Hace ya más de un
año que no deambulaba por las calles de Madrid. Y aunque imaginaba la
repercusión que la falsa pandemia ha tenido sobre la economía, el comprobarlo
con mis propios ojos ha supuesto una bofetada de realidad.
Calles
comerciales como Princesa, Alberto Aguilera, Serrano o Velázquez con la mayoría
de sus negocios cerrados no es precisamente algo que se vea todos los días. Si
a eso le sumamos la ausencia de personal (recordemos que Madrid en primavera es
un hervidero de gente paseando, comprando o de bares) nos da una idea de la
ruina económica que se le viene encima a este país. Y digo se le viene encima,
porque la mayoría de la gente todavía no se ha enterado.
A groso modo, el
80% de los locales comerciales se han visto obligados a cerrar sus puertas y,
desgraciadamente, muchos lo han hecho para siempre.
La falsa pandemia
ha provocado prácticamente la paralización de ciertos sectores como el
comercio, la hostelería o el turismo, provocando la caída de varios indicadores
económicos que evidencian una gran recesión.
Veamos algunos de estos indicadores
económicos:
-Según el INE, en
tasa interanual el PIB español del segundo trimestre de 2020 (en pleno
confinamiento) se contrajo un 21,5%.
-Solo en el mes
de Abril de 2020 se sumaron a las listas del paro 282.891 personas (fuente:
Ministerio de Empleo y Seguridad Social).
-La Encuesta de
Población Activa del INE contabilizó alrededor de 3,3 millones de parados,
hasta junio de 2020, si bien no se incluyó a los trabajadores afectados por los
ERTEs al considerarlos como ocupados.
-En España, el
recorte del 13,2% de las horas trabajadas equivale a la destrucción de 2,01
millones de empleos, según los cálculos de la Organización Internacional del
Trabajo (OIT).
-Por último, según
los datos publicados por las consejerías autonómicas de empleo, en España se
han presentado en los primeros meses del 2020 unos 450.000 ERTEs, que
afectan a más de 2,7 millones de trabajadores.
Es cuanto menos
sorprendente que estas cifras de escándalo no parezcan importarle a nadie,
empezando por el propio Gobierno, ya que en este país no se habla de otra cosa
que no sea de vacunas, vacunas y más vacunas.
Y ahora seamos
serios. ¿Tú crees que nuestro Gobierno es idiota y no sabe que con la excusa
del Covid-19 ha arruinando este país?
Vamos a ver. El
gobierno está ahí para administrar el país y no para decirnos cómo tenemos que
vivir nuestra vida, qué medicamentos debemos tomar, con quién nos podemos
reunir y a dónde podemos ir. Lo que ha hecho este Gobierno es dejar de lado sus
funciones administrativas (que es para lo único que ha sido elegido) y
convertirse en nuestro médico, sociólogo y amo y señor de nuestra vida sin que
nosotros le hayamos otorgado esa potestad.
Pensar que arruinar
este país y volvernos a todos paranoicos ha sido por nuestro bien es de una
ingenuidad supina, además de una maldad. Por lo tanto, debe haber una buena
razón detrás que “justifique” tal crueldad. Y, por supuesto, la hay: la
implementación del Gran Reinicio con la introducción de un nuevo sistema
monetario y una nueva dictadura sanitaria.
Cronología de los hechos.
En las últimas
décadas las crisis financieras han ido sucediéndose cada vez en ciclos más
cortos y la del 2008 fue la piedra angular que dio paso a toda esta locura que
estamos viviendo. Como no querían perder el poder, se las arreglaron para decirnos
que tenían todo bajo control, y no lo tenían, pero lo solucionaron
temporalmente imprimiendo más dinero y rescatando a los malhechores.
Esta fue una
solución temporal, hasta que las cosas volvieron a ponerse peor. Por esta razón,
y antes de que el sistema implosionara, pusieron en marcha la “Operación
Covid-19” (preparada años atrás) como estrategia de distracción para ganar
tiempo antes de acometer lo que ellos llaman el Gran Reinicio.
¿Te has parado a
pensar por qué Europa está siendo el centro neurálgico de la pandemia? Pues por
una sola razón: Europa está completamente arruinada.
El BCE, que no es
más que el Banco Central Alemán disfrazado de Banco Central Europeo, está
quebrado. Esto es así, aunque, evidentemente, nadie te lo va a decir. El BCE no
ha hecho otra cosa que comprar todos los bonos (papeles que no tienen ningún
valor), gastarse los fondos de pensiones de los europeos e imprimir euros a
diestro y siniestro sin ningún respaldo. Si la gente despertase y se enterase
de lo que realmente está sucediendo tendrían un problema real, y esa es una de
las razones por las que están tratando de controlar Europa.
Pero vayamos al Gran Reinicio.
Ya no se puede
ocultar por más tiempo que el sistema monetario que salió de los acuerdos de
Bretton Woods ha colapsado y solo se mantiene a base de flexibilización
cuantitativa. Es evidente que esto no puede seguir así indefinidamente, y lo
saben. De ahí que los principales bancos centrales llevan años trabajando en el
desarrollo de un nuevo sistema monetario: las monedas digitales de los bancos
centrales CBDC, con las cuales pretenden seguir manteniendo el poder.
El primero en llevar
a cabo este cambio será China, que ya tiene su Yuan Digital totalmente listo
para ser implementado en todo el país antes de los Juegos Olímpicos de invierno
de Pekín, que se celebrarán en febrero de 2022. O sea, a la vuelta de la
esquina. El resto de bancos centrales como la FED, el BCE, el Banco de
Inglaterra, Japón, Canadá, Suiza o Suecia tienen previsto hacerlo antes de
2025.
La gente,
distraída con la “Operación Covid-19”, no está poniendo atención en este asunto
que es de vital importancia para el futuro inmediato que nos espera.
Para el que no lo
sepa, explicaré en qué consiste exactamente la nueva moneda digital de los
bancos centrales. Se trata de hacer que todos los ciudadanos tengan su dinero
(moneda digital igual que las que ellos critican, pero centralizada) depositado
en el banco central y que los pagos y transferencias se hagan desde una
aplicación en el teléfono móvil u otro artilugio electrónico creado para tal
fin. A simple vista así de simple e inocente, pero no tan simple e inocente.
En un mundo sin
dinero físico, donde solo exista el depositado en el banco central, la
autoridad monetaria manejará el valor de los depósitos a su antojo. Del mismo
modo, el Estado tendrá el registro absoluto de las cuentas corrientes de los
ciudadanos, controlando los ingresos y gastos y disponiendo de la capacidad de
autorizar qué pagos se pueden realizar y cuáles no. En definitiva, el sueño de
todo oligarca hecho realidad, ya que quien controla el dinero controla el
mundo.
De esto va la
“Operación Covid-19”: de llevar a cabo el Gran Reinicio, para el cual llevan preparándonos
durante años mediante estrategias como el terrorismo, el cambio climático y últimamente
las pandemias.
La invención del
terrorismo trajo consigo unos controles personales como nunca antes tuvimos y vinieron
para quedarse. El “cambio climático” ha incrementado políticas restrictivas y metamorfosis aberrantes en todo el mundo
venidas también para quedarse. Y la falsa pandemia ha conseguido una sociedad
anclada en una dictadura sanitaria que nos ha esclavizado de por vida.
Quítate la venda
de los ojos. Este es el mundo real en el que vivimos.
La conspiración
actual que las élites, estado profundo o como lo queramos llamar, están
llevando a cabo no es una teoría de cuatro conspiranoicos, sino un hecho real
como estamos comprobando por nosotros mismos.
¿Para qué crees
que se aplicaron, y se siguen aplicando, todas esas medidas restrictivas como
confinamientos, uso obligatorio de mascarillas o toques de queda? Pues para
obligarnos a aceptar el Gran Reinicio.
¿Lo vamos a consentir?
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