miércoles, 23 de junio de 2021

LOS MEDIOS DE DESINFORMACIÓN OCULTAN EL OPPT

El 25 de diciembre de 2012, tres fideicomisarios públicos del OPPT revelaron revolucionarios documentos legales en nombre de “El Pueblo de la Tierra”. A partir de ese momento los documentos se propagaron por todo el planeta y, desde entonces, cientos de miles de personas en todo el mundo tienen un objetivo común: liberarse del actual sistema “antiguo” de esclavitud para vivir sus vidas de acuerdo a su propia voluntad y libre elección. ¡Increíble! ¿Verdad?

¿Habías oído hablar del OPPT? ¿Sabes qué es? Para quien no lo sepa, el OPPT (One People,s Public Trust), que podríamos traducir como “Fideicomiso Público del Pueblo”, es un fideicomiso de todos los ciudadanos de la Tierra. (Fideicomiso: institución sucesoria que permite encargar a una persona la administración o conservación de determinados bienes para entregarlos a otro en un momento dado).

Todo comenzó en el año 2009, cuando los fideicomisarios del OPPT Heather, Caleb Skinner y Randall Hollis llevaron a cabo una investigación sobre el fraude de los préstamos del Banco Mundial. Su informe se conoció como “El Informe Paradigma”: un informe sobre la corrupción bancaria, judicial y del Gobierno. En la investigación se reveló que nunca hubo tales préstamos. Sin embargo, se descubrió algo realmente espeluznante: un sistema privado de esclavitud, amparándose en la ignorancia de las personas, apoyado por contratos que sin saberlo habían hecho y que estaban obligados a cumplir.

Evidentemente, la pregunta inmediata que nos hacemos todos es: ¿cómo ha podido suceder tal cosa?

Según el Derecho Natural, cada uno de nosotros al nacer somos un hombre vivo o una mujer viva con derecho a alimentarnos, a trasladarnos sin fronteras y a vivir sin restricciones. Sin embargo, a partir de que somos inscritos por nuestros padres en el Registro Civil nos convertimos en “persona”, que no es más que una ficción jurídica bajo las leyes de cada país, que nos mantiene esclavizados de por vida.

Pero ocurrió que después de la crisis del año 1929, llamada la Gran Depresión, los países del mundo que necesitaban acceder a créditos tuvieron que inscribirse en la SEC (Securities Exchange Commision o Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos), transformándose, a partir de entonces, en corporaciones. En total se inscribieron 194 países y solo 5 se abstuvieron, entre ellos Rusia y China. Esto quiere decir que nuestro país se transformó en una empresa y nosotros con él, dado que fuimos el aval.

Y ahora es cuando la cosa se pone interesante.

Resulta que el Fideicomiso Público del Pueblo OPPT, utilizando un recurso jurídico común, hizo que los sistemas actuales, tales como los países (recuerda que ahora son empresas), los bancos y las corporaciones, fueran legítimamente y legalmente cancelados y embargados, poniendo fin al vandalismo social de fraude y engaño que hemos padecido durante tanto tiempo. Esto quiere decir que en el año 2012 casi la totalidad de los países del planeta fueron legítima y legalmente embargados. Por lo tanto, sus leyes, constituciones y reglamentos quedaron sin efecto. Por supuesto, todo está documentado y puedes acceder a los documentos en el siguiente enlace: http://n-prdgm.com/historia/.

Bueno, pues aunque parezca mentira, gracias al OPPT oficialmente desde el año 2012 somos nuevamente libres. Por eso es tan importante darlo a conocer a todo el mundo.

Y la pregunta inevitable es: si esto es así, ¿entonces por qué los países siguen funcionando como tal y continúan ejerciendo su autoridad sobre nosotros? Pues porque aunque ya hay gente negando el viejo sistema, incluso al más alto nivel, la existencia del OPPT se mantiene fuera de los medios de comunicación para, deliberadamente, engañar a las personas y evitar que conozcan la verdad.

Los medios de comunicación son los responsables de la degeneración de la humanidad. Son la mentira erigida en verdad, el vicio instituido en virtud, la corrupción convertida en honradez y la perversión transmutada en decencia. En definitiva, los medios de comunicación de masas, con la televisión a la cabeza, son el arma más sofisticada y poderosa jamás creada por el hombre y, como hemos podido comprobar, de una efectividad pasmosa.

A consecuencia de los medios de comunicación la  mayoría de nosotros jamás nos hemos percatado de lo esencial, ya que nuestro cerebro ha sido contaminado y desconectado de la realidad. Con su bombardeo constante de desinformación han conseguido hacer una sociedad disparatada, violenta y pervertida, que mucho me temo está a años luz de nuestros verdaderos valores como seres humanos inteligentes.

Si examinamos a fondo la vida diaria de cualquier persona veremos que todo se reduce a trabajar y consumir. Y el que no tiene trabajo, a vegetar y soñar con consumir. Así se nos ha programado.

Gracias a la propaganda de los medios de comunicación la mayoría soñamos con otra vida, con viajar y emprender nuevos caminos, que nunca se llegan a materializar, para lograr esa felicidad idílica que se nos vende y que jamás conseguimos alcanzar. Es por eso que, desgraciadamente, esta sociedad produce más infelicidad que felicidad.

Mientras los medios de comunicación nos distraen diariamente con una buena dosis de chorradas, nuestro parlamento (y no sólo el nuestro, sino todos los del mundo) sigue legislando contra cualquier conato de libertad. Y no sólo de libertad, sino también de cualquier posibilidad de que, en el hipotético caso de que al “populacho” le dé por despertar –que lo dudo-, pueda tener la más mínima oportunidad de reaccionar. Esa y no otra es la cruda realidad. Por eso nadie sabe nada del OPPT, porque ya se han encargado los medios de comunicación de que así sea.

Y como muestra un botón. No tienes nada más que ver que con el pretexto de la falsa pandemia,  y para socavar aún más nuestra inexistente libertad, se están añadiendo nuevas leyes a nuestro “libro gordo de Petete de la legislación española”, donde ya hay más de 100.000 leyes en vigor, que no es moco de pavo.

Personalmente me cuesta creer que el OPPT y su descubrimiento vayan a cambiar nada, pero ahí lo dejo. Ahora tú decides si merece la pena intentarlo o seguir como estamos. 

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