Según un estudio elaborado por Goldman Sachs,
para el año 2050 las economías emergentes serán las que controlen el sistema
económico internacional, por encima de las actuales potencias económicas como
EEUU, Alemania o Japón.
Todos sabemos que el tratado de Bretton Woods
le dio a los EEUU una extraordinaria ventaja, respecto al resto de países del
mundo, al convertir al Dólar en la moneda de reserva y referencia mundial. La primacía
que esto le ha supuesto a los EEUU es de tal magnitud, que poco a poco ha ido
imponiendo su voluntad a lo largo y ancho de este planeta sin prácticamente
oposición.
Si no estuviésemos sometidos constantemente a
distracciones que ocupan todo nuestro pensamiento como disputas políticas, atentados
terroristas, catástrofes, Brexit, procés catalán, exhumación de Franco, caso
Julen, y un larguísimo etcétera…, nos daríamos cuenta de que en el mundo actual
eso de tener la máquina de hacer dinero lo es todo.
En abril de 2011 Vladimir Putin explicaba cómo
el resto de países del mundo juega en desventaja con respecto a los EEUU.
En una comparecencia ante los medios de
comunicación dijo: “en lo que se refiere a EEUU parece que supuestamente lo
tiene todo en orden. Miren su balanza comercial, miren su déficit público y
miren la deuda de EEUU. Son datos económicos no muy buenos. El resto de países mayoritariamente
no tienen esas cifras. Pero para ellos es más fácil. Pueden poner en marcha sus
máquinas de impresión de dinero y comprar los bonos estatales. ¿Y qué son los
bonos estatales? Son un financiamiento directo al Estado. Y todo por tener las
máquinas de impresión de dólares. Luego reparten estos dólares en toda la zona
del dólar, y la zona del dólar es todo el mundo. Pero el resto de países del
mundo no tenemos la posibilidad de hacer fechorías tan descaradamente y no la
tendremos al menos en un futuro próximo”.
Esta arenga de Vladimir Putin no hace otra
cosa que poner de manifiesto la supremacía del Dólar con respecto al resto de
divisas del mundo que, mayoritariamente, nadie se atreve a desafiar. Bueno,
excepto algún que otro “osado”, como Muamar el Gadafi o Sadam Hussein, y ya
vimos cómo terminaron.
¿Alguien se ha preguntado alguna vez qué
pasaría si se produjera una caída del Dólar? Pues que el mundo entero se
convertiría en un caos. Evidentemente todo el mundo es consciente de ello pero nadie
hace nada para evitarlo. Aunque últimamente están ocurriendo acontecimientos
que auguran un posible cambio en este sentido.
Después de lo que supuso para Rusia la caída
del telón de acero con la desmembración de la URSS, y la apertura al libre
mercado de la economía China, estos dos países -hartos de las sanciones de EEUU-
están preparando una estrategia para acabar de una vez por todas con la
supremacía del Dólar estadounidense.
A lo largo de las dos últimas décadas tanto
Rusia como China han ido avanzando para dejar de un lado el Dólar y crear su
propio sistema de pago.
Lo primero que tuvieron en cuenta es que si
querían desbancar a EEUU no podían ser débiles militar, económica y
tecnológicamente. Por eso se hizo imprescindible su colaboración, ya que
actualmente ningún país del mundo, individualmente, puede hacer sombra a los
EEUU en ninguna de estas tres áreas.
Rusia es indiscutiblemente una potencia
militar y China, además, una potencia económica y tecnológica, así que
pensaron, y con razón, que unidos tendrían más éxito que separados.
En los últimos años China y Rusia han ido
fortaleciendo sus relaciones y se han unido a otros países que forman los
llamados mercados emergentes.
En el año 2006 Brasil, Rusia, India y China
empiezan a plantearse seriamente formar un grupo que a medio o largo plazo
cambie el actual sistema que domina el mundo. En 2008 formaron oficialmente el
grupo de los BRIC y en 2011 se suma Sudáfrica conformando lo que hoy conocemos
como BRICS.
Estos países son importantes por muchas
razones: Juntos suman el 42% de la población mundial; ocupan el 29% del territorio
del planeta; presentan un poder de compra superior al de EEUU o el de la UE;
sus territorios poseen una gran cantidad de recursos naturales y, lo más
importante: tres de ellos (Rusia, India y China) poseen armamento nuclear, lo
que garantiza un efecto disuasorio de ser atacados por EEUU.
El poderío que la supremacía del Dólar le ha
supuesto a EEUU le ha dado -llamémosle así- un “derecho de pernada”, con
respecto al resto de países del mundo, haciendo con sus oponentes lo que le ha
venido en gana. Para ello ha utilizado básicamente dos estrategias: económica y
militar.
Pero esta política de sanciones económicas y
de guerra, que EEUU aplicó en países que desafiaron a la moneda estadounidense
-como Libia o Irak- no funciona con China ni con Rusia: países con amplio
poderío militar que empiezan a desafiar a los billetes verdes estadounidenses.
Últimamente ha surgido un contratiempo que
puede retrasar los planes de estas dos potencias para acabar con la hegemonía
del Dólar.
Este año en Brasil ha accedido al poder
Bolsonaro, un militar ultraderechista que está alineado con el eje de EEUU-UE.
Y la pregunta inevitable es: ¿qué va a pasar ahora con Brasil? ¿Seguirá en el
grupo de los BRICS? Según los expertos es casi seguro que sí, ya que Brasil dentro
del grupo depende bastante de China y sería un desastre para el país que se
apartarse comercial y económicamente de China.
Lo que es seguro es que este nuevo
contratiempo, unido a la situación en Venezuela, retrasará los planes de Rusia
y China para desbancar al Dólar estadounidense. Aunque según los expertos el
proceso es irreversible.
Y ahora viene la pregunta del millón.
¿El traspaso de la hegemonía estadounidense a
los BRICS será mejor para el mundo? Y la respuesta tajante es no. Por la
sencilla razón de que cambiaremos de pastores, pero nada más. Seguiremos
anclados a un sistema monetario, en este capitalismo salvaje, que sólo beneficia
al 10% de la humanidad.
En los últimos 100 años la población mundial
se ha multiplicado por tres, pasando de 1.650.000 habitantes en el año 1.900 a
6.070.580 habitantes en el año 2.000 (fuente wikipedia)
Según datos oficiales, desde los años 80 del
siglo pasado la biocapacidad de la tierra ha sido superada (biocapacidad:
capacidad que tiene un planeta de abastecer recursos naturales útiles y
absorber los desechos generados por los humanos). Esto significa que si
todos tuviéramos acceso a los mismos bienes materiales no habría suficientes
recursos para todos.
Para que nos hagamos una idea, sostener a toda
la humanidad con el nivel de vida de un españolito medio no lo haríamos con
menos tres planetas. Para hacerlo con el nivel de vida de un estadounidense
harían falta cinco y si es con el nivel de vida de un kuwaití doce. Por lo
tanto, es obvio que en aquellos lugares en donde se vive con muchos más
recursos de los que genera el propio territorio se hace a costa de robar los
recursos a otros. ¡Ah! Eso sí: “legalmente” mediante el intercambio de dinero
FIAT (que no vale absolutamente nada) por recursos.
Esto nos demuestra que el capitalismo (venga
de EEUU o de los BRICS) es, con mucho, el peor de todos los sistemas conocidos
hasta el momento.
Bajo mi punto de vista, el capitalismo salvaje,
que promueve la aberrante sociedad de consumo, es el culpable de que estemos
esquilmado el planeta. Este es el mayor de nuestros problemas ahora mismo y no
si el Yen, el Rublo, u otra nueva moneda sustituirán al Dólar.
Mientras sigamos anclados a un sistema
monetario lucrativo (el que sea) y consumiendo los recursos del planeta de una
forma desmesurada en aras a no sé qué imbecilidad de que yo soy más rico que tú
y poseo muchas más cosas inútiles que tú, el futuro para la humanidad no pinta
bien, ¿no crees? Por lo tanto, da igual que el sistema económico internacional
esté controlado por EEUU o por los BRICS, ya que sólo beneficiará a unos pocos
que, aunque ya son inmensamente ricos, su codicia no tiene límite.
Pepe, he recuperado el acceso a tu blog después de mucho tiempo, así de curioso son los exploradores.
ResponderEliminarBuen artículo. Solo puntualizarte que la moneda de china es el yuan.