martes, 27 de diciembre de 2022

DE LAS DEMOCRACIAS TOTALITARIAS A LA ESCLAVITUD DEL DINERO DIGITAL

Nacemos en el seno de una familia que no elegimos, en un lugar que no decidimos y dentro de una sociedad que no dispusimos. Esta sociedad está llena de instituciones, leyes y normas que nosotros tampoco establecimos. Por lo tanto, creer que somos ciudadanos libres por vivir en el seno de lo que llamamos democracia es tan estúpido como creer en la existencia de Papá Noel.

La mayoría de países occidentales sufrimos regímenes democráticos representativos dictatoriales. Pero es que ni siquiera las democracias participativas garantizan la libertad, ya que la simple idea de tener que acatar todos lo que decide una mayoría no dejará de ser la imposición de una mayoría sobre una minoría, y eso es lo mismo que cualquier totalitarismo.

Estos regímenes democráticos están fundamentados en el adoctrinamiento, puesto que sin el adoctrinamiento adecuado todas esas estructuras sociales, a las cuales profesamos una devoción ciega, se derrumbarían inmediatamente.

El adoctrinamiento irrumpe en nuestra vida desde el mismo momento de nacer y nos acompaña hasta el final de nuestros días. De ello se encargan nuestros progenitores, la mal llamada educación, los medios de comunicación de masas y últimamente las nuevas tecnologías salidas de la “fabrica de ilusiones” de Silicon Valley. Y es que sin estas premisas la gente no se dejaría gobernar por una élite minoritaria de cleptócratas.

Del mismo modo que un estado dictatorial se impone mediante la fuerza bruta, una democracia se establece a través del engaño, la mentira y la manipulación psicológica. Por eso, no está tan claro si el individuo es más libre en una democracia o en un estado totalitario, ya que en un estado totalitario sabes quién es el enemigo y puedes luchar contra él, en una democracia no.

Evidentemente, el abanico de posibilidades que te brinda una democracia es más amplio que el de cualquier dictadura. Pero eso no es garantía de libertad. Para que exista una verdadera libertad tiene que haber libertad de pensamiento propio, y eso en las actuales democracias sencillamente no se da. Ni que decir tiene que el que está escribiendo estas líneas es consciente de que sus pensamientos también están influenciados por toda esa propaganda.

Por más que intentemos autoconvencernos de que somos dueños de nuestros actos, la cruda realidad demuestra, con pruebas irrefutables, que no somos más que meros peleles incapaces de decidir nada por nosotros mismos.

Es muy triste ver como nuestras mentes han sido programadas y moldeadas para limitarse a obedecer leyes y normas que unos cuantos “tíos listos” han elaborado para nosotros. Incluso personas con una inteligencia por encima de lo normal tragan toda esa bazofia sin inmutarse.

Si hasta ahora hemos permanecido en el engaño y la mentira, creyendo que vivíamos en sociedades libres, el futuro inmediato que nos espera no se presenta nada halagüeño.

Nos acercamos rápidamente hacia un control digital total de la humanidad. Lo que hemos vivido últimamente va en esa dirección.

Es un hecho que las nuevas tecnologías están haciendo de la mayoría de nosotros unos bobos auténticos. Y los bobos somos eso, bobos, por lo tanto, no nos estamos enterando de que la tecnología está poniendo una cadena invisible alrededor nuestro. Y cuando esa cadena se cierre por completo, ya no tendremos la más mínima posibilidad de escapar.

La llegada inminente del las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC) será el último eslabón de la cadena que nos condenará para siempre a vivir en un campo de concentración digital.

El dinero digital estará condicionado a todo: huella de carbono, crédito social, carnet de salud o cualquier otra cosa. Podrá bloquear cualquier producto que queramos adquirir si se considera que ya agotamos el cupo que teníamos asignado. Así, por ejemplo, si nuestra asignación de consumo de carne es de un kilo al mes, no podremos comprar más pues el dinero digital no nos lo permitirá. Y lo mismo sucederá al adquirir cualquier otro bien o servicio como medicinas, combustible, gas, electricidad, viajes, etc. Aunque lo más esclavizante,  es que será un dinero que cada uno solo podrá utilizar en zonas concretas (“ciudades de 15 minutos”: recuérdalo) y, además, tendrá fecha de caducidad, de esa manera nunca podremos ahorrar el suficiente dinero que nos proporcione un poco de libertad.

Evidentemente, no nos lo van a contar así. Nos lo venderán de otra manera como, por ejemplo, que con este nuevo dinero no habrá fraude fiscal ni economía sumergida ni corrupción. Pero la realidad es que a partir de entonces nuestro dinero será única y exclusivamente suyo y no podremos hacer nada al respecto.

¿Tú quieres esto? Si eres de los que piensa que la vida sin libertad no merece la pena ser vivida, me imagino que no.

Decía Descartes: “Pienso, luego existo”. Por eso hay que decirle a la gente que debe de cuestionarse todo, solo así tendremos una oportunidad.

Si consiguiéramos una representación suficiente de personas valientes de todo el espectro social (policías, fuerzas armadas, políticos, periodistas, educadores, médicos, abogados, ingenieros y trabajadores de todos los sectores) que se atrevan a plantar cara al sistema, las estructuras de poder quedarían fuera de juego de inmediato.

¿Imposible? Puede. Pero soñar, de momento, es gratis. Y digo soñar, porque después de ver lo de Argentina es para echarse a llorar: un país entero movilizado (con más de 5 millones de personas en la calle) para aclamar a 25 jugadores de fútbol, que lo único que han hecho en su vida es dar jodidas patadas a un balón. ¿Te imaginas esa misma energía canalizada para echar a los corruptos gobernantes que tienen sumido al país en la miseria? Pero sospecho que eso nunca va a suceder.

Una prisión digital está cada día más cerca y a nadie parece importarle. Y es que somos nosotros mismos los que estamos autoencarcelándonos digitalmente. ¿No lo crees? Pues dile tú a la gente que tire el puto móvil por la ventana, que deje de utilizar el dinero electrónico o deje de hacer compras por Internet. Probablemente, lo único que conseguirás es que te manden a la mierda. Así que mucho me temo que la humanidad terminara en un campo de concentración digital y “será feliz” -o eso creerá-, del mismo modo que ahora cree que vivir en democracia es sinónimo de libertad.

sábado, 10 de diciembre de 2022

LA MANIPULACIÓN DE NUESTRAS VIDAS A TRAVÉS DE LA PROPAGANDA

En un mundo saturado de información y desinformación, donde la misma noticia es contada de diferente manera en cientos de medios de comunicación en todo el mundo y tergiversada por intereses espurios, no hay manera de sacar nada en claro. Y de eso se trata.

Todas esas supuestas noticias, con las que nos bombardean las 24 horas del día los 7 días de la semana, no son tales, sino mera propaganda. Y claro está, mientras no sepamos qué es la propaganda y cómo funciona no podremos diferenciar una verdad de una mentira.

Veamos qué es y cómo funciona la propaganda.

Según la RAE, la propaganda es la difusión o divulgación de información, ideas u opiniones de carácter político, religioso, comercial, etc., con la intención de que alguien actúe de una determinada manera, piense según unas ideas o adquiera un determinado producto.

Existen diferentes maneras de enfocar la información. La información, a secas, es esa que única y exclusivamente cuenta los hechos y punto. Ahora bien, la otra información, la sesgada y manipulada, o sea, la propaganda, es la que poniendo el énfasis en la noticia más alarmante consigue el efecto deseado: que nosotros mismos lleguemos a la conclusión a la que quieren que lleguemos.

Veamos algunos ejemplos.

Últimamente los medios de comunicación nos informan del levantamiento del pueblo chino, harto de tanto confinamiento y tiranía por parte su Gobierno. No seamos ingenuos. Los medios de comunicación no critican la dictadura china, sino que la están utilizando para hacer propaganda de lo “afortunados” que somos los ciudadanos occidentales, al comparar nuestras políticas restrictivas del Covid con las de China.

Otro ejemplo lo tenemos con la guerra en Ucrania. Los informativos llevan meses repitiendo hasta la saciedad que Ucrania va a ganar esa guerra, que Putin está es horas bajas y que su economía se derrumba. Pero la realidad es que Rusia sigue estando ahí y que Ucrania dejaría de existir si verdaderamente los rusos lo quisieran así. En este caso, la propaganda va dirigida a que aceptemos que estamos inmersos en una crisis energética, debido a que Putin es un malvado asesino que quiere aniquilar a Europa.

¿Y qué decir de la locura climática? No se puede mentir con más descaro. Mientras los medios de comunicación no hacen otra cosa que alarmar con la desaparición de los casquetes polares y el aumento del nivel de los océanos, los ricachones y poderosos del planeta (los mismos empeñados en restringir las emisiones de CO2) construyen sus flamantes mansiones a la orilla del mar.

Toda esta propaganda -disfrazada de noticias- consigue que multitud de idiotas sigan con la mascarilla, que restrinjan el uso de la calefacción y el aire acondicionado para salvar el planeta y ayudar a destruir a Putin o que vendan sus casas de la costa antes que el aumento del nivel del mar las engulla para siempre.

Llevamos toda la vida siendo manipulados, engañándonos y amedrentados por meras campañas propagandísticas. La mayoría de las noticias que vemos a diario en los medios de comunicación nada tienen que ver con la realidad y solo pretenden asustarnos. Y amén que lo consiguen.

Pero la realidad siempre ha estado, está y estará a la vista de todos. Solo hay que mirar en la dirección correcta. Lo que sucede, es que somos  nosotros los que elegimos cambiarla por otra ficticia, para poder llevarnos bien con nosotros mismos, y esa decisión es la que determina el rumbo de nuestra vida.

Allá por el año 1932 decía Aldous Huxley: “En el futuro, gracias a la propaganda o el lavado de cerebro reforzado por métodos farmacológicos, la gente amará su servidumbre. ¡Cuánta razón tenía!

Lo que llamamos Estado, junto a todas esas instituciones gubernamentales y no gubernamentales, no son más que organismos de corrupción que trabajan al servicio del poder global del dinero, habiendo sido creados y diseñados con el único fin de engañar –a través de la propaganda- a todo aquel ingenuo que decida creer que están a nuestro servicio.

Por desgracia, la mayoría de las personas que han decidido creer lo harán de por vida, y aunque tengan que soportar barbaridades enormes (como la falsa pandemia, el cambio climático o las sucesivas crisis de todo tipo), no renunciarán a su sistema de creencias bajo ningún concepto. Y aquí es donde se hace realidad esa famosa frase de Maquiavelo: “Un pueblo que acepta pasivamente la corrupción y a los corruptos no merece la libertad”. Y en esas estamos.

¿Acaso se nos ha olvidado que consentimos estar encerrados durante tres meses, que soportamos sin rechistar respirar a través de una mascarilla y que la gente ni se inmutó cuando perdió su negocio o su puesto de trabajo? Pues todo esto se hizo para inducir al “populacho” -a través de una campaña propagandística de dimensiones épicas- a que acudiera desesperadamente a inyectarse un nuevo veneno que no sabemos exactamente para qué es, pero que está causando estragos. Estragos, por otra parte, que la misma propaganda se encarga de minimizar o desviar la atención hacia otro lado.

Siento decirlo, pero como el experimento les ha salido redondo volverán a hacerlo (esto o algo parecido o peor que esto). Y no es pesimismo, es simplemente una pequeña dosis de realismo.

Algunos optimistas piensan que podemos evitarlo. Pero, ¿y la mayoría? ¿Quiere evitarlo? Puede que si apagásemos la tele, tirásemos el puto móvil por la ventana y dejásemos de comportarnos como verdaderos zombis lo consiguiéramos. Pero, la pregunta es: ¿lo vamos a hacer? Pues claro que no. Y no lo vamos a hacer, porqué se nos ha olvidado que somos seres inteligentes con capacidad de pensar, sentir y actuar de acuerdo a nuestra naturaleza. Por lo tanto, no necesitamos de banderas ni de himnos ni de nadie que decida por nosotros cómo debemos vivir. Para vivir en paz y armonía no se precisa de gobiernos ni de leyes, solo se requiere acatar la esencia del significado de una preciosa palabra clave: ¡RESPETO! Todo lo demás, pura demagogia anclada en mera propaganda.

miércoles, 30 de noviembre de 2022

EL FUTURO DE OCCIDENTE SE ESTÁ GESTANDO EN CHINA

La capacidad tecnológica que actualmente tienen los gobiernos va a permitir imponer una tiranía total de la que no habrá forma de escapar. No importa a quién votes y quién gane las elecciones, porque nuestro futuro ya está escrito.

Según la élite dominante, debido al constante aumento de la población y al agotamiento insostenible de los recursos, necesitamos una gestión global para la sostenibilidad del planeta y la vida dentro de él. Esta ideología es la que nos está llevando hacia una dictadura universal, en la que la élite se ha adjudicado el papel de administrador principal del planeta, con un desprecio total por el pensamiento del resto de los mortales, a los que se nos ha negado tan siquiera el derecho a opinar.

Nuestro destino se está forjando en China. Al igual que importamos la locura del “virus” de Wuhan, estamos importando la censura, el sistema de crédito social y las monedas digitales que, no olvidemos, son una realidad en China. Lo que se pretende es llevar a la humanidad hacia el modelo chino: una economía de libre mercado, con un control exhaustivo de cada ciudadano al más puro estilo orwelliano.

El estado de vigilancia chino funciona como el ojo del gran hermano que todo lo ve. Las cámaras equipadas con tecnología de reconocimiento facial permiten rastrear toda actividad, para ser evaluada por el programa de crédito social. Esto implica que cada persona es clasificada en función de su comportamiento, y aquellos que no cumplan con los deberes de buen ciudadano tendrán restricciones en viajes, asistencia sanitaria, compras, créditos bancarios, etc. 

Los que tenemos una edad, no recordamos una censura tan brutal y una falta de libertad de expresión en España desde los tiempos del franquismo. Uno de los últimos que la ha sufrido ha sido el periodista y poeta Aarón García Peña, cuyo programa del 17 de noviembre de 2022 fue borrado de la página web de RNE por denunciar el sinsentido de la falsa pandemia.

Del mismo modo, el sistema de crédito social empieza a desplegarse en Occidente. La Comisión Europea ya ha dado el visto bueno a la creación de una identificación digital para cada ciudadano europeo. ¿Qué crees que va a implicar esa nueva identificación digital? Pues un control absoluto sobre cualquier faceta de nuestra vida como se está haciendo en China.

¿Y qué pasa con las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC)?

El 15 de noviembre de 2022, se informó de que la FED y varios bancos, entre los que se encuentran Citigroup, Wells Fargo y otros,  están participando en un programa experimental, de 12 semanas de duración, sobre el dólar digital.

Si el programa tiene éxito, es muy probable que la nueva moneda digital de los bancos centrales haga su aparición a más tardar en 2025. Evidentemente, antes tiene que desaparecer el dinero en metálico, cosa que ya es prácticamente una realidad en algunos países de la UE.

Esta nueva moneda digital se vinculará directamente a cualquier cosa que el gobierno estipule. Así, por ejemplo, se vinculará a nuestro crédito social, a los certificados de vacunación o a nuestra huella de carbono. Esto quiere decir que si desobedeces las normas, automáticamente restringirán o cerrarán el grifo de tu propio dinero. Si como hemos visto, el “populacho” corrió desesperado a inocularse una pócima, que ningún médico le había prescrito, para poder ir a un restaurante o viajar, ¿quién se va a negar a hacer lo que le pidan ante la amenaza de dejarle sin la sangre vital del sistema, el dinero?

Nuestros dueños han decidido que el modelo chino es el que mejor se adapta para la imposición de su agenda. Además, como ahora disponen de unas herramientas aterradoras para hacerse con el control del planeta, podrán decidir absolutamente todo lo que acaece sobre la Tierra, incluido quién vive y quién no. Y no es una teoría de la conspiración, es claramente una conspiración en toda regla contra la humanidad.

Pero la cosa no termina aquí. Esto solo es el principio, puesto que sus planes van mucho más allá. Lo que pretende el FEM, junto con Bill Gates, los Rockefeller, el Club de Roma y compañía  es hacer un experimento tecnológico desenfrenado para llevarnos a un mundo transhumanista controlable a todos los niveles.

Te preguntarás que cómo van a poder hacer esto. Pues ya lo están haciendo: acabamos de ver cómo fabricaron una falsa pandemia con el objetivo de inocular a toda la población mundial una, dos, tres, cuatro y vete a saber cuántas dosis de una “vacuna” que no es tal.

Hackear al ser humano es a día de hoy una realidad y no sólo mediante tecnologías externas, sino internas. Hasta ahora los gobiernos han recolectado datos acerca de dónde vamos, con quien nos reunimos, etc. La siguiente fase es la vigilancia debajo de la piel” (Yuval Harari, asesor del FEM)

Si tomamos al pie de la letra las palabras de Yuval Harari, estas "vacunas" pueden llevar incorporadas nanotecnologías para ese fin, como así lo están denunciando investigadores privados, que han demostrado la existencia de cuerpos extraños en los viales de las “vacunas”, sobre todo óxido de grafeno.

En resumen, quieren modificar genética y nanotecnológicamente al ser humano para llevarnos a una humanidad 2.0 vinculada a la Inteligencia Artificial.

Si la mayoría de la gente no es capad de verlo, es porque no tiene el suficiente conocimiento sobre las nuevas tecnologías -militares naturalmente- y, lo que es más grave, porque no sabe realmente cómo funciona el mundo. Y es que en el mundo nada de lo que vemos es lo que parece. Los bancos no son lo que dicen que son. Los gobiernos no velan por nuestros intereses. Los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado no están ahí para protegernos. Los centros educativos no educan. La justicia no es justa. Y así podríamos seguir con cada una de las creencias que nos mantienen en la ignorancia.

La incuestionable realidad, es que la superestructura de nuestra sociedad es una combinación de contubernios -muy bien pensados, engrasados y jerarquizados- para adueñarse de la mente de los borregos que conformamos el rebaño. Es de esta forma como servimos a nuestros amos sin siquiera saber que los tenemos. Por lo tanto, si nuestros amos han decidido deshacerse de la mayoría de nosotros y al resto tranhumanizarnos, no te quepa la menor duda de que así será.

¿Cuándo vamos a darnos cuenta de que vivimos atrapados en una colosal mentira? 

domingo, 20 de noviembre de 2022

LA DESAPARICIÓN IRREVOCABLE DE LA CLASE MEDIA, PASO PREVIO A LA DESPOBLACIÓN

¿Qué ha sido de la clase media? 

La clase media está atrapada en una espiral de declive aparentemente irreversible. Desde mediados del siglo XX fue el bastión dominante de las democracias occidentales. Sin embargo, hoy se siente amenazada por la convergencia de diversos factores que están resultando letales para su supervivencia.

La evolución de la tecnología, la robótica y la Inteligencia Artificial han acelerado el “progreso” de la humanidad de una manera exponencial. Todas estas cosas son buenas en esencia, pero la cuestión es que se están imponiendo sin que los individuos podamos elegir libremente si queremos evolucionar mediante estas herramientas o sin ellas.

Evidentemente, si uno quiere un implante de mentón, unas tetas nuevas o un Smartphone de última generación, con todas las aplicaciones habidas y por haber, está en su derecho. Es más, incluso si quiere implantarse un microchip en el cerebro, es su decisión. Ahora bien, se arriesga a que los hackers tengan acceso a su chip, por lo tanto, a su cerebro. Y aquí está el quid de la cuestión, ya que la élite, que tiene a su merced a los poderes fácticos, suele ser la primera en controlar la tecnología y utilizarla para imponer su voluntad al resto de los mortales.

Aparición y desaparición de la clase media.

Después de la Segunda Guerra Mundial el mundo necesitaba una restructuración inmediata, por lo tanto, había mucho por hacer y poco tiempo que perder. Para ello se creó la clase media, a la cual se la “mimó” con remuneraciones salariales más o menos “justas”, con periodos vacacionales reglamentados y con acceso a una sanidad digamos adecuada.

Gracias a la creación de la clase media millones de personas en el mundo hemos disfrutado de una pseudolibertad individual que ahora la nueva estirpe globalista está tratando de eliminar. También pretende destruir el capitalismo liberal que, con sus innumerables defectos, condujo a que una próspera clase media hiciera del planeta un mundo mejor para vivir.

Con la llegada de las nuevas tecnologías, la clase media está siendo sustituida a pasos agigantados por máquinas que trabajan las 24 horas del día, sin necesidad de remuneraciones salariales ni vacaciones. Además, las máquinas no tienen la capacidad de tener pensamiento crítico para tomar sus propias decisiones, cosa que sí tenemos los humanos, como hemos visto -aunque bien es verdad que en menor medida de lo deseado- con la disidencia de la falsa pandemia: personas con criterio propio que no se dejaron amedrentar ni embaucar para inocularse esa pócima mal llamada vacuna.

Todos los gobiernos occidentales, con la UE a la cabeza, están implementando políticas destructivas para hacer desaparecer a la clase media: trabajos precarios, sueldos irrisorios, contrataciones y despidos  exprés, subidas desproporcionadas de los precios de los bienes y servicios básicos, etc. Lo que están haciendo es someter a la gente para que acepte voluntariamente toda una serie de falsas crisis (sanitaria, energética, económica,..) e ir poco a poco destruyendo pequeñas y medianas empresas hasta acabar con la clase media.

Ni que decir tiene que tanto la falsa pandemia, el cambio climático, la guerra de Ucrania o las crisis económica y energética se están utilizando para este fin. Es toda una trama perfectamente orquestada anclada en mentira tras mentira.

Un engaño permanente.

Siento decirlo, pero la gente que sigue la corriente oficial cree en una fantasía de lo más infantil. Tal es así, que piensa que porque ya no tengamos algunas restricciones todo ha terminado y hemos vuelto a la normalidad. Pero se equivoca, ahora todo es “nueva normalidad”. Lo único que ha terminado –de momento- es la fase de presión, convulsión y terror que, por cierto, solo se diseñó para traernos hasta aquí.

Llevamos décadas siendo engañados a través de la llamada educación y los medios de comunicación. Los sistemas monetario, financiero, judicial y político son una farsa, como lo son casi todas nuestras creencias. Sin embargo, ha sido en los últimos años cuando la implantación de nuevas ideologías distópicas ha acabado con la capacidad de raciocinio de la gente. El lavado de cerebro ha sido de tal envergadura, que no solo nos han convencido de la existencia de un virus volador o de que el CO2 (fuente imprescindible para la vida) va a destruir el planeta, sino que hasta nos han hecho creer que realmente un hombre puede convertirse en mujer y viceversa.

Lo lamentable, es que las mentiras y engaños han sido ampliamente aceptadas por la masa ignorante. El resultado, es la total sumisión y obediencia para dejar de considerar los hechos como son y no darse cuenta de lo que verdaderamente está ocurriendo. Y lo que ocurre, es que estos psicópatas quieren eliminar a la clase media, puesto que saben que una vez liquidada llevar su plan genocida adelante será coser y cantar.

¿Les vamos a dejar salirse con la suya? Mucho me temo que sí, ya que nos han hecho creer que tienen un poder absoluto sobre nosotros. Pero si fuéramos capaces de razonar, nos daríamos cuenta de que el único poder que tienen es el que nosotros le hemos otorgado, ya que su poder radica en nuestro miedo y en nuestra sumisión voluntaria.

Un atisbo de esperanza.

Acabamos de rebasar los 8.000 millones de personas en el mundo. ¿Crees que somos “peccata minuta” a la que se puede aniquilar así como así? Pues ellos creen que sí, por eso lo están intentando. Sin embargo, la estadística juega a nuestro favor, ya que, históricamente, las ideas infantiloides, estúpidas o maquiavélicas  siempre han aparecido y desaparecido en un abrir y cerrar de ojos. La esperanza, es que este atajo de psicópatas engreídos -los  Schwab, Harari, Gates, Rockefeller, Soros y todo el elenco de iluminados que quieren despoblar el planeta- terminen enfrentándose entre ellos y todo su proyecto quede en agua de borrajas. Sería lo deseable, ¿no crees? De no ser así, esperemos que impere el sentido común y la razón y la gente reaccione antes de que sea demasiado tarde. 

jueves, 10 de noviembre de 2022

LA “NUEVA NORMALIDAD” DE BLACKROCK Y VANGUARD GROUP

Los oligarcas financieros, a través del “vocero mayor del reino”, el Foro Económico Mundial, llevan años proclamando la necesidad de un “Gran Reinicio”, que llegará de la mano una “nueva normalidad” hecha a la medida de esa gente que no piensa por sí misma y se contenta con sentarse delante de la “caja tonta” (en realidad no tan tonta) para ser adoctrinada, entretenida y distraída.

La “nueva normalidad” se está imponiendo a pasos agigantados. A estas alturas, prácticamente todo el mundo ha oído hablar del sistema de crédito social chino, de los pasaportes de “vacunas”, de las monedas digitales de los bancos centrales, de las cámaras de vigilancia masiva, de las aplicaciones de control biométrico, de la Inteligencia Artificial, de los algoritmos utilizados en Internet para censurar la libertad de expresión y de un sinfín de realidades distópicas que conforman esa “nueva anormalidad”.

Si eres de los que te fijas en los hechos, y no en la propaganda, te habrás dado cuenta de una realidad muy preocupante: estamos siendo aniquilados y esclavizados por una mafia autoritaria que ha superado con creces cualquier película de terror.

Todas las crisis globales (pandemia, cambio climático, guerra de Ucrania, crisis económica, energética,…) tienen el mismo objetivo: la despoblación del planeta.

Que las restricciones impuestas durante la falsa pandemia han provocando un desastre económico sin precedentes nadie lo duda. Ahora bien, ¿cómo se pudo imponer toda una serie de medidas, enfocadas a destruir deliberadamente la economía, en contra de todo sentido común? Pues la respuesta a esta pregunta es muy simple: para que BlackRock y Vanguard Group (los dueños del mundo) ganaran sumas astronómicas de dinero.

Gracias a la falsa pandemia orquestada por la OMS, o lo que es lo mismo, por la ONU, todos los flujos de riqueza global están yendo a parar a BlackRock y Vanguard Group.

Por si aún no te has enterado,  tanto BlackRock como Vanguard Group controlan el sistema financiero, sanitario y económico mundial. Son los dueños de los medios de comunicación, de la industria farmacéutica, de la cultura y de todo lo que puedas imaginar. Y lo más preocupante es que tienen infiltrados a sus hombres en todos los centros de poder: centrales de inteligencia, fuerzas armadas, servicios secretos y, cómo no, en la política.

A día de hoy, se podría decir que todos los recursos del planeta, incluida su manufacturación, han sido confiscados por BlackRock y Vanguard Group. Estos dos monstruos, que tienen el monopolio de todas las grandes industrias del mundo, son propiedad de las familias más ricas del planeta entre las que se encuentran la familia real de Inglaterra, la familia Rothschild, la familia Orsini, los Bush, la familia du Pont, los Morgan, los Vanderbilt y los Rockefeller, entre otros.

Si la gente despertara de su letargo y descubriera cómo está realmente estructurado el mundo, entonces entendería lo fácil que les ha sido diseñar una falsa pandemia, inventarse un engañoso cambio climático antropogénico y hasta poner en marcha una oportuna guerra.

BlackRock y Vanguard Group, a través de la “nueva normalidad”, pretenden ejercer un control financiero, físico y mental sobre toda la humanidad. Sin embargo, esta gente que lo posee todo no necesita hacer tal cosa para disfrutar de sus omnipotentes privilegios. Entonces, ¿por qué lo hacen? Muy sencillo, porque las élites son un atajo de dementes hipocondriacos que creen que el planeta está superpoblado y en pocas décadas el agotamiento de los recursos acabará con ellos. Y, aunque no están del todo desencaminados (estamos superpoblados y consumimos demasiado rápido los recursos), orquestar una trama tan repugnante y asesina como ésta demuestra que no tienen el mínimo respeto y empatía por sus semejantes.

Que te quede claro. BlackRock y Vanguard Group son los verdaderos promotores de la Agenda 2030, del Gran Reinicio y de la Cuarta Revolución Industrial que serán implementadas a través de la “nueva normalidad”.

La élite siempre se ha esforzado en perfeccionar los sistemas de control de masas. Hasta hora existían unos límites que no eran capaces de superar, pero la llegada de la digitalización lo ha cambiado todo por completo.

Actualmente nuestra vida está en manos de los “big data”, por lo tanto, quien controla esos datos tiene el poder de controlarnos también a nosotros y, aunque te cueste creerlo, pueden desactivarnos con un solo clic de ratón.

La Unión Europea se ha convertido en el laboratorio experimental para llevar a cabo este proyecto. En junio de 2021, la Comisión Europea decidió introducir un sistema de identificación digital para cada ciudadano europeo donde estará incluido todo. Su intención es que esté definitivamente implantado para finales de 2023, lo que supondrá un instrumento de control absoluto sin precedentes en la historia de la UE.

Con la excusa de la salud, de la guerra de Ucrania y ahora del clima nos están imponiendo su “nueva normalidad” que en realidad es una dictadura encubierta. ¿Qué crees que va a salir de la Cumbre Climática de Egipto COP 27? Pues más de lo mismo: prohibición de vehículos particulares, sustituir las proteínas de la carne por la de los insectos, pasaportes personales de la huella de carbono, restricción de viajes y un larguísimo etcétera.

Lo triste es que todo este desaguisado se está produciendo delante de nuestras propias narices y la mayoría de la gente sigue pensando que son solo teorías de la conspiración. Pero no son teorías de la conspiración, está ocurriendo y, por desgracia, muy pocos parecen darse cuenta.

¿Podemos evitarlo? Por poder, claro que podemos. Ahora bien. La pregunta clave es: ¿realmente queremos evitarlo? Me temo que no, pues la mayoría de la gente, inmensamente hipnotizada  por las fantasías que le cuenta diariamente la todopoderosa televisión, pronto se acostumbrará  a la “nueva normalidad”, y una vez instalada ya no habrá vuelta atrás.

Visto lo visto, me temo que la “nueva normalidad” de BlackRock y Vanguard Group no tardando mucho será una realidad. Pensar que nosotros podemos detener este perverso proyecto es de una ingenuidad supina. Ya lo pudimos comprobar, en 2020, cuando pararon el mundo entero en un abrir y cerrar de ojos sin que nadie moviera un solo dedo para evitarlo. Entonces, ¿por qué ahora va a ser distinto? 

lunes, 31 de octubre de 2022

¿AMENAZA DE GUERRA NUCLEAR?

Cualquiera que tenga unos mínimos conocimientos de física nuclear sabrá que una guerra nuclear nunca se debe librar.

Seamos realistas. Una guerra nuclear tiene muy pocas probabilidades de ser librada, dado que si se produjera un ataque y un contraataque ya no habría ninguno más. Es simplemente un farol para acojonar al “populacho”, por mucho que diga Biden que Putin va en serio.

De por sí, las potencias nucleares tienen pactos de no agresión nuclear. El último se produjo en enero de 2022 cuando EEUU, Rusia, China, Reino Unido y Francia (que poseen el 96,5% de las ojivas nucleares) acordaron que “la guerra nuclear no se puede ganar y nunca se debe librar".

El arsenal nuclear actual en el mundo es tan descomunal que de ser utilizado ningún refugio ni ninguna pastillita servirían de nada. Y en el hipotético caso de que algunas zonas sobrevivieran, no les arriendo la ganancia. (Para los no hispano parlantes, la expresión “arriendo la ganancia” es dar a entender que alguien está en peligro o expuesto a un castigo al que ha dado lugar).

En la actualidad  se estima que hay cerca de 13.000  ojivas nucleares  repartidas en nueve países. 

Este inmenso arsenal tiene potencia suficiente para borrar del planeta a toda la especie humana. Entonces, por favor, haz un esfuerzo dentro de tu linda cabecita y dime: ¿crees que los dueños del mundo están tan locos como para inmolarse?

Tanto el cambio climático antropogénico como la amenaza nuclear son distracciones para desviar la atención de la verdadera guerra que se está librando contra la humanidad.

Acontecimientos como la quimérica pandemia, el paso de la noche a la mañana de la superabundancia a la escasez de productos o la amenaza de una guerra nuclear están conmocionando a los ciudadanos del mundo. Todo este engaño está siendo muy sutilmente “cocinado” por los medios de comunicación, que tienen a la inmensa mayoría de la población amedrentada e idiotizada.

Lo que no es un ningún engaño es que miles de personas están cayendo muertas y millones enfermando. Según la base de datos oficial de la ONU, a día de hoy solo en Europa y EEUU se han producido cerca de 80 mil muertes y 6 millones de efectos adversos graves ocasionados por las “vacunas” contra el Covid-19. Evidentemente, si nada más se reporta entre un 1 y 10% de los casos, las cifras -ya de por sí escalofriantes- podrían ser realmente descomunales.

Pero esto no termina aquí. También se han incrementado con creces las muertes ocasionadas por todas las causas. Son unas cifras muy superiores a las registradas antes del año 2021. Sin embargo, los médicos callan y los medios de comunicación miran hacia otro lado. Ni siquiera se preguntan por qué está pasando. Y no se lo cuestionan, porque la respuesta es tan sencilla -blanco y en botella que diría un castizo- que solo hay que ver lo que hemos introducido en nuestras vidas que antes no estaba: obviamente, las “vacunas” contra el Covid-19.

Pese a todo, los medios de comunicación, amparándose en el silencio de los médicos cobardes o corruptos (que también los hay), en lugar de atribuirlo al inútil (o no tan inútil) pinchazo lo ignoran y culpan de ello sin el menor pudor al cambio climático, al envejecimiento de la población, a que no se atendió a los enfermos durante la “pandemia” o cualquier otra ocurrencia.

Pero volvamos a la actual amenaza nuclear.

Una amenaza es eso, una amenaza y punto. Sin embargo, la verdadera acción la están llevando a cabo nuestros gobernantes que están terminando deliberadamente con todo. Cualquiera que no pueda ver cómo se está destruyendo intencionadamente nuestro Estado del bienestar es que tiene frito el cerebro o es un memo ignorante sin la más mínima capacidad de razonar. Aunque pensándolo bien, ¿qué se puede esperar de esos que aplaudían a sus secuestradores a las 8 de la tarde, que denunciaban a su vecino por salir a tirar la basura dos veces o que alababan a la policía cuando detenía a una chica por bañarse en el mar?

Tanto idiota suelto a dado pie a que en tan solo tres años nuestra realidad social se haya desestructurado por completo. Miles de millones de personas –sin la más mínima capacidad de pensar por sí mismas- han sido sistemáticamente manipuladas para creer en una realidad distinta. Se nos ha sometido a una variedad de afirmaciones patéticamente ridículas, basadas en estúpidos “dogmas” absurdos, que ni siquiera resisten la prueba del algodón. Sin embargo, se ha escrito toda una historia ficticia sobre la base de estas afirmaciones infundadas, dando paso a lo que han dado en llamar la nueva normalidad.

Acabamos de ver cómo a través de una falsa pandemia las personas han pasado a ser peleles en manos de sus corruptos gobiernos. Las quiebras, el hambre, los suicidios, los efectos adversos y muertes ocasionadas por las “vacunas”, la degradación de la humanidad y la pérdida de dignidad han sido consecuencia de las criminales medidas tomadas durante la falsa pandemia, que han provocado infinitamente más daño que el que, supuestamente, se le atribuye al Covid-19.

No seamos ingenuos. Ni amenaza nuclear ni gaitas. La única amenaza real es la que China supone para EEUU, que no tardando mucho le arrebatará la hegemonía de la nación más poderosa del mundo económica y tecnológicamente hablando. Y claro está, como EEUU necesita a Europa (a la que tiene agarrada por los huevos con la “tenaza” de la OTAN), es necesario mantener ese eterno “conflicto” enquistado con Rusia, ya que si esa supuesta amenaza desapareciera la OTAN no tendría razón de ser, y sin la esclavitud de la OTAN Europa dispondría de libertad para apostar al “caballo ganador” que, indudablemente, podría ser China.

Si nuestros gobernantes (incluidos los rusos y los ucranianos) han puesto tanto empeño en “vacunarnos” a todos para salvarnos la vida, ¿a qué viene ahora amenazarnos con una guerra nuclear? No parece muy coherente, ¿verdad?


jueves, 20 de octubre de 2022

NI PANDEMIA NI CAMBIO CLIMÁTICO ANTROPOGÉNICO NI CRISIS ECONÓMICA NI ENERGÉTICA. LO QUE ESTAMOS VIVIENDO ES UN GOLPE DE ESTADO PLANETARIO ENCABEZADO POR LA ONU

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial muchas naciones estaban en la ruina. Ante la amenaza que supondría para la humanidad volver a sufrir otra guerra mundial, representantes de 50 países se reunieron durante dos meses en San Francisco para redactar y firmar la Carta de la ONU, creando así una nueva organización internacional, las Naciones Unidas, que vio la luz el 24 de octubre de 1945.

Ahora, 77 años más tarde, la ONU sigue trabajando para, supuestamente, mantener la paz y la seguridad internacional.

Sus últimas actuaciones pretenden, mediante su Agenda 2030, llevar al mundo hacia un desarrollo sostenible. Esta Agenda se presenta como un plan de paz y prosperidad para toda la humanidad y cuenta con 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible que, indudablemente, son imposibles de cumplir en tan poco tiempo.

En teoría algunos de estos objetivos suenan muy bien: erradicación de la pobreza, del hambre y el fin de la desigualdad (por cierto, no hay cosa más estúpida que ser todos iguales). Sin embargo, la realidad es que esta Agenda está constituida por una sarta de políticas utópicas -envueltas en un “fino y sutil lenguaje”- que, en la práctica, sólo beneficiará a la élite económica mundial.

Como se dice vulgarmente en mi pueblo: “quien paga manda”. Entonces, veamos quiénes son los verdaderos financiadores de la ONU. 

La ONU se financia, en gran medida, gracias al sector privado y a fundaciones "filantrópicas" como la Fundación Rockefeller o la Fundación Bill y Melinda Gates. Incluso, hasta los terrenos donde se asienta la sede de la ONU fueron donados por la familia Rockefeller.

No seamos ingenuos. La ONU se fundó con el fin de que el sector privado mantuviera sus vínculos comerciales a través esta institución. Es decir, que sirviera de trampolín a sus empresas para introducirse en otros países. Así pues, es el sector privado el que verdaderamente maneja las políticas de la ONU, habiéndola convertido, como todo en este mundo, en otro puto gran negocio.

La posibilidad de influir en la regulación y el desarrollo de los mercados es una bicoca muy atractiva para las multinacionales y, sobre todo, para los grandes fondos de inversión, que campan a sus anchas por todo el mundo amparados en el paraguas de la ONU.

En este contexto, el papel real de los gobiernos de las diferentes naciones queda relegado a un segundo plano, siendo su principal tarea la de crear un entorno fiscal y político para que pueda operar el sector privado.

Un ejemplo claro lo tenemos con la declaración de pandemia, en 2020, por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Recordemos que la OMS es un organismo vinculado a la ONU y, por tanto, también está financiada por el sector privado, sobre todo por la industria farmacéutica.

Lo que se hizo fue lo siguiente: La fundación “filantrópica” de turno tuvo una idea (en este caso crear un falsa pandemia). Elaboró un plan, lo pasó a la OMS y esta lo distribuyó por todo el mundo para que cada gobierno lo ejecutase. Y, ¡voilá! Todo un cúmulo de despropósitos se pusieron en marcha de la noche a la mañana hasta llegar a conseguir su objetivo: inocular al mayor número de personas una pócima que ningún médico prescribió.

Evidentemente, además del fin real oculto para el que fueron creadas estas mal llamadas vacunas, el negocio ha sido redondo y gigantesco.

Aunque resulte paradójico, la realidad es que la Agenda 2030 de la ONU se ha diseñado para provocar el colapso total del sistema. No hay duda de que el colapso -que ya ha comenzado- será caótico y que miles de millones de personas sufrirán sus consecuencias.

Se trata de una estrategia a nivel mundial para que definitivamente el poder global del dinero se haga con todas las instituciones financieras y políticas del planeta. El dinero ya lo tienen, y ahora solo les falta controlar la política a través de los llamados Think Tanks de reflexión, que llevan infiltrados  en los círculos de poder desde hace décadas.

De tener éxito, ninguna comunidad estará fuera de las garras del poder global del dinero. En pocas palabras, el desarrollo sostenible, que tanto le gusta a la Agenda 2030, sustituirá a los gobiernos nacionales por un gobierno mundial bajo la tutela de la ONU. Este es el verdadero objetivo.

No nos dejemos engañar. Aquí no hay pandemia que valga ni cambio climático antropogénico ni crisis energética ni nada que no haya sido deliberadamente provocado. Lo que verdaderamente está en curso no es otra cosa que un golpe de Estado planetario encabezado por la ONU. Este golpe de Estado que, reconozcámoslo, hasta ahora está siendo un éxito, se está llevando a cabo con la colaboración de los gobiernos títeres que, sin que nos estemos dando cuenta, lo están cambiando todo. Sus actuaciones, disfrazadas de causas “nobles”, están sirviendo de tapadera para tomar el control de la humanidad. Y para cuando la opinión pública mundial se dé cuenta será demasiado tarde.

La gente empieza a estar muy cabreada porque, en la ingenuidad de sus mentes, cree que lo que está ocurriendo (por ejemplo, subida desorbitada de la luz, el gas o los carburantes) es consecuencia de la mala gestión de sus gobiernos. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Los gobiernos hacen muy bien su trabajo, solo que lo hacen para otros y no para nosotros.

Hoy en día todos los gobiernos globalistas -da igual del signo que sean- actúan y se comportan de la misma manera, ya que no son más que peleles a las órdenes del poder global del dinero.

¿Alguien con dos dedos de frente puede creer que EEUU está realmente dirigido por Joe Biden? Seamos serios. Este señor, en su actual estado, jamás ocuparía un puesto de responsabilidad en cualquier empresa. Es más, creo que ni siquiera le ofrecerían un puesto de trabajo.

Así que si la primera potencia mundial tiene de presidente a un zombi momificado como éste, ¿qué personajes ocupan la presidencia del resto de países del mundo?  Me temo que podremos encontrar de todo: pedófilos, maníacos, sátrapas, dementes, salvapatrias, lameculos,… Eso sí, todos ellos esperan ser recompensados por los servicios prestados a la causa; o sea, por la colaboración incondicional con este golpe de Estado. 

lunes, 10 de octubre de 2022

NUEVAS ARMAS SILENCIOSAS DE DESTRUCCIÓN MASIVA

La élite globalista está empeñada en aniquilar el viejo mundo para implementar su Nuevo Orden Mundial. Las evidencias son irrefutables. Estamos viendo, constantemente, como prácticamente todos los gobiernos del mundo trabajan conjuntamente para sabotear la economía y empobrecer deliberadamente a sus propias poblaciones.

Que el “populacho” siempre ha sido engañado, esclavizado y vilipendiado por el poder no es ninguna novedad. Ahora bien, en estos momentos creo que hemos cruzado todas las líneas rojas de lo humanamente soportable. 

La falsificación de la realidad, retransmitida por los corruptos medios de comunicación, se ha vuelto tan odiosa, grosera e insoportable que es imposible seguir viviendo en esta mentira permanente disfrazada de verdad.

Una de las mayores mentiras, repetida hasta la saciedad, es que las cosas son como son por el eterno enfrentamiento entre dos bandos rivales irreconciliables capitaneados respectivamente por Rusia y EEUU. Pero esa confrontación no es real y solo existe en la cabecita del “populacho” ignorante. Si así fuera, la cosa hace tiempo que habría pasado a mayores. ¿Has visto acaso un enfrentamiento directo entre ambas potencias o que cualquier presidente de Rusia o EEUU haya sido eliminado como sí lo fueron Muamar el Gadafi o Saddam Hussein? 

Como habrás podido comprobar, durante la falsa pandemia ambos bandos contaron las mismas mentiras, promovieron las mismas restricciones e inocularon –y siguen haciéndolo- un veneno a su población. Y lo más relevante: ambos bandos son igualmente seguidores de la Agenda 2030, el Gran Reinicio y la Cuarta Revolución Industrial. Así que, al margen de las rencillas personales que puedan existir entre sus líderes, no hay conflicto real entre ellos.

Los ideólogos del Gran Reinicio ya no ocultan que el mundo que tratan de imponer no cuenta con la mayoría de nosotros. Deshacerse, como pretenden, de más del 70% de una población de 8.000 millones no es tarea fácil. Sin embargo, hoy en día cuentan con herramientas impensables hace solo unas décadas.

La ciencia y la tecnología han avanzado en la creación de armas silenciosas biológicas, psicotrónicas y climáticas. Si todavía no están del todo perfeccionadas –cosa que no sabemos- es solo cuestión de tiempo para que lo estén. Y cuando estén listas, no te quepa la menor duda de que serán utilizadas contra la humanidad, al igual que se han utilizado históricamente todas las armas creadas por el hombre. La única diferencia con las armas convencionales, es que estas serán bien recibidas por los estúpidos que, evidentemente, ni se imaginan que serán utilizadas contra ellos.

En el informe “Biotechnology, Weapons and Humanity II” se advierte de que la construcción de armas genéticas cada día está más cerca. Estas “bombas genéticas” podrían contener cualquier sustancia para ser activada solo cuando los genes indiquen que la persona infectada pertenece a un grupo determinado.

¡Increíble! ¿Verdad? Si esto es así, no es descabellado pensar que la misma tecnología de las vacunas podría utilizarse también con estos fines. Y claro está, mirando a nuestro alrededor, ahora entendemos mejor ese empeño por vacunar con varias dosis de por vida a toda la población mundial.

Por otro lado, el impactante hallazgo de muchos investigadores, entre los que se encuentra el Dr. Robert O. Young, confirma que las llamadas “vacunas” contra el Covid-19 están llenas de materiales, que no deberían estar ahí, como el óxido de grafeno, óxido ferroso y a saber cuántas cosas más.

En la actualidad, hay cientos de artículos publicados donde se ha identificado el 5G como el verdadero causante de la supuesta pandemia, ya que en la actualidad no ha habido ninguna agencia gubernamental que haya proporcionado el aislamiento y purificación del famoso virus Sars-Cov-2.

Si hacemos memoria, veremos que todo comenzó en la ciudad china de Wuhan, donde, curiosamente, fue activada la red 5G por primera vez en el mundo, que, de nuevo curiosamente, coincidió con que su población acababa de ser vacunada contra la gripe. Bueno, pues según estos estudios, la tecnología 5G tiene el potencial de proporcionar suficientes niveles ionizantes de energía que podrían suprimir el sistema inmunológico, dejando al cuerpo en riesgo de contraer cualquier enfermedad.

Aunque a día de hoy hay suficientes evidencias sobre estas teorías, no obstante sigue siendo todo muy confuso y solo el tiempo pondrá las cosas en su sitio.

Lo que sí está claro es que la Agenda 2030 sigue adelante, así que de nosotros depende seguir dormidos o afrontar de una vez el urgente compromiso cívico que nos obliga a revelarnos ante esta tiranía. Y lo que es más importante: la responsabilidad que tenemos ante nuestros hijos de garantizar su futuro.

Es hora de despertar, de apagar la televisión y levantar el culo del sofá para decir ¡BASTA! El tiempo se acaba y no es ninguna broma.

No te dejes engañar. Esto no es una teoría de la conspiración, está pasando y es real. El crecimiento poblacional está en clara desaceleración, y es real (prueba inequívoca de que el plan de reducción de la población mundial va en serio). Nuestro poder adquisitivo se está yendo por el retrete, y también es real. Los precios de productos básicos para vivir, como los alimentos y la electricidad, ya son inasequibles para más de un tercio de la población mundial, y, por desgracia,  es tan real como la vida misma. ¿Quieres que siga o ya lo pillas?

Lo que se pretende es cambiar el mundo de arriba abajo (sin siquiera habernos consultado) y, sobre todo, ir acabando poco a poco con la mayoría de nosotros. Y los que queden –los más sumisos-, solo serán un puto código QR.

¿Es eso lo que quieres? Si tu respuesta es NO, es hora de despertar y actuar. Ahora bien. Si eres tan estúpido como para no darte cuenta de lo que nos están haciendo, porque estás abducido por la televisión, todo te parecerá bien y lo aplaudirás, como en su día aplaudiste a las 8 de la tarde.

Para comprobar si eres uno de esos que se dejan influenciar por la televisión, no tienes más que preguntarte si has pasado de odiar con todas tus fuerzas a los no “vacunados” a odiar a Putin. Si la respuesta es afirmativa, no lo dudes, eres uno de ellos.

Siempre se dijo que la religión es el opio del pueblo. Bueno, pues ya no. Ahora el opio del pueblo es la puta televisión.

La televisión ha hecho a la gente estúpida. Todo lo que no sale en ese medio no existe para los estúpidos teleadictos. Cuando les demuestras con razonamientos, datos, informes científicos o hechos probados y documentados que, por ejemplo, la pandemia o el calentamiento global antropogénico son inventos de la televisión, no lo creen. Y no digamos si les dices que han sido unos insensatos al dejarse inocular una sustancia que no se la ha prescrito ningún médico, que no saben lo que contiene, que no se les ha ofrecido el consentimiento informado y de la que nadie se hace responsable. Son tan estúpidos que todavía no se han enterado de que la “vacuna” también se la prescribió la televisión.

¿Pero qué les pasa a esas personas? ¿Cómo han podido caer es ese delirio colectivo? ¿Es que ya no son capaces de utilizar la razón y el sentido común?

Resumiendo. Si no conseguimos despertar a esa legión de estúpidos teleadictos –y no lo tenemos fácil- estamos condenados. Así de triste. 

viernes, 30 de septiembre de 2022

LA CRISIS ENERGÉTICA ES TAN FALSA COMO LA PANDEMIA

Vivimos en un planeta de unas dimensiones que son las que son y disponemos de unos recursos finitos que también son los que son. Y claro está, si despilfarramos los recursos tarde o temprano nos pasará factura.

Durante los 19 primeros siglos de nuestra era el hombre ha ido evolucionando lentamente. Sin embargo, en los últimos 120 años ha sufrido un desarrollo descomunal. Bueno, pues la causa del avance exponencial que hemos sufrido no ha sido otra que el descubrimiento  excepcional de una fuente de energía abundante, barata y fácil de transformar: el petróleo.

En 1859 Edwin Drake perforó el primer pozo petrolífero en Pensilvania (EEUU). Desde entonces, esta industria no ha hecho otra cosa que crecer y dar a la humanidad un sinfín de posibilidades de progreso.

Es evidente que esta fuente de energía tiene los días contados, por lo tanto, sería imprescindible saber cuánto petróleo queda en el mundo para planificar nuestro futuro.

Atendiendo a los datos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), en el mundo quedan reservas para 54 años. Otras fuentes, como el Director del Centro de Investigación en Energía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Claudio Estrada Gasca, aseguran que sólo faltan 42 años para que se acaben las reservas de crudo existentes en el planeta y 65 años para que se agote el gas.

Si esto es así, no deberíamos tener ningún problema para hacer la transición hacia otras fuentes de energía limpias y sostenibles. Sin embargo, deberíamos preguntarnos: ¿estamos haciendo los deberes para que cuando esto ocurra tengamos alternativas que garanticen nuestro nivel de vida?

El simple hecho de que una reducción en el suministro de gas y petróleo, por parte de Rusia a Europa, haya causado esta enorme crisis energética, pone de manifiesto que no estamos preparados aún para la transición hacia la “energía verde” que tan insistentemente promueven los seguidores de la Agenda 2030.

Pero, ¿qué pasaría si agotásemos los yacimientos de hidrocarburos antes de tener una fuente de energía alternativa que la sustituya?

Este problema se lo planteó en 1989 Richard C. Duncan (licenciado en ciencias por la Universidad de Oregón, en 1961, y doctorado en ingeniería de sistemas por la Universidad de Washington, en 1973) cuando publicó un trabajo llamado “La teoría de Pulso-Transitorio de la Civilización Industrial” -posteriormente renombrada como la “Teoría de_Olduvai- sobre la cual escribí un artículo, en 2013, tituladoEl cambio es inevitable /2013/01/”.

La Teoría de Olduvai predijo que la proporción de la producción mundial de energía per cápita empezaría a disminuir hacia el año 2007, debido a un descenso de las tasas de extracción de combustibles fósiles por agotamiento de los recursos, al mismo tiempo que crecería la demanda por el aumento de la población. Esto, según Duncan, causaría un colapso social y económico catastrófico y argumenta que los primeros signos serían grandes apagones eléctricos en todo el mundo.

Bueno, pues si esto no es lo que estamos viviendo actualmente se le parece mucho, ¿no crees?

Pero Duncan no calculó el desarrollo brutal que alcanzaría la tecnología y la Inteligencia Artificial antes de su pronosticado apagón energético.

La tecnología, como todo, puede ser bien o mal utilizada: puede liberar a la humanidad o esclavizarla como nunca antes lo estuvo.

Si dejáramos de lado la propaganda y las soluciones que proponen los que lucen el pin de la Agenda 2030 en la solapa, veríamos que existe un torrente aparentemente interminable de energía limpia, abundante y renovable. Un ejemplo claro es la energía solar, cuyo verdadero potencial permanece deliberadamente silenciado. La energía procedente del Sol es tan abundante, que una sola hora de luz contiene más energía que la que el planeta entero consume en un año. Si pudiéramos capturar solo el 1% de esa energía, la humanidad dispondría de energía limpia, gratuita e inagotable para el resto de sus días. Entonces, ¿por qué no se hace? Pues porque vivimos en la sociedad del lucro y si no hay lucro nada se hace. Así de simple.

Una sociedad que erradique definitivamente las enfermedades y que desarrolle una fuente de energía limpia, gratuita e inagotable es posible. Pero mientras sigamos anclados a un sistema monetario corrupto, a una industria que solo busca enriquecerse y a unos gobiernos vendidos al poder global del dinero, nada va a cambiar en este sentido.

Los estúpidos, que con su voto legitiman este sistema corrupto, harán este invierno todo lo que se les pida, al igual que hicieron durante la falsa pandemia: apagarán la luz, bajarán la calefacción, comerán gusanos y cualquier otra gilipollez que se le ocurra al político iluminado de turno. Son tan estúpidos que no se dan cuenta de que con su sumisión están contribuyendo a fomentar su propia pobreza. Y la pobreza mata.

Un puñado de poderes económicos ha tomado el control del mundo. Ellos nos colocaron el coronavirus, la guerra de Ucrania y ahora pretenden rematar la faena creando la mayor crisis energética de la historia.

No seamos ingenuos. No hay crisis energética, como tampoco hubo crisis sanitaria. La falsa pandemia y la guerra planificada de Ucrania fueron creadas para tirar la economía mundial e implementar el Gran Reinicio, la cuarta revolución industrial, el Nuevo Orden Mundial o como coños lo quieran llamar. ¡Ah! Y no te quepa la menor duda de que Europa está siendo utilizada como conejillo de indias.

La UE siempre produjo más gas que Rusia. Pero esto ha ido cambiando a partir de que se empezaran a aplicar las absurdas políticas “verdes” de la Agenda 2030. Ahora la producción de gas se ha invertido: la UE es deficitaria y Rusia excedentaria. Por lo tanto, la UE depende del gas ruso para producir energía eléctrica. Por otro lado, las sanciones impuestas a Rusia han conseguido lo que se esperaba de ellas: la escasez energética deliberada de la UE.

¡Abre los ojos! ¿No ves que todo forma parte del mismo plan? Es tan evidente, que incluso Francia está en plena crisis energética cuando no depende del gas ruso para producir electricidad. Francia (segundo país del mundo en producir electricidad mediante energía nuclear) se abastece de sus 56 reactores nucleares. Sin embargo –“casualidades” de la vida- en estos momentos tienen 32 reactores parados. ¿Quién ha sido la “lumbrera” que ha tomado esa decisión en tan delicado momento? ¿Alguien podría explicarlo?

La hipótesis del gran apagón cada vez va tomando más fuerza. ¿Pero sabe realmente la gente lo que significa un gran apagón de varios días? Pues que gasolineras, supermercados, cajeros automáticos, transacciones bancarias, hospitales, Internet y todo aquello que dependa de la electricidad para funcionar (que es prácticamente todo) desaparecería en un abrir y cerrar de ojos. Pero lo peor de todo es que, sea como fuere, el choque psicológico vinculado a un apagón prolongado sería infinitamente superior al que ha ocasionado la falsa pandemia. Quedaremos tan afectados e indefensos, que entonces ya podrán hacer de nosotros lo que les dé la gana sin la más mínima oposición.

La verdad que no se entiende cómo es posible que en pleno siglo XXI un insignificante número de maniacos -por muy inteligentes que sean- tenga sometida a una población de 8.000 millones de personas que, no olvidemos, también son inteligentes. Evidentemente, esto es así porque la mayoría ha tomado voluntariamente la decisión de obedecer ciegamente y ceder sus derechos y libertades a estos tiranos a cambio de una supuesta seguridad.

Pero seamos optimistas. Si de algo nos ha servido la falsa pandemia es que ha hecho despertar a mucha gente, que no era consciente del mundo perverso en que vivimos. Entonces, ¿hay alguna esperanza para nuestro futuro o estamos condenados a ser ejecutados por esta camarilla de dementes? Pues debería decir que sí, ya que la esperanza es lo último que se pierde.

Un futuro brillante y esperanzador nos está esperando. Día tras día está aumentando el número de personas que ya no confía en el gobierno corrupto de turno ni en los medios de comunicación vendidos al poder global del dinero. Ahora solo falta apartar el miedo de nuestras vidas, dejar de ser sumisos y atrevernos a decir NO. Utilicemos la tecnología con sentido común y los recursos de una manera coherente para el beneficio de toda la humanidad. Se acabaron los secretos de Estado, los gobiernos corruptos anclados en la partitocracia, las insoportables leyes represoras, las fuerzas armadas y los soldaditos que luchan en guerras que ni les va ni les viene. Un mundo nuevo es posible y esta es una gran oportunidad para conseguirlo.

En fin. He de decir, en honor a la verdad, que ni yo mismo me creo el último párrafo que acabo de escribir; pero, ¡sería tan bonito!