Cualquiera que tenga unos mínimos conocimientos de física nuclear sabrá
que una guerra nuclear nunca se debe librar.
Seamos realistas. Una guerra nuclear tiene muy pocas probabilidades de
ser librada, dado que si se produjera un ataque y un contraataque ya no habría
ninguno más. Es simplemente un farol para acojonar al “populacho”, por mucho
que diga Biden que Putin va en serio.
De por sí, las potencias nucleares tienen pactos de no agresión
nuclear. El último se produjo en enero de 2022 cuando EEUU, Rusia, China, Reino
Unido y Francia (que poseen el 96,5% de las ojivas nucleares) acordaron que “la
guerra nuclear no se puede ganar y nunca se debe librar".
El arsenal nuclear actual en el mundo es tan descomunal que de ser
utilizado ningún refugio ni ninguna pastillita servirían de nada. Y en el
hipotético caso de que algunas zonas sobrevivieran, no les arriendo la ganancia.
(Para los no hispano parlantes, la expresión “arriendo la ganancia” es dar a entender
que alguien está en peligro o expuesto a un castigo al que ha dado lugar).
En la actualidad se estima que hay cerca de 13.000 ojivas nucleares repartidas en nueve países.
Este inmenso arsenal tiene potencia suficiente para borrar del planeta
a toda la especie humana. Entonces, por favor, haz un esfuerzo dentro de tu
linda cabecita y dime: ¿crees que los dueños del mundo están tan locos como
para inmolarse?
Tanto el cambio climático antropogénico como la amenaza nuclear son
distracciones para desviar la atención de la verdadera guerra que se está librando
contra la humanidad.
Acontecimientos como la quimérica pandemia, el paso de la noche a la
mañana de la superabundancia a la escasez de productos o la amenaza de una
guerra nuclear están conmocionando a los ciudadanos del mundo. Todo este engaño
está siendo muy sutilmente “cocinado” por los medios de comunicación, que
tienen a la inmensa mayoría de la población amedrentada e idiotizada.
Lo que no es un ningún engaño es que miles de personas están cayendo
muertas y millones enfermando. Según la base de datos oficial de la ONU, a día
de hoy solo en Europa y EEUU se han producido cerca de 80 mil muertes y 6
millones de efectos adversos graves ocasionados por las “vacunas” contra el Covid-19.
Evidentemente, si nada más se reporta entre un 1 y 10% de los casos, las cifras
-ya de por sí escalofriantes- podrían ser realmente descomunales.
Pero esto no termina aquí. También se han incrementado con creces las
muertes ocasionadas por todas las causas. Son unas cifras muy superiores a las
registradas antes del año 2021. Sin embargo, los médicos callan y los medios de
comunicación miran hacia otro lado. Ni siquiera se preguntan por qué está
pasando. Y no se lo cuestionan, porque la respuesta es tan sencilla -blanco y
en botella que diría un castizo- que solo hay que ver lo que hemos introducido
en nuestras vidas que antes no estaba: obviamente, las “vacunas” contra el
Covid-19.
Pese a todo, los medios de comunicación, amparándose en el silencio de
los médicos cobardes o corruptos (que también los hay), en lugar de atribuirlo
al inútil (o no tan inútil) pinchazo lo ignoran y culpan de ello sin el menor
pudor al cambio climático, al envejecimiento de la población, a que no se
atendió a los enfermos durante la “pandemia” o cualquier otra ocurrencia.
Pero volvamos a la actual amenaza nuclear.
Una amenaza es eso, una amenaza y punto. Sin embargo, la verdadera
acción la están llevando a cabo nuestros gobernantes que están terminando deliberadamente
con todo. Cualquiera que no pueda ver cómo se está destruyendo
intencionadamente nuestro Estado del bienestar es que tiene frito el cerebro o
es un memo ignorante sin la más mínima capacidad de razonar. Aunque pensándolo
bien, ¿qué se puede esperar de esos que aplaudían a sus secuestradores a las 8 de
la tarde, que denunciaban a su vecino por salir a tirar la basura dos veces o
que alababan a la policía cuando detenía a una chica por bañarse en el mar?
Acabamos de ver cómo a través de una falsa pandemia las personas han
pasado a ser peleles en manos de sus corruptos gobiernos. Las quiebras, el
hambre, los suicidios, los efectos adversos y muertes ocasionadas por las
“vacunas”, la degradación de la humanidad y la pérdida de dignidad han sido
consecuencia de las criminales medidas tomadas durante la falsa pandemia, que
han provocado infinitamente más daño que el que, supuestamente, se le atribuye
al Covid-19.
No seamos ingenuos. Ni amenaza nuclear ni gaitas. La única amenaza real
es la que China supone para EEUU, que no tardando mucho le arrebatará la
hegemonía de la nación más poderosa del mundo económica y tecnológicamente
hablando. Y claro está, como EEUU necesita a Europa (a la que tiene agarrada
por los huevos con la “tenaza” de la OTAN), es necesario mantener ese eterno
“conflicto” enquistado con Rusia, ya que si esa supuesta amenaza desapareciera
la OTAN no tendría razón de ser, y sin la esclavitud de la OTAN Europa dispondría
de libertad para apostar al “caballo ganador” que, indudablemente, podría ser
China.
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