Llevamos
ya más de 5 años de crisis y nada ha mejorado, más bien las cosas han
empeorado.
Cada día
se abre aun más la brecha entre ricos y pobres. Además, la deuda de los países crece
y crece y el paro está llegando a límites insostenibles.
¿Y todo
esto por qué? Pues por seguir utilizando el sistema monetario en una era
tecnológica.
Nada,
absolutamente nada de lo que se nos cuenta sobre la crisis es verdad. El
problema no es el dinero. Los verdaderos problemas de la humanidad son el
hambre, la pobreza, las guerras, el crimen, las enfermedades, el medio
ambiente, las desigualdades sociales, etc.; en fin, todo aquello que atañe a la
calidad de vida de las personas.
Pues bien,
todos estos problemas, hoy en día, son generados por el dinero.
La
política lleva años intentando una y otra vez resolver estos problemas, pero
nunca ha tenido éxito. Lo único que ha conseguido es poner parches o enmascarar
los problemas para ir tirando, y nada más.
La razón
por la cual no se resuelven todos estos problemas es bastante evidente, y no es
otra que la de que nadie ha abordado jamás la causa fundamental de los
problemas, y la causa es el sistema económico y monetario que es utilizado actualmente
en todo el mundo.
Manejamos
un sistema monetario para el intercambio de bienes y servicios. Este sistema
tuvo su justificación en el pasado hasta la llegada de las primeras máquinas,
pero con la incorporación de la tecnología se ha quedado totalmente obsoleto.
El sistema
monetario requiere de dos componentes básicas para poder funcionar que son: la
escasez (por la cual se fija el precio de las cosas) y el crecimiento. Estos
dos factores están desapareciendo a gran velocidad hoy en día, puesto que la
escasez ha sido eliminada por la tecnología.
En el
mundo de hoy tenemos la capacidad de producir más de lo que podemos consumir y
con la ausencia de escasez adiós al crecimiento, y sin crecimiento, pues ya se
sabe, colapso del sistema económico-financiero.
¿Entiendes
ahora el por qué de la crisis? Pues no es ni más ni menos que para volver a
producir escasez y así alargar la permanencia de este sistema.
El hombre
desde sus orígenes ha pasado por varias etapas y cada etapa ha requerido un
cambio fundamental en su modus vivendi. Al principio vivía en cavernas y estaba
más preocupado de que no le comieran que de comer. Después se hizo cazador y
recolector y, por supuesto, abandonó las cavernas. Luego descubrió la
agricultura haciéndose sedentario e instalándose en ciudades, hasta que llego
la revolución industrial con la que consiguió liberarse de parte del trabajo
que había realizado desde sus orígenes.
Pues bien.
Hasta aquí el sistema monetario tuvo su razón de ser dado que había escasez y
margen para el crecimiento, pero actualmente estamos inmersos en una etapa tecnológica
como jamás ha alcanzado nunca la humanidad.
Tenemos
que cambiar el “chip” para dejar de relacionar todo con el dinero y sobre todo
terminar, de una vez por todas, el cambiar trabajo por salario para sobrevivir.
Hoy en día no es necesario, para eso está la tecnología y las máquinas.
Cada uno
de nosotros podríamos perfectamente aportar (que no trabajar) 2 ó 3 horas al
día de nuestro tiempo al desarrollo y funcionamiento de la sociedad, ya que las
máquinas harían el 75% del trabajo rutinario e ingrato por nosotros, y a cambio
tendríamos garantizados comida, cobijo, educación, energía, transporte, sanidad,
etc.; es decir, todo aquello que hace que la vida sea digna de ser vivida. El
resto de nuestro tiempo lo podríamos dedicar a estudiar, investigar, viajar,
cultivar nuestras dotes culturales (pintura, escultura, música, literatura,...)
y también, como no, a mejorar las relaciones humanas.
¿Tenemos
la tecnología y los recursos suficientes para llevarlo a cabo? La respuesta es:
SI. ¿Entonces, qué nos impide hacerlo? Y ahí chocamos con lo de siempre: porque
nuestros dueños no quieren.
¿Y qué herramienta
utilizan para impedírnoslo? Pues está claro: el dinero.
El sistema
monetario tiene secuestrada la tecnología al igual que el conocimiento. Las
grandes multinacionales de las diferentes industrias; ya sabes, la industria
energética, farmacéutica, alimentaria, etc., disponen de patentes tecnológicas
avanzadas que no salen a la luz por meros intereses económicos. Lo mismo ocurre
con el conocimiento, no es igual la formación que recibe un estudiante en la
universidad de Murcia a la que recibe en Harvard. Así que mientras exista el
dinero esto no va a cambiar.
No le des
más vueltas. No es verdad que tengamos que hacer recortes en educación,
sanidad, bajar salarios y pensiones, etc. Todas estas medidas, que están
enfocadas a ahorrar dinero, son un camelo. Ellos saben que la tecnología va a
acabar con su estatus privilegiado y por eso quieren preservar este modelo a
toda costa.
Esta es la
verdadera realidad y, aunque parezca una secuencia sacada de una película de
suspense en la que todos estamos esperando a ver cómo termina, no es ninguna
broma, pues va a causar el sufrimiento y la muerte de millones de personas.
Como
he dicho siempre, el cambio hacia un sistema más justo y equitativo se va a
producir tarde o temprano, pero de nosotros depende el hacerlo cuanto antes para
ahorrarnos este sufrimiento inútil.
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