lunes, 24 de septiembre de 2018

NUEVO SISTEMA MONETARIO PARA UN MUNDO GLOBALIZADO

Todos somos conscientes de que el mundo está cambiando a pasos agigantados. Pero cambiando hacia dónde.
Llevamos observando en los últimos tiempos una serie de “crisis cíclicas” en las que sistemáticamente los ricos han salido de ellas más ricos y los pobres más pobres. Estas “crisis”, han traído consigo un sistema monetario perverso y desmadrado, dando origen a una deuda mundial galopante y unos productos financieros incontrolados -extremadamente tóxicos- invadiendo todos los mercados.
Evidentemente, la “bola de nieve” que se ha generado es mastodóntica y no parece tener arreglo. Por lo que sólo se pueden hacer dos cosas: seguir engordando la “bola de nieve” -con las peligrosas consecuencias que eso conlleva- o hacer “borrón y cuenta nueva”.
Todo indica que iremos irremediablemente a hacer “borrón y cuenta nueva”. Y aquí es donde entra en escena esa nueva tecnología llamada cadena de bloques, donde las criptodivisas son las protagonistas con Bitcoin a la cabeza.
Existen evidencias de que alguien está muy interesado en crear un nuevo sistema monetario virtual, para un mundo globalizado, que sustituya al actual modelo FIAT.
Indudablemente, puede que ese nuevo sistema monetario, basado en la cadena de bloques, sea mejor que todos los que hemos conocido hasta el momento y pueda liberarnos, de una vez por todas, de las élites que todo lo controlan a través de su dinero FIAT.
Pero, como vulgarmente se dice, no es oro todo lo que reluce y hay algunas sombras, en las actuaciones de Bitcoin, que siembran dudas razonables sobre la honestidad e independencia de este nuevo sistema monetario.
“Con la llegada de Bitcoin, se ha producido un cambio sustancial sin precedentes en la historia más reciente del dinero: al ser Bitcoin una moneda descentralizada, eres tú el único dueño absoluto de tu dinero, por lo tanto, esto te permite autogobernarte”. Este es el concepto primordial que trata de difundir la comunidad Bitcoin.
Y mi pregunta es: ¿será verdad?
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que hoy por hoy todo, absolutamente todo, tiene dueño.
Bitcoin en una red que funciona en Internet y, como ya he dicho en alguna que otra ocasión, Internet tiene dueño. Por lo tanto, es de suponer que Bitcoin también lo tiene.
Y ahora viene la pregunta del millón: ¿Quién es Satoshi Nakamoto? Nadie sabe si es una o varias personas o alguna institución como podría ser un banco, la CIA, la NSA o vete tú a saber. Bajo mi punto de vista, es esencial saber quién está detrás de Bitcoin para conocer sus verdaderas intenciones.
Es altamente preocupante que el creador de Bitcoin, Satoshi Nakamoto, posea el 7% (1.470.000 bitcoins) del total de los 21 millones de bitcoins que se terminarán de minar en el año 2140. Ese 7% sencillamente es una cantidad enorme, por lo que en un momento determinado puede desestabilizar todos los mercados y, cómo no, acabar con el actual dinero FIAT.
Por otra parte, desde el año 2009, no ha habido ninguna transacción de la cuenta de Satoshi Nakamoto. Entonces, la pregunta obvia es: ¿quién o quiénes son los promotores de este invento que no están interesados en el dinero? Porque indudablemente algo les habrá movido a hacer esto, digo yo.
¿Y qué decir de la concentración de la riqueza? Actualmente el 40% de todos los bitcoins minados hasta la fecha están en manos aproximadamente 1.000 personas (la mayoría “ballenas financieras”). Si sabemos que con el modelo FIAT el 1% más rico de la población mundial acumula el 80% de la riqueza global, entonces, ¿cuál de los dos sistemas es más injusto?
Otra parte importante a tener en cuenta es que el Protocolo Bitcoin no se puede cambiar salvo con el consenso de la mayoría de la red Bitcoin.
La supuesta independencia de Bitcoin reside en la minería. En un principio, la minería estaba compuesta por una red de ordenadores, repartidos por todo el mundo, donde los mineros pasaban inadvertidos y prácticamente eran anónimos. Pero esto ha cambiado. Ahora el 80% de la minería se encuentra concentrada en China. Allí están ubicados los 4 pools de minería más importantes, los cuales suman el 51% de la red Bitcoin. Por lo tanto, pueden cambiar el Protocolo si se ponen de acuerdo y así lo deciden (indudablemente poner de acuerdo a miles de mineros en prácticamente imposible, pero a cuatro es realmente factible)
Y, por último, lo que es más sospechoso: ¿por qué bancos y gobiernos hacen la vista gorda y no lo han prohibido como si lo han hecho en otras ocasiones como, por ejemplo, con el Liberty Dollar? (Bernard von NotHouse, fue declarado culpable por falsificación, por ser el creador de una moneda alternativa en EEUU basada en oro y plata, bajo el nombre de "Liberty Dollars"
Visto esto, todo parece indicar que un grupo de personas –pertenecientes o no a alguna institución- han creado un sistema monetario digital y están esperando el momento oportuno para tirar por tierra el actual modelo FIAT (cosa bastante fácil, pues hace agua por los cuatro costados) para convertir el mundo en algo nuevo. ¿Pero en qué?
Esta persona o grupo de personas deben tener una meta increíble, ya que si están dispuestos a renunciar a miles de millones de euros y a esperar por un periodo superior a 20 años, es que piensan lograr algo realmente extraordinario. ¿No crees?
Hay un porcentaje muy elevado de posibilidades de que el próximo sistema monetario esté basado en una criptodivisa. Pero la pregunta es: ¿este nuevo sistema monetario será más justo o más esclavizante que el actual?
Si, como yo creo, Bitcoin ha llegado para quedarse, lo que me gustaría es que estuviésemos asistiendo a los albores de un nuevo paradigma en el que ladrones, oportunistas y especuladores de todo tipo no tuvieran cabida. Sin embargo, en un mundo controlado por un puñado de familias, lo normal es que todo esté amañado de antemano y que el supuesto cambio de paradigma se realice sólo para que todo siga igual.
¿Acaso crees que estas familias se quedarán de brazos cruzados frente a la amenaza que representa -supuestamente para ellos- esta tecnología? O lo que es aun más preocupante: ¿no estarán estas familias detrás de este nuevo invento? Y si no lo están: ¿terminarán haciéndose con él?
Ahora que cada uno saque sus propias conclusiones y ya veremos lo que nos depara el futuro.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

PROGRAMACIÓN MENTAL PARA UN MUNDO GLOBALIZADO

En los últimos 30 años nuestra programación mental ha llegado a unos niveles extremadamente preocupantes. Prácticamente el pensamiento propio ha desaparecido, siendo sustituido por un pensamiento mediático, inducido fundamentalmente por la todopoderosa televisión y el resto de medios de comunicación.
Y es que poco a poco hemos ido cediendo toda nuestra soberanía a unas élites que se han convertido en nuestros dueños y lo controlan absolutamente todo: el dinero, la economía, la política, la educación, los medios de comunicación, la industria alimentaria, la farmacéutica, Internet y un larguísimo etcétera.
En un mundo, en el que todo está interrelacionado, y donde no existe otra máxima que la de hacer la mayor cantidad de dinero en el menor tiempo posible, no es de extrañar  que nuestros dueños nos manejen a su antojo: desde envenenarnos con sus alimentos, para posteriormente someternos a tratamientos farmacológicos de por vida, hasta educarnos para ser trabajadores de sus empresas y consumidores de sus productos. Así de simple.
Siempre hemos aceptado que la violencia, el egoísmo, el odio y un largo etcétera de cosas, que fomentan las disputas entre los seres humanos, son parte de nuestra naturaleza y, por lo tanto, inevitables. Pero esto sencillamente no es cierto. Nosotros no nacemos odiando ni traemos la violencia de fábrica. Entonces, ¿cómo podemos asumir que la naturaleza humana es la causante de tanto dolor y miseria y quedarnos tan tranquilos?
La realidad es que estamos equivocados y todo es fruto de nuestra programación mental y consiguiente manipulación.
La frase “divide et impera” (divide y vencerás), atribuida a Julio César, sigue aun de vigente actualidad.
El “populacho” esclavizado, vilipendiado y maltratado sistemáticamente, siempre termina hartándose de ser gobernado por corruptos y de tener que trabajar por salarios de mierda para poder subsistir. Evidentemente, el poder lo sabe y utiliza la estrategia de dividirnos para distraer la atención de nuestro verdadero enemigo que, sin lugar a dudas, es él.
La jugada maestra lleva funcionándoles muchos siglos. Han conseguido que nos enfrentemos hombres contra mujeres, jóvenes contra viejos, blancos contra negros, cristianos contra musulmanes, heterosexuales contra homosexuales, izquierdas contra derechas, ricos contra pobres, nacionales contra nacionalistas… Y así podríamos seguir con una lista interminable.
Nos convencieron de que el problema está en nosotros -en nuestra naturaleza- y, por lo tanto, somos nosotros los que nos destruimos y nos esclavizamos a nosotros mismos. Pero no es verdad.
Según nos han enseñado vivimos en una sociedad libre. Evidentemente, esto es falso de toda falsedad. No hay ninguna sociedad libre: en el momento que tenemos que acatar normas y leyes se acabó nuestra libertad. Y como muestra un botón. El otro día era detenido un hombre por bañarse en la playa con bandera roja y hacer caso omiso de los socorristas. Entonces, yo me pregunto, ¿qué clase de libertad es esa que te obliga a hacer lo que otros quieren? (una cosa es informarte del peligro que corres y otra muy distinta obligarte a hacer lo que algún “iluminado” piensa que es “lo mejor” para ti)
Ya sé que la mayoría de personas sumisas y obedientes no estarán de acuerdo conmigo. Y es que así funciona el Sistema: todos damos vueltas en un sentido y si a alguien se le ocurre dar vueltas en sentido opuesto, entonces entra en funcionamiento la maquinaria del Estado para que vuelvas a la “normalidad” o de lo contrario acabar contigo.
La capacidad de control del Estado se basa fundamentalmente en el miedo que induce en nosotros. Sin ese miedo y, por supuesto, la fuerza de las armas, jamás conseguiría nada. Porque no lo dudes.  El Estado no es la Madre Teresa de Calcuta, sino una organización mafiosa, formada por personas bastante ineptas e incompetentes, que tienen grandes incentivos por hacer lo que hacen (entre otras cosas, inducir miedo en los pobres idiotas, como nosotros, para convertirnos en sus mejores colaboradores).
Rara vez ocurre, pero cuando el “populacho” consigue salir adelante por sus propios medios, independientemente del Estado, el Establishment –esto es, el poder político-económico-financiero– se ve seriamente amenazado y entra en pánico. Entonces,  recurre (como ha hecho siempre) al “poso” de nuestra programación mental, apresurándose a recordarnos que sin la ayuda del Estado esto sería un caos y no tendríamos nada: ni seguridad, ni carreteras, ni sanidad, ni justicia, ni educación ni nada de nada. O sea, no habría sociedad. Y, evidentemente, nosotros lo creemos a pie juntillas.
Gracias a la programación mental que, indudablemente, está por todas partes, y a nuestra más estrecha colaboración, tarde o temprano nuestro control será absoluto. Llegará el día que tendremos que solicitar permiso para todo: para viajar, para cambiar de lugar de residencia e incluso hasta para tener relaciones sexuales con otra persona. Seremos algo así como una granja humana en manos de nuestros dueños, si es que no lo somos ya.
No lo crees ¿verdad? Pues si seguimos engordando nuestra imbecilidad esto o algo parecido a esto llegará.
Nunca en la historia de la humanidad hemos alcanzado tal grado de estupidez. Hace tan sólo 50 ó 100 años puede que la gente fuese ignorante e incluso analfabeta, pero no estúpida. Ahora, sin embargo, puedes encontrar universitarios rematadamente idiotas, debido, evidentemente, a la programación mental.
Nos encaminamos hacia un mundo globalizado. Pero ¡ojo!, es una globalización engañosa. Es decir, una globalización para las cosas, que no para las personas: las multinacionales campan a sus anchas por un mundo sin fronteras, mientras que cada día se levantan más muros, vallas y alambradas para prohibir el paso de la gente. En definitiva, lo único que se ha globalizado para las personas es la estupidez. Nada más.
Y esto es así, porque nos han convertido en una panda de imbéciles que no tenemos consciencia de la verdadera fuerza que poseemos.
Si hay algo a lo que tiene miedo el poder es a que nos unamos. Ellos saben que eso de “el pueblo unido jamás será vencido” sí es una seria amenaza para ellos, como lo ha sido a lo largo de la historia en los momentos que esa unión se ha producido. Por eso hacen todo lo posible para fomentar la desunión y crear una ciudadanía fragmentada con intereses supuestamente contrapuestos (un ejemplo claro de rabiosa actualidad es el Procés Catalán).
Pero lo que más les preocupa -aparte de nuestra unión- y que les provoca verdadero pánico, es que la población mundial algún día despierte de su letargo y se revele contra el Sistema, cuya “sangre vital” es el dinero FIAT que todos necesitamos para subsistir que ,obviamente, controlan ellos.
Pero, ¿y si hubiésemos encontrado un nuevo sistema monetario capaz de liberarnos de la esclavitud del dinero FIAT y todo lo que lleva asociado a él?
Continuará.