Para entender lo que está pasando con nuestra
economía a nivel mundial hay que conocer primero cómo funciona nuestro sistema
monetario.
Está claro que nuestro sistema monetario es intrínsecamente
inflacionario por lo que esto siempre beneficiará a los ricos y perjudicará a
los pobres. Si seguimos utilizando este sistema tendremos que seguir creciendo continuamente
hasta el infinito y en una sociedad que vive de recursos limitados esto es
absolutamente inviable.
Analicemos ahora la historia del dinero desde sus
orígenes.
Primero se creó el dinero: monedas de oro y plata
cuyo valor era el valor intrínseco de esa moneda de oro o plata.
Después se creó el dinero fiduciario: que no se
respalda por metales preciosos ni nada que no sea una promesa de pago por parte
de la entidad emisora. Este es el modelo monetario que manejamos actualmente
en el mundo, y ese dinero es el Dólar, el Euro, el Yen y todas las
otras monedas creadas por los bancos centrales. Esta tendencia comenzó cuando
el Nixon en 1971 decidió unilateralmente cancelar los acuerdos
de Bretton Woods con la derogación del patrón oro y el fin de la
convertibilidad directa del dólar americano con respecto al oro.
Por último
se creó el Dinero "fiat": dinero de las mismas características
que el dinero fiduciario pero con la salvedad de que su uso es obligatorio en
una jurisdicción o país por imposición de una ley de curso forzoso por
parte de la autoridad competente.
Visto cómo
ha ido evolucionando el dinero y, a consecuencia de que Nixon dejó de
responsabilizarse del respaldo del dólar por oro, el dinero hace tiempo que pasó
a ser virtual y absolutamente todo el dinero que existe en el mundo –a excepción
de un 3% que coexiste en moneda- es
virtual, o sea, inventado. Este dinero virtual, que no existe en papel moneda,
únicamente está reflejado en los discos duros de los ordenadores de las
corporaciones financieras. Tal es esta realidad que Canadá ya se ha planteado
dejar de imprimir moneda.
Ahora bien.
Este dinero inventado ha sido y es creado mediante una deuda y esta deuda hay
que devolverla con intereses. Intereses cuyo dinero no ha sido creado, con lo
cual hay que seguir creando más dinero, de más deuda, para seguir pagando esos
intereses cuyo dinero sigue sin haberse creado y así sucesivamente hasta el infinito.
Es de esta
manera como la inflación aumenta al igual que la deuda y alguien tiene que
pagar las consecuencias de este sistema perverso, y ese alguien; pues ya sabes
quién va a ser, tú, puesto que tu dinero cada vez vale menos.
Para compensar la inflación de nuestro sistema
monetario alguien ha tenido una idea; crear una nueva moneda “online” deflacionaria,
llamada Bitcoin, (http://es.wikipedia.org/wiki/Bitcoin#Satoshi_Nakamoto) que coexista con las monedas actuales y así
compensar los dos sistemas. Ese alguien es Satoshi
Nakamoto
Satoshi Nakamoto
es el seudónimo de la persona o el grupo de personas que diseñaron el protocolo
Bitcoin en 2008, y que crearon la
red en 2009, desde cuya fecha está funcionando. Lo que en sus inicios fue visto
como una prueba de concepto ya es
aceptado por comercios online y negocios, al tiempo que los servicios de
intercambio de moneda que trabajan con la moneda virtual están moviendo
millones mensualmente.
Bitcoin es básicamente una economía abierta e independiente que no
depende de la política, de los bancos ni de los gobiernos, permitiendo la
concentración de la riqueza en un mercado libre y sin impuestos, haciendo
posible una economía sin dinero ficticio y sin posible intervención fiscal
estatal.
Bitcoin es
una moneda electrónica descentralizada, basada en criptografía asimétrica, que
reside en una plataforma distribuida P2P en Internet no controlada por ningún
gobierno ni banqueros. Concebida y desarrollada como proyecto open source por Satoshi Nakamoto en 2009, se caracteriza por facilitar las
transacciones por Internet sin intermediarios. Bitcoin no está
controlada por ninguna autoridad central y su diseño, gracias a la
criptografía, garantiza aspectos básicos como la irreversibilidad, no
falsificación y no reutilización de las transacciones. Toma ya, Ahí queda eso.
Bueno, parece
que lo que pretende Bitcoin es descentralizar e impedir la
manipulación directa del mercado, evitando los engaños y los castillos de
naipes financieros, que tanto le gustan a los gobiernos y los bancos centrales,
para salir en falso de los atolladeros reales en los que incurren.
De momento
ya lleva circulando más de 3 años y, como todo, tiene sus adeptos y
detractores. Existen en la actualidad más
de 2.000 empresas y organizaciones que aceptan ya el pago en esta moneda,
que sirve igualmente para pedir una pizza, alquilar un coche o incluso negocios
con las drogas, según el periodista especializado Daniel Eckert.
En fin, ya
veremos con el tiempo si prospera o no esta idea. De momento el principal
inconveniente para su difusión e implantación es que es muy compleja de
entender para la mayoría de la gente que no está familiarizada con la
informática y las nuevas tecnologías.