¿Qué le pasa a la mayoría de la gente? ¿Por qué no reacciona?
No es posible que
después de ver cómo nos están arruinando la vida sigamos como si no pasara
nada.
Desde que empezó
la falsa pandemia el mundo está experimentando una involución muy peligrosa. Sin
embargo, la mayoría de la población mantiene un grado de pasividad que roza la imbecilidad.
Y lo peor de todo, es que sigue confiando en el Gobierno que le ha llevado a
esta situación.
La masa borreguil
vive a golpe de lo que dicta la televisión; vota religiosamente a políticos
sátrapas que le engaña elección tras elección; no le importa que le coloquen un
bozal que le impida respirar; le da igual que le inyecten en el cuerpo
cualquier sustancia; renuncia voluntariamente a sus derechos y libertades de
por vida a cambio de una supuesta seguridad; no le preocupa el veneno que ingiere
en los alimentos ni lo que cae del cielo después de ser fumigados y paga
religiosamente la energía, los carburantes y los alimentos a precios desorbitados
sin la más mínima objeción. A esa mayoría le pregunto: ¿pero qué pasa por
vuestra linda cabecita? ¿No veis que todo esto forma parte de un plan? Si hasta
la misma televisión que consumís incesantemente os está hablando de la Agenda
2030 y el Gran Reinicio. ¿No habéis visto al Presidente de Gobierno y al Rey
lucir públicamente el “pin” de la Agenda 2030 en sus solapas?
Por supuesto que
existe un plan, y ese plan no es otro que llevar al mundo a una dictadura tecnocrática
mediante la Agenda 2030 y el Gran Reinicio.
Si aún no lo
crees, échale un vistazo a la conferencia que dio Klaus Schwab en la reunión del
Foro Económico Mundial, en mayo de 2022, donde dijo alto y claro: “El
futuro no sucede, lo construimos nosotros: la poderosa comunidad que hay en
esta sala”. Y en esa sala había más de 2.000 personas muy influyentes,
entre las que se encontraban políticos, banqueros y empresarios de las más
altas esferas (lista oficial de participantes al FEM 2022.pdf).
Parece que los
dueños del mundo han dejado de ocultar sus verdaderas intenciones y tienen
prisa por ejecutar cuanto antes su plan genocida.
Según palabras
textuales de Bill Gates, “si hacemos un
buen trabajo con las “vacunas” reduciremos la población mundial un 10-15%”.
Eso supone exterminar entre 800 y 1.200 millones de personas solo con las
“vacunas” que, por cierto, ya se han administrado más de 5.000 millones de
dosis (incluidos placebos) y están empezando a hacer su trabajo. Solo en
España, a 8 de mayo de 2022, se han registrado, según figura en el 15º informe de farmacovigilancia sobre el Covid-19/, 12.960 notificaciones de efectos adversos
graves, de los cuales 434 son fallecimientos. Hay que tener en cuenta que apenas
se reporta el 1% de los casos, dado que sistemáticamente son negados, o
disfrazados de otras patologías, como así lo hace la propia Agencia del
Medicamento Español en su informe. Por
eso, como en este país está prácticamente todo el mundo vacunado, nadie dice
nada cuando ve a personas sanas de su entorno más cercano padecer sin causa
justificada arritmias, miocarditis, pericarditis, ictus, desplomarse sin motivo
alguno, reactivársele un viejo cáncer ya curado, muertes súbitas, manchas en la
piel, cansancio permanente o padecer de insomnio, entre otras muchas cosas. O
sea, ¡todo muy “normal”!
Por otro lado, si
a las “vacunas” le sumamos la flexibilización cuantitativa, el conflicto de
Ucrania, la estanflación, la manipulación del clima mediante geoingeniería y la
aparición de las primeras hambrunas artificiales tenemos el coctel perfecto
para hundir en la miseria a la gente y provocar más muertes. Y si todo esto no
fuera suficiente siempre tienen en la recámara una guerra nuclear.
Después de más de
dos interminables años de despropósitos, por parte de nuestros gobiernos, ¿cómo
es posible que haya todavía una mayoría abrumadora de gente que no se dé cuenta
de que el Gobierno no es la solución, sino el problema? ¿Es que no ven
que los gobiernos, supuestamente elegidos para ser nuestros representantes, son
los que están acabando con nuestra salud, economía, derechos y libertades? Su
actuación indica que no tienen ninguna intención de evitar la catástrofe; al
contrario, no hacen otra cosa que agravarla.
Los medios de
comunicación ya están anunciando que las cosas se van a poner muy jodidas en
otoño. Con una inflación que roza el 10% convertida en estanflación, una deuda
galopante que no para de crecer, los combustibles y alimentos por las nubes,
unos sueldos irrisorios y una tasa de desempleo del 13,3% no hay que ser
adivino para intuir, efectivamente, que lo vamos a pasar muy mal.
Dicho esto, de
nosotros depende revertir la situación. Pero para ello necesitamos a las masas,
del mismo modo que las necesitan ellos para que voten y legitimen este sistema
corrupto. Sin las masas no hay nada que hacer. Pero, por desgracia, las masas
siguen sin escuchar y todavía creen, ingenuamente, que estamos viviendo una época de casualidades
y únicamente se preguntan cuándo volverán las cosas a la normalidad. Evidentemente,
si no hacemos nada para evitarlo la respuesta es: nunca.
Es hora de
despertar y de que los pueblos retiremos todos los poderes a esos enfermos
mentales que nos gobiernan y nos opongamos firmemente a su agenda globalista.
De hecho, hay mucha gente en el mundo que se está partiendo el pecho por
intentar despertar a la población y evitar que esta gente materialice su plan diabólico.
En España, ahora tenemos una oportunidad de oro para decir ¡basta! El
próximo 19 de junio de 2022 se celebrarán elecciones al Parlamento de
Andalucía. Si hubiera una abstención descomunal sería un indicio de que la población
empieza a despertar.
¿Y tú qué crees?
¿Habrá un despertar? Permíteme que lo dude.
vamos a ello...
ResponderEliminar