jueves, 30 de noviembre de 2023

NUEVO TRATADO DE PANDEMIAS: CLAVE PARA EL NUEVO ORDEN MUNDIAL

El 20 de septiembre de 2023, tuvo lugar la reunión de alto nivel sobre prevención, preparación y respuesta frente a futuras pandemias (resolución A/RES/77/275) de Naciones Unidas.

Esta reunión de alto nivel, del 78 periodo de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas, se centró en el tema: “Crear y sostener el impulso político y la solidaridad para la prevención, preparación y respuesta a pandemias”. 

Después de la reunión, el Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, hizo las siguientes declaraciones: “Es un paso histórico en el urgente camino para hacer que todas las personas en todo el mundo estén más seguras y mejor protegidas contra los efectos devastadores de las pandemias. Acojo con satisfacción el compromiso de los líderes mundiales de brindar el apoyo político y la orientación necesarios para que la OMS, los gobiernos y todos los involucrados puedan proteger la salud de las poblaciones y tomar medidas concretas para invertir en capacidades locales, garantizar la equidad y apoyar la arquitectura sanitaria de emergencia global que el mundo necesita”.

Ni la ONU ni la OMS hacen mención al número de líderes mundiales que han respaldado el nuevo Reglamento Sanitario Internacional (RSI), en el que va incluido el Tratado de Pandemias. Si entendemos que todos los países están de acuerdo, el nuevo RSI podría entrar en vigor sin votación previa en la próxima Asamblea Mundial de la Salud, a celebrar en mayo de 2024. Dado que estas reuniones se celebraron a puerta cerrada, y no existen registros oficiales, sólo podemos “confiar” en los rumores que dicen que varios Estados Miembros se abstuvieron y otros se opusieron al nuevo RSI. Que yo sepa, el único que ha declarado públicamente que no apoyará el Tratado de Pandemias de la OMS es el Primer Ministro de Eslovaquia, Robert Fico.

La corrupta ONU, con la OMS como punta de lanza, trata de imponer un Nuevo Orden Mundial basado en lo que llaman “desarrollo sostenible”. Si este nuevo Tratado de Pandemias sale adelante, será la certeza de que la mayoría de países han sido comprados y corrompidos por el dinero y la deuda.

El nuevo Tratado de Pandemias convertirá a la OMS en un mecanismo de sembrar terror, declarando emergencias sanitarias a diestro y siniestro. Luego, podrá exigir globalmente cuarentenas, encierros y vacunas obligatorias que los gobiernos estarán obligados a hacer cumplir bajo amenaza de ser sancionados.

La jugada ha sido maestra.

La OMS no se creó para salvar a la humanidad de las enfermedades, se creó para tenernos “cogidos por los huevos”. Ahora ya tiene la llave de lo más vulnerable de nosotros: la salud y la enfermedad, la vida y la muerte. Con este inmenso poder -que le conferirá el nuevo RSI- en los próximos años veremos cómo implementarán un programa perpetuo de vacunación que será de obligado cumplimiento para poder realizar cualquier actividad. De momento, y como un anticipo a esta locura, la UE quiere vacunar a las mujeres embarazadas como prioridad. ¡Increíble! El mundo al revés, ya que siempre se aconsejó no tomar medicamentos durante el embarazo -cosa de sentido común-, pues todo lo que ingiere la madre pasa al torrente sanguíneo y por consiguiente al feto.

Decía Franklin D. Roosevelt que en política (y añado yo, en economía) no hay nada al azar. Por lo tanto, todo lo que sucede ha sido diseñado de antemano para lograr objetivos. Por eso cada una de las crisis que estamos viendo (todas, absolutamente todas provocadas por el hombre) está diseñada para encubrir la chapuza de la crisis anterior. Y, claro está, no hay nada mejor que una buena guerra para desviar la atención del “populacho”. Esto está sucediendo actualmente con las guerras de Ucrania y Oriente Medio, que, entre otras cosas, cumplen el cometido de ocultar el impactante número de personas de todas las edades que están muriendo por las inyecciones de ARNm.

Es más que evidente que los globalistas están trabajando en todos los frentes para reducir la población mundial. Tal es así, que incluso Chistien Lagarde, Presidente del Banco Central Europeo, Dan Patrick, Vicegobernador de Texas y Taro Aso, Ministro de Finanzas japonés, dicen abiertamente que los ancianos deberían darse prisa en morir, pues son una carga para la economía. ¿Les ayudará la OMS con su “Tratado de Pandemias” a tomar esa decisión?

Que en pleno siglo XXI sigamos dejando, “alegremente”, nuestras vidas en manos de estos psicópatas tiene una explicación: nos tienen adiestrados a obedecer las estupideces más disparatadas.

Porque, vamos a ver. ¿Quiénes son nuestros gobernantes para obligarnos a atarnos con un cinturón al asiento de un coche? ¿Quiénes son para prohibirnos caminar por un paseo marítimo porque hay temporal? ¿Quiénes para obligarnos a llevar un trapo en la cara o vacunarnos? Obviamente, la excusa que esgrimen es que lo hacen por nuestro bien, para salvarnos la vida. Entonces, ¿cómo explicar que estos mismos gobernantes -cuya obsesión es salvar vidas- estén atiborrando de armamento a Ucrania y apoyando el genocidio de Gaza?

Si recuerdas, eso mismo pasó con las “vacunas” Covid-19. Decían que eran para salvar vidas. Sin embargo, en algunos sitios si no te la ponías no podías entrar en un supermercado a comprar alimentos, acceder a un hospital o trabajar. Incluso se despidió a médicos y personal sanitario (en un momento en que se nos dijo que la sanidad estaba colapsada) por no querer inocularse. Esto no pasó en un país tercermundista como Burundi, esto pasó en Francia.

Si permitimos que la OMS se salga con la suya y apruebe en 2024 el nuevo Reglamento Sanitario Internacional (RSI), en el que va incluido el Tratado de Pandemias, estaremos entregándole el poder para decidir quién vive y quién muere. Así de simple.

Nos dirigimos hacia un mundo donde la tecnología, la robótica y la inteligencia artificial sustituirán irremisiblemente a prácticamente la totalidad de los trabajos que hacemos actualmente los humanos. Ante esta nueva situación, la élite no está dispuesta a mantener y alimentar a seis o siete mil millones de personas que ya no le son útiles. Por lo tanto, está poniendo en marcha toda una serie de mecanismos para llevar a cabo la despoblación y el control absoluto de la humanidad, y el nuevo Tratado de Pandemias es una pieza clave en este proceso.

Somos la última generación que puede cambiar el destino de la humanidad. De nosotros depende. Si fracasamos, el mundo será esclavizado tecnológicamente y ya no habrá escapatoria. Por lo tanto, sólo queda luchar. ¿Lo haremos? 

lunes, 20 de noviembre de 2023

NORMALIZACIÓN DE LA POBREZA

Desde hace unos años, en España estamos asistiendo a la práctica de unas acciones devastadoras encaminadas a empobrecer deliberadamente a su población. El desmantelamiento de centrales térmicas y nucleares para crear deficiencia energética, la destrucción de embalses para potenciar la escasez de agua, el estrangulamiento de la agricultura, la ganadería y la pesca para encarecer los pecios de los alimentos o el desarraigo de la minería para hacernos dependientes de las importaciones a otros países son sólo algunos ejemplos de cómo se está destruyendo el tejido productivo de nuestro país.

Lo grave del asunto, es que es precisamente el Gobierno, en connivencia con la oposición, quien nos está privando de nuestros medios de vida y llevándonos al subdesarrollo. Y no estoy exagerando.

Resulta que en Galicia (concretamente en Biana do Bolo, Orense) hay una mina de tierras raras (Mina Penouta) en las que se explota el Coltán (único yacimiento de Europa) que, por cierto, está a 6.000 € el kilo. Este mineral es necesario para fabricar smartphons, tablets, televisores y ordenadores portátiles, entre otras cosas. Al ser un mineral escaso, es considerado el oro negro de nuestros días. Bueno, pues ha sido cerrada cautelarmente.

Editorial del 18 de octubre de 2023 del diario “La Voz de Galicia”: “El proyecto de la mina de Penouta acaba de sufrir un revés judicial. El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia acaba de decretar la paralización cautelar de la explotación minera, ante una denuncia del grupo Ecoloxistas en Acción, por lo que consideran graves impactos sobre el espacio protegido de Pena Trevinca, dentro de la Red Natura 2000.”

Patético, ¿verdad? O sea, que tenemos la única mina de Europa de coltán y van y la cierran unos “ecologistas”.

Evidentemente, si destruimos nuestro tejido productivo, disponemos de menos almacenamiento de agua, menos autosuficiencia energética y menor capacidad de producir alimentos el empobrecimiento está más que asegurado. Y de eso se trata (¿órdenes del FEM para poder llevar a cabo el “Gran Reinicio”?).

Desde que nuestro Gobierno firmó la Agenda 2030, los precios de los alimentos, energía, vivienda, combustible, impuestos, etc. no han parado de subir. Contrariamente, los salarios no hacen más que bajar o, en el mejor de los casos, se estancan o suben muy por debajo de la inflación. Sin embargo, esto no tiene nada que ver con ninguna crisis tal y como nos están contando. Esto es así porque se quiere que sea así, ya que la escasez no tiene cabida en un mundo tecnológico como el actual. ¿Te has parado a pensar por qué todo el mundo tiene un Smartphone y, sin embargo, no tiene comida? Pues piénsalo.

Mientras tanto, el número de sinvergüenzas que vive de lo público sigue creciendo y llevándoselo crudo. Porque, a pasar de tanto Gobierno (el Nacional más los 17 de las Comunidades Autónomas), tanto Ayuntamiento (8.131 municipios con sus alcaldes y concejales), tanto Secretario de Estado (33 con todas sus Subsecretarías), tanto Director General y Subdirector Técnico, tanto funcionario de alto rango del Tribunal Supremo, CGPJ, magistrados, jueces, y un sinfín más que me dejo en el tintero no se puede gestionar peor un país.

¿Dónde están los encargados de solventar los verdaderos problemas de los españoles? ¿Dónde los garantes de la Constitución? ¿Dónde los responsables de la justicia? Simplemente no están ni se les espera. Así de claro.

A raíz de la idiotización masiva de la población, llevada a cabo durante la falsa pandemia, la gente traga todo lo que le echen. Y como muestra un botón.

Sin lugar a dudas, España es el primer productor de aceite de oliva del mundo, cuya producción representa el 60% de la producción de la Unión Europea y el 45% de la producción mundial. Entonces, ¿Cómo puede ser que el aceite esté más caro en España que en el resto de Europa? ¿Cómo lo consentimos?

Eso por no hablar de nuestra corrupta casta política, a la que la gente sigue votando fielmente elección tras elección. ¿Cómo se puede tropezar tantas veces con la misma piedra?

El nuevo invento de los políticos, llamado “consenso social”, no es otra cosa que un acuerdo basado en que la gente debe tragarse la versión oficial del momento de todas y cada una de las nuevas ideologías y ocurrencias del Gobierno (pandemia, cambio climático, ideología de género, lenguaje inclusivo,…). De lo contrario, corre el riesgo de ser incluida en la lista negra de “negacioncitas”, “fascistas”, “xenófobos” u otras lindezas por el estilo.

De la misma manera que durante la falsa pandemia el Gobierno quiso hacernos creer (muchos lo creyeron) que un toque de queda era una medida sanitaria, ahora para disfrazar la pobreza quiere que creamos estupideces como estas: que ir a un comedor social o a un dispensario de comida social no es sinónimo de pobreza, sino de aprovechar lo que a otros les sobra. Que quedarse en casa, en vez de ir de vacaciones, tampoco es porque la gente esté tiesa de dinero, sino una excelente elcción para relajarse. O que compartir casa con extraños no es porque seas pobre y no puedas pagar un alquiler tú solo, sino para tener una oportunidad de socializar y conocer gente.

Las personas “tragacionistas” compulsivas, que han asimilado perfectamente la “nueva normalidad”, son las que con sus inmensas tragaderas están normalizando la pobreza. Para que nos hagamos idea de lo que nos hemos empobrecido, decir que mientras en el año 2003 le deuda de las Administraciones Públicas era de 382.775 millones de euros (el 47,7% del PIB), en septiembre de 2023 la deuda ascendió a 1.578 billones de euros (el 110% del PIB) y creciendo.

Pero la batalla no está perdida, o al menos eso quiero creer. Indudablemente, cada vez hay más personas cuestionándose las absurdas operaciones socio-económicas alejadas de la realidad que trata de imponernos cada Gobierno, sea del signo que sea. Cada vez hay más disidentes, porque la realidad es cada vez más precaria y el circo político cada vez más grotesco (acabamos de ser testigos del esperpéntico espectáculo en el debate de investidura de Pedro Sánchez).

Mientras tanto, la polarización de la sociedad y la pobreza van in crescendo.

Ya veremos dónde nos conduce todo esto. 

viernes, 10 de noviembre de 2023

EL DESPERTAR DE LA HUMANIDAD NO SÓLO ES POSIBLE, SINO DESEABLE

Llegar a conocer cómo funciona realmente el mundo en que vivimos puede ser tan traumático para algunas personas que prefieran seguir en el engaño. De eso se encarga la disonancia cognitiva, ya que descubrir la realidad entra en conflicto con las creencias que nos han acompañado toda la vida.

Sin embargo, aunque es pronto para lanzar las campanas al vuelo, el despertar de la humanidad empieza a vislumbrar un atisbo de esperanza.


Gracias a la contra información la gente está empezando a descubrir la verdad. Evidentemente, esto es sólo el principio y lo deseable sería que tuviera continuidad.

Millones de personas han comenzado a comprender que la mayoría de sus gobiernos son meros títeres manejados por entidades supranacionales. Estas entidades son a su vez controladas por una élite de maniacos criminales mega ricos, que tienen a los pueblos idiotizados, esclavizados y controlados.

Si todavía la gran mayoría de la población no es consciente de ello, es porque estas estructuras de poder operan entre bastidores, asegurándose de que nadie sepa de sus conspiraciones. Por eso se les denomina “gobierno en la sombra” o “estado profundo”.

El hecho de que esta situación se esté revelando a escala global es un hito en la historia de la humanidad y significa que algo está cambiando. 

Si hasta ahora el poder ha conseguido sus objetivos con relativa facilidad, gracias, entre otras cosas, a la ignorancia de la gente, cuando la gente se entere de lo que realmente está pasando, dejará de someterse a este estúpido juego de “pan y circo” y empezará a tomar el control sobre sus propias vidas.

Estamos actualmente viendo cómo millones de personas en todo el mundo comienzan a hacerse preguntas que hasta ahora le eran incómodas. Se preguntan, por ejemplo, si verdaderamente viven en una democracia, si la constitución y las leyes de su país realmente garantizan sus derechos o si las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado están ahí para protegerles.

Estás y otras cuestiones empiezan a ser sometidas a un riguroso juicio imparcial por gran parte de la población, que vio cómo durante la falsa pandemia todos sus derechos fueron suprimidos de un plumazo y como las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado se pasaron siete pueblos en sus competencias. Por lo tanto, no te quepa la menor duda de que el día en que una mayoría significativa de personas se dé cuenta de quién ostenta el verdadero poder en el mundo, cambiará sus opiniones y actitudes hacia los gobiernos, corporaciones, medios de comunicación, instituciones financieras y otros actores poderosos. Esto dará lugar a movimientos de cambio social y político, donde los pueblos se unirán para cambiar las estructuras de poder y la distribución de la riqueza.

Es importante señalar que la toma de conciencia del verdadero poder que controla el mundo es un proceso que puede llevar a una variedad de resultados. Las consecuencias específicas dependerán de la forma en que se desarrolle este proceso, de la respuesta de los actores implicados y de cómo la sociedad elija actuar en consecuencia.

Pero desmontar todo este tinglado es imposible sin antes anular a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado que actúan de barrera de contención entre el poder y nosotros (lo acabamos de ver una vez más ante la sede del PSOE en Madrid). Para ello, lo primero es hacerles ver que ellos también son el pueblo y deben estar del lado del pueblo. Evidentemente, esto no será posible sin antes construir sociedades informadas, bien educadas, cultas y pacíficas que sean capaces de resolver los conflictos mediante el diálogo y no a través de la violencia.

El día en que los pueblos se den cuenta de que para vivir sólo es necesario aire, agua, comida  y un entorno adecuado, dejarán de dar importancia a todas esas cosas banales y materiales con las que son esclavizados.

¿Cuándo vamos a entender de una vez por todas que no nos pueden obligar a hacer nada que nosotros no queramos? Si nosotros no nos hubiésemos sometido voluntariamente a las disruptivas medidas de la falsa pandemia, nada habría pasado y nos habríamos ahorrado un sufrimiento inútil. Del mismo modo, si no hubiese soldaditos dispuestos a morir en una guerra, que ni les va ni les viene, no existiría ningún conflicto bélico en el mundo. Tan sencillo como eso.

Pero lo importante no es sólo darse cuenta del engaño al que estamos siendo sometidos. La cuestión es qué estamos dispuestos a hacer para cambiarlo.

Podríamos empezar por deshacernos del miedo y atrevernos a decir NO tantas veces como sea necesario. Y hablar, sobre todo hablar, aunque sepas que no le va a gustar lo que dices a tu interlocutor.

Hay que sacudirse la pereza y pasar a la acción. Con pequeños actos podemos cambiarlo todo. No votar, sacar el dinero de los bancos y pagar en efectivo, comprar en pequeños comercios o no utilizar códigos QR son sólo algunas cosas muy sencillas de hacer que, sin embargo, tienen consecuencias. De lo contrario, seguiremos como estamos o peor. No tienes más que ver lo que está ocurriendo en España: un gobierno en funciones negociando con terroristas y prófugos de la justicia, para poder seguir gobernando España otros cuatro años más a cambio de una amnistía ilegal. Bajo mi punto de vista, si esto llegara a producirse simplemente hay que dejar de reconocer a ese gobierno de inmediato y punto. Pero no sólo hay que decirlo. Hay que hacerlo. Eso sí, nunca utilizando la violencia, eso nos descalificaría.

Estamos gobernados por memos patológicos ignorantes, lameculos del verdadero poder psicópata. Cuanto antes prescindamos de estos imbéciles, antes acabaremos con el verdadero poder y antes podremos alcanzar una libertad que, aunque nunca será completa, será infinitamente superior a la que tenemos actualmente. Y se puede, claro que se puede.