La llegada de las sucesivas crisis económicas,
que se llevan produciendo en las últimas décadas, han puesto de manifiesto un
hecho ineludible: determinadas personas están amasando verdaderas fortunas gracias
a nuestra ignorancia, obediencia y sumisión.
La todopoderosa industria mass-media –que como
todo el mundo sabe está en manos del poder global del dinero- ha conseguido
distraernos con estupideces para que no queramos saber nada de lo que realmente
importa. Ha logrado que sólo pongamos atención en lo banal y catastrófico,
manteniéndonos en un estado de desánimo permanente. En definitiva, nos hemos
acostumbrado a utilizar nuestras emociones en detrimento de nuestro raciocinio.
Y así nos va, claro.
El poder global del dinero -que es el que crea
estas crisis ficticias- está dispuesto a invertir y gastar miles de millones de
dólares al año para conseguir su objetivo, que no es otro que el de mantener el
control absoluto sobre los estados, las instituciones y en último término sobre
las personas.
Los medios de comunicación ya nos están
preparando para que afrontemos la siguiente crisis sin rechistar. Se prevé que
esta nueva crisis se producirá entre 2019 y 2022. Y la pregunta es: ¿Cómo lo
van a hacer? Muy sencillo: mediante la deuda.
El BCE ha anunciado que a finales de este año
dejara de dar dinero gratis y subirá los tipos de interés. Esto significa que
el Estado tendrá que pagar un mayor interés por financiarse.
Para afrontar este aumento de los intereses de
la deuda, el Estado sólo tiene dos opciones: incrementar ingresos o reducir
gastos. Y aquí tenemos la escusa perfecta para acometer una nueva oleada de
recortes a la población.
Si la crisis del 2007 se ha llevado por
delante una parte muy importante de nuestros derechos laborales y poder
adquisitivo, la que se nos viene encima se llevará otra parte importante de
nuestras prestaciones sociales, con la privatización de la educación, sanidad y
pensiones, entre otras cosas.
Si hacemos memoria, nos daremos cuenta de que
antes de la crisis de 2007 un mileurista era considerado un “pringao”. Sin
embargo, ahora un mileurista ha pasado a formar parte de los privilegiados que
tienen un trabajo “bien remunerado”. ¿Te das cuenta a dónde nos han conducido?
¡Manda huevos! No me puedo creer que vayamos a
caer de nuevo en la trampa y a aceptar otra vez tan descomunal engaño.
Ya lo he dicho en multitud de ocasiones: las
crisis económicas no existen, se inventan.
Mientras los recursos del planeta sigan
estando ahí y el intelecto del ser humano continúe teniendo capacidad para
manufacturarlos, no hay crisis que valga.
Pero la nueva crisis económica ya está en
marcha y no te quepa la menor duda de que llegará. La propaganda hace tiempo
que está funcionando. Estamos hartos de escuchar, un día sí y otro también, cómo
nos bombardean con cosas como estas: las pensiones son insostenibles; la
sanidad funciona mejor cuando se externaliza su gestión y la educación
concertada es mejor que la pública.
Pues bien. Como acabo de decir, esto no es más
que mera propaganda para irnos preparando. Cuando esto estalle, lo van a
aprovechar para vendernos que el actual sistema público de pensiones y el
mantenimiento de una sanidad y educación pública son insostenibles. Así que es
más que probable que la privatización definitiva de estos tres sectores sea
acometida durante esta nueva crisis económica.
Debemos saber de una vez por todas que la
información falsa, errónea y mal intencionada es la que domina nuestra sociedad.
Estamos tan equivocados y confusos que ya no sabemos distinguir una verdad de
una mentira.
Insisto. Por mucho que se empeñen en repetirlo
hasta la saciedad, la verdad es que las crisis económicas no existen: no puede
existir una crisis de dinero (deuda, que es lo mismo) de algo que es un invento
creado de la nada. La nueva crisis que está por llegar es una falacia como lo
fueron todas las crisis económicas anteriores que, eso sí, cumplieron con
creces sus verdaderos objetivos.
Para todo aquel que lo quiera ver, la realidad
es que es el sistema bancario –capitaneado por el poder global del dinero-
quien está detrás de estas crisis ficticias que evidentemente sirven para
extorsionar a todos los países. El sistema bancario, a su vez, es el que pone y
quita políticos y maneja las instituciones más importantes a su antojo (acabamos
de ver el control que ejerce sobre el Tribunal Supremo).
No seamos ingenuos. Actualmente ningún país
tiene soberanía y todos están siendo saqueados por estos buitres insaciables
que hacen de nosotros lo que les da la gana. Hemos dejado el control del dinero
en sus manos y esto les ha dado un inmenso poder.
Pero no podemos seguir mirando hacia otro lado
o de lo contrario seguirán adelante con sus planes para conseguir sus
objetivos.
Repito lo que tantas veces he dicho.
Simplemente con hacer tres simples gestos esto no se llevará a cabo: no ver televisión,
no volver a votar jamás y sacar el dinero de nuestra nómina o pensión al día
siguiente de ser ingresada. En definitiva, cuanto menos utilicemos la TV para
informarnos, menos caso hagamos a los políticos y menos utilicemos los bancos,
mejor.
Porque no se trata de hacer manifestaciones,
revoluciones o huelgas. Eso lo llevamos haciendo desde hace décadas y
prácticamente no ha servido de mucho. Ya sabes mi máxima: “no se trata de
hacer, sino de no hacer”. Si dejamos de hacer lo que ellos quieren que hagamos,
ten por seguro que entrarán en pánico y sólo entonces algo podrá cambiar. De lo
contrario, me temo lo peor, y es que esta nueva crisis se llevará por delante
lo que queda del ya maltrecho estado del bienestar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario