Hasta hace dos años, en los países más avanzados
del planeta disfrutábamos de “pseudodemocracias”, en donde cada individuo
gozaba de una cierta libertad, solo acotada por leyes razonables como, por ejemplo,
la prohibición de robar o matar y otras no tan razonables que no molestaban en
exceso nuestro grado de libertad individual.
La libertad de la que disfrutábamos –conseguida
a raíz de una lucha sin cuartel durante siglos contra la tiranía- consistía
básicamente en hacer cualquier cosa que eligiéramos, siempre respetando la
libertad de los demás.
Con la puesta en escena a nivel mundial de
esta falsa pandemia, de la noche a la mañana nuestra libertad ha sido fulminada
de un plumazo.
Confinamientos, uso obligatorio de
mascarillas y “vacunación”, entre otras cosas, han ido preparando el terreno
para lo que estaba por venir: el “pasaporte Covid”.
Con la llegada del “pasaporte” Covid la percepción
que teníamos de libertad pasará a la historia y será reemplazada por un
concepto totalmente nuevo.
Como ya estamos viendo, a partir de ahora
solo se nos permitirá hacer las cosas para las que hayamos obtenido el correspondiente
permiso. Así, por ejemplo, si antes espontáneamente decidías coger un avión, comer
en un restaurante, visitar a un amigo ingresado en el hospital o ir al cine, ya
no será posible sin el consiguiente permiso que, evidentemente, vendrá de tu
“pasaporte” Covid.
El nuevo concepto de libertad se ha convertido
en meros “privilegios” otorgados, temporalmente, en función de mostrar
docilidad, sumisión y buen comportamiento. Por lo tanto, la actividad diaria de
cada uno de nosotros ahora dependerá de los permisos que se nos otorguen.
Permisos que, como habrás podido comprobar, cambian de un día para otro sin el
más mínimo razonamiento.
Pero esto no se detendrá aquí. Los
“pasaportes” de vacunas son solo la antesala de una nueva identificación
digital, en la que irá incluida cualquier cosa susceptible de ser digitalizada.
Esta identificación servirá para calificarnos, controlarnos y, cómo no, para
castigarnos.
Ni que decir tiene que los “pasaportes” de
vacunas no cumplen ninguna función sanitaria. Se utilizan para controlar
nuestra participación en la sociedad, además de ayudar a establecer un nuevo
sistema financiero que reemplazará al actual nefasto sistema monetario
fiduciario fallido.
En esta guerra encubierta está en juego mantener
nuestra libertad o perderla para siempre. Pues bien. La gran mayoría ha
decidido perderla para siempre.
El poder global del dinero (promotor del
Nuevo Orden Mundial) tiene a prácticamente todos los medios de comunicación y a
todos los gobiernos del planeta comprados. Son también los dueños de los
bancos, de la industria y de las grandes corporaciones. Financian a los
partidos políticos y deciden que programas educativos se imparten en colegios y
universidades. Y lo más importante, tienen a sus órdenes a las fuerzas armadas.
Pero nosotros, el “populacho”, no tenemos
nada de eso. Por lo tanto, esta guerra no la podemos ganar NUNCA.
Por muchos artículos que escribamos unos
cuantos, por muchos vídeos que se divulguen en Internet y por muchos valientes
profesionales que ponen en riesgo su carrera denunciando semejante engaño a la
humanidad -como Valerie
Oyarzun Fontanet/, fiscal en la Audiencia Provincial de Lleida, en este
artículo donde advierte sobre la ilegalidad del “pasaporte” Covid-, no lo vamos
a conseguir.
Piénsalo bien. Si las élites han dado este
paso es porque están seguras de ganar. En 10-20-30 años habrán reducido en gran
medida la población mundial e implantada esa nueva sociedad transhumanista de
esclavos digitales.
¿Crees que exagero? Yo no lo creo. Haz
memoria y compara cómo estábamos hace 2 años y cómo estamos ahora.
Vacunarse y seguir el ritual Covid no solo
no ha servido para volver a la normalidad, como nos prometieron, sino que se ha
convertido en una herramienta de manipulación social sin precedentes.
Algunos ya habíamos anunciado hace meses
que después de las “vacunas”, y con la llegada del otoño-invierno, todo el
circo covidiano se reactivaría. Et ¡voilà! Nuestro pronóstico se ha cumplido.
Era fácil de adivinar.
Con la tan manida excusa de una nueva ola
de “contagios”, las restricciones se han incrementado: nuevos cierres, toques
de queda, vuelta a la mascarilla obligatoria en exteriores y, por supuesto, la imposición
de presentar el “pasaporte” Covid a cualquier subnormal que te lo pida.
Pero esta nueva ola de contagios está producida por el elevadísimo número de test que se están haciendo -a cascoporro- por la necesidad de viajar para reunirse con la familia en Navidad. Test positivos, por otra parte, con un 80% de asintomáticos, tal y como puedes ver en el gráfico que publica el propio Ministerio de Sanidad Español.
Hay que ser muy, pero que muy imbécil, para
creer que el “pasaporte” Covid, se ha diseñado para velar por nuestra salud. ¿De
verdad sigues creyendo que esos que te están arruinando la vida quieren
cuidarte? ¿No te has preguntado por qué lo hacen? ¿Es porque te aman? Pero si
ni siquiera te conocen.
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