Según una reciente encuesta, las cinco mayores
preocupaciones de los españoles, por este orden, son: paro, corrupción,
políticos, economía e independentismo catalán.
Y yo me pregunto: ¿dónde se han dejado la
deuda? Porque todo lo anterior es “pecata minuta” comparado con la deuda.
No hay que ser un “Lince” para darse cuenta de
que política y economía son los dos pilares que sustentan nuestra sociedad.
Estos dos pilares deciden sobre nuestra salud, educación, trabajo, salario,
recursos naturales y hasta quiénes son nuestros amigos y enemigos. En
definitiva, deciden todo lo concerniente a nosotros.
Actualmente para el ciudadano de a pie
política y economía se reducen a lo siguiente: meter un ridículo voto cada
cuatro años en una urna, y dejar que otros nos administren los recursos. Y todo
porque cada día somos más estúpidos, sumisos y conformistas.
Dicho esto, está claro que deberíamos “ponernos
las pilas” y no dejar que otros decidan y planifiquen nuestra vida por nosotros,
pero con el grado de lavado de cerebro, llevado a cabo a escala mundial, se me
antoja arduamente difícil.
Últimamente el Gobierno no hace otra cosa que
anunciar a bombo y platillo que el país ha salido de la recesión. Nos dice que
se está creando empleo, aumentando el PIB y que nuestra economía es una de las
que más crece de la UE.
Esto dicho así podría hacernos creer que somos
la “vanguardia” de Europa, y que hemos salido de la crisis por la puerta
grande, pero, por supuesto, es falso de toda falsedad, ya que este país se
encuentra técnicamente en quiebra y la cruda realidad es que se está
manteniendo gracias a la deuda.
El asalto a las arcas del Estado por parte de
la banca ha sido bestial. Las ayudas superan con creces los 400 mil millones de
euros y no esa “ridícula” cifra oficial de 60 mil millones que nos vende el
Gobierno.
En tan sólo unos pocos años hemos pasado de
ser uno de los mejores países, en relación con la deuda soberana, a colocarnos
entre los más problemáticos: de una deuda de 340 mil millones hemos pasado a
superar el billón de euros, tres veces más y creciendo.
La mayoría de la gente no es consciente del
endeudamiento que padecemos. Según el Gobierno, España tiene una deuda pública
del 100% de su PIB. Pero esto simplemente no es verdad, y lo explicaré.
Lo primero que
tenemos que tener en cuenta es que hay dos tipos de deuda pública: una la de
engañar y otra la de verdad, que respectivamente se denominan de “déficit
excesivo” y “pasivos en circulación”.
Veamos qué
diferencia hay entre cada una de ellas.
La deuda de
“déficit excesivo” -que es una convención contable de Bruselas para aquellos
países que, como España, tienen un déficit público de más de un 3% del PIB- es
la que presenta el Gobierno y asciende a 1,14 billones de euros. Esta,
obviamente es mentira y se calcula manipulando los datos.
La de “pasivos en
circulación”, es la que notifica trimestralmente el Banco de España, y se
refiere a la deuda pública total que debemos realmente y que, por supuesto,
tenemos que devolver con intereses. Esa deuda asciende a 1,58 billones de
euros.
La diferencia entre
ambas no es poca cosa, ya que una supone el 100% del PIB y la otra el 139%.
Como de todos es
sabido, el mayor gasto de los Presupuestos Generales del Estado se destina a
las pensiones, que asciende aproximadamente a 140 mil millones de euros. Pues
bien. A partir de este año, la llamada hucha de las pensiones se ha quedado sin
fondos, por lo que habrá que hacerle frente con nuevos créditos, lo que
supondrá seguir aumentando nuestro endeudamiento.
Por otra parte -como
la mentira en la política está institucionalizada-, nos dicen que el PIB de
España está creciendo. Para que nos hagamos una idea, si el PIB sube 1 euro la
deuda sube 3 euros, esa es la verdadera proporción. Y claro está, esto es
totalmente insostenible. Bueno, será sostenible mientras el BCE nos siga dando
dinero a espuertas y sigamos acumulando deuda.
Pero el BCE ha
comenzado el año preparando al mercado para poner fin a su programa de
flexibilización cuantitativa; o dicho de otra manera, el fin de la era del
dinero barato. Si esto es así, significa que España tendrá que pagar un interés
por la deuda inasumible.
Y la pregunta es:
¿hasta cuando el BCE nos va a seguir prestando dinero?
Un país con una
deuda del 139% de su PIB está técnicamente en quiebra y es solo cuestión de
tiempo que entre en suspensión de pagos. La deuda nunca la podremos pagar y los intereses
de cada año superan los 30.000 millones de euros. ¿Alguien es consciente de lo
que significa esto?
Porque aquí no vale dejar de pagar, ya que el
día que dejes de pagar ese mismo día te dejan de prestar; es decir, que la
deuda hay que pagarla sí o sí, de lo contrario hemos de afrontar las
consecuencias.
Vista la cuantía
real de la deuda, la pregunta no es si España entrará en suspensión de pagos
sino cuándo y el día que esto suceda lo vamos a pasar muy mal, puesto que ya no
tenemos de dónde tirar, y me explico.
Antes de la llegada
de la democracia, las empresas de electricidad, agua, infraestructuras y
telecomunicaciones, entre otras, se consideraban empresas de servicios
públicos. ¿Y qué son los servicios públicos? Pues aquellas prestaciones
elementales que necesitamos para vivir en sociedad.
Lo que ha sucedido,
es que todas esas empresas han sido privatizadas pasando a manos de
cleptócratas, que ahora nos cobran un dineral por esos servicios, con el
consiguiente enriquecimiento de ellos y el empobrecimiento de nosotros.
No sé cómo vamos a
salir de esta, pero presumiblemente volvamos a ver reducir pensiones, salarios,
sanidad, educación, etc. Y esto nos llevará a convertirnos en otra Grecia,
salvando las distancias, claro.
Posiblemente yo me
empeñe en ver un país distópico, puede ser, pero también el Gobierno se empeña
en hacernos creer en un país utópico, ese de “España va bien”, y no es así.
Por lo tanto: ¡Ojo con
la deuda!
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