martes, 30 de enero de 2024

LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA DUEÑA DE LA MEDICINA MODERNA

La ciencia hoy en día está tan prostituida -sobre todo la biomedicina- que ya no sabe uno a qué atenerse. 

Todos hemos sufrido en nuestras carnes las escandalosas aberraciones a las que fuimos sometidos para supuestamente luchar contra la falsa pandemia de hace tres años. Sin embargo, como no hay mal que por bien no venga, gracias a la falsa pandemia la corrupción del sistema de salud ha quedado en evidencia para mucha gente, que ha visto como el colectivo “médico-científico” a antepuesto dinero y reputación a la búsqueda de la verdad.

Actualmente está todo tan corrompido que muchos “científicos” y “médicos” prefieren seguir anclados en falsas ideas antes que admitir que están equivocados. Porque, claro está, esto supondría que tendrían que abandonar muchos de los dogmas que les inculcaron en la universidad y empezar de cero. Por eso prefieren seguir los protocolos reglamentarios, en detrimento de dedicarse a desmontar creencias y dogmas arraigados que sólo les acarrearían problemas.

Hay una máxima que dice que para que la ciencia sea ciencia necesita ser cuestionada. Obviamente, esta máxima últimamente brilla por su ausencia.

Desde hace décadas, las teorías erróneas en medicina han causado daños incalculables e irreparables. Tal es así, que cada año mueren miles de personas a causa de medicamentos recetados “correctamente”, lo que convierte a los medicamentos en una de las principales causas de muerte absolutamente demostrada. Obviamente, la medicina nunca va a reconocer que se ha equivocado, puesto que eso sería como admitir que innumerables carreras académicas se han forjado en ideas que no tienen ningún rigor científico cuando son llevadas a la práctica.

Hay denuncias por doquier.

Richard Charles Horton -redactor jefe de The Lancet, revista médica con sede en el Reino Unido- se pronunció diciendo que gran parte de la literatura científica, quizás la mitad, es simplemente errónea.

John P. A. Ioannidis -un médico-científico que ha realizado contribuciones en medicina basada en evidencia epidemiología, ciencia de datos e investigación clínica- publicó un estudio en 2005 demostrando que la mayoría de los resultados de las investigaciones publicadas son falsos.

Marcia Angell -médico estadounidense, primera mujer en ocupar el cargo de editora en jefe del New England Journal of Medicine y actualmente profesora titular en el Departamento de Salud Global y Medicina Social de la Facultad de Medicina de Harvard en Boston, Massachusetts- ha dirigido una investigación sobre la corrupción de la medicina por parte de las farmacéuticas.

Desde el francés Antoine Béchamp (1816-1908) hasta en la actualidad el alemán Stefan Lanca ha habido multitud de biólogos que han cuestionado muy seriamente toda la pseudociencia de la virología.

Uno de los pioneros en cuestionar tanto a la virología como a la biología celular y la neurobiología fue el famoso biólogo británico, Dr. Harold Hillman, quien después de una carrera de investigación, que abarca más de 50 años, llegó a la conclusión de que algunos de los procedimientos utilizados no son adecuados para el estudio de la biología de células vivas en animales y plantas, ya que modifican grosera y significativamente las propiedades de los tejidos estudiados o ignoran la segunda ley de la termodinámica, entre otras cosas.

Según Hillman, los “virus” se estudian en cultivos celulares elaborados a partir de tejidos embrionarios, tejidos cancerosos, células madre o células de mono cuyas propiedades son completamente diferentes a las de los tejidos humanos adultos. Y se pregunta: ¿es todo esto relevante para comprender la inefectividad de los virus en humanos?

Por otra parte, continúa Hillman, no se realizan controles adecuados para probar los efectos de las condiciones de laboratorio, fluidos corporales, antibióticos y otras sustancias químicas en los cultivos celulares. Entonces, ¿cómo pueden estar seguros los virólogos de que es el “virus” el que causa los efectos citopáticos observados y no las sustancias químicas y las condiciones mismas?

Desafortunadamente, el nivel de cuestionamiento y pensamiento crítico es poco común -por no decir que está completamente ausente- en la ciencia biomédica actual y, como era de esperar, el establishment biomédico ha optado por ignorar todas estas cuestiones cruciales y denostar la carrera y reputación de Hillman. Y aunque muchos científicos respaldan las convincentes ideas de Hillman en privado, sin embargo, no las apoyan públicamente por temor a que les suceda lo mismo. Recordemos que es precisamente lo que les ocurrió a todos aquellos médicos y científicos que osaron cuestionar el Covid. Este es el mundo en que vivimos.

Hagamos ahora un par de preguntas incómodas: ¿y si Hillman tuviera razón? ¿Qué pasaría, entonces, si se llegara a demostrar que parte de la medicina moderna se sustenta en falsos dogmas, en el mejor de los casos, o en algo deliberadamente mucho peor y perverso? 

De todos es sabido que una de las estrategias clave para garantizar la sumisión de las masas es el miedo. No es necesario decir que esta técnica lleva siglos utilizándose con un éxito arrollador, ¿verdad?

¿Y qué está pasando ahora? Pues que nos están infundiendo un “miedo médico” constantemente: miedo a los virus, al cáncer, a las enfermedades coronarias, al colesterol,… Toda la industria médico-farmacéutica se basa en el mantenimiento del miedo, para luego ofrecernos una “solución” que la mayoría de las veces implica medicación y más tratamientos para tratar los efectos secundarios de la medicación.

La industria farmacéutica sólo tiene interés en perpetuar ideas erróneas -como la falacia de “un germen, una enfermedad”- que es lo que le reporta pingües beneficios. Por eso los médicos salen de las facultades de medicina adoptando una visión mecanicista y reduccionista de la enfermedad, creyendo a menudo que es causada por la "genética", por un patógeno externo o que el cuerpo simplemente es propenso a cometer errores.

Con esto no quiero decir que los médicos no sepan lo que se hacen, ya que hay muy buenos profesionales que se toman en serio su profesión. Lo que vengo a decir, es que “no es oro todo lo que reluce”. Porque mientras la industria farmacéutica tenga sus manazas metidas en las instituciones académicas, se hará su santa voluntad. 

sábado, 20 de enero de 2024

EL FORO ECONÓMICO MUNDIAL (FEM) QUIERE UNA REDUCIDA CIVILIZACIÓN DE SUPERHOMBRES

La idea de que la democracia ha traído el progreso a la humanidad es rigurosamente falsa. Quien verdaderamente ha traído el progreso ha sido la ciencia y la tecnología. Sin embargo, dependiendo de cómo se utilicen estas dos fabulosas herramientas pueden llegar a hacer la vida de las personas infinitamente más fácil o bien esclavizarlas, anularlas e incluso destruirlas.

Hay una realidad incuestionable: por mucho que algunos románticos quieran seguir anclados en el pasado, el hecho es que progreso no hay quien lo pare. De por sí, muchas de las películas de ciencia ficción del siglo XX han sido superadas con creces por la realidad de nuestros días.

Actualmente, casi todos estamos disfrutando de los logros científicos y tecnológicos que nos han proporcionado una mejor calidad de vida. Me refiero a cosas como disponer de calefacción en invierno, aire acondicionado en verano o poder hablar en tiempo real con otra persona que está a miles de kilómetros. No obstante, es evidente que también sufrimos algunas nefastas consecuencias por el mal uso o abuso de estás dos herramientas increíbles.

De todos es sabido que nosotros, el “populacho”, ni pinchamos ni cortamos en la toma de decisiones importantes, por mucho voto que introduzcamos en una urna cada cuatro años.

Pues bien. Resulta que los gurús del FEM están desarrollando la idea de crear una reducida civilización de superhombres capaces de llegar a ser inmortales. Lo que pretenden, es que la  inteligencia humana pueda ser mejorada mediante inteligencia artificial para luego residir completamente en una máquina. Este concepto lo han llamado “singularidad”, y no es otra cosa que la ambición de crear una “nueva especie” superinteligente que rebase la capacidad cognitiva humana en todos los aspectos.

Aunque es factible que en el futuro podamos desarrollar sistemas de inteligencia artificial avanzados que rivalicen o incluso superen las capacidades cognitivas humanas en ciertos aspectos, hay muchas incertidumbres y desafíos asociados con esta idea, dado que la inteligencia humana es compleja y va mucho más allá de la simple capacidad de procesamiento de información, involucrando emociones, conciencia, intuición y otros aspectos difíciles de replicar en una máquina.

Por otra parte, existen preocupaciones éticas, sociales y de seguridad en torno al desarrollo de una inteligencia artificial muy avanzada. Y aunque la comunidad científica y tecnológica está trabajando activamente en el desarrollo de IA, la creación de una inteligencia que sea equivalente o superior a la humana plantea cuestiones éticas importantes y requieren un enfoque, cuanto menos, cuidadoso.

Veamos. Un ser humano superinteligente podría tener la capacidad de asimilar y comprender nueva información a velocidades extraordinarias. Su capacidad de aprendizaje sería exponencialmente mayor que la de los seres humanos actuales. También podría manejar grandes cantidades de datos y realizar análisis complejos en tiempo real. Sería capaz de extraer patrones y conocimientos significativos de conjuntos de datos masivos de manera eficiente. La superinteligencia no se limitaría solo al procesamiento lógico, sino que también podría manifestarse en la creatividad y la innovación. Este ser podría generar nuevas ideas, conceptos y soluciones de manera única y avanzada. Y aunque la empatía y la conciencia son características humanas complejas, un ser superinteligente podría tener una comprensión avanzada de las emociones y ser capaz de interactuar de manera empática con los seres humanos no desarrollados. Por último, sería capaz de mejorar y optimizar su propia inteligencia de manera constante, superando cualquier límite establecido inicialmente, lo que podría llevar a un crecimiento exponencial de su capacidad intelectual.

Y ahora viene la pregunta del millón: ¿un ser humano así podía llegar a ser inmortal?

La idea de lograr biológicamente la inmortalidad humana es un tema fascinante y ha sido objeto de especulación a lo largo de la historia. Sin embargo, desde el punto de vista científico y médico actual, la inmortalidad en el sentido literal (vivir para siempre) parece ser improbable o incluso imposible.

Existen varios desafíos fundamentales asociados con la búsqueda de la inmortalidad que deberán ser superados.

En primer lugar tenemos el envejecimiento y degeneración celular: un fenómeno complejo aún no comprendido completamente. Seguidamente, habría que superar los factores genéticos y ambientales que contribuyen al envejecimiento y a las enfermedades asociadas, y las muchas interacciones celulares aún desconocidas. En definitiva, superar los desafíos asociados con la biología del envejecimiento es un campo de investigación activo, pero aún queda mucho por descubrir.

Aunque estos desafíos son actualmente imposibles de conseguir, sin embargo, la investigación científica y médica no los descarta en un futuro. De hecho, la investigación en neurociencia e inteligencia artificial sigue siendo activa, pero la posibilidad de vivir para siempre en una máquina, en el sentido de transferir toda la complejidad de la experiencia humana, está fuera de nuestro alcance en estos momentos.

En resumen, transferir la mente a una máquina o elevarla a la categoría de superinteligencia es a día de hoy un tema especulativo, pues no existe una base científica sólida que respalde su viabilidad.

Entonces, ¿qué pretende el FEM alimentando toda esta serie de especulaciones?

Puede que estos maniacos no lleguen nunca a conseguir ese nuevo ser superinteligente e inmortal que tanto anhelan. Sin embargo, sí podrán crear una reducida sociedad donde unos pocos privilegiados puedan disfrutar de las maravillas de este planeta. Porque lo que realmente busca el FEM es deshacerse de la población sobrante. ¿Y cuál es la población sobrante? Evidentemente, las personas mayores, los enfermos, los pobres y los tontos; por ese orden.

En la reunión del FEM de este año se señaló la propagación de información falsa o engañosa y los acontecimientos climáticos extremos como los principales problemas de la humanidad. Lo que traducido al Román Paladino significa más censura, control y restricción para el grueso de la población.

Ya sabemos que estos maniacos están obsesionados con que somos muchos y estamos acabando rápidamente con los recursos del planeta. ¿Y qué han hecho al respecto? Pues inventar una de las mentiras más colosales: “el ser humano está destruyendo el planeta”. Evidentemente, ni poniéndonos todos a trabajar en esa dirección seríamos capaces de hacerlo. 

Yo recomiendo a la gente que haga el siguiente ejercicio: que coja un avión y realice un viaje de 3.000 km que incluya parte sobre tierra y parte sobre el océano; por ejemplo, Madrid-Las Palmas.

Cuando estás a 9.000 metros de altura, te das cuenta de lo insignificantes que somos y lo insignificantes que son nuestras fábricas, nuestros coches, nuestros plásticos y todas esas gilipolleces que dicen están acabando con el planeta (ni que decir tiene si lo observamos desde el espacio).

De hecho, el planeta no necesita ser salvado, porque nosotros no le hacemos ni cosquillas. Y si se las hacemos, ya se encarga él mismo de recuperarse lo antes posible, como sucede cuando hay un gran incendio: en 50-60 años crece otro bosque más frondoso que el que se quemó. Otra cosa muy distinta es el daño que nos estamos haciendo a nosotros mismos envenenando deliberadamente nuestros alimentos, el entorno en que vivimos o el aire que respiramos. Pero ese es otro tema.

La 54 Reunión Anual del Foro Económico Mundial (FEM) acaba de celebrarse en Davos. En ella, una camarilla de líderes no electos ha decidido nuestro futuro inmediato sin contar con nosotros. Porque aunque veas en televisión los discursos de ciertos “personajillos”, como Milei o Sánchez, ese no es el verdadero objetivo del Foro, eso es pura propaganda de distracción para las masas. El verdadero objetivo son las más de 100 reuniones a puerta cerrada, donde unos cuantos “iluminados” deciden el futuro de la humanidad año tras año.

La pregunta es: ¿vamos a seguir sin hacer nada? Me temo que una sociedad que ni siquiera es capaz de revelarse a llevar una mascarilla haga nada al respecto. Aunque me gustaría equivocarme. 

domingo, 7 de enero de 2024

EL GOBIERNO MUNDIAL YA ES UNA REALIDAD

Una población asustada, ignorante e infantilizada es un blanco fácil para convertirla en una población de seres anodinos.

Lo creas o no, vivimos en un mundo donde nuestra percepción de la realidad es planificada meticulosamente para guiarnos en la dirección deseada. Desde siempre, las sociedades han sido educadas en las ideas por unas élites dominantes para su propio beneficio. Esto no ha cambiado en absoluto, lo único que ha cambiado es la sofisticación de los medios para hacerlo.

Cualquiera que haya prestado atención en las últimas décadas, sabe que se avecina un Gobierno Mundial para el control total de todos los aspectos de la vida de cada persona en el planeta. Evidentemente, la menor duda que pudiera quedar al respecto se disipó cuando se proclamó la falsa pandemia y el establishment comenzó a decirlo abiertamente.

Las poblaciones occidentales están siendo ahora adoctrinadas en las nuevas ideas y creencias necesarias para el establecimiento de un Nuevo Orden Mundial. A través de la ideología “woke”, el fundamentalista cambio climático o el pérfido nuevo Tratado de Pandemias se está dando la vuelta a todos los valores y principios en los que hasta ahora se asentaba nuestra sociedad.

Se trata de desestabilizar y desmoralizar a la población por todos los medios posibles para, como he dicho antes, llevarla en la dirección deseada.

Vivir en grandes ciudades hostiles, ingerir alimentos basura, respirar aire contaminado, soportar todo tipo de crisis artificiales, guerras interminables y migraciones masivas forman parte del alarmismo constante para generar en nosotros miedo, ansiedad y estrés. Y, claro está, una sociedad totalmente deprimida no tiene defensa alguna y es capaz de llegar a actuar de manera irracional y autodestructiva, tal y como lo hizo durante la falsa pandemia (algunos todavía siguen actuando así).

La humanidad está siendo forzada a alejarse de todas las cosas que hasta ahora han dado sentido a su vida. Para eso se está cambiando la educación de los más jóvenes, la idea de familia o las relaciones humanas. De esto, entre otras cosas, va el movimiento LGBTIQ+ y todo lo relacionado con esta nueva ideología.

El movimiento LGBTIQ+ no es un movimiento de base; es decir, un movimiento espontáneo salido del pueblo. Al contrario, viene impuesto de arriba y, por supuesto, no tiene nada que ver con la libertad sexual o los derechos civiles. 

Se trata de una operación psicológica diabólica, orquestada por la ingeniería social, cuyo objetivo es poner en entredicho lo más fundamental de la identidad humana: la sexualidad. Esto, que a priori parece un juego inocente y el sumun de libertad sexual, esconde un ataque directo a la base de nuestra existencia: la procreación. Porque no creo yo que haya sido el “populacho” quien ahora se ha dado cuenta de que existían hasta 37 orientaciones sexuales diferentes, las cuales muchas desconocía: Heterosexual, Homosexual, Bisexual, Asexual, Androginosexual, Antrosexual, Autosexual, Bicurioso/s-a/as o Biflexible/s, Demisexuales, Ginosexual, Grisexual, Lithsexual, Monosexual, Omnisexual, Pansexual, Poliamoroso/s-a/as, Polisexual, Pornosexual, Sapiosexual, Skoliosexual, Transeróticos-as, Género binario, No binario, Agénero, Bigénero, Pangénero, Género fluido, Trigénero, Cisgénero, Intergénero, Poligénero/Multigénero, Intersexual, Transgénero, Transexual, Neutrois, Berdache y Dos espíritus. ¡Uff! Es agotador sólo enumerarlas

¿De verdad alguien se puede creer que esto ha salido espontáneamente del “populacho”? Y lo que es más alucinante, ¿alguien cree que se ha dado cuenta todo el mundo al mismo tiempo y utilizando los mismos vocablos? ¡Venga ya! Un poquito de seriedad, que somos imbéciles pero no tanto.

Esta misma operación psicológica se utilizó durante la falsa pandemia, cuando nuestros líderes mundiales -que se pasan la vida peleándose entre sí sin ponerse de acuerdo- de repente se sincronizaron y remaron todos en la misma dirección. Esto demuestra claramente que siguieron consignas. Por lo tanto, todos forman parte del plan de eso que se ha dado en llamar  “nueva normalidad”.

No hay más que ver el recién nombrado Gobierno de España para darse cuenta de que esto va en serio y es ya una realidad que está cambiando el mundo de arriba abajo.

En España, como en otros países, se han creado nuevos ministerios -o añadido ciertas áreas a algunos de los ministerios existentes- que van en esta nueva dirección. Me refiero a ministerios tales como el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática; el Ministerio de Transformación Digital, el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, el Ministerio de Infancia y Juventud, el Ministerio de Igualdad o el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030.

¿Qué pasa? ¿Es que necesitamos crear un ministerio para cada palabra del diccionario? Porque, vamos a ver. ¿Me podría explicar alguien con qué fin se ha creado el Ministerio de Infancia y Juventud? ¿Y qué decir del Ministerio de Memoria Democrática? ¿Es que necesitamos un ministerio para tener memoria? Eso por no hablar de todos esos que siguen negando que nuestro Gobierno esté aplicando el rodillo de la Agenda 2030; ¿cómo pueden seguir negándolo cuando se ha añadido a un ministerio?

Pero el más peligroso de todos es el Ministerio de Transformación Digital. La sociedad ha sido abducida por lo digital a través de un insignificante aparatito llamado teléfono inteligente. Esta maquinita nos ha convertido en verdaderos zombis. Nos alimenta sin parar con sandeces y estupideces, introduciendo en nuestras mentes todo tipo de ideas absurdas, peligrosas y mentiras descomunales. Tal es así, que nos hemos creído que la pobreza, las hambrunas o la deficiencia energética son consecuencia de las interminables crisis que padecemos. Sin embargo, nada de eso es cierto, ya que todas las falsas e interminables crisis financieras, sanitarias, energéticas, climáticas o geopolíticas han sido perpetradas por instituciones tecnócratas supranacionales para promover el caos. Ha sido de esta manera cómo se han autoerigido en “salvadoras de la humanidad” y están ejerciendo, de facto, de Gobierno Mundial.

Los nombres de estas instituciones supranacionales son: la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), el Foro Económico Mundial (FEM) y el Banco de Pagos Internacionales (BPI). Detrás, como no podía ser de otra manera, está la Organización de Naciones Unidas (ONU), la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la Comisión Europea (CE). Por consiguiente, la llegada de un futuro Gobierno Mundial no es una amenaza que se cierna sobre nuestras cabezas. Está aquí, ahora y funcionando. De hecho, no actúa en la sombra, lo hace con luz y taquígrafos. Pero no es un gobierno al uso, sino, llamémoslos así, un “panel internacional de expertos” designados por la ONU.

Este Gobierno Mundial es el que está provocando la destrucción deliberada de la economía y la desaparición de la clase media en Occidente. Pero sobretodo tiene una prioridad: la reducción inmediata de la población mundial.

En un documento (ver AQUÍ) de la audiencia pública de Naciones Unidas, celebrada el 22 de septiembre de 1991 en Iowa, sobre medio ambiente y desarrollo, se señaló la urgente necesidad de reducir la población mundial. En el documento se dice textualmente: “La enorme superpoblación actual, que ahora está muy por encima de la capacidad de carga de la Tierra, no puede acometerse únicamente con reducciones futuras en la tasa de natalidad a través de la anticoncepción, la esterilización y el aborto, sino que debe afrontarse en el presente mediante la reducción de las cifras actualmente existentes. Esto debe hacerse por cualquier medio necesario”.

Cualquiera que tenga un mínimo de interés, y relacione este documento con lo sucedido en el año 2020 y el informe Deagel (un informe con la previsión de la disminución de la población de cada país para el 2025), fácilmente llegará a la conclusión -creo que, por desgracia, sin temor a equivocarse- de que verdaderamente existe un plan orquestado para reducir la población mundial.

Si hablas con cualquier persona -gente corriente que trabaja- puede que no sepa quién es el Consejo de Relaciones Exteriores, el Club Bilderberg, el IPCC o el FEM. Sin embargo, sí es consciente de que le están engañando. Ve que la vida es cada vez más difícil, que una pareja con dos sueldos no llega a fin de mes, que el precio de los alimentos está por las nubes y sabe que esto no es normal. En definitiva, es cada vez más consciente de que nos están engañando, saqueando y, naturalmente, ocultando algo.

Y ahora la pregunta del millón. Si verdaderamente somos conscientes del engaño, ¿estamos dispuestos a hacer algo más que quejarnos para derrocar a este Gobierno Mundial que nadie ha elegido?