jueves, 17 de diciembre de 2020

EL GRAN REINICIO

1 de enero de 2031. Te levantas de la cama con un día soleado. Miras el cielo azul y no hay estelas de aviones. El aire que respiras está limpio. Los ríos, los océanos y los bosques impolutos. Tienes todas tus necesidades cubiertas. La energía es limpia, sostenible y accesible para todo el mundo. Ya no hay hambre en el mundo ni pobreza ni guerras ni delincuencia ni violencia ni incultura ni desigualdad. En definitiva, el Gran Reinicio ha terminado.

Cualquiera que sea un poco observador se habrá fijado en el pin que lucen frecuentemente en la solapa nuestro Presidente y Vicepresidente de Gobierno. Pues bien. Ese pin no es otro que el logo de la Agenda 2030.

La Agenda 2030 tiene 17 objetivos muy ambiciosos:

Poner fin a la pobreza. Poner fin al hambre. Garantizar una vida sana. Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad. Lograr la igualdad entre los géneros. Garantizar la disponibilidad de agua. Garantizar el acceso a una energía sostenible. Promover el crecimiento económico sostenido. Industria, innovación e infraestructuras. Reducir la desigualdad entre los países. Lograr ciudades resilientes y sostenibles. Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles. Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático. Conservar en forma sostenible los océanos y los mares. Gestionar sosteniblemente los bosques y detener la pérdida de la biodiversidad. Promover sociedades justas, pacíficas e inclusivas y revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible.

¡MARAVILLOSO! ¿Verdad? ¿Quién en su sano juicio no desea esto? Evidentemente, el problema es llevarlo a la práctica.

Habrás observado que la palabra “sostenible” se repite hasta la saciedad. Pues bien. Decir que la Agenda 2030 va a conseguir un “mundo feliz” y “sostenible” en tan solo 10 años se me antoja misión imposible, a no ser que desaparezca el 80% de la población mundial o nos conviertan a todos en zombis o robots.

La falsa pandemia ha servido de catalizador para agravar la crisis económica y de paradigma que se viene arrastrando desde hace años.

El colapso del sistema monetario acordado en Bretton Woods ha dado lugar al actual sistema monetario fiduciario, basado en la deuda, y este ha llegado a su fin. Nos encaminamos a toda velocidad hacia un nuevo paradigma donde las cosas van a cambiar y mucho.

Desde hace tiempo se viene anunciando, por parte de la autoridad monetaria, que es urgente llevar a cabo un “Gran Reinicio. Ahora bien, lo que no queda muy claro es si los “tíos listos” que deciden este tipo de cosas saben lo que hacen, están experimentando o simplemente de dedican a poner parches al Sistema.

El primer paso de este ambicioso plan, imprescindible para acometer el resto de la Agenda 2030, es cambiar el sistema monetario. Y en eso estamos.

El Foro Económico Mundial ha anunciado para el próximo año el comienzo del Gran Reinicio.

Klaus Schwab, fundador y Presidente Ejecutivo del Foro Económico Mundial, escribió sobre el Gran Reinicio: “Todos los países, desde Estados Unidos hasta China, deben participar, y todas las industrias, desde el petróleo y el gas hasta la tecnología, deben transformarse. En resumen, necesitamos un 'Gran Reinicio' del capitalismo".

Pero para coronar a un rey nuevo es imprescindible la abdicación o muerte del rey viejo. Por lo tanto, lo más importante es acabar con el dinero fiduciario, empezando por monedas y billetes.

Con la escusa de la falsa pandemia las restricciones al dinero en efectivo se van acelerando, corroborando que el dinero físico tiene los días contados. Y cuando esto suceda, se implantará un sistema monetario totalmente digital.

La digitalización del dinero evidentemente favorece a los gobiernos, otorgándoles un control infinito sobre los ciudadanos. El dinero digital permitirá al Estado bloquear nuestras cuentas, autorizar o desautorizar el pago de diferentes artículos y desposeernos de todos nuestros bienes, cuando le dé la gana, con algo tan sencillo como apretar una tecla.

No nos equivoquemos. El verdadero objetivo del Gran Reinicio es hacer un mundo digital. Una vez que nos tengan, tanto al dinero como a nosotros mismos, totalmente digitalizados, acometer el resto de la Agenda 2030 puede ser un juego de niños.

No te confundas. Aquí no hay ninguna conspiración oscura. Aquí lo que hay es lo de siempre: una minoría que viene ejerciendo el poder desde tiempos inmemoriales que quiere seguir ejerciéndolo. Nada más. Lo verdaderamente frustrante es que esto es consentido una y otra vez por una sociedad cada vez más estúpida, sumisa, egoísta y cobarde.

El fin del modelo de sociedad que conocemos ya ha comenzado. Las cosas que he venido anunciando en este blog durante años están sucediendo, como el decrecimiento energético que anuncié en mi artículo “el cambio es inevitable 8/01/2013/”, y ya no hay vuelta atrás. En definitiva, nos guste o no, nos van a obligar a “bajar el pistón”.

Los promotores del nuevo paradigma están aprovechando la falsa pandemia para avanzar en su agenda. Cada una de las respuestas, supuestamente sanitarias, a la falsa pandemia son simplemente medidas para llevar a cabo el “Gran Reinicio” del mundo.

Los confinamientos, las distancias de seguridad y las mascarillas sirven de preparación para la vida de aislamiento que nos espera de aquí en adelante. Se terminaron las reuniones de amigos y familiares por doquier. Se acabaron las salidas al campo a la montaña y al mar a discreción. Adiós al turismo de masas y a los viajes por placer. En resumen, la era del consumo exacerbado se acabó.

El cambio de paradigma es inevitable y muchos somos conscientes de ello. Ahora bien. Salir de Málaga para entrar en Malagón no es lo más deseado, ¿verdad? Pero, como estamos viendo, por desgracia el cambio se está llevando a cabo de una manera sibilina y con engaños. Y de los engaños no puede salir nada bueno. ¡Lo pillas! 

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