domingo, 28 de junio de 2020

RESETEO DEL SISTEMA MONETARIO

Desde hace algunos años la frase “reseteo económico mundial” ha estado muy presente en los foros financieros. Esta frase ha sido utilizada frecuentemente por Christine Lagarde, que estuvo al frente de la institución globalista FMI y ahora ocupa la presidencia del BCE.
Según aseguran los expertos, la burbuja de deuda y derivados financieros es tan grande que la reforma del sistema monetario tiene que hacerse, sí o sí, por las buenas o por las malas. Así que, los que verdaderamente deciden este tipo de cosas, dijeron en su día que quieren una transición paulatina y suave, pero que están dispuestos, si no queda otro remedio, a provocar un colapso financiero mundial, diseñado previamente, para hacerlo realidad.
Y la pregunta es: ¿mediante una falsa pandemia, tal vez?
Desde hace décadas se sabe que el sistema financiero actual no se sostiene. Las restricciones globales, a causa de la pandemia, han provocado el consiguiente hundimiento del turismo, un impacto demoledor en el comercio, el impago de deudas por parte de los consumidores y una contracción de la economía tan bestial que el mundo no tendrá más remedio que dar un giro al sistema financiero.
La situación a nivel mundial es ahora económicamente insostenible. Pero gracias a la “crisis sanitaria”, el planeta ha quedado perfectamente abonado para la implantación de un nuevo sistema monetario.
La mayoría de países están experimentando déficits comerciales y han estado utilizando deuda, durante décadas, para cubrir los gastos que sus economías no se podían permitir. Y claro está, como esas deudas son impagables, la presión para aceptar el “reseteo” es cada vez más fuerte.
Aún no está claro cuándo podría tener lugar el acontecimiento, pero todo parece indicar que “los planetas ya están alineados” para que su puesta en escena sea inminente. Solo haría falta, como vaticinaban en su día los expertos, una recesión económica mundial para acelerar el proceso. Y aquí la tenemos.
Un episodio de estas características nunca antes ha tenido lugar, con lo que el “reseteo” implica una reevaluación simultánea de las monedas de, si no todas, al menos la mayoría de las naciones del mundo. Es por eso que la mayoría de países, encabezados por china, están desarrollando su moneda digital. Una vez todas las monedas sean digitales será más fácil el “reseteo”, ya que el nuevo sistema monetario será totalmente digital
Desde la aparición de la banca, los banqueros han sido y son las sanguijuelas que chupan la sangre de todo el planeta. Sus prácticas usureras abusivas no tienen parangón. El robo sistemático de nuestro dinero ha sido su principal misión. Pero ahora, con las nuevas tecnologías, les ha salido  un serio competidor.
Dentro de la guerra abierta entre globalistas y conservacionistas está la “madre de todas las batallas”: la lucha encarnizada por hacerse con el control del nuevo sistema monetario.
El “Estado profundo” -ese que incluye a globalistas y conservacionistas- se encuentra actualmente extremadamente dividido.
Los globalistas quieren introducir un sistema monetario digital unipolar; es decir, una moneda única en un sistema gobernado por el poder global del dinero a través del Banco de Pagos Internacional (el banco central de todos los bancos centrales) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Por otra parte, los conservacionistas quieren deshacerse de la actual banca y proponen un nuevo sistema monetario, según ellos, más justo. Me refiero al Sistema Financiero Cuántico (QFS). Este nuevo sistema está incluido en el acuerdo mundial de GESARA (Global Economic Security And Reformation Act, en español Ley de Reforma y Seguridad Económica Mundial), que se firmó en la cumbre del G-20 celebrada en China, en septiembre de 2016, donde se acordó el cambio del sistema financiero mundial.
El QFS es un sistema basado en la computación cuántica, alojado en un servidor cuántico protegido, que no puede ser pirateado ni acceder a él sin permiso. Este sistema impondría una moneda digital única mundial respaldada en oro. Pero aunque nos lo vendan como algo muy avanzado y benévolo, la realidad es que es tan centralizado como el que quieren imponer los globalistas.
¡Ojo al dato! La revista The Economist, anunció en 1988 la llegada de un solo sistema monetario mundial que se implementaría en el año 2018. Para ello, según The Economist, se requeriría del hundimiento de la economía de EEUU y, por ende, una debacle económica mundial.
Aunque con retraso de dos años, ¿es una coincidencia que estemos asistiendo al comienzo de un crack financiero mundial de consecuencias imprevisibles?
Si esta crisis económica mundial es suficientemente impactante, como todo parece prever, la sociedad pedirá a gritos el nuevo sistema monetario global que le libere de todas sus deudas y le saque de su miseria.
Resumiendo. El sistema SWIFT, actualmente controlado por la banca, es el que quieren perpetuar los globalistas. Sin embargo, los conservacionistas son partidarios de implantar el QFS.
Los defensores del sistema monetario QFS aseguran que su activación destruirá completamente el sistema bancario central SWIFT, que tiene a la población mundial esclavizada por la deuda, y no les falta razón.
Pero para implantar este nuevo sistema monetario es imprescindible cumplir los tres requisitos básicos del acuerdo GESARA: Uno, la condonación o perdón de todas las deudas. Dos, el establecimiento de un sistema universal de gobierno común. Tres, la implementación de GESARA, como marco constitucional universal para la gobernanza mundial. ¡Ufff!
Es evidente que tanto los unos como los otros quieren el control total sobre nosotros a través de un sistema monetario digital centralizado.
Y entre estos dos sistemas está Bitcoin: el mejor sistema monetario jamás creado totalmente descentralizado: la única esperanza que nos queda o, de lo contrario, cualquiera de los dos sistemas centralizados se impondrá.

lunes, 22 de junio de 2020

TEORÍA DE LA CONSPIRACIÓN

Conspiración es una palabra que define el procedimiento para llevar a la práctica un evento real mediante el engaño, el secretismo y la nula transparencia. Este recurso ha sido y sigue siendo utilizado por todas las culturas a lo largo de la historia de la humanidad.
Ahora bien. La “teoría de la conspiración” es otra cosa. Surgió como un fenómeno cultural en los Estados Unidos tras el asesinato del presidente, John Fitzgerald Kennedy, y, desde entonces, no ha parado de crecer.
Las teorías conspiranoicas se ofrecen como explicación alternativa a un evento social, político o económico importante cuando la versión oficial es confusa, insatisfactoria o raya en la imbecilidad.
La teoría de la conspiración puede venir de dos partes diferentes: una independiente y otra de la parte interesada.
La que viene de la parte interesada (disfrazada de independiente) suele ser exagerada, y con tintes paranoicos, con la intención de ridiculizar a las demás teorías independientes para dar más credibilidad a la versión oficial.
Es por esto que la “teoría de la conspiración” ha adquirido un significado un tanto despectivo y peyorativo, ya que implica una tendencia a ver la influencia de algún “ente maligno” en ciertos eventos. Por lo tanto, la teoría de la conspiración se ha convertido en algo común en los medios de comunicación de masas para desacreditar cualquier pensamiento crítico.
La mayoría de las teorías de la conspiración son, en realidad, denuncias de la verdadera conspiración. Entre los que elaboran estas teorías están los periodistas de investigación con experiencia, investigadores profesionales altamente cualificados, historiadores, profesores universitarios y todo tipo de profesionales denunciando sus propias experiencias. Luego, están los “detectives buscadores de la verdad” que bucean en Internet, recopilando información de aquí y de allá, y que en función de su ideología, formación y creencias sacan sus conclusiones.
Pues bien. Todos estos teóricos de la conspiración, en conjunto, representan la “quinta esencia” de los medios alternativos a la información oficial controlada por el poder. Y, como todo en esta vida, a veces están en lo cierto y a veces no.
El lingüista, Noam Chomsky, define la teoría de la conspiración como, más o menos, lo opuesto al análisis institucional.
Hay una realidad manifiesta: todo aquel debate honesto que se quiere cerrar de inmediato se le etiqueta de "teoría de la conspiración" y queda fulminado. Así, de esta manera, es como el pensamiento crítico del individuo es descalificado y ridiculizado, siendo cada vez más difícil mantenerlo: sostener cualquier teoría en contra de lo institucional puede dañar seriamente la reputación y la carrera profesional de quienes lo hacen.
Tras el asesinato de J.F.Kennedy, y aprovechando el surgimiento de teorías conspiranoicas espontáneas, hubo algunos listos -los verdaderos creadores de la etiqueta "teoría de la conspiración"- que se hicieron con la “patente” de tan maravillosa idea. Sabían exactamente lo que esta nueva forma de especular con la información suponía: conseguir que los investigadores en busca de la verdad queden en entredicho. Y así ha sido desde entonces.
No obstante, por mucha etiqueta conspiranoica que se le ponga a una verdadera conspiración real, diseñada para engañar a la gente, tarde o temprano termina siendo descubierta.
Tenemos el ejemplo de los atentados terroristas en EEUU del 11 de septiembre de 2001. Se ha demostrado que el Informe oficial de la Comisión del 11-S es una falacia, una chapuza creada por el Gobierno de los Estados Unidos para engañar al pueblo estadounidense y al resto del mundo.
¿Y qué pasa con esta pandemia? ¿Qué hay de verdad y qué de “teoría de la conspiración”?
Todos estamos informados hasta la saciedad de la versión institucional de esta pandemia. Ahora bien. Existen otras versiones, científicamente más sostenibles, que, sin embargo, no son tenidas en cuenta por los medios de comunicación de masas.
La pandemia del coronavirus ha hundido en la miseria y el hambre a millones de personas en todo el mundo. Esto es un hecho y no es discutible.
Ahora bien. Nuestro experto, Fernando Simón, nos dijo que esto era una cosa pasajera sin importancia y luego que era gravísima. Fernando Simón ha incurrido sistemáticamente en graves contradicciones. Para justificar semejante torpeza, ahora se dice que no se sabe nada del virus y que hay que ir aprendiendo sobre la marcha. Entones, ¿qué clase de experto es alguien que no sabe lo que se trae entre manos? ¿Cómo pueden obligarnos a protegernos, de algo que desconocen, con unas medidas draconianas que rayan el absurdo?
En una entrevista realizada al Doctor Klaus Püschel.0 (profesor y médico forense del Instituto Uke en el Hospital Universitario de Hamburgo), entre otras cosas, comenta que las personas sanas no tienen que preocuparse por el virus, ya que todos los fallecidos tenían una enfermedad previa y estaban en la edad media de la muerte y morir por complicaciones ocasionadas por este virus o por alguna otra causa.
Otro informe (COVID-19 Patient Notification System) asegura que solo  el 5% de las víctimas del RU murieron exclusivamente de covid-19/. Entonces, ¿dónde está la supuesta peligrosidad del virus? ¿Qué importa el número de contagiados si sólo es mortal para una minoría? ¿Por qué no se ha protegido únicamente a esa minoría?  Tomar la decisión de un confinamiento mundial, provocando el colapso de la economía, ¿no será para poner en marcha la agenda globalista, en la que se incluye la reducción drástica de la población mundial, la desaparición del dinero en efectivo/l y el control absoluto sobre la población/?
Para terminar una última cuestión: ¿lo anteriormente expuesto es una teoría de la conspiración o es una denuncia, en toda regla, de la verdadera conspiración?
Como siempre, no te creas nada de lo que acabas de leer y razona por ti mismo a ver a que conclusión llegas.

viernes, 12 de junio de 2020

GUERRA ABIERTA ENTRE GLOBALISTAS Y CONSERVACIONISTAS

¿Qué está pasando en EEUU? ¿Por qué el Covid-19 ha pasado a un segundo plano dando prioridad a los movimientos Antifas raciales? Pues porque este es año electoral, y los globalistas están sacando toda su artillería, de acoso y derribo, para acabar con el único personaje que les está poniendo palos en las ruedas intentando impedir el Nuevo Orden Mundial.
Evidentemente, la guerra hace tiempo que comenzó y todo parece indicar que los globalistas llevan demasiada ventaja: se han hecho con el sistema financiero global, con los medios de comunicación de masas, con las redes sociales y tienen a su servicio a la mayoría de gobiernos de todo el mundo, incluido el nuestro.
Ahora ya no se cortan un pelo y van a implantar su Agenda 2030 (eugenésica), cueste lo que cueste. Incluso se han quitado la máscara y ya no se ocultan.
Lo que estamos viviendo no es más que un golpe de estado, por parte de los globalistas, a nivel mundial.
Por otra parte, los conservacionistas -que no son mejores que los anteriores-, están viendo amenazado su modus vivendi y han delegado en Donald Trump para que actúe de dique de contención frente a los globalistas.
Si para imponer una dictadura en todo el mundo, como la que ya estamos viviendo, los globalistas están utilizando toda su artillería pesada como el cambio climático, el coronavirus, la tecnología 5G y a las revueltas de los Antifas, los conservacionistas tienen el Gobierno de los EEUU con sus Marines y sus armas nucleares, que no es poca cosa.
En este orden de cosas, Donald Trump está tomando medidas concretas para frenar al movimiento globalista sin, de momento, tener que utilizar la fuerza.
Trump ha cancelado el proyecto globalista de Bill Gates, conocido como ID2020 y apoyado abiertamente por Obama. Este proyecto supone la identificación digital de toda la población mundial, mediante la inserción de un microchip. Para que esta aberración sea aceptada por la población se presenta como un activo para los ciudadanos; un derecho, algo que le falta a nuestra vida para mejorar en todos los sentidos. ¡Increíble! Robert F. Kennedy, Jr. Escribió este devastador artículo sobre ello: "El valiente nuevo mundo de Bill Gates y Big Telecom" .
Donald Trump también ha suspendido la aportación de EEUU a la OMS y quiere una investigación sobre sus operaciones. Actualmente, el Director General de la OMS es el etíope, Tedros Adhanom, cuya reputación está puesta en tela de juicio por los conservacionistas.
Trump ha tirado la propuesta de ley HR6666, presentada por los demócratas de la Cámara de Representantes,  que permitiría al gobierno otorgar subvenciones a “ciertas entidades” para la prueba del virus del PCCh y otras actividades, como el rastreo y monitoreo de individuos infectados.
Ha prohibido la vacuna obligatoria pasando a ser voluntaria.
Ha autorizado denunciar las censuras que masivamente se están produciendo en las redes sociales.
Ha parado la implantación del 5G en todo el país.
Ha reabierto la actividad económica de EEUU y empieza a generarse empleo.
Y para rematar la faena, ahora La Casa Blanca se hará cargo de todas las redes eléctricas: servidores de Internet, sistemas de transmisión y sistemas electrónicos.
Bueno, pues en medio de todo este caos estamos nosotros: un atajo de parias que ni nos enteramos de lo que está sucediendo ni queremos enterarnos, que es aún peor.
Lo que está claro es que unos nos quieren estúpidos y los otros también. Todo este discurso trasnochado de izquierdas y derechas, de rojos y azules y de blancos y negros no es más que la manida estrategia utilizada, allá por el siglo I a.d.c, por Julio Cesar: “divide et impera”. No hay más.
El exceso de información se ha convertido en la mayor desinformación que ha vivido la humanidad en toda su historia.
La proliferación exagerada de todo tipo de noticias, sin posibilidad de ser verificadas y contrastadas, hace que ya no sepamos qué es real y qué mentira.
En este contexto, la información que nos llega a través de todo tipo de plataformas es inmediatamente rebatida por otra, tan elocuente y “creíble” como la anterior. De esta manera, si no se tiene una formación suficiente en la materia, seremos empujados a sacar conclusiones erróneas, falsas y distorsionadas de la realidad. Esta inseguridad al final genera miedo. Y ya se sabe que el poder utiliza nuestro miedo para gobernarnos, doblegarnos y manipularnos. Así de triste.
No sé quien ganara esta absurda guerra. Pero si tengo claro quién la perderá: nosotros, evidentemente.
Si no nos dejásemos manipular, por los medios de comunicación de masas, jamás hubiésemos consentido este despropósito, cuyas consecuencias van a ser devastadoras.
Pensar que con el tiempo perderíamos el miedo y todo volvería a la normalidad fue una ingenuidad. Ahora está claro el uso obligatorio de la mascarilla: ver a la gente con mascarilla te recuerda constantemente que no debes perder el miedo (bajar la guardia que dicen ellos).
Para terminar una última reflexión.
Algunos hemos vivido y sufrido la dictadura de Franco. Y lamento tener que decir -con todo el dolor de mi corazón-, que en todos esos años de dictadura jamás nuestros derechos y libertades fueron tan pisoteados como lo están siendo en esta falsa democracia.

domingo, 7 de junio de 2020

PROGRAMACIÓN, MANIPULADO Y EXAGERACIÓN DEL COVID-19


Cada día se hace más perceptible el futuro que para la humanidad han decidido y diseñado los verdaderos amos del mundo.
Robert Francis Kennedy Jr. es un abogado y activista ambiental. Es hijo de Robert F. Kennedy y sobrino del ex presidente John F. Kennedy. En unas recientes declaraciones, con respecto a esta falsa pandemia, dijo: "Este virus ha sido esparcido para entrenarnos hacia la nueva sumisión. Cada parte de nuestras vidas estará sujeta a control. No podremos ir a ningún sitio sin permiso. Nos están convirtiendo en unidades de producción y entidades consumidoras. Nos van a robar no solo nuestra democracia y nuestras libertades, sino nuestras almas. Lo que hemos de hacer es luchar contra ellos. Todos sabíamos que esto iba a suceder, aunque yo nunca creí que sucedería en mi vida. Pero aquí está".
Según el “filántropo”, Bill Gates, esta pandemia durará alrededor de 2 años: el tiempo suficiente que necesitan para arruinar a miles de millones de personas y sembrar el pánico para luego ofrecer su solución. Ya sabes, la tan manida estrategia: “problema, reacción, solución”.  
La nueva flexibilización cuantitativa generará una deuda inasumible para todos los países. Y aquí entran los “salvadores del mundo”. Se proclamará un Gobierno Mundial provisional de emergencia (que luego será definitivo) para paliar la crisis. Luego, el “reseteo económico” dará paso a un nuevo sistema de economía mundial donde la Inteligencia Artificial y el Internet de las cosas lo controlarán todo. Se unificará la educación, la religión el sistema monetario (probablemente el dinero actual será sustituido por una criptodivisa) y todo, absolutamente todo, será privatizado.
Ahora van encajando todas las piezas.
El mundo que está por venir no precisa de tanta gente; por eso necesitan deshacerse del 80% de la población. Primero se desharán de los viejos (mediante el coronavirus u otras enfermedades) y después de los pobres e ignorantes (a través del desempleo, la pobreza y la miseria). Y lo harán por la sencilla razón de que estos colectivos ni encajarán ni entenderán ese nuevo mundo. Así de simple. Pondré un ejemplo. Bitcoin es el mejor sistema monetario jamás creado por el hombre. Sin embargo, es utilizado por muy pocas personas solo por una razón: porque la mayoría no lo entiende.
Las principales instituciones supranacionales como el Council on Foreign Relations, el club Bilderberg y la Comisión Trilateral, entre otras, son las que controlan realmente gobiernos, ejércitos, dinero, medios de comunicación, educación y toda la industria mundial.
Ellis Medavoy (es su seudónimo), fue un maestro de la Propaganda y las Relaciones Públicas. Él mejor que nadie sabe cómo se inventan historias falsas para distorsionar la realidad. Su máxima era hacer creer a las masas que la libertad consiste en hacer lo que otros han decidido que es lo “correcto”.
En una entrevista concedida en 2015, dijo: “Supongamos que durante el período previo a una crisis económica, planificada por cártel de dinero, puedes distraer a todos con una epidemia falsa, provocada por el cártel médico-farmacéutico. ¿Ves la manipulación? Ahora los líderes perciben una buena razón para cooperar. Los planificadores cada día se vuelven más sutiles e inteligentes. Llegan a través de líneas que nunca habrían alcanzado antes”.
Pues bien. Este señor (una autoridad en la materia) dice clara y llanamente que todo es una burda manipulación de la realidad y existen pruebas de ello.
Un documento del Gobierno Norteamericano llamado “Informe Iron Mountain”, de 1967, habla sobre la posibilidad y conveniencia de la paz. En él se analiza cuáles son las verdaderas funciones de la guerra en las sociedades modernas y, en caso de que la guerra no existiera, qué otras instituciones podrían cumplir con estas funciones.
Según dice el informe, estas instituciones deben aportar una amenaza externa para que la sociedad acepte ser gobernada políticamente y no se desintegre. Necesita siempre un “enemigo alternativo” como, por ejemplo, la amenaza de la contaminación del medio ambiente o una invasión alienígena (ahora esa amenaza se ha traducido en cambio climático y coronavirus). 
Hay un párrafo muy esclarecedor de este informe que, ¡ojo! no olvidemos es del año 1967. Dice así: El envenenamiento del aire, de las principales fuentes de alimentos y del agua ya se encuentra bastante adelantado y a primera vista podría representar una solución a este problema; constituye una amenaza que solo puede abordarse a través de una adecuada organización social y con poder político. Pero se estima que deberá pasar entre una generación y una generación y media antes de que la contaminación ambiental, por más severa que sea, se torne lo suficientemente amenazante a nivel global como para ofrecer una posible base de solución”.
¡Increíble! ¿Verdad?
Evidentemente, nada es lo que parece. El cambio climático, el coronavirus y los disturbios de EEUU están intrínsecamente relacionados entre sí. Todos estos acontecimientos no han surgido por casualidad (las casualidades no existen). Han sido minuciosamente organizados por la Ingeniería Social, cuyo principal exponente es el Instituto Tavistock, creado en Londres en 1921 por la Fundación Rockefeller.
Para que nos hagamos una idea de quién es el Instituto Tavistock, esta es su declaración de principios: “La eficacia de una propaganda política y religiosa depende esencialmente de los métodos empleados y no de la doctrina en sí. Las doctrinas pueden ser verdaderas o falsas, pueden ser sanas o perniciosas, eso no importa. Si el adoctrinamiento está bien conducido, prácticamente todo el mundo puede ser convertido a lo que sea”.
¿Necesitas más pruebas para darte cuenta de que vivimos en una continua mentira?
Pues ahora viene la prueba del algodón; ya sabes: “el algodón no engaña”.
Por iniciativa del Departamento del Ministerio del Interior alemán, llamado Unidad KM4, -que está a cargo la Protección de las Infraestructuras Críticas-, se elaboró, entre el 25 de abril al 27 de mayo de 2020, un Informe sobre el "Análisis de la gestión de la crisis del Covid-19" . El informe fue escrito por un panel científico compuesto por expertos médicos externos de varias universidades alemanas.
Es esencialmente revelador ver que, aunque el informe ha sido filtrado, los medios de comunicación del establishment no se han hecho eco de él. ¿Y por qué? Pues porque en él se afirma que toda la amenaza del Covid-19 ha sido exagerada.
Algunos de los puntos clave del informe dicen lo siguiente:
·        La peligrosidad de Covid-19 fue sobreestimada: probablemente en ningún momento el peligro planteado por el nuevo virus superó el nivel normal.
·        Las personas que mueren de coronavirus son esencialmente las que estadísticamente morirían este año, porque han llegado al final de sus vidas y sus cuerpos debilitados ya no pueden hacer frente a ningún estrés cotidiano al azar (incluidos los aproximadamente 150 virus actualmente en circulación).
·       En el primer cuarto de año, en todo el mundo no ha habido más de 250.000 muertes por Covid-19, en comparación con los 1,5 millones de muertes (25.100 en Alemania) durante la ola de influenza (virus de la gripe) en la temporada 2017/18.
·   El peligro, obviamente, no es mayor que el de muchos otros virus. No hay evidencia de que esto sea una pandemia: no es más que una falsa alarma.
·     Podría haber un reproche en este sentido: durante la crisis del coronavirus, el Estado ha demostrado ser uno de los mayores productores de Fake News.
Por otra parte, Massimo Clementi, Director del Laboratorio del Hospital de San Raffaele de Milán, ha asegurado, en una entrevista concedida al Diario El Mundo, que la carga vírica de hoy es cien veces menor que en marzo.
A raíz de estas informaciones deberíamos hacernos algunas preguntas, ¿no crees?
¿Por qué los gobiernos de todo el mundo siguen alimentando esta farsa?
¿Para qué nos obligan a ponernos una mascarilla y mantener una distancia de seguridad?
¿Qué va a ser de nosotros cuando llegue la nueva normalidad?
¿Nos obligarán a ponernos la tan anunciada vacuna?
Y la pregunta del millón: ¿Por qué estamos aceptando esta locura que solo nos lleva hacia nuestra propia esclavitud y control?
Como siempre, todos aquellos que discrepamos de la versión oficial de determinados hechos somos considerados conspiranoicos. Pues bien. ¿La Unidad KM4, del Ministerio del Interior alemán, los médicos expertos de las universidades alemanas y Massimo Clementi también son conspiranoicos?
Piénsalo detenidamente. En condiciones normales, se encarcela y se aísla a los delincuentes para proteger al resto de la sociedad y no se encarcela a toda la sociedad para librarla de esa amenaza. Pues eso es lo que se ha hecho ahora. Es de “genios”, la verdad.
Para terminar voy a añadir una cosa más.
No tienes por qué creerte lo que acabas de leer. Infórmate, consulta otros medios alternativos, observa a diario en tu ciudad o tu pueblo lo que está pasando, piensa y analiza por ti mismo y saca tus propias conclusiones. ¡Ah! y deja de preocuparte si llegas a conclusiones que no son políticamente correctas. No merece la pena.

martes, 2 de junio de 2020

VACUNA PARA EL COVID-19 Y ALGO MÁS

Los acontecimientos que estamos viviendo jamás han tenido lugar a lo largo de nuestra existencia. Es la primera vez en la historia de la humanidad que los Gobiernos del mundo confinan a sus poblaciones por la fuerza, bajo amenaza de sanciones e incluso de cárcel: Jamás  se ha hecho una barbaridad de tal magnitud, ni siquiera en periodos de guerra.
Justificar el encierro por una supuesta pandemia y, además, ser defendido por millones de ciudadanos (“tontos útiles” que apoyan su propia esclavitud) no es más que el fruto de la propaganda del miedo infundido por los medios de comunicación. Sin embargo, la tozuda realidad está demostrando que la falsa pandemia declarada por la OMS se basa íntegramente en afirmaciones falsas y científicamente insostenibles; vamos lo que en lenguaje vulgar llamamos mentiras.
Definitivamente, que un gobierno manipule de tal manera a su población, confundiéndola sobre lo que es o no saludable, es lamentable e inaceptable y debería tener consecuencias penales.
Piénsalo: ¿quién define lo que es mejor para nosotros, nuestro sentido común o las gilipolleces que nos recomiendan los Gobiernos a través de los medios de comunicación?
Después de llevar tres meses de continuas incongruencias, de mentiras que no se sostienen y de aberrantes  ocurrencias como las fases de la llamada desescalada, donde la diferencia entre fases es simplemente numérica, creo que deberíamos hacernos algunas preguntas como estas:
¿Es saludable cerrar  parques y playas donde respiramos aire fresco, tomamos el Sol y hacemos ejercicio, mientras los estancos permanecen abiertos por estar considerados bienes de primera necesidad?
¿Es saludable recluir a la población en sus domicilios, con consecuencias nefastas para su salud como la ansiedad, la depresión o el debilitamiento de su sistema inmunológico?
¿Es saludable prohibir a la gente caminar por el campo donde no hay un alma a quien contagiar y de quien contagiarse?
¿Es insalubre hacer deporte individualmente o bañarse en el mar sin riesgo de contagiar a nadie?
¿Es para evitar contagiarse el prohibir ir en coche a 2 personas que viven y duermen juntas? O lo que es aún más aberrante, tener que coger dos taxis para ir a su domicilio (esto lo hemos sufrido mi mujer y yo)
¿Es legítimo y saludable arrasar en un abrir y cerrar de ojos la libertad y los derechos más elementales de las personas?
¿Es sensato utilizar un simple virus para generar un caos económico y social que va a provocar la muerte de millones de personas?
La respuesta tajante a todas estas cuestiones es NO.
Entonces, la pregunta inevitable es: ¿qué se pretende con todo esto? Pues ni más ni menos que implementar la vacuna obligatoria: el viejo proyecto de la élite para controlarnos y manipularnos a todos, introduciendo en la vacuna un microchip con lo último en nanotecnología.
Intentar curar una enfermedad, que aparentemente está desapareciendo por haber agotado su ciclo, con una vacuna es absurdo; por eso se tiene que seguir fomentando el miedo durante la eterna desescalada.
Según publica, Sky News, en el Reino Unido el virus está desapareciendo tan rápido que las posibilidades de hallar con éxito la tan ansiada vacuna se han reducido al 50%. Esta es la prueba irrefutable de que la supuesta carrera por una vacuna para curar el Covid-19 es una farsa, ya que el hecho es que no hay suficientes enfermos para probarla.
Por otra parte, elaborar una vacuna no es cosa de meses, sino de años. Otra cosa es que ya esté elaborada. Lo mismo ocurre con las pandemias. No se anuncian con total precisión y antelación, salvo que sean provocadas.
Y ahora la otra pregunta del millón: ¿a quién crees que la vacuna con microchip le confiere el poder y el control sobre nosotros? Pues pregúntate quién es ese “alguien” y hallarás la respuesta a esta absurda pandemia. Evidentemente, te adelanto que encontrarás a los mismos de siempre.
Por último me gustaría proponerte algo.
A ver si eres capaz de hacer este ejercicio: observa la televisión y, en general, los medios de información de masas con objetividad, mente fría y distanciamiento. A los pocos minutos serás testigo del “lavado de cerebro” al que estamos sometidos a diario. Si no es así, es que tu cerebro ya ha sido lavado por completo.
La vacuna obligatoria va a ser muy difícil de implantar, ya que siempre habrá quien se niegue a ponérsela, como ocurre en el caso de la vacuna anual contra la gripe, que por mucho que se empeñe año tras año la OMS unos se la ponen y otros no. Sin embargo, hay formas más sutiles de hacerlo: que sea la misma población quien lo demande.
Y aquí entran en juego todos los mecanismos de propaganda: se manipularán sentimientos y emociones, estimulando a la gente a vacunarse para convertirse en “ciudadanos responsables” (sumisos) y tachar de sinvergüenzas y egoístas a los rechazadores de la vacuna. Evidentemente, la vacuna será necesaria para trabajar, viajar, acudir a actos públicos y, en general, para realizar cualquier actividad social. De esta manera, poco a poco todo el mundo terminará cediendo o de lo contrario vivirá aislado y confinado para el resto de su vida. Duro ¿verdad? Pues es lo que nos espera si no hacemos nada para evitarlo.
¡Abre los ojos! Culpabilizar a gente normal de hacer cosas normales como celebrar un cumpleaños es una estrategia perfecta para seguir con esta farsa. De esta manera, no es el Gobierno el que penaliza, sino los propios vecinos. El Gobierno se lava las manos como Pilatos y solo aplica lo que los vecinos demandan: más madera (volver a la fase 0). Pero qué curioso. De esos nuevos infectados no hay ninguno que esté enfermo (ahora los llaman asintomáticos).
Prepárate porque esto va para largo.