El Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros
Adhanom Ghebreyesus, puede llegar a convertirse, en el año 2024, en el hombre
más poderoso del mundo; eso sí, con el beneplácito de la oligarquía dominante.
Tedros nació el 3 de marzo de 1965 en Asmara, hoy capital de Eritrea (independiente
de Etiopía desde 1993). Estudió Biología en la Universidad de Asmara y
posteriormente saco un doctorado en la Universidad de Nottingham. En 1991 se
unió al comunista Frente de Liberación del Pueblo Tigrayano (TPLF): una
organización que figura desde 1976 en la Base de Datos Mundial sobre Terrorismo.
En 2005 fue Ministro de Salud de Etiopía, ministerio que dejó en 2012 para ocupar
la cartera de Relaciones Exteriores, hasta que en 2017 fue nombrado Director General de la OMS, cargo que sigue ocupando
actualmente.
Mientras presidía la cartera de Salud tuvo relaciones con personajes
internacionales de dudosa honorabilidad como Bill Clinton, Bill Gates o Claus
Schwab. Estas conexiones aclaran, de manera concluyente, cómo fue posible que
un “pela espigas” (expresión popular para referirse a alguien irrelevante)
fuera elegido Director General de la OMS y así convertirse en su marioneta.
Aunque para la mayoría de la población esté pasando inadvertido, los
hechos delatan que las élites globalistas planean dar a Tedros el poder sobre
los 194 Estados Miembros de la OMS, por lo tanto de todo el mundo.
Después de que la OMS aprobara recientemente el Sistema Mundial de
Salud Digital, sólo le queda ratificar el nuevo Tratado de Pandemias que, si
nadie lo remedia, tendrá lugar en la 77ª Asamblea Mundial de la Salud a
celebrar en mayo de 2024. Por consiguiente, este Tratado, unido al Sistema
Mundial de Salud Digital, otorgará a Tedros el liderato absoluto de la política
sanitaria mundial.
La modificación del actual Reglamento Sanitario Internacional
convertirá a la OMS, que hasta ahora era un órgano consultivo, en el nuevo
“mandamás” mundial jurídicamente vinculante. En otras palabras: las
recomendaciones de la OMS se convertirán en órdenes. Esto hará que en el caso
de una supuesta emergencia inminente (de salud, climática, medioambiental
etc.), Tedros pueda suprimir los derechos y las libertades fundamentales de
todo el planeta. De hecho, podría hacer obligatoria la vacunación, las pruebas
de diagnóstico o las cuarentenas, además de imponer un pasaporte sanitario imprescindible
para viajar o trabajar.
Durante décadas, las élites globalistas han estado gestando un plan de
despoblación y control. Para llevar a buen puerto sus planes, están utilizando
diferentes estrategias como la siempre presente inestabilidad económica y las,
a partir de ahora, cada vez más numerosas emergencias sanitarias o climáticas.
Las crisis económicas llevan décadas produciéndose, por cierto, dando
unos excelentes resultados: desviar la riqueza del “populacho” hacia los
bolsillos de los cleptócratas.
La emergencia sanitaría del Covid-19 consiguió la sumisión y
humillación de prácticamente toda la población mundial y la preparó para lo que
está por venir.
Con la puesta en escena del “calentamiento global”, renombrado a
“cambio climático” y ahora incluso a “ebullición global” (así lo definió el Secretario General
de Naciones Unidas en julio de 2023: “La era de la ebullición global ha
llegado….”), el proceso se va a acelerar.
No es nada sorprendente que con la llegada de la Inteligencia Artificial
el trabajo humano más básico y peor remunerado vaya a desaparecer. Esto
significa que la fuerza laboral humana, que en su día fue indispensable, se
transformará en prescindible.
Dicho esto, no sé si será coincidencia, pero en la actualidad se está
produciendo un exceso de mortalidad por todas las causas en todo el mundo. Y, ¡qué
“casualidad”! Resulta que hay un informe que habla de ello. Me estoy refiriendo
al Informe Deagel, donde su pronóstico de reducción de la población comienza a
causar cierta inquietud. (Deagel.com es una oscura entidad conocida por sus informes
sobre capacidades militares).
La Agencia Deagel pronosticó en 2017 una disminución significativa de
la población para el 2025 en varios países del mundo como, por ejemplo, Reino
Unido un asombroso 77%, EEUU un 68,5%, Alemania un 65,1% o España un 41,4%,
entre otros (ver lista
completa de países).
¿Es este informe una premonición de la despoblación del planeta al
igual que ocurrió con el Evento 201 y el Covid-19?
Con la ratificación del nuevo Tratado de Pandemias, la OMS tendrá carta
blanca para aplicar todo tipo de protocolos que serán de obligado cumplimiento.
Y he aquí que tenemos unos antecedentes nada satisfactorios con los protocolos que
la OMS dispuso para el Covid-19. Esos protocolos indujeron al asesinato en masa
de miles de ancianos en las residencias, provocaron miles de muertes en las UCI
con las intubaciones y las medicaciones inadecuadas y envenenaron a gran parte
de la población con varias dosis de “vacunas” cuasi obligatorias. Entonces, ¿no
es una temeridad dejar nuestra vida en manos de la OMS y del terrorista Tedros?
¿Por qué tenemos que tragar todo esto si nosotros, el pueblo, somos
legión y ellos sólo unos pocos? A ver si nos entra en la cabeza de una vez que nunca
hemos necesitado a los poderes fácticos para que nos proteja ni para que
imparta justicia, eso ha sido siempre una tomadura de pelo y ahora no es
diferente. Desde siempre, el enemigo número uno del pueblo ha sido, y lo sigue
siendo, su propio gobierno, además de los partidos políticos, los tribunales de
justicia, las instituciones gubernamentales y no gubernamentales, las fuerzas
armadas y, por supuesto, la omnipresente “protectora” policía. En otras palabras,
toda la clase dominante y los lacayos lameculos que ejecutan sus órdenes.
Y ahora vuelta a la eterna pregunta. ¿Por qué unos pocos nos tienen
dominados? Pues porque desgraciadamente hemos sido adoctrinados por nuestros
propios progenitores y educadores -falsas figuras de “autoridad”-, para hacernos
creer que no se puede vivir sin normas ni leyes. Esto implica que dependeremos
de la voluntad de los que hacen esas normas y leyes el resto de nuestra vida. Bueno,
pues parece ser que a partir de 2024 las normas y leyes las impondrá Tedros. O
lo que es lo mismo: Agenda 2030 directamente en vena.
¿De verdad esto no le importa a nadie? Es una lástima que por nuestra cobardía, ignorancia y necedad hayamos dejado este maravilloso planeta en manos de unos maniacos sin escrúpulos que, no lo dudes, acabarán con la mayoría de nosotros.