Nos enfrentamos a una crisis económica durísima.
Como todas las crisis económicas, esta también
ha sido provocada y tiene como objetivo la implantación de un nuevo sistema
económico-monetario-financiero y social a escala mundial.
Que el sistema financiero está hecho pedazos
no es ningún secreto. Como consecuencia, la FED se ha visto obligada a inyectar
en el sistema la friolera de 7 billones de dólares, en tan solo tres meses, y
es muy probable que termine el año con más de 9 billones.
Esta nueva flexibilización cuantitativa, es
decir, la creación de nuevo dinero por parte de todos los bancos centrales,
conducirá irremisiblemente a una devaluación de la moneda y a un aumento
de la deuda sin precedentes que, mucho me temo, traerá la caída empicada del
actual sistema financiero.
Preparando el “Gran Reinicio”
En los últimos años se ha hablado mucho sobre
el famoso “reseteo”. Tal es así, que en la reunión del Foro Económico Mundial,
del 3 de junio de 2020, la actual directora del FMI, Kristalina Georgieva, dio
una conferencia sobre el “Gran Reseteo”. En la misma, hizo referencia a la reunión
de Bretton Woods, de 1944, donde se establecieron las reglas monetarias para
las siguientes décadas, y dijo –palabras textuales- que esta epidemia es una
oportunidad increíble para cambiar el mundo.
Incluso Klaus Schwab, fundador del Foro
Económico Mundial, aclaró que la pandemia ofrecía una "ventana rara
pero estrecha" para reinventar y restablecer nuestro mundo ("estrecha"
quiere decir que el tiempo para esta oportunidad se está agotando y que todos
los actores implicados tienen que avanzar sin demora) ¿Vas hilando las cosas?
¿Ves como al final van encajando todas las piezas del puzle?
El "Gran Reinicio" llevará a todos
los países desarrollados a una nueva era, donde todo el proceso productivo y
comercial será llevado a cabo por inteligencia artificial robotizada. Esto dará
paso a una nueva sociedad que tendrá que adaptarse a pasos agigantados a la
nueva situación. Aunque no lo parezca, esta revolución ya ha comenzado, pero se
generalizará en los próximos 5-10-15 años. Y la pregunta es: ¿debería ser
una oportunidad de mejorar para el ser humano? Lo lógico sería pensar que sí.
Pero lo primero que requiere el “reseteo” es
deshacerse del actual sistema económico-financiero (estamos en ello, para eso
se creó el Covid-19) para dar paso al nuevo. Inevitablemente, esto va a
producir “daños colaterales” que muchas personas ya están notando.
La moneda del mañana será con casi absoluta
seguridad digital. Algunos hablan de Bitcoin (yo no lo creo), otros de una
nueva criptodivisa creada por el Banco de Pagos Internacional y otros del
sistema financiero cuántico (QFS), que es el que más papeletas tiene.
Se dice que el QFS es como un banco central
seguro y fácil de usar, sin la intromisión de ninguna institución ni siquiera
el Gobierno (esto habrá que verlo).
Según se asegura, el QFS lleva funcionando
meses en paralelo con el actual sistema SWIFT. Está activado pero no se aplica
todavía. Para implantarlo necesitan que todas las monedas sean reevaluadas,
calculando su valor en función de la producción real, para luego ser convertidas
en activos digitales respaldados en oro.
Los conocedores de este nuevo sistema
financiero aseguran que acabará con el negocio bancario y los bancos
desaparecerán de la faz de la tierra. ¿Demasiado bueno para ser real?
Pero para llegar a implantarlo se necesita que
todos los países cumplan con el protocolo GESARA (en español: Ley de Reforma y
Seguridad Económica Global).
La ley GESARA tiene tres puntos fundamentales.
1. La proclamación de un jubileo a nivel internacional;
es decir, condonar la deuda a todos los ciudadanos y países del mundo.
2. La implementación de GESARA como un marco
institucional universal para dar soberanía a los 209 países del mundo que lo
firmaron.
3. Un sistema universal de gobierno común en
buena relación con otros seres (no sabemos qué quiere decir con “otros seres”)
Veamos ahora la importancia del oro.
España reevaluará su moneda en el Sistema
Financiero Cuántico (QFS) en función de su producción, activos y el oro que
posea.
Actualmente nuestras reservas de oro son de
283 toneladas, muy por debajo de nuestros vecinos como Francia (2.436 T), Italia
(2.452 T) e incluso Portugal (383 T)
¿Cómo es posible que España, un país que
transportó cientos de galeones cargados de oro de América a la península
durante siglos, solamente tenga unas reservas de 283 toneladas? Pues por el
continuo derroche de nuestros gobernantes a lo largo de los tiempos.
El último se produjo durante el Gobierno de
José Luis Rodríguez Zapatero. Durante su mandato, España se deshizo del 32% de
sus reservas de oro, justo -¡¡ALUCINA!!- dos meses antes de estallar la crisis
de 2008.
Ya sabemos de las ocurrencias de nuestros
políticos. Pues bien. El Pedro Solbes (debió tener una visión divina ese día),
certificó en el Senado la muerte del oro como valor refugio y vendió parte de
nuestras reservas a precio de saldo. Luego estalló la crisis de 2008, y ya conocemos
lo que pasó: el oro se volvió a convertir de la noche a la mañana en el activo más
buscado por los inversores y su precio se duplicó y triplicó. Así pues, el oro
que Pedro Solbes vendió en 2007 "por no ser rentable" hoy valdría un
300% más. ¡De genios! La verdad.
¿Cuándo vamos a aprender, de una vez por todas,
que no necesitamos políticos que nos gobiernen, sino administradores
profesionales que mantengan a buen recaudo nuestros recursos, bienes y
servicios? De la política ya nos encargaremos nosotros.
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