miércoles, 30 de septiembre de 2020

SIN OBEDIENCIA LA GOBERNANZA NO EXISTE

Creo sinceramente que la población, en general, no se entera de lo que nos están haciendo; no es consciente de las graves lesiones físicas y mentales que esta nueva normalidad ha provocado; no es conocedora de que nos están empobreciendo con toda la intencionalidad del mundo y creo, también, que no sabe que el coronavirus es el menor de nuestros problemas ahora mismo.

En 1948 la OMS definió la salud de la siguiente manera: "La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social y no meramente la ausencia de enfermedad u otro impedimento físico". Por lo tanto, la salud es un compendio amplio que va más allá de lo físico y que también tiene que ver con el bienestar emocional y social. ¿Ha quedado claro?

Desde el inicio de esta falsa pandemia no ha habido una sola medida coherente ni una sola verdad salvo los muertos, aunque no todos consecuencia directa del coronavirus.

La avalancha de ancianos fallecidos no la provocó el Covid-19, sino la falta de atención. Los miles de afectados son el resultado de los polémicos test PCR que dan falsos positivos. Se han diagnosticado miles de casos telefónicamente, algo inaudito, anticientífico y contrario al más mínimo rigor médico. La draconiana manipulación y machacona información sobre la pandemia raya en la paranoia. Y así podríamos seguir denunciando mentiras, despropósitos y falsedades. ¡Ah! y para terminar de rematar la sarta de mentiras, ahora la OMS acaba de confirmar que el coronavirus fue creado en un laboratorio (esto ya lo dijo hace 6 meses la viróloga Judy Mikovits y fue calumniada, además de censurada, en todos los medios de comunicación incluido Youtube).

Todo esto ha sido posible gracias a la complicidad de los medios de comunicación de masas, que han sido los verdaderos creadores de esta falsa pandemia. Pandemia, por otra parte, que la OMS deseaba ardientemente declarar desde hace años cuando empezaron a aterrorizar al mundo con el sida, el ébola la gripe porcina, la gripe A, etc.

Zbigniew Brzezinski (político estadounidense de origen polaco que fue Consejero de Seguridad Nacional en el Gobierno de Jimmy Carter) a finales de los años 70, dijo: “En breve la gente será incapaz de razonar o pensar por sí misma. Solo serán capaces de parlotear las noticias que les dio la televisión la noche anterior.” Y no se equivocó ni un pelo.

Los medios de comunicación de masas, al servicio del Gobierno, nos están tomando el pelo. Nos están tomando el pelo con el coronavirus. Nos están tomando el pelo con los confinamientos selectivos, la distancia de seguridad, el uso obligatorio de mascarillas y la reducción de aforos. Nos están tomando el pelo con toda la parafernalia montada en los colegios para que no se contagien los niños. Nos están tomando el pelo con los datos y nos están tomando el pelo con tanta desinformación y manipulación.

¿Quieres saber la realidad?

Si alguien sabe verdaderamente de qué va todo esto son los dueños del dinero, o sea, los bancos. Peter Hooper, director global de investigación económica del Deutsche Bank, dijo en un informe sobre perspectivas mundiales: “Estimamos que el nivel del producto interior bruto mundial está aproximadamente a la mitad de su nivel anterior al virus”. Hooper espera que el virus deje secuelas mucho más duraderas, como puede ser un duro golpe en la industria hotelera (o sea, la destrucción del turismo de masas) y la automatización de puestos de trabajo que eliminará empleos para siempre. Según Hooper, esto significa que la recuperación total de la economía a niveles antes de COVID-19 puede que nunca se produzca.

Pues aquí lo tienes. Esta gente no da puntada sin hilo, y cuando dice que algo puede suceder es que verdaderamente sucederá.

Desde siempre el poder nos ha manejado a su antojo. Y lo ha hecho por una sencilla razón, porque puede. Ellos lo tienen todo y nosotros no tenemos nada. Además,  ellos no cargan con la pesada mochila que llevamos encima. Nuestra mochila está llena de amor, empatía, sentimientos, respeto, tolerancia, equidad, honradez, responsabilidad, lealtad, etc., pero la suya está vacía. A ellos lo único que les preocupa es lograr lo que se proponen. Y si para ello tienen que joder a la mitad del planeta lo harán. Y no es nada personal ni ideológico, son simplemente negocios. De hecho, lo personal y la ideología les importan una mierda.

Ahora toca un cambio de ciclo socio-económico y se producirá sí o sí. Evidentemente, las personas que deciden este tipo de cosas no tienen la más mínima empatía hacia nosotros, por lo que si somos una molestia para lograr sus objetivos no dudarán ni por un instante en eliminarnos. Siempre ha sido así y, de momento, sigue siendo así.

Esta falsa pandemia ha traído un nuevo estado policial sin precedentes. Pero no es temporal, sino una nueva forma de gobierno que ha venido para quedarse. Esta nueva forma de gobierno se basa en la sensación permanente  de “crisis” (terrorista, económica, sanitaria,….) para justificar la vigilancia constante de la población: lo vimos con los atentados del 11-S, con la crisis económica de 2008 y ahora con el Covid-19.

Nos espera un futuro (que ya es presente) nada halagüeño. Cada instante de nuestra vida será monitorizado y controlado. Nuestra capacidad para comprar, viajar, trabajar, socializar y hacer negocios, entre otras cosas, será dictada y restringida por el Estado en función de lo que estime oportuno como ya estamos viendo.

No te confundas. El Covid-19 no es más que otra enfermedad similar a la gripe que, evidentemente, también ocasiona muertes. Toda esta mentira se sostiene gracias a unas pruebas PCR que no son resolutivas de nada y que los verdaderos expertos están cansados de denunciar. Además, ya hay demasiadas evidencias de que las cifras de positivos, hospitalizaciones, ingresos en UCI y defunciones son sistemáticamente infladas y utilizadas para sostener la campaña de miedo.

Ahora se está haciendo una recopilación masiva de test para proporcionar nuevos “contagios” y justificar la denominada "Segunda Oleada". El fin no es otro que el de mantener el bloqueo económico y hacer cumplir todas esas medidas draconianas e irracionales como el uso obligatorio de mascarillas, el distanciamiento social, la reducción de aforos, los confinamientos, etc.

Definitivamente esto no es una pandemia, esto es una reducción de derechos y libertades para conseguir la sumisión total del “populacho”.

Porque vamos a ver. ¿Alguien en su sano juicio cree en serio que todo lo que están haciendo con nosotros es para protegernos de un “bicho”? ¿De verdad lo cree?

Pues si no lo creemos, ¿por qué nos comportarnos como auténticos gilipollas?

Ya está bien de ponernos un bozal cada vez que salimos de casa. Ya está bien de dejar de ver a nuestros amigos y familiares y de renunciar a acudir a restaurantes, bares, museos, cines y teatros. Ya está bien de guardar la odiosa distancia de seguridad, de cerrar negocios y de tener miedo. En definitiva, ya está bien de ser obedientes. Todo esto es enfermizo. Hay que dejar de obedecer y volver a la auténtica normalidad. Sin nuestra obediencia la gobernanza sencillamente no existe.

Si no hacemos nada, esto no va a parar. Habrá rebrotes, hospitalizaciones, ingresos en UCI y muertes por doquier. Esta vez los políticos, vendidos a sus amos, han llegado demasiado lejos y no van a dar un solo paso atrás.

De nosotros depende. Hay infinidad de evidencias que prueban que estamos siendo sometidos al mayor engaño de la historia de la humanidad.

Porque vamos a ver. Si somos el país de Europa que ha tomado las medidas sociales más drásticas, donde hemos sufrido un confinamiento total del país durante tres largos meses, donde llevamos 4 meses con la obligación de usar mascarilla, distancia de seguridad y reducción de aforos hasta en las playas, ¿cómo es posible que seamos el país de Europa con los peores datos?

Evidentemente, algo no funciona: o las medidas de seguridad (mascarillas, distanciamiento social, etc.) no sirven de nada y producen el efecto contrario, o las pruebas masivas PCR están llenando el país de falsos positivos. Esta evidencia, ha puesto en alerta a los que controlan todo este “tinglao”  y se han dicho:

-¡Esto no puede ser! Se nos caen los palos del sombrajo que sustentan la pandemia.

-Vamos a mirar que seguramente alguien está haciendo las cosas mal.

-¡Ah! ya lo tenemos. La culpa es de los jóvenes que hacen botellón.

Ahora lo entiendo, los jóvenes hacen botellón y aparecen los ancianos de las residencias todos contagiados, claro, claro…, cómo no se me había ocurrido antes.  

Si seguimos colaborando en mantener esta locura lo vamos a pagar muy caro. El Covid-19 va a ser una hermanita de la caridad al lado de lo que se nos viene encima. Y el tiempo corre en nuestra contra.

¡DESOBEDIENCIA, YA!

Mensaje a los políticos

Arreglen nuestro desastroso sistema sanitario y dejen en echar la culpa de su ineptitud a la gente.

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