sábado, 20 de abril de 2024

TRATADO DE PANDEMIAS: UNA NUEVA NORMATIVA QUE SOMETERÁ Y ESCLAVIZARÁ COMO NUNCA A LA POBLACIÓN Y QUE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y LOS POLÍTICOS IGNORAN

El mes de mayo de 2024 marcará el punto final de nuestras “democracias”, tal y como las conocemos, relegándolas a ser simples transmisoras de órdenes de una institución supranacional, la Organización Mundial de la Salud (OMS), brazo ejecutor del programa globalista de Naciones Unidas (ONU).

Entre el 27 de mayo y el 1 de junio de 2024, tendrá lugar en Ginebra la 77ª Asamblea Anual de la OMS. En ella -si nadie lo remedia- se dará un golpe de estado mundial, que afectará a todos los Estados miembros de la OMS, ya que en el nuevo Reglamento Sanitario Internacional (RSI), que se pretende aprobar en dicha asamblea, se dice claramente que el Director General de la OMS tendrá plenos poderes para decretar cualquier emergencia sanitaria internacional.

Según se recoge en el documento, en el momento que se firme el nuevo RSI, donde va incluido el Tratado de Pandemias, el acuerdo será jurídicamente vinculante para todos los Estados miembros. Esto quiere decir que a partir de entonces la OMS adquirirá la potestad de declarar pandemias con su exclusivo criterio, o lo que es lo mismo, a su antojo. Este nuevo Reglamento le conferirá la facultad de dictar a los Estados miembros las medidas totalitarias que considere oportunas. Por lo tanto, será la OMS quien decidirá la narrativa oficial que debe imponerse y la que debe censurarse, la que ordenará confinamientos o vacunas obligatorias y la que determinará si podremos viajar o no y a dónde, entre otras cosas. En definitiva, dispondrá todo aquello que le venga en gana y sus dictados serán jurídicamente vinculantes, no simples sugerencias como hasta ahora.

Evidentemente, si dejamos que se apruebe este Reglamento la OMS se erigirá en única poseedora de la “ciencia de la salud”, que incluirá una sola salud para todas las personas, para todos los animales y, por supuesto, para todo lo que confiera a la salud del planeta. La OMS se convertirá, entonces, en una autoridad supranacional de “salud pública”, que ejercerá poderes cuasi legislativos y ejecutivos sobre los Estados miembros. Así, por ejemplo, podría darse el caso de que la OMS declarase una emergencia climática en una región determinada, porque se esperen temperaturas más elevadas o más bajas de lo que es considerado habitual, decretando un confinamiento de 10-20 días, con toque de queda incluido.

Es sorprendente que un evento de esta transcendencia esté siendo ninguneado por los políticos y ocultado por los medios de comunicación. De hecho, toda la pantomima mediática de la actualidad mundial no es más que una distracción ante el acontecimiento más importante de nuestra reciente historia que cambiará para siempre el rumbo de nuestras vidas.

Lamentablemente, el pueblo, que, entre otras cosas no sabe la que se le viene encima, no puede legalmente hacer nada, ya que no está previsto ningún mecanismo de consulta ni de control. Si a esto le sumamos que nadie de la OMS ni de la ONU ha sido elegido democráticamente, y que todos han sido nombrados a dedo y sin transparencia alguna, nos encontraremos de la noche a la mañana inmersos en una dictadura, viéndonos avocados a acatar sus órdenes.

La entrada en vigor del nuevo RSI supondrá que tanto el Director General de la OMS como los directores regionales obligarán a los gobiernos a cumplir sus “recomendaciones”. Con ello, la burocracia sanitaria internacional quedará bajo la dirección de la OMS. Se implementarán, por ejemplo, nuevos comités de vigilancia para que se cumpla el nuevo Reglamento. También es muy probable que se cambie la definición de las enfermedades más comunes para convertirlas en “brotes pandémicos”. Y lo más importante, se otorgará a la OMS autoridad suficiente para controlar recursos como el dinero, productos farmacéuticos, derechos de propiedad intelectual, etc. En definitiva, la OMS se erigirá en el único gobierno mundial disfrazado de “ciencia de la salud”. Y lo que antes era respeto por los derechos humanos, por la dignidad y las libertades fundamentales de las personas, pasarán a ser historia y todo serán principios de “equidad”, “inclusividad” o “bien común”, tal y como ya estamos viendo.

Llevamos años siendo preparados para esto. La falsa pandemia, las nuevas ideologías de género, la inmigración masiva, las políticas (ya aprobadas por la UE) de identificación digital o el cambio climático antropogénico, entre otras cosas, están destruyendo intencionadamente el sentimiento nacional actual de los Estados, con el propósito de ir hacia un único gobierno mundial.

El éxito rotundo que significó la falsa pandemia ha dado alas a las élites para avanzar en el control total de la humanidad. Desde entonces, se han producido los cambios necesarios para afianzar e institucionalizar el nuevo modelo de control político y social.

Las futuras emergencias sanitarias, que la OMS considere oportunas, relegarán a papel mojado las disposiciones fundamentales de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Desaparecerá la libertad de expresión, el derecho al trabajo, la privacidad y todo aquello que, según la OMS, atente contra la salud pública.

En concreto, lo que se pretende es convertir el mundo en un Estado de bioseguridad globalizado. Todo lo que aconteció durante la falsa pandemia fue con ese fin. Eso del calentamiento global, las guerras de Ucrania, Gaza y ahora el ataque iraní a Israel o la gran amenaza populista que supone Putin no son más que “juegos geopolíticos” para hacer creer al “populacho” que todavía hay Estados independientes que luchan por su libertad. Sin embargo, todo en el mundo está perfectamente controlado por quienes verdaderamente ostentan el poder.

Lo que acabo de exponer no es ninguna teoría de la conspiración. Al contrario, es una conspiración real contra la toda humanidad. Tanto los presidentes Macron, Trudeau, Biden, Pedro Sánchez o Ursula von der Leyen –sólo por citar algunos- están a favor de este nuevo RSI, que se someterá a votación el 26 de mayo de 2024.

Sin embargo, parece que la batalla aún no está perdida. Algunos países como Estonia, Malasia, Irán, Filipinas, Brasil, Uganda y algún que otro país más del continente africano se han negado a aceptar las propuestas autoritarias de la OMS. ¿Serán suficientes estos países para revocar el nuevo Reglamento? ¿O será otra de sus estrategias para hacernos creer que todavía quedan Estados soberanos? Verdaderamente no lo sé. Yo simplemente soy otro pobre infeliz que pulula por estos lares con la esperanza de que algún día la humanidad despierte de su letargo y no se deje amedrentar, avasallar y, en último caso, aniquilar por un puñado de psicópatas, que no llegan al 0,0001% de la población mundial. 

miércoles, 10 de abril de 2024

UNA ÉLITE DE MANIACOS JUGANDO SISTEMÁTICAMENTE A SER DIOSES

Muy pocas personas se han parado a pensar qué es lo que realmente ha mejorado nuestras vidas. ¿Ha sido el dinero? Obviamente no. El dinero no se come ni es un recurso que sirva para nada. Es un invento del ser humano para intercambiar bienes y servicios, nada más. ¿Es la política? Ni de coña. Los políticos no entienden de nada y sólo dictan leyes sobre problemas que no saben resolver. ¿Es la religión? Por supuesto que tampoco. La religión no es más que un alivio emocional e intangible para aquellas personas que lo necesitan. Entonces, ¿qué es? La respuesta es simple. La responsable de mejorar nuestras vidas ha sido y es la tecnología.

Hasta ahora la tecnología ha supuesto un avance descomunal para la humanidad mejorado la vida de muchísimas personas. Sin embargo, no todo el mundo la utiliza de una manera racional e inteligente. Me refiero a esa élite todopoderosa que ansía dominar el mundo y la tecnología se lo está poniendo a huevo.

La idea de que el futuro del ser humano implica la transformación de las personas en "ciborgs" (seres humanos mejorados con tecnología) es un tema recurrente del Foro Económico Mundial (FEM) que, de momento, es una especulación, no una certeza. Y aunque actualmente ya se está utilizando cierta integración tecnológica en humanos, como prótesis avanzadas, implantes médicos o tecnologías de interfaz cerebro-computadora, que han mejorado las capacidades humanas en diversos aspectos, llegar a desarrollar un ser humano con una inteligencia extraordinaria, mediante implantes tecnológicos, todavía no es factible a día de hoy.

Que alguien quiera hacer de conejillo de indias y experimentar en su propio cuerpo este tipo de cosas, siempre que sea por voluntad propia, no me parece mal. Ahora bien. Lo que no es aceptable, de ninguna de las maneras, es que un determinado grupo de personas esté constantemente poniendo en peligro a toda la humanidad con ocurrencias tales como la manipulación genética, la creación de armas biológicas, la interferencia climática o exponiéndonos a todos a un exceso de radiaciones no ionizantes. Y esto sólo por citar cuatro de las muchas barbaridades que son llevadas a cabo en nombre de la ciencia, la salud, la seguridad o el progreso.

Empecemos con la manipulación genética.

La manipulación genética, especialmente en el contexto de la modificación de organismos vivos, está teniendo una serie de consecuencias muy negativas. La introducción de cultivos transgénicos está amenazando la diversidad genética de las especies silvestres relacionadas y afectando a los insectos polinizadores como las abejas. Crear "superorganismos", que desplazan a las especies naturales y alteran los equilibrios ecológicos, es simple y llanamente poner en riesgo la vida tal y como la conocemos, ya que es difícil prever todas las posibles consecuencias de la modificación genética en los organismos y los ecosistemas en general. De hecho, desde que empezaron estas manipulaciones genéticas el número de cánceres se han multiplicado exponencialmente, llegando a ser casi imposible encontrar a nadie que no tenga o haya tenido un cáncer en su familia.

Sigamos con las armas biológicas.

Las armas biológicas son una realidad a día de hoy. Principio del formularioEl uso de nanopartículas de lípidos utilizadas como armas biológicas es una temeridad muy preocupante. Las nanopartículas de lípidos son diminutas estructuras compuestas de lípidos, que pueden ser diseñadas para transportar y liberar agentes biológicos como toxinas u otras sustancias peligrosas. Además, podrían ser diseñadas para evadir los sistemas de defensa del cuerpo humano o para resistir los tratamientos médicos convencionales. El uso de armas biológicas es considerado un crimen de guerra y está prohibido por tratados internacionales, como la Convención sobre Armas Biológicas y Toxínicas. Sin embargo, esos tratados son en realidad papel mojado, ya que si se fabrican es porque se tiene la intención de utilizarlas.

Y ahora una pregunta incómoda. Dado la coacción obsesiva para inocular a toda la población mundial no una, sino dos, tres, cuatro o cinco dosis de la “vacuna” Covid-19, ¿cómo podemos estar seguros de no haber recibido un arma biológica? Las muertes repentinas, los llamados cánceres exprés, las miocarditis y todo tipo de lesiones cardiovasculares y de otra índole son la prueba evidente de que las “vacunas” están causado más daño que el propio Covid-19, por mucho que se escondan estos datos debajo de la alfombra.

Veamos ahora las consecuencias de interferir en el clima.

La geoingeniería es la encargada de modificar deliberadamente y a gran escala el clima terrestre. Hoy en día ya es una realidad que mediante la introducción de pequeñas partículas de yoduro de plata o sulfato de cobre en las nubes se pueda provocar la formación de gotas de lluvia o copos de nieve. También se puede reflejar la radiación solar de vuelta al espacio mediante espejos o rociando con aerosoles la atmósfera para crear nubes artificiales que reflejen la luz del Sol. Y todo ello con la excusa de luchar contra el calentamiento global, cambio climático o como lo quieran llamar. Evidentemente, una tecnología así implica la capacidad de poder crear sequías e inundaciones a voluntad. Y, claro está, si alguien llegara a controlar el clima a nivel global también será capaz de dominar el mundo.

Pensar que la manipulación del clima no tiene consecuencias es absurdo, ya que el clima, junto a la luz solar, el agua y el suelo son características claves de un ecosistema terrestre, y si se manipula alguna de ellas puede afectar a la vida en todo el planeta.

Respecto al abuso de las radiaciones no ionizantes, y las diversas consecuencias negativas que tienen para la salud, nadie dice nada al respecto. Estar demasiado tiempo delante de un ordenador, televisor, teléfono móvil o vivir cerca de un enjambre de antenas de telefonía móvil está más que demostrado que produce trastornos del sueño, efectos adversos sobre el sistema nervioso, problemas reproductivos, alergias electromagnéticas y, sobre todo, cáncer. Entonces, ¿quién es esta gente para someternos a estos constantes peligros para nuestra salud?

Todos estos diabólicos “jueguecitos”, que la élite dominante está llevando a cabo a espaldas del público, son peccata minuta en comparación con lo que pueden llegar a hacer con la Inteligencia Artificial (IA). Pero esa es otra historia.

Indudablemente, jugar a ser dioses con la biología, el clima o las radiaciones no ionizantes, sin contar con nosotros, debería estar seriamente castigado, ya que al final somos toda la humanidad la que pagamos las consecuencias. De hecho, los efectos de estas manipulaciones están teniendo impactos desastrosos en diferentes partes del mundo. Y aunque existe toda una legislación al respecto, los responsables siguen haciendo oídos sordos y son sistemáticamente absueltos de toda responsabilidad.

La élite mundial nunca ha sido tan depravada y perversa como lo es ahora. Y ante una sociedad anodina, donde el grueso de la población padece de una indiferencia enfermiza, campa a sus anchas.

El “populacho” ha sido lobotomizado para no cuestionar el sistema. De por sí, no se mete en política, simplemente vota y calla. Ante esta actitud, el sistema se ha corrompido de una manera escandalosa. De hecho, eso que se ha dado en llamar Estado de Derecho simplemente no existe. Tanto el Ejecutivo como el Legislativo y el Judicial son una amalgama de poderes que operan al unísono, y no actúan por separado como nos quieren hacer creer. Y para rizar el rizo, se les ha unido lo que en su día se denominó el cuarto poder, los medios de comunicación. En definitiva, todos son parte integrante de esta trama inmunda, vendida al poder global del dinero.

Los amos del mundo están jugando a ser dioses y a nadie parece importarle. Saben que el “populacho” cobarde, ignorante y servil ni se inmuta ante estas cuestiones. Así que si algo sale mal con alguno de sus “jueguecitos”, y se llevan por delante a media humanidad, le echarán la culpa al “populacho”, como han hecho siempre, y aquí paz y después gloria. 

sábado, 30 de marzo de 2024

EL MAYOR CRACK FINANCIERO DE LA HISTORIA CADA DÍA MÁS CERCA

En los últimos tiempos estamos viendo cosas inverosímiles: el precio de los alimentos y la energía por las nubes, unos impuestos desorbitados y unas leyes cada vez más draconianas. Sin embargo, en una sociedad tecnológica, como la actual, nada de esto tiene sentido, ya que tenemos capacidad suficiente para crear abundancia, reducir a la mínima expresión los impuestos y prescindir de leyes estúpidas, que sólo sirven para tener a la gente bajo control.   

El sistema financiero actual, del que todos dependemos, es un enorme aparato hipercomplejo que, sin embargo, no es más que un casino donde se apuesta sobre si un producto aumentará de precio o disminuirá. O dicho de otra manera, es una fantasía llena de papelitos, respaldados por otros papelitos, a los que los mercados financieros llaman “derivados”. Bueno, y ya ni siquiera eso, ahora sólo son numeritos apuntados en la base de datos de una computadora. Eso es todo.

¿Alguien sabe realmente cuántos billones de dólares representan los derivados financieros en el mundo? Pues no, nadie lo sabe. 

Según los “gurús economistas”, el crack financiero más devastador de la historia está a punto de producirse. Evidentemente, si esto llegara a suceder el “populacho” lo perdería todo de la noche a la mañana.

Este sistema corrupto tiene a los bancos centrales técnicamente en quiebra y al sistema monetario actual a punto de colapsar. Sin embargo, todo esto no es más que un plan para que los mismos banqueros dueños del mundo, que están ocasionado intencionadamente este caos, nos impongan un nuevo sistema basado en una moneda digital centralizada (CBDC): un asiento contable, programable y caducable con el que establecer una sociedad sin dinero físico, sin propiedad privada y, evidentemente, sin libertad. ¡Bienvenidos al “Gran Reinicio”!

La tecnología para llevarlo a cabo ya está disponible y sólo queda el encaje “legal” para quitárnoslo todo.

Según explica David Webb (analista de bolsa) en su libro "The Great Taking", para acometer esta expropiación total se han modificado leyes a escala internacional a espaldas de la opinión pública.

En 2008, David Webb fue testigo de la primera quiebra de un agente de bolsa. Le chocó que las cuentas de los clientes de este corredor de bolsa se cargaran a la masa de la quiebra del corredor, lo que nunca antes habría sido posible, ya que, a lo largo de la historia, los valores mobiliarios han sido siempre bienes personales. Como no le encajaba, se puso a investigar y descubrió que se debía a cambios en el Código Comercial Uniforme de Estados Unidos (contrato de garantía que determina usar los bienes personales como garantía). Siguiendo con su investigación, desveló que, una vez cambiado el Código Comercial Uniforme, se inició un proceso de armonización para consagrar este modelo en la legislación de todo el mundo, a través de la Unión Europea, creando lo que se denomina "Grupo de Seguridad Jurídica". Esto significa seguridad jurídica para que los acreedores garantizados (léase los bancos) puedan embargar los bienes de los clientes.

Según Webb, el sistema se ha modificado para poder transferir la propiedad a un nivel superior, especialmente en una crisis, con el fin de satisfacer las demandas del sistema de acreedores garantizados. Y cuando eso ocurra, las personas que creían estar protegidas, incluidas las instituciones y los fondos de pensiones más sofisticados, dejarán de tener protección.

En definitiva, han ideado este sistema para que los acreedores garantizados se hagan con todo: embargarán todas las acciones y bonos subyacentes, lo que les dará el control de todas las empresas públicas y, por supuesto, privadas.

Esto no es una mera teoría de la conspiración. Cualquiera que investigue un poco, descubrirá que los banqueros dueños del mundo están detrás de la Unión Europea y del Euro, de la Unión Norteamericana y del Amero, además de ser los impulsores de la Agenda 2030 y el Nuevo Orden Mundial.

Y ahora la pregunta del millón: ¿Pero cómo podemos consentir cosas así? Pues muy sencillo: por ignorancia y cobardía.

Nuestra sociedad está colapsando debido a la ignorancia y cobardía del 80% de la población, que no hace otra cosa que escuchar y hacer caso de las tonterías que dice la televisión. 

Por si se te ha olvidado, hace 4 años esta gente aceptó lo inaceptable: consintió que le encerraran en su casa; permitió que sus mayores fueran asesinados mediante la eutanasia o quemándoles los pulmones al hacerles respirar oxígeno a una velocidad letal de 40 y 60 litros por minuto; se inyectó un tratamiento génico experimental, presentado de manera engañosa como una vacuna protectora, cuyos efectos secundarios, extremadamente graves y mortales, siguen siendo ocultados a día de hoy por las autoridades y los medios de comunicación; se prestó a usar una mascarilla, totalmente ineficaz, cuyo único propósito era el de hacerles callar; y lo peor de todo, se negó a escuchar a los verdaderos expertos tratándoles como teóricos de la conspiración.

¿De verdad crees que esta gente alguna vez va a reaccionar? Para eso primero tendría que saber lo que se le viene encima, que no lo sabe. Aunque creo que da igual, porque cuando le digan que tiene que abandonar este mundo, porque somos muchos, lo hará convencida y sin rechistar, como hace siempre.

La Unión Europea se está en caída libre con un déficit comercial de 155.000 millones de euros y una deuda del 97% de su PIB. Los Estados Unidos tienen un déficit comercial de más de un billón de dólares al año y 34 billones de deuda. Y España, tuvo en 2023 un déficit comercial de 40.300 millones y una deuda de 1,57 billones de euros.

Estos datos reflejan que Occidente, capitaneado por el imperialismo yankee, está en fase terminal. Se está autodestruyendo deliberadamente con todas esas políticas financieras y nuevas ideologías. Y lo hace con un único propósito: despoblar el planeta.

Que los dueños del mundo necesitan la devastación económica y el desastre social para establecer su tan ansiado Nuevo Orden Mundial, es más que evidente. Pero ahora explícaselo tú a ese 80% de la población que elección tras elección vota fielmente a sus propios verdugos, dándoles carta blanca para hacer con ellos lo que quieran.

Como dijo Julio César: “Alea jacta est”. 

miércoles, 20 de marzo de 2024

LAS INSTITUCIONES MASÓNICAS QUE DOMINAN EL MUNDO

Pensar que a día de hoy vivimos en Estados soberanos, y que somos nosotros los que con nuestro voto decidimos el devenir de las cosas, es de una ingenuidad supina y, por desgracia, la creencia de la gran mayoría. Sólo los que conocen hasta qué punto nuestros Estados están ligados a una vasta red internacional de instituciones mafiosas pueden entender lo que está pasando. Evidentemente, mientras los Estados se mantengan dentro de esta red nada cambiará.

Instituciones supranacionales en manos de los multimillonarios más poderosos del mundo ya se han hecho con el control del planeta. Ahora sólo les falta moldearlo a su antojo, lo que supone -como llevan diciendo hasta la saciedad- reducir drásticamente la población y que cada individuo este perfectamente catalogado, etiquetado y controlado.

Organizaciones, poco o nada transparentes, como el Club de Roma, la Orden de los Illuminati, el Club Bildelberg, el Comité de los Trescientos, el Consejo de Relaciones exteriores y un largo etcétera son las que verdaderamente ejercen el poder en el mundo. Y al mando de todas ellas están los masones, cuyo número se estima en alrededor de 6 millones en todo el planeta.

A día de hoy, prácticamente todo está en manos de la masonería, empezando por el Vaticano (por mucho que se empeñe el Vaticano en decir que ser masón es incompatible con ser católico), cosa que sorprenderá a muchos creyentes, pero que pueden comprobar ellos mismos en la numerosa bibliografía existente.

Todas estas organizaciones poco transparentes son, sin embargo, las que ejercen su influencia en las instituciones supranacionales más importantes del mundo.

La primera de todas es la ONU: una organización supranacional, creada en 1945, para la “preservación de la paz mundial” que, paradójicamente, desde su creación el número de guerras en el mundo se ha disparado. Fue fundada durante la Segunda Guerra Mundial por dos masones de alto grado: el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt y el primer ministro británico Winston Churchill. Esta organización no es ni mucho menos lo que parece y sólo sirve para proteger los intereses de las oligarquías.

Otra organización, que está tomando una relevancia cada vez más importante, es la Organización Mundial de la Salud (OMS). Fundada en 1948, es el brazo ejecutor “especial” de la ONU. Es la responsable, entre otras cosas, de la esterilización de millones de mujeres en Kenia, India y otras muchas partes del mundo. También fue quien dirigió el experimento Covid-19, con sus millones de víctimas y cientos de miles de muertos, y ahora mismo está tratando de imponer un nuevo Tratado de Pandemias para llevar al mundo a una dictadura sanitaria.

La tercera en importancia es la Unión Europea (UE), punta de lanza del Nuevo Orden Mundial. Nació el 1 de noviembre de 1993. Cada vez está más claro que la UE es un instrumento masónico para el desmantelamiento de la democracia y la soberanía de sus Estados miembros. Actualmente, alrededor del 80% de las leyes de los Estados miembros las dicta la UE; es decir, que la Comisión Europea, -que no ha sido elegida por el pueblo- es quien dicta las normas.

Otra organización no menos relevante es el Foro Económico Mundial (FEM). Fundado el 24 de enero de 1971, es un club elitista que aglutina a los banqueros y empresarios más poderosos del mundo. Este foro está dirigido por la élite financiera masónica de más alto rango como son los Rothschild o los Rockefeller. El FEM quiere establecer una sociedad tecnocrática y transhumanista. Sus objetivos, según ellos, para 2030 son: imponer un gobierno mundial único, un nuevo sistema monetario global (las CBDC), el fin de propiedad privada (“no tendrás nada y serás feliz”) y la implantación de la Inteligencia Artificial a todos los niveles.

Luego tenemos la City de Londres: un Estado completamente independiente, dentro de otro Estado, como el Vaticano o Washington DC. La City de Londres está controlada por los Rothschild, donde más de 500 bancos hacen sus sucios negocios allí, dado que es intocable y está por encima del bien y del mal.

Llegamos ahora a la Reserva Federal (FED). Fundada en 1913 por un puñado de banqueros masones para controlar a voluntad la inflación y deflación. Con su Sistema de Reserva Fraccionaria han estado creando dinero de la nada y luego prestándolo a un interés usurero. Tiene, desde entonces, al Gobierno de los EEUU agarrado por los huevos.

Seguimos con el Banco de Pagos Internacionales (BPI), fundado en Basilea (Suiza) en 1930. Es, digámoslo así, el banco central de todos los bancos centrales. Se cuentan con los dedos de una mano los países en el mundo cuyo banco central haya permanecido fuera del alcance de las zarpas de los Rothschild, dueños y señores de este banco.

Y así podríamos nombrar muchas más instituciones francmasonas como las tres agencias de noticias más importantes del mundo (Agence France-Presse (AFP) Associated Press (AP) y Reuters), el bastión masónico de Washington DC; el World Wildlife Fund (WWF), Amnistía Internacional, el Vaticano, la UNESCO, Hollywood, el Pentágono y un larguísimo etcétera.

Esta, y no otra, es la autoridad más poderosa del mundo. Es la que impone sus reglas y la que está introduciendo la cultura occidental en todo el mundo -ya sea en China, la India o Arabia Saudita- con el fin de conseguir su tan ansiado único Gobierno Mundial.

La cultura occidental es, de hecho, un arma de destrucción masiva. Así se refleja en el panfleto “Armas Silenciosas para Guerras Tranquilas”, donde se dice que el público no puede creer que sea atacado y subyugado por un arma llamada “cultura”. Y es que el mundo entero ha caído en la trampa de Occidente y su “cultura” políticamente correcta.

¿No lo ves? Pues es muy evidente. Empecemos con el cine, que no hace otra cosa que difundir ideologías y mensajes subliminales como, por ejemplo, a favor de la ideología de género. Luego está la música, con el rap como mejor exponente: algo anodino, machacón y de mal gusto, pero que cumple el cometido de aborregar a las masas. Le siguen los videojuegos,  que difunden violencia gratuita por doquier dirigida a la población más joven haciéndola tremendamente agresiva. Seguimos con las series televisivas, creando adictos a la caja tonta (no tan tonta) desde donde somos manejados y adoctrinados. Y luego está, como no, el omnipresente fútbol que, por cierto, hace mucho tiempo que dejó de ser un deporte para convertirse en una herramienta de control de masas y un suculento negocio. Si a esto le sumamos las drogas, incluido alcohol y tabaco, que producen desastrosos efectos tanto en la población adicta como no adicta, el cóctel explosivo está servido y sólo es cuestión de tiempo para que surta efecto.

La cultura occidental prácticamente ya se ha instalando en todas partes. No hay una gran ciudad del planeta que no tenga suburbios modernos donde instalar guetos para pobres e inmigrantes. Las grandes superficies y supermercados han proliferado como setas por todo el planeta en detrimento del pequeño comercio más personal. Los coches invaden todo el espacio urbano y se han hecho dueños de las calles. Y lo más importante, la cretinización del “populacho” es la misma en todos los lugares (lo vimos durante la falsa pandemia).

Pues bien. Todos estos conceptos han venido de EEUU: país elegido por los masones para imponer sus delirios a todo el planeta. Recordemos que EEUU es el país con el mayor número de masones del planeta (cerca de un millón, de los seis que hay en el mundo)

Y ahora una última reflexión. Si alguien en su sano juicio piensa que el “populacho” ignorante, sumiso, simplón y sin ideas propias es capaz de cambiar esto, por muchos ilusos bien intencionados que luzcan chalecos amarillos o convoquen tractoradas sin ser conscientes de que así no hacen otra cosa que colaborar con el sistema, debería hacérselo mirar.

Sin embargo, hay una cosa muy simple que sí podemos hacer y que tendría una enorme repercusión en el devenir de las cosas: dejar de votar. Pero mucho me temo que el “populacho”, que ha sido programado para estar constantemente asustado, piensa que es mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer y jamás dejará de votar. Cree que es su derecho, y su ceguera no le permite ver que le están tomando el pelo. 

domingo, 10 de marzo de 2024

ATAQUE INSTITUCIONAL A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Negar la existencia de censura en los medios de comunicación es tan absurdo como negar la evidencia del día y la noche. Cualquiera que tenga un mínimo se sentido común se habrá dado cuenta de que sistemáticamente hay unanimidad en todos los grandes medios de comunicación: cuentan lo mismo, demonizan lo mismo, ensalzan lo mismo y ocultan lo mismo. Ante esta tesitura, queda claro que esta gente no está ejerciendo el periodismo, sino que se limita a poner negro sobre blanco todo aquello que le dita la voz de su amo.

La censura hoy en día está tomando un cariz muy peligroso, llegando a convertir en delito la libertad de expresión. Es el caso de la Fiscalía Provincial de Valencia, que solicita una pena de tres años de prisión para un hombre que calificó la inmigración de invasión. Se le acusa de un delito de odio. ¡Hay que joderse con estos progres! ¿Desde cuándo el odio es un delito? Tanto el odio como el amor son sentimientos intrínsecos a la naturaleza humana y no pueden ser judicializados. Es tan absurdo como judicializar la tristeza, la felicidad o el miedo. Otra cosa es que se le haga daño a alguien porque se le odia; el delito está en el daño, no en el odio.

La Unión Europea y algunos presidentes de gobierno como Trudeau, Macron, Sánchez o Biden, entre otros, han declarado la guerra a los medios alternativos independientes, acusándoles de  ser los culpables de que los grandes medios de comunicación, controlados por grandes corporaciones, ya no tengan el mismo nivel de influencia sobre la opinión pública e incluso hayan perdido parte de su credibilidad. De ahí que estén preparando un montón de “leyes censura” para acabar con la libertad de expresión, y muy particularmente con la privacidad en Internet, pues pretenden que nos identifiquemos cada vez que entremos en la Red.

Pero el problema no es la censura en sí, que la hay, sino la inmensa cantidad de “personas de bien” que procesan obediencia ciega al discurso oficial de los grandes medios de comunicación. Y lo peor de todo, es que no aceptan que existan personas que, habiendo tenido la “osadía” de investigar y consultar otras fuentes, no piensen como ellos. Un ejemplo claro han sido los ataques, por parte de los grandes medios, a los disidentes de la narrativa oficial de la falsa pandemia y las “vacunas” de ARNm. La prueba evidente, es que aunque hoy en día se dispone de datos e información suficiente, como para demostrar que todo fue un engaño, los medios de comunicación hayan dejado el asunto en el olvido.

Los grandes medios de comunicación tratan de convencernos de que lo único fiable y veraz es lo que ellos nos cuentan y que el resto no son más que bulos, falsedades, teorías de la conspiración o ideología fascista. En honor a la verdad, he de decir que mayoritariamente lo consiguen (recuerda la campaña contra los no vacunados, donde sólo les falto meternos en la cárcel)

La mayoría de la gente no es consciente de que nos están literalmente idiotizando y privando de toda libertad de expresión. No se da cuenta de que su tremenda ignorancia y falta de interés, por conocer las cuestiones que van cercenando cada vez más su ya maltrecha libertad, son en realidad una forma muy sutil de esclavitud. En definitiva, la gente se ha vuelto tan dócil y sumisa, que sólo quiere que la entretengan y no moverse de su zona de confort.

Lo que impera en estos momentos es la mentira a todos los niveles. ¿Y quién es el culpable de que esto suceda? Evidentemente, la culpa es de todos nosotros, que estamos aceptando en silencio los cambios distópicos actuales.

Se está preparando toda una nueva retahíla legislativa para que todo aquel que ose cuestionar las conspiraciones reales del momento, como la ideología de género, el cambio climático antropogénico o el nuevo Tratado de Pandemias de la OMS, entre otras cosas, sea considerado enemigo público número uno de la sociedad y, por tanto, pueda ser perseguido.

Luego están las mentiras que los medios de comunicación difunden a los cuatro vientos como, por ejemplo, los desastres supuestamente provocados por el cambio climático. Sin embargo, la realidad es que ni los incendios se agravan, ni aumentan las catástrofes climatológicas (huracanes, tormentas, etc.), ni se derriten los casquetes polares, ni sube el nivel de los mares, ni se reduce la masa forestal ni nada de lo que pronosticaron en el pasado se ha cumplido (puedes consultar tú mismo los datos y hacer la correspondiente comparación). En definitiva, no es más que pura propaganda para conducir a la masa en la dirección deseada. 

Esto mismo ocurrió con la falsa pandemia, que fue una prueba indiscutible para ver con qué rapidez la población asumiría al unísono los dictados del gobierno, por muy descabellados que estos fueran. ¿Y quién fue el artífice de tal disparate? Evidentemente, los grandes medios de comunicación, con la todopoderosa televisión a la cabeza. Ellos fueron los encargados de llevar a cabo la mayor autocensura y propaganda de la historia. En honor a la verdad, he de decir que tuvieron un éxito arrollador, y ese éxito se debió a que hicieron un excelente trabajo: demonizaron todo aquello que interesaba demonizar (el Covid-19), ensalzaron todo aquello que convenía enzalzar (las “vacunas”) y ocultaron todo aquello que pusiera en duda su relato.

Es evidente que la mentira, la censura y la falta de libertad de expresión hicieron posible la falsa pandemia, y con ello la puesta en escena de todas esas estúpidas medidas totalitarias. Cuatro años después, casi todos los gobiernos del mundo (fundamentalmente los que tomaron más partido en esta locura) han ampliado su poder y abusado de su autoridad para oprimir aún más a sus gobernados. Y es que los gobiernos han aprendido a utilizar una crisis tras otra para ampliar su poder, y justificar todo tipo de tiranía en nombre de la seguridad nacional, de la salud o de salvar el planeta.

Insisto en que el problema está en la población, que bien por ignorancia, sumisión o cobardía no tiene la valentía suficiente para decir ¡basta!

Las líneas ideológicas hoy en día están más marcadas que nunca; no caigas en esa trampa. Piensa en cómo eran las cosas en el pasado y te darás cuenta enseguida de que te están engañando. No tengas miedo a consultar otros medios alternativos que no son financiados con dinero público o privado. Analiza lo que dicen y compáralo con lo que cuentan los grandes medios de comunicación atiborrados a millones por el poder global del dinero. Lo importante es que pienses por ti mismo y no te dejes influenciar por ideologías, por muy en sintonía que estén contigo. Y lo más importante, no permitas que te distraigan con la política circense y el constante aluvión de malas noticias; no le prestes ni un minuto de atención. Y, por supuesto, habla sin tapujos de lo que quieras. Sólo así podremos salvar la libertad de expresión. 

jueves, 29 de febrero de 2024

LA UNIÓN EUROPEA PUNTA DE LANZA DEL NUEVO ORDEN MUNDIAL

Para coronar un nuevo rey es imprescindible la abdicación o la muerte del viejo rey. Eso mismo ocurre cuando se quiere implantar un nuevo paradigma; hay que eliminar el viejo. Por lo tanto, si se quiere implantar un Nuevo Orden Mundial es necesario primero acabar con el orden mundial actual y muy particularmente con el sistema monetario, piedra angular del actual sistema. 

El sistema salido de los acuerdos de Bretton Woods, que ha garantizado la prosperidad en Occidente durante más de 80 años, está colapsando rápidamente y con él el predominio del dólar estadounidense.

La mayoría de la gente no puede ni quiere imaginar la idea de una implosión del dólar como moneda de reserva mundial. Sin embargo, Occidente está experimentando deliberadamente un colapso financiero a cámara lenta, y más pronto que tarde el dólar estadounidense implosionará. Porque aunque los “analistas” digan que es poco probable que el dólar pierda su estatus como moneda de reserva mundial, a corto y medio plazo, la cruda realidad dice precisamente todo lo contrario.

Es importante recordar que los cambios geopolíticos, económicos y tecnológicos influyen en el papel de una moneda en el escenario internacional. Po lo tanto, se están dando los factores necesarios para acabar con el dólar como moneda de reserva mundial: crecimiento económico y político de otras regiones; desarrollo de nuevas tecnologías financieras (criptomonedas); nueva política monetaria de la Reserva Federal, BCE y BPI; irrupción inminente de las CBDC; cambio en las relaciones comerciales internacionales, etc. En definitiva, se están realizando los cambios necesarios en el sistema financiero internacional, para ajustarlo al nuevo paradigma que está por venir, el cual no necesita al dólar estadounidense como moneda de reserva mundial.

Vengo denunciando en este blog, por activa y por pasiva, que en nuestro mundo actual no hay nada que se produzca al azar. Ni la reciente falsa pandemia, los atentados del 11M, las interminables guerras, las crisis económicas ni, por supuesto, el cambio climático antropogénico han sido cosa del azar, sino acontecimientos deliberadamente provocados por los mismos de siempre, que son los que fomentan todas estas crisis globales para obtener ganancias descomunales y ampliar su poder. Y mientras la gente no sea consciente de esta realidad seguirá hundida en la pobreza, la esclavitud y la ignorancia.

Vivimos en el mundo donde la mentira se ha institucionalizado, siendo, por desgracia, cada vez más aceptada. Nos cuentan, por ejemplo, que somos nosotros con nuestros coches, calefacciones, ganado, etc. los que estamos acabando con el planeta. Pero lo que no nos dicen, es que desde 1945 se han efectuado más de 2.000 pruebas atómicas, de las cuales alrededor de 500 explosiones, según Wikipedia, tuvieron una potencia 45.000 veces superior a la primera bomba atómica sobre Hiroshima. En otras palabras, Hiroshima ha sido repetida 45.000 veces desde 1945 por científicos y belicistas dementes y aquí nadie ha dicho nada.

¿Te das cuenta de lo ridículo que es todo esto? Resulta que a nuestros ganaderos les quitan las vacas, porque se tiran demasiados pedos, pero sus explosiones nucleares son inofensivas.

Los países occidentales, partidarios de la libertad, deberían luchar por sus propios intereses y elegir si quieren seguir siendo pueblos libres independientes o globalistas. Esto deben decidirlo los ciudadanos y no dejar que su gobierno, vendido al poder global del dinero, decida por ellos.

Lo que está pasando en el sector primario en toda la UE es la prueba más concluyente de hacia dónde nos quieren llevar.

La Unión Europea está siendo utilizada como punta de lanza del globalismo dando un nuevo paso adelante hacia el Nuevo Orden Mundial. Acaba de votar a favor de la creación de un “Estado europeo”. Por lo tanto, ha decidido, sin contar con nosotros, que el nuevo estado europeo reemplazará a todas las naciones de la Unión Europea. Recordemos que, aparte del Parlamento Europeo (que casi no tiene poderes), los líderes de la Unión Europea no son elegidos por el pueblo, y, sin embargo, imponen su voluntad a casi 500 millones de personas.

Evidentemente, las consecuencias de esta decisión son incalculables. Si además a esto le sumamos el nuevo Tratado de Pandemias, que la OMS va a aprobar en mayo de este año si nadie lo remedia, lo que tenemos es un gran paso para llegar a la gobernanza mundial que tanto anhelan los globalistas.

Estamos asistiendo a un golpe de Estado donde se está estableciendo una auténtica dictadura. O los pueblos de Europa se rebelan y destruyen esta construcción maquiavélica y diabólica llamada Unión Europea o lo lamentaremos.

Es absolutamente vital salir rápidamente de este sistema totalmente dictatorial. Que en España -país de ignorantes, imbéciles y cobardes- se siga al pié de la letra las consignas globalistas, sin la más mínima objeción por parte del vulgo, es relativamente entendible. Pero lo que no es entendible es que países con un nivel cultural muy superior al español como, por ejemplo, Alemania, Francia, Países bajos, Dinamarca, Suecia,…., estén empecinados en seguir en una UE totalitaria y que, además, estén dispuestos a ceder su soberanía.

El día 9 de junio de 2024 se celebran elecciones al Parlamento Europeo. Es una oportunidad de oro para dejar las urnas vacías y decir NO a esta dictadura encubierta llamada UE. Pero estoy seguro de que nada de eso va a ocurrir, pues, como he podido comprobar a lo largo de mi vida, la gente tiene una capacidad infinita para inclinarse ante el poder, y esta vez no va a ser diferente.

En ningún momento de la historia de la humanidad hemos sido tan engañados, vilipendiados, humillados, amenazados, vigilados, despreciados, pisoteados y subyugados. Y esto es así en todas partes: en las ciudades, colegios, universidades, aeropuertos, edificios públicos, bancos, supermercados, medios de transportes y un larguísimo etcétera. Y no, no es una afirmación gratuita: fuimos testigos directos de lo que acabo de decir durante la falsa pandemia.

Siento decirlo, pero si los globalistas finalmente logran imponer su Nuevo Orden Mundial, con todo lo que eso significa, nos convertiremos en esclavos digitales de una sociedad deshumanizada.

Crees que exagero, ¿verdad? Pues no exagero en absoluto. Esos son sus planes. Puedes ver cómo son ellos mismos los que difunden este mensaje en todos sus foros. Son ellos los que hablan de despoblación y de transhumanismo, no yo. Otra cosa es que sean capaces de conseguirlo. Pero con la imbecilidad reinante, mucho me temo que lo lograrán. Aunque, por nuestro bien, espero equivocarme. 

martes, 20 de febrero de 2024

LO BÁSICO QUE HAY QUE SABER SOBRE EL CLIMA PARA ENTENDER EL EFECTO INVERNADERO Y DESMONTAR LA FALACIA DEL CAMBIO CLIMÁTICO ANTROPOGÉNICO

Desde hace varias décadas, estamos siendo bombardeados constantemente por la propaganda ecológico-climática que afirma que el planeta está en peligro, a causa de las emisiones de CO2, y que nosotros, los humanos, podemos salvarlo aceptando todo tipo de restricciones en nuestra vida cotidiana. Evidentemente, es una quimera totalitaria al servicio de los de siempre, que han inventado esta narrativa para aumentar sus ganancias y establecer una sociedad de control digital.

La mayoría de la población (la masa) sólo utiliza una forma de informarse, la televisión. Y claro está, les tienen amedrentados con las catástrofes venideras si no aceptan todo tipo de restricciones climáticas. Sin embargo, hay un montón de bibliografía seria que desmiente categóricamente todas las afirmaciones hechas en este sentido.

Existe una publicación gratuita -que puedes descargar de Internet- titulada Física del Clima, donde se explica el llamado “efecto invernadero” que, resumiendo, dice lo siguiente:

Resumen

“Una vez descontado el albedo (porcentaje de radiación que cualquier superficie refleja respecto a la radiación que incide sobre ella), la Tierra recibe una cantidad de radiación del Sol muy insuficiente para justificar su temperatura media de 15°C (algunos la colocan en 14ºC).

Por otro lado, para mantener su equilibrio energético y térmico, la Tierra debe devolver al cosmos la energía que recibe permanentemente del Sol, y sólo puede intercambiarse con el cosmos mediante radiación.

Debido a su temperatura, la superficie del suelo terrestre irradia en una gama de ondas (las llamadas infrarrojas "distantes" o "térmicas") donde el aire, hasta varios miles de metros sobre el nivel del mar, es totalmente opaco debido a la bandas de absorción de CO2 y especialmente de vapor de agua, excepto por una estrecha banda de frecuencias llamada “Ventana Atmosférica”.

Esta opacidad impide que la superficie terrestre irradie toda la energía que recibe, por lo que se crea un desequilibrio radiactivo: la superficie terrestre recibe más de la que puede devolver y, por tanto, afortunadamente se calienta; de no ser así, viviríamos en una glaciación permanente.

Desde la superficie, la evacuación de este calor se produce de varias formas:

1.  La “Ventana Atmosférica” permite evacuar una pequeña parte de ella por radiación directa desde la superficie del suelo y los océanos al cosmos.

2.  La mayor parte es arrastrada por la evaporación de los océanos y la evapotranspiración de las plantas y de los suelos, que, como un tubo de calor que evita la capa opaca, transfiere, por convección, una energía considerable (calor latente de vaporización/condensación) desde la superficie del suelo hasta la cima de las nubes, donde se recupera por condensación y luego es evacuado por radiación (el vapor de agua enrarecido ya no es un obstáculo). Cuanto más calor hace, más fluye este tubo de calor: es el principal regulador climático.

3.  Una parte importante del aire caliente terrestre también asciende por convección natural, hasta la cima de las nubes, donde también puede irradiar.

4.  La radiación restante, en la banda de absorción de CO2, sólo se libera en la estratosfera, donde el CO2 está lo suficientemente enrarecido como para dejar de ser un obstáculo: debido a la estrechez de esta banda y a la altitud (y por tanto a la temperatura) a la que se encuentra desplegado, su proporción es muy pequeña.

La temperatura de la superficie del suelo se estabiliza cuando es suficiente para que la evaporación (evacuación del calor latente) y la convección (evacuación del calor sensible) compensen su desequilibrio radiactivo: esta temperatura “media” se sitúa entonces en torno a los 15°C.

Esto demuestra el papel regulador (y no amplificador) de la evaporación (y por tanto del vapor de agua), sin la cual el calentamiento, debido al desequilibrio radiactivo, sería insoportable.

Los factores de equilibrio con los océanos y la vegetación hacen que la duplicación de la concentración de CO2 atmosférico sea improbable o remota. Pero si se produjera tal duplicación, tendría un impacto menor en la ya saturada y muy estrecha banda de absorción de CO2, y en el aumento de temperatura que podría provocar, y este impacto se vería compensado en gran medida por un aumento en el flujo del heatpipe de vapor de agua: en total, el aumento de temperatura no podría exceder los 0,65°C.

Por lo tanto, debemos buscar en otra parte las causas del actual calentamiento global, sobre todo porque las últimas observaciones parecen incriminar la insolación, a través, sin duda, de una disminución del albedo, cuyas razones no se conocen con certeza. Además, el clima sigue ciclos, de por sí poco conocidos, pero cuya amplitud puede ser mayor que el aumento que estamos experimentando.

Por último, no debemos olvidar que el clima es caótico y que hacer simulaciones precisas del clima en un lugar determinado para dentro de 50 años o más es simplemente una cuestión de hacer conjeturas”.

Dicho esto, veamos ahora lo que está haciendo la UE con la excusa del cambio climático.

Principio del formulario

Final del formulario

El Reglamento Europeo sobre el Clima dice que los países de la UE deben reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 55 %, de aquí a 2030, con el objetivo final de ser climáticamente neutra en 2050. Por lo tanto, el Pacto Verde Europeo obliga jurídicamente a los países de la UE a lograr los objetivos climáticos para 2030 y 2050.

¿Qué significa esto? Pues lo que estamos viendo: cierre de explotaciones agrícolas y ganaderas; prohibición de circular con automóviles propulsados por hidrocarburos en las ciudades y un paquete de medidas “objetivo 55” que incluye: energía, transporte, comercio de derechos de emisión y reducciones, uso de la tierra y silvicultura.

En definitiva, toda una serie de restricciones, nuevos impuestos y cambio de estilo vida impulsados por la UE para supuestamente salvar el planeta.

Pero por muchas políticas que active la UE, para llegar a cero emisiones de CO2 en el año 2050, siempre serán inútiles si la mayoría de la contaminación procede de un puñado de países que no pertenecen a la UE. En 2019, estos fueron los 10 países que más emisiones de C02 produjeron: China, 10.065 millones de toneladas (MT); Estados Unidos, 5.416 MT; India, 2.654 MT; Rusia, 1.711 MT; Japón, 1.162 MT; Alemania, 759 MT; Irán, 720 MT; Corea del Sur, 659 MT; Arabia Saudita, 621 MT e Indonesia, 615 MT.

Como habrás observado, en esta lista sólo hay un país de la UE y, además, es uno de los países que tienen emisiones más bajas.

Entonces, ¿de qué estamos hablando? Pues, por supuesto, no de salvar el planeta, sino de cambiar el mundo -con la excusa del cambio climático- y la UE es la punta de lanza de este proyecto.

Todo esto del cambio climático antropogénico es una mentira descomunal que ha calado en la sociedad porque los medios de comunicación, vendidos al poder global del dinero, no hacen otra cosa que fomentar dicha mentira.

Para rizar el rizo de esta locura, voy a contar lo que vi en un hospital. En la sala de espera de Radiología, del hospital privado de Lanzarote (Hospiten), han instalado un contador que te dice las partes por millón (ppm) de C02 que hay en ese momento en la sala. Como no pude resistir la tentación, me puse a echar mi aliento varias veces al aparatito y, como era de esperar, de 645 ppm lo subí a 1.265.

Quién haya tenido la “brillante” idea de poner ese contador en la sala de espera de un hospital es un  “genio”, porque ha conseguido dos objetivos: demonizar el CO2 -un gas imprescindible para la vida en el planeta- e inducir a los usuarios a ponerse una mascarilla, cuya única utilidad es la de fomentar la sumisión.

El miedo que todo el mundo tiene a morir, más un total desconocimiento de cómo funcionan verdaderamente los ecosistemas de nuestro planeta, ha llevado a un número creciente de iluminados a embarcarse en una nueva causa ideológica, la de salvar el planeta. Esta causa, creada por los globalistas para establecer su totalitarismo planetario, es apoyada por los fanáticos ecologistas y, por supuesto, por los científicos paniaguados del clima que, amparándose en sofismas y evidencias inconsistentes, han creado una nueva religión, la del cambio climático antropogénico. Si bien a primera vista sus motivos pueden parecer nobles, son, sin embargo, acciones fanáticas que bien podrían conducir al suicidio colectivo de la humanidad.

Nos estamos jugando mucho. O paramos esta locura o muy probablemente esta locura acabará con nuestro estilo de vida, en el mejor de los casos, o directamente con nosotros.