, etc.
En resumen, estos “fondos buitre” no son otra
cosa que una manera “legal” de blanquear dinero a espuertas.
Lo más llamativo es que los “fondos buitre” son
totalmente legales. Sin embargo, cuando te pones a investigar todo encaja a la
perfección y siempre están detrás los mismos.
Blackstone fue fundada en 1985 por dos
exejecutivos de Lehman Brothers (el mega-banco de inversión que causó la
crisis de 2008), Peter George Peterson y Stephen A. Schwarzman. ¿Y quién es
Peter George Peterson? Pues ni más ni menos que el expresidente del Council of
Foreign Relations (Consejo de Relaciones Exteriores): la institución
internacional privada más poderosa del mundo, en la que se toman las decisiones
más importantes a nivel global.
Pero lo más curioso de todo es que,
paradójicamente, este fulano figura en todos los medios como un “filántropo” al
igual que Rockefeller, Bill Gates, Warren Buffet y George Soros, entre otros
pájaros del mismo pelaje.
Pues bien. Estos “mega ricos”, podridos de
dinero y dueños de los “fondos buitre”, son insaciables. Lamentablemente, en
este mundo el bienestar y el éxito son sinónimo de consumismo; es decir,
mientras más capacidad para comprar tengas, más serás considerada una persona
de éxito.
Por regla general todos queremos vivir mejor, tanto
pobres como ricos. Pero lo terrible del caso es que ni siquiera importa cuánto
dinero se tenga, ya que este Sistema perverso está diseñado para siempre querer
más de manera ilimitada.
Por eso, este modelo económico, imperante en
todo el mundo, propicia cosas tan aberrantes como esta: gente podrida de dinero
acaparando más dinero. Y mientras esto no cambie, los “fondos buitre”, en
connivencia con las instituciones mafiosas, seguirán arrasando todo aquello que
se ponga a su alcance, sin importarles lo más mínimo si destrozan la vida de
miles o millones de personas.