Si de verdad queremos
acabar de una vez por todas con este el sistema que la élite mundial nos lleva
imponiendo desde hace muchos lustros, tenemos que dejar de prestar atención a
toda su propaganda mediática, sin la cual no conseguirían sus objetivos.
Pensarás que no se
puede vivir en la ignorancia de lo que pasa cotidianamente, pero precisamente
eso es lo que hacemos si seguimos su propaganda mediática, ignorar la realidad.
Lo que hacemos es centrarnos en lo que ellos quieren, que no es otra cosa que la
negatividad, para que sólo tengas presente que vives en un mundo inseguro y que
son ellos los que con sus leyes y fuerzas represoras lo hacen más seguro.
Mediante la
ingeniería de sistemas ellos nos estudian y manipulan para que pongamos toda
nuestra atención en lo que ellos quieren, logrando así todo aquello que se
proponen con nuestra más estrecha colaboración. Somos su mejor herramienta y encauzan
nuestra fuerza a través de todos los recursos mediáticos de que disponen.
Nos pasamos muchas
horas mirando una pantalla de televisión, oyendo la radio e incluso leyendo
algún periódico digital y, querámoslo o no, nuestra mente está siendo
constantemente bombardeada con mensajes subliminales sin que seamos capaces de
percatarnos de ello.
Atrapan nuestra atención mediante noticias llamativas sobre guerras, asesinatos, violencia de género, violaciones
de niños, atentados terroristas, integrismo islámico, precariedad laboral y
corrupción –mucha corrupción-.
Estas noticias suelen ocupar más del 80% en cualquier noticiero de la
televisión. Con ellas, logran focalizar toda nuestra atención y mantenernos
permanentemente cabreados y así crear ese mundo ideal, para ellos, donde reine
el caos y, sobre todo, el miedo. Y ya se sabe “a río revuelto ganancia de
pescadores”.
Afortunadamente hay
mucha gente (aunque todavía no la suficiente como para acabar por completo con sus
planes) que se ha percatado de esta manipulación a través de los medios y están
enfocando su atención de forma más positiva y creando una realidad distinta de
la que fueron programados.
Tú también puedes lograrlo si apagas tu televisión, no entras en sus páginas
webs de noticias, dejas de mirar constantemente la pantalla de tu teléfono
móvil, no escuchas la radio, no acudes a sus eventos de ocio como el futbol, superproducciones
de películas, macroconciertos, etc. En definitiva, todos aquellos medios que
logran desviar tu atención y distraerte de lo que realmente es importante, que no
es otra cosa que tú y tus semejantes.
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