El 24 de abril de
2022 Emmanuel Macron fue reelegido Presidente de la República Francesa con
el 58,5% de los votos. Personalmente, me cuesta mucho creer que
después de 5 años dando por culo a los franceses, y habiéndose convertido en el
tío más odiado de Francia, vuelva a ser reelegido para el cargo. Así que una de
dos: o nos mienten como bellacos, y las elecciones son un amaño, o los franceses
se han vuelto estúpidos, y no es precisamente ese el concepto que tengo yo de los
franceses.
Pero la cosa es
mucho más simple de lo que parece: solo es cuestión de hacer números.
Veamos. Si Marine
Le Pen obtuvo el 41,5% de los votos, la
abstención fue del 28,01%, los votos en blanco fueron el 4,57% y los votos
nulos el 1,62% tenemos que, en realidad, el 75,7 de los franceses con derecho a
voto no quiere ni por asomo a Emmanuel Macron.
Llamar a esta
farsa “elecciones democráticas” es cuanto menos una broma de mal gusto, si no
fuera por el desprecio más absoluto hacia la gran mayoría de los franceses que
van a ver como “la magia de la democracia” se lo hará comer con patatas durante
los próximos cinco años.
Parece ser que,
salvo ese 24,3% que le ha votado, el resto del pueblo francés no olvida que
Macron vendió los mejores activos del país e incremento en 616 mil millones la
deuda. Tampoco olvida el capítulo de protestas acumulado durante su primer
mandato: caso Benalla, chalecos amarillos, restricciones de derechos
fundamentales, represión, abusos, detenciones y violencia de Estado como nunca
se había visto en Francia desde la Comuna de París en 1.871.
Macron es un fiel
lacayo del poder global del dinero pues, como es sabido, procede de la banca
Rothschild y de la Escuela de Jóvenes Promesas del FEM de Klaus Schwab. Si en
su primer mandato ya tuvo la osadía de hacer lo que le viniera en gana, ahora
irá más allá de lo que los mismos franceses que le han votado puedan imaginar.
Y si alguien se atreve a cuestionarle, dirá que tiene el respaldo de los
franceses que le votaron para llevar a cabo su programa, que incluirá todo
aquello que el FEM tiene previsto para llevar a cabo el Gran Reinicio.
Pues así es como,
a través de las falsas democracias, el poder global del dinero coloca a sus
esbirros al frente de los gobiernos títeres que nos gobiernan. Evidentemente,
el ejemplo francés puede ser extrapolable, prácticamente, al resto de países
del mundo y cada país tiene su Macron. En el caso de España nuestro Macron es
Pedro Sánchez, en el de EEUU Joe Biden, en Italia Mario Dragui….., y así
podríamos seguir país por país.
¿Quieres saber en
realidad quiénes son las personas que te gobiernan? Porque detrás del poder
global del dinero están personas con nombre y apellido.
Todos sabemos que
existen unos ricachones que siempre están en las listas de las personas más
ricas del mundo. Según la última valoración de la revista Forbes, este es el
patrimonio de las 10 personas más ricas del mundo:
·
Elon Musk: 362.000 millones de dólares
·
Jeff Bezos: 192.000 millones de dólares
·
Bernard Arnault: 167.000 millones de dólares
·
Bill Gates: 137.000 millones de dólares
·
Larry Page: 129.000 millones de dólares
·
Sergey Brin: 125.000 millones de dólares
·
Mark Zuckerberg: 122.000 millones de dólares
·
Steve Ballmer: 119.000 millones de dólares
·
Larry Ellison: 116.000 millones de dólares
·
Warren Buffet: 105.000 millones de dólares
Pero estas personas ni son las más ricas del mundo ni las que
nos gobiernan, aunque tienen muchísima influencia. Las verdaderas familias más
ricas del mundo (que nunca figuran en ninguna lista) son los Rothschild, Rockefeller, Warburg, Morgan, Lazard, Moses Israel,
Kuhn Loeb, Lehman Brothers, Goldman Sachs y unos cuantos más, cuyos tentáculos
de poder llegan a todas partes y de los que la mayoría de los mortales nunca ha
oído hablar y mucho menos del monto de sus fortunas.
Y ahora yo te
pregunto: ¿de verdad crees que estas personas van a dejar su fortuna y su vida
en manos de un gobierno salido del pueblo y elegido democráticamente por el
“populacho”? Y una pregunta más comprometida. Si tú estuvieras en su lugar, ¿lo
harías?
Por cierto. La
suma de las fortunas de las 10 personas más ricas del mundo, según Forbes,
asciende a la friolera de 1.445.000 millones de dólares. Si los repartiéramos
entre los 7.700 millones de personas que habitamos el planeta, tocaríamos a la
nada despreciable cantidad de 187 millones de dólares por habitante. Así que fíjate si los gobiernos lo tienen
fácil: solamente expropiando a 10 personas, y repartiendo su fortuna, todo el
mundo sería inmensamente rico.
Como ya te habrás dado cuenta, lo importante para estas
personas no es el dinero; dinero es lo que les sobra. Lo importante es el
poder, y para tener el poder necesitan tener el control. Por eso lo controlan
todo: el dinero, los gobiernos, los medios de comunicación, las instituciones
supranacionales y, sobre todo, las fuerzas armadas sin cuyo control todo lo
demás no sería posible.
Desengáñate. El “populacho” nunca hemos disfrutamos ni de libertad ni de democracia ni de justicia. Así que la próxima vez que estés en la cola de un colegio electoral, piensa que lo único que estás haciendo con tu voto es legitimar toda esta sarta de mentiras, y que lo que vas a votar ya está decidido de antemano, como acabamos de ver en el caso de Francia con su recientemente reelegido Presidente de la República, Emmanuel Macron.
En este te mereces un autentico= ¡¡CHAPEAU!!.
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