¿Qué ha sido de la clase media?
La clase media está atrapada en una espiral de declive aparentemente
irreversible. Desde mediados del siglo XX fue el bastión dominante de las democracias
occidentales. Sin embargo, hoy se siente amenazada por la convergencia de
diversos factores que están resultando letales para su supervivencia.
La evolución de la tecnología, la robótica y la Inteligencia Artificial
han acelerado el “progreso” de la humanidad de una manera exponencial. Todas
estas cosas son buenas en esencia, pero la cuestión es que se están imponiendo
sin que los individuos podamos elegir libremente si queremos evolucionar
mediante estas herramientas o sin ellas.
Evidentemente, si uno quiere un implante de mentón, unas tetas nuevas o
un Smartphone de última generación, con todas las aplicaciones habidas y por
haber, está en su derecho. Es más, incluso si quiere implantarse un microchip en
el cerebro, es su decisión. Ahora bien, se arriesga a que los hackers tengan
acceso a su chip, por lo tanto, a su cerebro. Y aquí está el quid de la
cuestión, ya que la élite, que tiene a su merced a los poderes fácticos, suele
ser la primera en controlar la tecnología y utilizarla para imponer su voluntad
al resto de los mortales.
Aparición y
desaparición de la clase media.
Después de la Segunda Guerra Mundial el mundo necesitaba una
restructuración inmediata, por lo tanto, había mucho por hacer y poco tiempo
que perder. Para ello se creó la clase media, a la cual se la “mimó” con
remuneraciones salariales más o menos “justas”, con periodos vacacionales
reglamentados y con acceso a una sanidad digamos adecuada.
Gracias a la creación de la clase media millones de personas en el
mundo hemos disfrutado de una pseudolibertad individual que ahora la nueva
estirpe globalista está tratando de eliminar. También pretende destruir el
capitalismo liberal que, con sus innumerables defectos, condujo a que una
próspera clase media hiciera del planeta un mundo mejor para vivir.
Con la llegada de las nuevas tecnologías, la clase media está siendo
sustituida a pasos agigantados por máquinas que trabajan las 24 horas del día,
sin necesidad de remuneraciones salariales ni vacaciones. Además, las máquinas
no tienen la capacidad de tener pensamiento crítico para tomar sus propias
decisiones, cosa que sí tenemos los humanos, como hemos visto -aunque bien es
verdad que en menor medida de lo deseado- con la disidencia de la falsa
pandemia: personas con criterio propio que no se dejaron amedrentar ni embaucar
para inocularse esa pócima mal llamada vacuna.
Todos los gobiernos occidentales, con la UE a la cabeza, están
implementando políticas destructivas para hacer desaparecer a la clase media:
trabajos precarios, sueldos irrisorios, contrataciones y despidos exprés, subidas desproporcionadas de los
precios de los bienes y servicios básicos, etc. Lo que están haciendo es
someter a la gente para que acepte voluntariamente toda una serie de falsas
crisis (sanitaria, energética, económica,..) e ir poco a poco destruyendo
pequeñas y medianas empresas hasta acabar con la clase media.
Ni que decir tiene que tanto la falsa pandemia, el cambio climático, la
guerra de Ucrania o las crisis económica y energética se están utilizando para
este fin. Es toda una trama perfectamente orquestada anclada en mentira tras
mentira.
Un engaño
permanente.
Siento decirlo, pero la gente que sigue la corriente oficial cree en
una fantasía de lo más infantil. Tal es así, que piensa que porque ya no
tengamos algunas restricciones todo ha terminado y hemos vuelto a la normalidad.
Pero se equivoca, ahora todo es “nueva normalidad”. Lo único que ha terminado
–de momento- es la fase de presión, convulsión y terror que, por cierto, solo
se diseñó para traernos hasta aquí.
Llevamos décadas siendo engañados a través de la llamada educación y
los medios de comunicación. Los sistemas monetario, financiero, judicial y
político son una farsa, como lo son casi todas nuestras creencias. Sin embargo,
ha sido en los últimos años cuando la implantación de nuevas ideologías
distópicas ha acabado con la capacidad de raciocinio de la gente. El lavado de
cerebro ha sido de tal envergadura, que no solo nos han convencido de la
existencia de un virus volador o de que el CO2 (fuente imprescindible
para la vida) va a destruir el planeta, sino que hasta nos han hecho creer que
realmente un hombre puede convertirse en mujer y viceversa.
Lo lamentable, es que las mentiras y engaños han sido ampliamente
aceptadas por la masa ignorante. El resultado, es la total sumisión y
obediencia para dejar de considerar los hechos como son y no darse cuenta de lo
que verdaderamente está ocurriendo. Y lo que ocurre, es que estos psicópatas quieren
eliminar a la clase media, puesto que saben que una vez liquidada llevar su
plan genocida adelante será coser y cantar.
¿Les vamos a dejar salirse con la suya? Mucho me temo que sí, ya que nos
han hecho creer que tienen un poder absoluto sobre nosotros. Pero si fuéramos
capaces de razonar, nos daríamos cuenta de que el único poder que tienen es el
que nosotros le hemos otorgado, ya que su poder radica en nuestro miedo y en
nuestra sumisión voluntaria.
Un atisbo de
esperanza.
Acabamos de rebasar los 8.000 millones de personas en el mundo. ¿Crees que somos “peccata minuta” a la que se puede aniquilar así como así? Pues ellos creen que sí, por eso lo están intentando. Sin embargo, la estadística juega a nuestro favor, ya que, históricamente, las ideas infantiloides, estúpidas o maquiavélicas siempre han aparecido y desaparecido en un abrir y cerrar de ojos. La esperanza, es que este atajo de psicópatas engreídos -los Schwab, Harari, Gates, Rockefeller, Soros y todo el elenco de iluminados que quieren despoblar el planeta- terminen enfrentándose entre ellos y todo su proyecto quede en agua de borrajas. Sería lo deseable, ¿no crees? De no ser así, esperemos que impere el sentido común y la razón y la gente reaccione antes de que sea demasiado tarde.
Apuntes negacionistas contra el negacionismo.
ResponderEliminarNegacionismo, palabra que ha cobrado una actualidad inusitada y que tiene mucho de palabra mágica cuando se quiere cerrar un debate y no profundizar en materias resbaladizas; los que pronuncian ese término parece que tienen un poder especial para declarar ciertos asuntos como intocables.
Una de esas materias “de más altura“ es la Geoingenieria, esto es, las prácticas en nuestra atmósfera con fines militares u otros propósitos de muy difícil catalogación que se vienen realizando desde hace décadas con abundantes pruebas observables a ras de suelo , con patentes comerciales y legislaciones vigentes que le dan carta de naturaleza impepinable.
Este respaldo documental en nuestro país se puede verificar en el propio Boletín Oficial del Estado, de las numerosas referencias sobre esto de los “CHEMTRAILS”, entresaco dos, una lejana en el tiempo , la otra más reciente; a saber:
BOE A-1979-4326
En él se puede constatar que que durante ocho años se realizaron pruebas para “el mejoramiento del clima “ en la mitad norte de la Península con cierto margen de fallos y riesgos , dado que en su Protocolo de Ejecución, Articulo 3, deja claro que los servicios médicos de la zona de Valladolid estaban “movilizados” durante ese experimento.
Estas “cripto-fumigaciones” han proliferado en el tiempo (en el espacio, por supuesto también) y si ponemos en el buscador:
BOE -A- 2020- 4492
nos aparecerán textos tan explícitos como este:
De entre las técnicas más eficaces de desinfección se encuentran la utilización de medios aéreos pues a través de ellos, con técnicas de ecualización, termonebulización y micronebulización, se alcanzan todas las superficies con rapidez, evitando depender de la aplicación manual, que es más lenta, y en ocasiones no llega a todas las superficies por existir obstáculos que impiden llegar a las mismas.
Las unidades de defensa NBQ de las Fuerzas Armadas y la Unidad Militar de Emergencias (UME) disponen de medios personales, materiales, procedimientos y el adiestramiento suficiente para llevar a cabo desinfecciones aéreas, pues son operaciones que ejecutan regularmente.
¡¡Esto está en el Boletin Oficial del Estado !!
O sea, que blanco y en “BOEtella”, nos están “desinfecctando” desde el aire con regularidad y nosotros sin enterarnos.
Aparte de estas inequivocas pruebas escritas está la constatacion visual. Por poca capacidad de observacion que se tenga se puede uno percatar que las estelas quimicas que dejan los aviones con harta frecuencia se convierten en “nubes” de muy extraña naturaleza y más extraños efectos sobre el clima y por ende las poblaciones.
Negar que estas prácticas están acarreando dudosos efectos sobre la flora, fauna y fauna humana; resulta una negación un tanto inocente.
Negar que este tema, tiempo ha, tendría que estar sobre el tapete informativo y en todo debate politico concerniente a nuestra salud y dejar de tratar a la ciudadania como a un rebaño; resulta una negación cavernícola.
Y, negar que nos están “desinfecctando experimentalmente” con el socorrido argumento de “eso es cosa de los conspiranoicos” ; eso es mucho negar, eso es propio de negacionistas integros. Usted mismo.