martes, 25 de febrero de 2020

TERRORISMO FINANCIERO: CONSECUENCIAS


En las últimas décadas, las políticas neoliberales ejercidas en todo el mundo han posibilitado la concentración del poder económico en unos pocos. Lógicamente, los grandes beneficiados han sido la banca internacional y las grandes multinacionales, que han conseguido controlar los mecanismos de la economía en beneficio propio.
Como consecuencia, el sistema financiero se ha convertido en un casino especulativo, en donde la banca de inversión ha desarrollado un sinfín de instrumentos muy sofisticados con los que hacerse con la riqueza del planeta: un auténtico terrorismo financiero que ha empobrecido al trabajador asalariado mientras los políticos miran hacia otro lado.
Una economía en manos de las grandes corporaciones y la oligarquía financiera -que es lo que estamos viviendo ahora mismo- ha traído las siguientes consecuencias: un altísimo endeudamiento; empleo precario; debilitamiento del Estado; aumento alarmante de la pobreza; desigualdad cada día más acentuada; disminución de la calidad de vida de las personas y un mundo en donde las instituciones democráticas brillan por su ausencia y la voz de la ciudadanía simplemente no existe.
Mientras esto ocurre, los medios de comunicación del establishment no hacen otra cosa que decir que la pobreza en el mundo está disminuyendo. Evidentemente, nada más lejos de la realidad.
Hasta no hace mucho, en los llamados países desarrollados los focos de pobreza eran razonablemente pequeños. Sin embargo, ahora países como EEUU, Reino Unido o España tienen a casi la mitad de la población con problemas para llegar a fin de mes.
Pero veamos qué está ocurriendo en nuestro país.
Tras dos semanas de estudio, el relator especial de la ONU para la pobreza extrema, Philip Alston, ha redactado un informe en el que ha puesto al descubierto la realidad social de España. Alston, ha dicho, en relación a la alarmante pobreza en España, que esta alcanza al 26% de la población.
Como comprenderás, no es ninguna broma y naturalmente tiene consecuencias.
En el citado informe se mencionan algunos datos como estos:
·        El salario mínimo en España está en unos varemos muy por debajo del nivel de vida razonable.
·        Los alquileres de vivienda son cada vez más altos y los desahucios se han disparado en los últimos años.
·        En España hay un 26% de la población en riesgo de pobreza o exclusión social.
·        El paro está en un 14% y la mitad de la población tiene problemas para llegar a fin de mes.
·        Casi el 50% de los asalariados no llega a los 8.871 euros anuales.
·        Cerca de siete millones de personas padecen la llamada pobreza energética: no pueden permitirse mantener su vivienda a una temperatura adecuada.
·        La Fundación Secretariado Gitano lleva 40 años denunciando la estigmatización de esta comunidad, que sufre una tasa de extrema pobreza en el 46% de sus integrantes, según sus propios datos.
·        En España hay unas 40.000 personas sin hogar, según la Estrategia Nacional Integral para Personas Sin Hogar 2015-2020.
Con estos datos, es evidente que el modelo aplicado por el neoliberalismo no funciona o, dicho de otra manera, solo funciona para unos pocos.
A pesar de que España como país está prosperando económicamente, son demasiadas las personas que siguen pasando apuros. La recuperación de la mal llamada crisis solo se ha producido para las clases adineradas, dejando al resto de la población en una precariedad de la que va a ser muy difícil salir si no se cuenta con las políticas adecuadas, entre ellas desterrar el neoliberalismo de la faz de la tierra.
Según los datos macroeconómicos que utiliza el Gobierno, la economía española es la que más crece de la zona euro.
Pero no nos dejemos engañar. El PIB puede subir lo que le dé la gana, pero no es indicador de nada. Lo que sí es un buen indicador de lo que está pasando es el aumento de la criminalidad y la proliferación de mafias en España.
Que la pobreza está directamente relacionada con la delincuencia nadie lo duda. Los homicidios, asesinatos, robos en domicilios y establecimientos, hurtos y todo tipo de delitos se han multiplicado de una forma escandalosa en España.
El Ministerio del Interior reconoció 1.646.856 infracciones penales de enero a septiembre de 2018. Evidentemente, estas cifras están manipuladas puesto que ningún gobierno quiere asumir que durante su mandato la criminalidad ha aumentado. Por lo tanto, esta cifra bien podría ser del orden de dos o tres veces mayor.
Por otra parte, según un informe de Interpol, España se ha convertido en el paraíso de las mafias europeas. En dicho informe se asegura que en nuestro país operan 688 grupos mafiosos que se dedican, fundamentalmente, al tráfico de drogas, la explotación sexual, la extorsión y el blanqueo de capitales, entre otras cosas.
Grupos de origen turco, chino, indio, albanés, ruso, iraquí, vietnamita y del oeste africano también forman parte de estas mafias asentadas en España. Pero la mayor mafia en España es la de los propios españoles. Según la policía, hay cientos de grupos que controlan diferentes zonas sobornando incluso a cargos públicos.
Pues bien. Todo esto es consecuencia del terrorismo financiero, que ha empobrecido de tal manera a la población que se ha visto obligada a buscarse la vida de la única manera que ha podido. Y no cabe caer en el patético argumento de que no se quiere trabajar: ¿trabajar dónde, si no hay trabajo? Además, hoy día los salarios son tan bajos que incluso trabajando no se sale de la pobreza, pues el salario no da para pagar las facturas y menos aún para llevar una vida digna.
La gente ingenuamente piensa que esto es circunstancial y que pronto pasará. Nada más lejos de la realidad.
Ni esto es consecuencia de una crisis económica ni de que no haya dinero ni del cambio climático ni de todas esas sandeces que se dicen. Es simple y llanamente el egoísmo y avaricia de unos pocos con la connivencia de los gobiernos a los que sustentan. Nada más.
En España tanto PSOE como PP han sido los artífices de de esta devastación. En una entrevista Julio Anguita dijo: “A ver, ¿qué diferencia en política económica ha habido entre PP y PSOE? Vamos a tirar de hemerotecas. ¿Quién empezó las privatizaciones? ¿Quién empezó las reformas del mercado laboral? ¿Por qué vendimos nuestra agricultura a cambio de entrar en el UE (tratado de Mastrich)? ¿Qué pasó con la segunda flota pesquera más importante del mundo? ¿Con las empresas públicas? Lo que pasa es que hoy vivimos al día y no nos acordamos de lo que pasó ayer y así nos va.
Pero los verdaderos dueños del mundo hoy en día son los grandes fondos de inversión que poseen la mayoría del accionariado de todas las grandes empresas del planeta.
Compañías como Amazon, Microsoft, Apple, Facebook, Alphabet, Berkshire Hathaway, Johnson & Johnson, Tencent, JP Morgan y Wells Fargo, entre otras, tienen a BlackRock y Vanguard Group entre sus principales accionistas. Estos dos administradores de activos financieros (delincuentes de guante blanco) son los más importantes del mundo llegando a gestionar entre los dos la friolera de más de 10 billones de euros, lo que supone casi 10 veces lo que mueve la economía española.
Le siguen en importancia State Street,  Fidelity, Alliand y JP Morgan Chase que también gestionan más de 10 billones de euros entre los cuatro.
Lo alucinante es que sin producir nada ni aportar nada a la economía real estos “tíos listos” se están forrando. ¿Y cómo lo hacen? Pues mediante productos financieros muy complejos para el resto de los mortales. Entre estos productos están los EFT (Fondos Cotizados en Bolsa) que son los instrumentos financieros que más han crecido en la última década, ya que tienen la diversificación de un fondo y la liquidez de una acción. Y, por supuesto, la madre de todos los productos: los derivados financieros.
La economía especulativa ha alcanzado dimensiones inimaginables. La grandísima complejidad que el sistema financiero ha adquirido en los últimos años, junto con la amplia desregularización favorecida por los gobiernos liberales, hace muy difícil -por no decir imposible- su control.
Los bancos de inversión se han convertido en verdaderos terroristas financieros que actúan al margen de la economía real.
Para que nos hagamos una idea de lo que estamos hablando, veamos algunos datos del año 2015 de cómo estaba repartida la economía mundial en función de la capitalización de diferentes productos y el mercado especulativo:
Bitcoin alcanzó una capitalización de 13 mil millones de dólares; el valor en mercado de la Plata era de 16 mil millones de dólares; Bill Gates, el hombre más rico del mundo, poseía entonces una fortuna de más 75 mil millones de dólares; la mejor empresa del planeta, Apple, tenía 620 mil millones de dólares; el balance de la FED, después de los diferentes programas de flexibilización cuantitativa (o sea, darle a la maquinita de hacer dinero), era de 8 billones de dólares; la inversión inmobiliaria, en manos de fondos de inversión, alcanzaba los 9,6 billones de dólares y el total de oro en el mundo valía unos 10 billones de dólares.
Y ahora viene lo más interesante: lo que mueve el mercado especulativo.
La capitalización de todas las bolsas del mundo equivalía a 70 billones de dólares; el dinero FIAT (inventado) en efectivo, en cuentas bancarias y depósitos ascendía a 81 billones de dólares; la deuda global era de 200 billones de dólares y, ¡Ojo al dato!, la estimación del valor de los derivados financieros en ese año fue de 1,2 mil billones de dólares, aunque en realidad nadie sabe el tamaño exacto de este mercado (Fuente, The Money Proyect, año 2015)
No es de recibo que la economía financiera especulativa en 2015 fuera 125 veces mayor que la economía real, cosa que hoy habrá superado con creces esa cifra con toda seguridad.
¿Cómo es posible que esto ocurra? Pues ocurre, porque la inmensa mayoría de la población somos, económicamente hablando, una panda de  analfabetos financieros y no entendemos una mierda (con perdón) de lo que verdaderamente se cuece en el mundo de las finanzas. Si esto mismo lo extrapolamos a otras ramas del conocimiento, nos daremos cuenta de que para ser ciudadanos del siglo XXI somos bastante ignorantes.
¿Y por qué somos tan ignorantes? Pues porque esos mismos tíos egoístas cleptócratas que no quieren compartir las riquezas del planeta con nosotros, tampoco quieren  compartir el conocimiento.
Como habrás podido comprobar por ti mismo, nada de esto se enseña en ninguno de esos nuevos planes de educación que elabora cada gobierno de turno, no sea que se les acabe el chollo.
Decía el Che Guevara a sus guerrilleros cuando les enseñaba a leer y escribir: “un pueblo ignorante es muy fácil de engañar”. ¡Elemental, mi querido Watson! Por eso, es inconcebible que el talento y la tecnología actual estén siendo utilizados para el enriquecimiento de unos pocos y no para erradicar enfermedades, desarrollar el conocimiento y, en definitiva, para hacer un mundo mejor.

sábado, 15 de febrero de 2020

¿HAY ALGUIEN AHÍ FUERA?


En el siglo XVII el filósofo alemán, Leibniz, se preguntó por qué hay algo en lugar de nada. Es decir, se preguntó cuál es la causa de que el universo exista y de dónde han salido todas esas galaxias, estrellas, planetas y nosotros mismos.
Evidentemente, la respuesta en aquella época fue muy sencilla: hay algo porque Dios lo creó y Dios se creó a sí mismo. Asunto zanjado.
Según un principio metafísico, ningún ente puede empezar a existir a partir de nada; o lo que es lo mismo: nada surge de la nada (al menos es lo que decía el filósofo griego Parménides). Por lo tanto, la existencia del universo solo puede explicarse de dos maneras: o el universo existió siempre o bien tuvo un comienzo.
Ahora bien. Si tuvo un comienzo significa que surgió de la nada. Evidentemente, esto contradice el principio de que nada surge de la nada. Luego, si este principio es cierto, el universo existió siempre; y si salió de la nada, el principio metafísico de que nada surge de la nada es falso.
En las últimas décadas los avances científicos han puesto en evidencia las creencias sobre nuestra propia existencia y la posibilidad de que no estemos solos en el universo. A medida que la ciencia avanza y el conocimiento de nuestro entorno más cercano del universo se hace más patente, esa incógnita se va despejando, ya que, aunque no tenemos aún evidencias de ello, las probabilidades de que exista vida extraterrestre cada vez son mayores.
Durante los últimos 20 años los científicos han utilizado imágenes del Telescopio Espacial, Hubble, para calcular que el universo que podemos ver contiene alrededor de 100 mil a 200 mil millones de galaxias. Después de estas observaciones, han estimado que solamente en nuestra galaxia puede haber miles de millones de sistemas solares y que en el universo puede haber más de 2 billones de galaxias con miles de millones de estrellas. Estas estrellas, a su vez, albergan miles de millones de exoplanetas, y que tengan unas condiciones similares a la Tierra parece que son incalculables.
Dicho esto, la posibilidad de que exista vida en el universo, fuera de nuestro planeta Tierra, es prácticamente infinita. Y de que esa vida sea inteligente, también, si bien no necesariamente tal y como la concebimos nosotros.
Aunque no lo percibimos, la Tierra gira sobre su eje a una velocidad de 1.670 km/h y alrededor del Sol a 107.208 km/h. El Sistema Solar orbita, a su vez, alrededor del agujero negro que se encuentra en el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, a 792.000 km/h. Y nuestra galaxia navega a casi 2,3 millones de km/h a través del espacio. Si a la velocidad de rotación y traslación de la Tierra le sumamos la velocidad del sistema solar y la de la galaxia, obtenemos un número que ronda los 3 millones de km/h que, en definitiva, es la velocidad a la que nos movemos nosotros. Sin embargo, no percibimos nada de esto y nuestra sensación es de absoluto reposo.
Según la ciencia, nada supera la velocidad de la luz y el tiempo -sabemos por la teoría de la relatividad de Einstein- no es el mismo para diferentes velocidades. Así, nosotros nos movemos a 3 millones de km por hora y nuestro tiempo es el que es, pero en un sistema planetario de otra galaxia, moviéndose a otra velocidad mayor o menor que la nuestra, el tiempo será diferente.
En definitiva. Dado lo complejo del universo (algunos científicos afirman que somos parte de un multiverso) y de que en nuestra corta vida el tiempo es oro, no sé qué hacemos desperdiciándolo.
En las sociedades modernas, toda nuestra corta y malgastada existencia se reduce prácticamente a esto: esclavizarnos de por vida a un trabajo, para conseguir un dinero que nos permita comprar un sinfín de sandeces que no necesitamos. Eso es todo.
Esta manera de vivir está atrofiando seriamente la inteligencia de la mayor parte de los seres humanos, amén de contaminar el planeta y acabar rápidamente con los recursos que la madre naturaleza ha tardado miles o millones de años en concebir.
Actualmente somos una civilización primitiva y agresiva con tendencia a la autodestrucción. Uno de los mayores peligros ahora mismo está en la superpoblación. Si no controlamos pronto la natalidad, nos expandiremos como un virus acabando con todos los recursos del planeta antes de lo previsto. Esto conducirá, inevitablemente, a un ritmo exponencial de la desigualdad social, la contaminación ambiental y la proliferación de guerras, hasta terminar autodestruyéndonos.
Pero este escenario apocalíptico no debería preocuparnos, ya que nos encontramos aún en un proceso de inmadurez como especie inteligente, y seguramente algún día esta forma primitiva de vivir será superada. Además, encontraremos la solución a todo lo que hoy nos parecen problemas insalvables, evolucionando hacia algo impensable hoy en día.
La ventaja que nos da nuestra inteligencia, con respecto al resto de especies, es lo que condicionará nuestro futuro. Tarde o temprano el ser humano evolucionará a un ser de inteligencia superior, de la misma manera que el primer simio que caminó erguido dio paso a lo que somos ahora.
Las guerras, propiedad privada, dinero, políticos, lobbies, oligopolios y todo aquello que ahora nos parece inamovible se acabará. Solo perdurará el conocimiento, la ciencia y la tecnología.
La mayoría de la población aún no es consciente de que estamos siendo manipulados por máquinas. No tardando mucho nosotros mismos nos convertiremos en máquinas –de momento electrónico-biológicas- para pasar después a ser nada más que inteligencia, probablemente dentro de una máquina.
¿Ciencia ficción o un futuro que nos aterra por nuestra ignorancia además de nuestras absurdas e ingenuas creencias?
Dado que los recursos terminarán desapareciendo, puesto que son limitados, y lo que es aún peor, que nuestro sistema solar desaparecerá, la única manera de sobrevivir será colonizar otros mundos. Pero para eso necesitaríamos viajar a velocidades próximas a la de la luz, cosa que hoy por hoy es imposible.
Está claro que con los conocimientos que tenemos hoy en día jamás alcanzaremos velocidades superiores a un 5-10% de la velocidad de la luz, en el mejor de los supuestos. Pero si queremos colonizar otros mundos o ser visitados por alienígenas, tanto unos como otros deberíamos poder viajar a velocidades próximas a la de la luz. ¿Imposible? Yo creo que no. Probablemente la respuesta sea muy sencilla, pero aún no la conocemos.
Si como afirma la mecánica cuántica un átomo puede estar en dos sitios a la vez, ya tendríamos la respuesta, dado que nosotros mismos estamos compuestos por átomos. Ahora sólo falta averiguar cómo hacerlo realidad.
Por otra parte, la teoría de cuerdas (o teoría del todo), que unifica la física cuántica y la relatividad, dice que son necesarias al menos 7 dimensiones más para que esta teoría se cumpla. Entonces, ¿sería posible viajar a otros mundos cambiando “simplemente” de dimensión? De momento, tampoco conocemos la respuesta.
La manera de concebir nuestra existencia es algo que la filosofía lleva intentado explicar durante siglos sin conseguirlo. Lo que es incuestionable, es que aunque hoy en día la ciencia aún no tiene la respuesta, la tendrá. Además, no solo podrá explicar el cómo, sino también el por qué. Y lo que es aún más fascinante: la ciencia logrará que colonicemos otros mundos y ver si en realidad hay alguien ahí fuera.
Pensarás, y con razón, que todo esto nos viene muy grande ahora mismo. Pero si hace tan solo 50 años alguien nos hubiera dicho que íbamos a disponer de un aparato del tamaño de una cajetilla de cigarrillos, llamado smartfhone, que nos permite hacer cosas increíbles con solo mover un dedo no lo hubiéramos creído. Así que, con el paso del tiempo, todo se andará.

martes, 4 de febrero de 2020

CORONAVIRUS: ¿PANDEMIA, NEGLIGENCIA O NEGOCIO?


Desde siempre los virus han vivido con nosotros y el resto de animales del planeta. Aunque no fueron descubiertos hasta el siglo XX, no son nuevos y llevan ocultos millones de años evolucionando. Si bien la mayoría son combatidos por nuestro sistema inmunológico, hay otros, sin embargo, que ocasionan serias enfermedades e incluso pueden causar la muerte.
Pero, ¿qué es un virus?
Un virus es un agente patógeno infeccioso que está en el límite de lo que consideramos un organismo vivo. Es una partícula mucho más pequeña que una célula bacteriana, y consiste en un pequeño genoma de ADN o ARN rodeado por una cubierta proteica. Se reproduce al colonizar una célula y utilizar su maquinaria para crear más virus.
¿Y qué es un coronavirus?
Los coronavirus son una gran familia de virus que causan desde resfriados leves hasta neumonías mortales. Se denominan así porque su envoltura, vista al microscopio electrónico, parece una corona. Afectan a numerosas especies animales como gatos, perros, cerdos, vacas, aves, dromedarios, murciélagos, etc. Muchos de ellos (incluido el descubierto ahora en China, llamado 2019-nCoV) pueden afectar también a personas.
Como todo el mundo sabe, en enero de 2019 se difundió en los medios de comunicación que en la ciudad china de Wuhan (de 11 millones de habitantes) había una epidemia provocada por un coronavirus. Se dieron datos de infectados y fallecidos y, desde entonces, estas cifras no han parado de subir. Aunque se ha declarado a la ciudad en cuarentena, el virus se ha expandido por toda China y han aparecido casos en otros países.
Las imágenes que nos muestra la TV son casi apocalípticas: ciudades desiertas, gente con mascarilla, personal sanitario embutido en monos blancos y máscaras y un sinfín de noticias alarmantes en todos los sentidos. Evidentemente, esto está teniendo un impacto en la población, y dado el grado de estupidez que padecemos en estos tiempos, vete a saber qué consecuencias tendrá.
Pero hay otras cosas que no se cuentan en los medios de comunicación y que también deberíamos saber para tener mejor criterio a la hora de analizar la situación.
Durante el año 2017, China construyó a 32 km de la ciudad de Wuhan un laboratorio para estudiar cepas de coronavirus. Y la pregunta inmediata es: ¿el coronavirus 2019 nCoV ha salido de ese laboratorio?
Según Francis Mojica, profesor titular del Departamento de Fisiología, Genética y Microbiología de la Universidad de Alicante, el coronavirus surgido en la ciudad china de Wuhan podría ser un virus “mutado" escapado del laboratorio ubicado a 32 km de esa ciudad.
Pero vayamos a lo que de verdad le importa a este Sistema: el dinero.
Teniendo en cuenta la máxima de que siguiendo el rastro del dinero se llega a la verdad, analicemos ahora algunos datos económicos.
Según un medio de información económico de prestigio, las bolsas pueden corregir hasta un 13% si el coronavirus de China imita el patrón de otras epidemias anteriores. ¿Y Qué significa esto? O lo que es lo mismo, ¿a quién beneficia? Pues a los grandes fondos de inversión que pueden recomprar a bajo precio y volver a inflar la bolsa.
Económicamente hablando, parece que farmacéuticas, bolsa y coronavirus están íntimamente interrelacionados.
Es cuanto menos curioso que haya cepas de coronavirus patentadas por farmacéuticas muchos años antes de que todo esto sucediera.
Actualmente hay tres grandes farmacéuticas  desarrollando la vacuna para el coronavirus 2019 nCoV: Inovio, Innova y Moderna Inc.
Evidentemente, detrás de estas compañías hay accionistas. ¿Y quiénes son? Como era de esperar, en una oportunidad como esta de negocio, sin dar un palo al agua, están los grupos de siempre: grandes fondos de inversión como BlackRok, Vanguard Group, State Street y Morgan Stanley, entre otros, que son los que controlan el mundo, económicamente hablando, y, por tanto, tienen mucho poder a nivel mundial.
Para que nos hagamos una idea, las acciones de Inovio, una de las farmacéuticas que está fabricando la vacuna para el coronavirus aparecido en China, subieron más de un 20% nada más conocerse la noticia.
Por otra parte, en octubre de 2019 el Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud en asociación con el Foro Económico Mundial y la Fundación Bill y Melinda Gates organizaron en Nueva York el Evento 201: un ejercicio pandémico de alto nivel, justo dos meses antes de los actuales acontecimientos. En él se habló de que una nueva cepa de coronavirus se iba a expandir a través de animales a los seres humanos y que acabaría matando a 85 millones de personas. También se dijo que se desplomarían las reservas turísticas y bajaría la bolsa, entre otras cosas, y que serán necesarias alianzas público-privadas durante la respuesta a esta pandemia severa, para disminuir las consecuencias económicas y sociales a gran escala.
Curiosamente, la Fundación Bill y Melinda Gates, junto con la mismísima CIA, tienen patentes registradas de coronovirus en humanos desde el año 2017; es decir, dos años antes de la aparición de esta “epidemia”.
Dicho esto, ahora se nos vienen encima un montón de preguntas:
¿Es la actual pandemia de coronavirus consecuencia de una negligencia humana en un laboratorio?
¿Ha surgido espontáneamente proveniente de un animal contagiando a humanos o es un experimento fallido de arma química?
¿Será utilizado por la industria farmacéutica para obligar a toda la población a ser vacunada?
¿Tendrá consecuencias económicas para China y para sectores tan importantes, económicamente hablando, como el turismo?
¿Ayudará a implosionar el sistema financiero para mantener la burbuja de dinero FIAT?
¿O es tal y como nos lo están contando y todo lo demás no son más que meras conjeturas?
Evidentemente, no conozco la respuesta a estas preguntas, pero hay un dicho popular que afirma: “cuando el río suena, agua lleva”.
Es evidente que con nuestro grado de imbecilidad a medida que aumente nuestra angustia exigiremos remedios más contundentes que el aislamiento y las cuarentenas. Indudablemente, será una buena oportunidad para los gobiernos de implementar medidas que de otra manera no podrían ser llevadas a cabo (recuerda la estrategia más utilizada por el poder: problema, reacción, solución).
En un mundo donde todo está relacionado con el lucro es muy difícil creer en la honestidad de los estados, las instituciones, los medios de comunicación y, en definitiva, de las personas. Por eso, discernir entre una verdad y una mentira es cada vez más difícil.
Del mismo modo que el terrorismo ha sido utilizado para ejercer un control casi absoluto sobre nosotros, una pandemia como esta podría ser utilizada para restringir, por ejemplo, nuestra movilidad, ya que el turismo de masas está produciendo un efecto devastador destrozando costas, ciudades, parques naturales, ect. Aunque no lo creo, ya que nuestra estupidez antepone el dinero a todo lo demás, y el turismo es la industria más lucrativa de los últimos tiempos, llegando a generar más de 5.000 millones de dólares al día.
Esto acaba de empezar. Lo que es evidente es que no debe ser ninguna broma cuando los chinos se lo han tomado muy en serio construyendo hospitales en tiempo record. Pero por el bien de todos, esperemos que reine la cordura y se anteponga la vida al dinero. Ya veremos.