miércoles, 1 de marzo de 2023

SÍ, EL PUEBLO ESTÁ LEGITIMADO PARA DERROCAR CUALQUIER GOBIERNO

En los últimos tres años hemos sido testigos de cómo el total de la sociedad se ha sometido voluntaria y dócilmente a los ataques más espeluznantes contra sus propias libertades. Lo más lamentable ha sido ver cómo una mayoría significativa de personas, de todo el espectro social, ha defendido irracionalmente tal abuso, habiéndose convertido de la noche a la mañana en fanáticos del control.

Estas personas, aparentemente inteligentes, han pasado a ser zombis sumisos y obedientes de los draconianos mandatos gubernamentales. Tal es así, que pareciera que han perdido toda capacidad de razonar y estuvieran hipnotizados.

Cuando la gente está expuesta una y otra vez a un mensaje difundido por periodistas, políticos, pseudocientíficos o personajes famosos a los que admira, ese mensaje no se cuestiona. Así de simple. Pero tanto creer una verdad o negarse a creer una mentira, simplemente porque lo hemos oído de la boca de algunos de esos personajes a los que admiramos, no es más que otra sibilina forma de engaño.

En las últimas décadas la mayoría de los gobiernos del planeta, dirigidos por un “gobierno mundial en la sombra”, están transformándolo todo. Estos gobiernos -compuestos por estúpidos incompetentes, cobardes y traidores- constantemente promulgan leyes para regular cualquier cosa por muy absurda y estúpida que sea (ley de bienestar animal, ley de memoria histórica, ley solo sí es sí, ley del cambio climático, ley trans,…). Evidentemente, estas leyes no están hechas para solucionar nada, sino para confundirnos, controlarnos, criminalizarnos y robarnos con el más absoluto descaro. Tal es así, que incluso Putin, en el discurso pronunciado a la Nación el 21 de febrero de 2023, dijo: “Occidente está fuera de control. Se ha convertido en una sociedad de lunáticos y mentirosos patológicos con los que no se puede hacer nada”. Y no le falta razón.

Los hechos acontecidos en los tres últimos años ponen de manifiesto claramente que la mayoría de los gobiernos son en realidad organizaciones criminales al servicio del poder global del dinero. Actualmente tienen como objetivo la creación de un único gobierno mundial autoritario, que aspira a controlar todos nuestros movimientos, pensamientos y sentimientos, pasando primero por una reducción drástica de la población.

Esta “autoridad mundial” quiere establecer una tecnocracia donde sea la ciencia la que dicte y organice la sociedad. El proceso puesto en marcha trata de introducir lo siguiente:

-Una identidad digital universal.

-Eliminar el dinero en metálico.

-Imponer un sistema monetario digital centralizado.

-Asignar un sistema de crédito social a nivel mundial.

-Instaurar un pasaporte sanitario

-Vacunación y administración de medicamentos obligatoria.

-Sustitución del trabajador por Inteligencia artificial.

-Fusión del hombre con la máquina (transhumanismo).

-Control demográfico con capacidad para decidir quién se reproduce y quién no.

-Implantar las ciudades inteligentes (ciudades de 15 minutos).

-Abolir la propiedad privada, la libertad de expresión y la libertad en general.

Aunque no sabemos si serán capaces de llevar a “buen puerto” su plan diabólico, hay, sin embargo, una inquietante realidad: tienen la tecnología para hacerlo.

¿Pero quién coño es esta gente para imponernos sus delirios? Y lo que es aún más deplorable: ¿cómo consentimos que nuestros gobiernos nos arrebaten nuestros derechos y libertades innatas? Porque ser “nuestros representantes” -que no lo son- no les da derecho a tener “patente de corso”.

Parece como si se nos hubiera olvidado que en la mayoría de países del mundo está reglamentado que el gobierno no debe excederse en sus funciones, pudiendo ser destituido por el pueblo.

Sin ir más lejos, el documento de Declaración de Independencia, del 4 de julio de 1776, de EEUU, dice claramente: “Consideramos evidentes por sí mismas las siguientes verdades: todos los hombres han sido creados iguales. El creador les ha concedido ciertos derechos inalienables, entre los que se encuentran la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Los gobiernos son establecidos entre los hombres para garantizar esos derechos y su justo poder emana del consentimiento de los gobernados (...). Cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, dirigida invariablemente al mismo objetivo, demuestra el designio de someter al pueblo a un despotismo absoluto, tiene el pueblo el derecho y el deber de derrocar ese gobierno y establecer nuevas garantías para su futura seguridad (...)”.

A lo largo de nuestra historia el mundo ha sido gobernado por familias extremadamente ricas. Si hasta hace muy poco gobernaban despóticamente, haciendo alarde de ello, hoy en día lo hacen sibilinamente ocultándose.

Para seguir manteniendo el control sobre la humanidad, estos tiranos pusieron en marcha las democracias actuales, donde, desde el anonimato, continúan ejerciendo su poder sobre nosotros. El engaño ha sido perfecto, ya que la mayoría de la población lo único que ve son los llamados “gobiernos democráticos” que, sin embargo, no son más que meros títeres actuando en un teatro de marionetas para distraer al “populacho”, mientras que los verdaderos gobernantes en la sombra nunca muestran sus verdaderos rostros ni salen en los medios de comunicación.

Decía Napoleón Bonaparte:”Cuando un gobierno depende de los banqueros para obtener dinero, son ellos, y no el gobierno, quienes controlan la situación”.

Y aquí lo tenemos.

85 países solicitaron formalmente en abril de 2020 ayuda financiera al FMI. Para ello tuvieron que aceptar ciertas condiciones, entre ellas los dictados de la OMS sobre la falsa pandemia (confinamientos, toques de queda, “vacunas”, pasaportes de “vacunas”, etc.). Así quedó expuesto a la opinión pública  cuando el Presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, rechazó una línea de crédito del FMI, de 940 millones de dólares, debido a que la condición para la concesión del crédito era que Bielorrusia impusiera las mismas restricciones Covid que Italia, cosa a la que se negó rotundamente.

Lo que hemos vivido los últimos tres años ha sido el mayor crimen contra la humanidad jamás perpetrado. Esta conspiración fue gestada por el cártel bancario internacional en connivencia con instituciones supranacionales que han usurpado el mandato democrático de los gobiernos.

Sin embargo, algo “grande” está ocurriendo. En ningún momento de la historia ha sucedido nada parecido: personas inteligentes y solidarias trabajando por abrir los ojos al resto, para desterrar de una vez por todas a esa panda de criminales que llevan demasiado tiempo “negándonos el pan y la sal”.

Para desgracia de estos tiranos, hoy en día ya hay cientos de millones de personas –y creciendo- que están despertando y son conscientes de lo que realmente está sucediendo en el mundo.

A los que aún no han despertado les recomiendo que vean este vídeo de 40 minutos/, donde un antiguo director ejecutivo, que trabajó en la ONU durante dos décadas, explica cómo el mundo está controlado por un puñado de criminales que lo único que buscan es enriquecerse y esclavizar a la humanidad.

Nos estamos jugando mucho.

Si piensas que políticos, sindicatos, jueces o periodistas nos van a sacar de este atolladero estás muy equivocado. De este atolladero tenemos que salir solos. Por eso cada acción cuenta como, por ejemplo, dónde gastar nuestro dinero o dejar de votar de una vez por todas a unos políticos que están al servicio del poder global del dinero.

Pero lo más importante de todo es hablar sin parar con los demás -aunque no quieran escuchar- de lo que está pasando. La gente tiene que entender que los que verdaderamente ostentan el poder en el mundo no lo hacen porque sean inmensamente ricos y controlen gobiernos, ejércitos y medios de comunicación (que también ayuda y mucho), sino porque su poder radica fundamentalmente en que la mayoría de la gente desconoce cómo funciona realmente el mundo. ¿Entiendes ahora por qué es tan importante para ellos hacernos callar?

Pensar que quitando un gobierno de izquierdas para reemplazarlo por uno de derechas, o viceversa, cambiará algo es de una ingenuidad supina, como hemos visto desde que estamos jugando a este falso juego de la democracia. Todos los gobiernos reciben órdenes, y no son precisamente nuestras. Por eso, mientras no derroquemos a los gobiernos, que son los verdaderos causantes del problema y no la solución, no hay nada que hacer.

El pensamiento generalizado de una parte de la población es que nuestros gobiernos se han vuelto locos. Pero no, no se han vuelto locos. Al contrario, saben muy bien lo que hacen. Por lo tanto, si no queremos terminar viviendo en “jaulas” como animales, es imprescindible deshacerse de los corruptos gobiernos y avanzar hacia un tipo de sociedad en la que no se vuelva a consentir jamás que nadie acumule tal cantidad de riqueza que le permita adueñarse del mundo. 

1 comentario:

  1. Ojo con poner a Putin como "racional" ; que Putin está en "el ajo"... aparte de esto , uno de tus mejores trabajos en estos tres años. ¡animo!.

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