jueves, 30 de julio de 2020

THE BIG THREE: LOS TRES HOMBRES QUE CONTROLAN FONDOS DE INVERSIÓN POR VALOR DE 11 BILLONES DE DÓLARES CALLAN ANTE EL HUNDIMIENTO DE LA ECONOMÍA MUNDIAL


Aunque la mayoría de los mortales no sean conscientes, pues no ven más allá de sus propias narices, la realidad es que la humanidad está sometida a un “gobierno invisible” formado por banqueros, grandes corporaciones y financistas.
Estos verdaderos dueños del mundo ponen y quitan gobiernos, provocan guerras, financian atentados terroristas, promueven crisis económicas, declaran pandemias y, evidentemente, son los dueños del podrido sistema financiero.
De todos los chanchullos, que utiliza nuestro sistema financiero, hay uno puesto de moda que se está haciendo con la riqueza de todo planeta: los “fondos de inversión”. Este invento financiero ha conseguido que gente sin dar un palo al agua, sin tener la mínima idea de cómo hacer funcionar una compañía y sin aportar nada a la sociedad obtengan unos beneficios descomunales a partir del esfuerzo de otros. Por lo tanto, podemos asegurar que los fondos de inversión actualmente acaparan un poder casi ilimitado y se han hecho con la mayoría de la riqueza de la Tierra.
Los tres fondos de inversión más importantes del mundo (llamados los Tres Grandes), que mueven ¡agárrate! un total de 11 billones de dólares (10 veces lo que mueve la economía española), son: BlackRock, Vanguard Group y State Street Global.
Evidentemente, detrás de cada uno de estos grupos hay un hombre muy poderoso: Larry Fink está detrás de BlackRock, Mortimer Buckley de Vanguard Group y Joseph Hooley de State Street Global.
Estos tres fondos son los propietarios de miles de corporaciones en todo el mundo. Solamente en EEUU son los mayores accionistas del Standard & Poor's 500, con casi el 90% de las acciones de las 505 compañías que lo conforman, entre las que se encuentran Apple, Microsoft, Exxon Mobil, General Electric y Coca-Cola. ¡Casi nada!
Y, coincidencia o no, estos tres todopoderosos “hombres ilustres”, que dirigen los tres mayores fondos de inversión del mundo, están estrechamente relacionados con la sanidad: Larry Fink es copresidente de la junta del NYU Langone Medical Center; Mortimer Buckley es miembro de la junta del Hospital de Niños de Filadelfia y fue presidente del consejo de administración entre 2011 y 2017; Joseph Hooley es miembro del consejo de presidentes del Hospital General de Massachusetts.
Y la pregunta es: ¿qué hacen unos hombres cuya especialidad es la especulación pura y dura de las altas finanzas metidos en juntas y consejos de administración de hospitales? No lo sabemos, pero, evidentemente, nada bueno.
El confinamiento junto con las medidas draconianas de seguridad y la nueva normalidad han hundido la economía mundial y muy especialmente la de EEUU. Entonces, ¿cómo es posible que los “Tres Grandes” se hayan quedado de brazos cruzados mientras esto ocurre? ¿Qué razón han tenido para rendirse al virus de de la OMS de Fauci y Bill Gates? ¿Qué saben ellos, que no sabemos nosotros, para mantenerse al margen mientras la devastación económica se extiende por todo el planeta?
La economía mundial se desploma y el desempleo alcanza baremos nunca vistos. Y esto solo es la punta del iceberg.
Después de más de seis meses de esta mentira, la Oficina Internacional del Trabajo ha informado que en todo el mundo hay aproximadamente 500 millones de personas desempleadas o con empleos de miseria (gente que es pobre trabajando). También predice que puede llegar a 2.000 millones (el 58% de la población activa en todo el mundo, teniendo en cuenta que en 2019 la población activa era de 3.460 millones).
Y ahora la pregunta inevitable: ¿cui bono? (¿Quién se beneficia?)
En una economía a la deriva siempre sacan tajada los mismos: los “tíos listos”. ¿Y quiénes son los tíos listos? Pues, entre otros, los Tres Grandes, que se harán con todo el tejido empresarial, tecnológico y bienes raíces de todo el mundo a precio de saldo. No está mal ¿verdad?
Además, esta mentira está siendo utilizada para efectuar un salvaje recorte de derechos y libertades nunca antes visto y para crear una masa social de imbéciles borregos miedosos controlados a perpetuidad.
Es lamentable ver como esta sociedad decadente es incapaz de luchar por sus derechos e incluso por su propia vida. ¿Pero cómo va a luchar contra algo si ni siquiera es consciente de ello?
Nos guste o no, nos hemos convertido en una manada de zombis que hace y obedece lo que ordena la puta televisión. Nada más.
Lo que me sorprende es que la estrategia que se está utilizando no es nada sofisticada; al contrario, me atrevería a decir que es incluso muy grosera. Pero les funciona porque está dirigida a personas tontas del culo que, por desgracia, son mayoría.
Tal es así, que los tontos del culo, para sentirse mejor, consideran que los responsables de todos sus males son los políticos que, en su “cualificada” opinión, son unos idiotas incompetentes, cosa que los mismos políticos se afanan en hacérselo creer. ¿Y por qué? Pues porque es más fácil de asumir que la realidad: que nuestros políticos son personas sin escrúpulos, vendidas al poder global del dinero, plenamente conscientes de sus actos. Así de real. ¿O es que verdaderamente piensas que ellos no saben lo que están haciendo?
Para terminar de encajar todas las piezas, decir que ya ha salido a la luz lo que algunos llevamos anunciando desde hace años: el reseteo económico-monetario. Ya se ha anunciado que está previsto celebrar en enero de 2021 una cumbre del Foro Económico Mundial para efectuar el famoso reseteo monetario-económico-2021. Evidentemente, si se va a producir un reinicio del sistema, es porque para entonces el actual ya lo habrán derribado.
¿Te queda claro ahora para qué sirve toda esta farsa?

martes, 21 de julio de 2020

¿ESTÁ COMPROBADA LA EXISTENCIA DEL COVID-19? ¿VERDADERAMENTE ES EL CAUSANTE DE LAS MUERTES ATRIBUIDAS A ESTA FALSA PANDEMIA? ¿ES EL COVID-19 UNA EXCUSA PARA HUNDIR LA ECONOMÍA?

Los medios de comunicación de masas, con la televisión a la cabeza (fuente utilizada mayoritariamente por la población para informarse), afirman que existe una pandemia causada por un nuevo virus al que han denominado Covid-19.
Según la ciencia, para corroborar la existencia de un nuevo virus éste tiene que ser aislado, purificado y secuenciado. Por lo tanto, no se puede asegurar la existencia de un nuevo virus sin las pruebas que lo verifiquen.
La ciencia, para que sea ciencia, requiere de unos requisitos y protocolos que son conocidos por todos los científicos de mundo.
La OMS asegura que el Covid-19 ha sido secuenciado. Pero parte de la comunidad científica se pregunta: ¿dónde están las pruebas? Según ellos en ningún sitio, no existen. Muchos científicos le han reclamado las pruebas a la OMS sin recibir respuesta: lo único que hace la OMS es proporcionar una secuencia genética sacada de una base de datos y atribuirla al Covid-19. Por lo tanto, no sabemos si el virus existe, lo que sabemos es que no está demostrado que exista.
Por otro lado, decir que la prueba PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa) es específica para detectar enfermos de Covid-19 es una majadería como la copa de un pino. Y lo saben.
Aclarémoslo.
La Polimerasa es una enzima capaz de transcribir o replicar ácidos nucleicos. Pues bien. La PCR es una técnica biológica molecular desarrollada en 1986 por Kary Mullis que le valió el Premio Novel de Química en 1993. Esta técnica sirve para amplificar un fragmento de ADN. Su utilidad radica en que es más fácil identificar virus o bacterias causantes de una posible enfermedad, identificar personas (cadáveres) o hacer investigación científica sobre el ADN amplificado. Pero nunca, como aseveró el mismísimo Kary Mullis, para detectar una enfermedad infecciosa.
La propia OMS ha publicado un reciente informe, en el que dice: “La detección de ARN mediante ensayos basado en la reacción en cadena de la polimerasa de transcripción inversa (RT-PCR) no es necesariamente indicativa de un virus competente (viable) de replicación e infección que pueda ser transmisible y capaz de causar infección.
¡Manda huevos! O sea, que la PCR (técnica fundamental en la que se sustenta esta pandemia) no determina que una persona sea contagiosa: un verdadero escándalo que, evidentemente, nadie querrá reconocer.
Sin embargo, los criterios destinados a establecer la relación causa/efecto que vinculan a un microbio con una enfermedad infecciosa están bien establecidos y deben cumplir los cuatro postulados de Koch, que son:
1.  El agente patógeno debe estar presente en los individuos enfermos y ausente en los sanos. No se cumple: están los asintomáticos
2.  El agente debe ser cultivado en un cultivo axénico puro aislado del cuerpo del individuo.
3.  El agente aislado en un cultivo axénico debe provocar la enfermedad en un individuo susceptible al ser inoculado.
4.  El agente debe ser aislado de nuevo de las lesiones producidas en los individuos de experimentación y ser exactamente el mismo al aislado originalmente.
Sin ser ningún experto, está claro que el primer postulado de Koch ya no se cumple. Y eso no es discutible.  Entonces, ¿de qué va esto?
La OMS lleva anunciando pandemias desde hace décadas (gripe aviar, el virus del ébola, el virus del zica, la gripe porcina,….) pero se olvidaron de la más importante: la pandemia del virus de la estupidez humana.
Internet está lleno de estudios médicos que contradicen las versiones institucionales sobre el Covid-19 y, a nivel personal, hay centenares de virólogos, químicos, biólogos y científicos, en general, que desmienten tajantemente la peligrosidad del Covid-19 para haber declarado una pandemia y cerrar el mundo. Y eso sin contar la censura a la que están sometidos todos aquellos que se atreven a denunciarlo.
Gente de renombre internacional como los profesores de Stanford John Ioannidis y el Dtr. Scott Atlas; el epidemiólogo Dtr. Knut Wittkowski; el virólogo alemán Hendrik Streeck; el profesor de biología y Premio Nobel Michael Levitt; el profesor emérito de microbiología Sucharit Bhakdi y el médico jefe de infecciología de Suiza Dtr. Pietro Vernazza son sólo algunos ejemplos.
¿No te parece extraño que no veamos a ninguno de ellos en televisión? Porque estar, están. Pero sus voces están silenciadas en los medios de comunicación de masas. Por algo será.
La respuesta desproporcionada por parte de los gobiernos a esta falsa pandemia tiene aterrorizada a la mayoría de estúpidos del planeta. Y eso es más peligroso que el propio Covid-19. Pero de eso se trata, ¿no?
Además, todas las medidas tomadas son ilegales e incumplen por completo los tratados internacionales como la Declaración Universal de Derechos Humanos / donde en su Artículo-3, dice:Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona
Del mismo modo, incumple el acuerdo de los Principios de Siracusa sobre las disposiciones de limitaciones y derogación del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos l donde en la Parte II, Derogaciones en Situaciones Excepcionales, se habla de los derechos que no pueden ser suspendidos: “Ningún Estado, ni siquiera en situaciones de excepción que amenacen la vida de la nación, podrá suspender las garantías contenidas en el Pacto con respecto al derecho a la vida y a no ser sometido sin libre consentimiento a experimentos médicos o científicos….”
Y por si esto no fuera suficiente, en España existe la Ley básica 41/2002, de 14 de noviembre, reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica, donde figuran los derechos del paciente a consentir o no cualquier tratamiento médico y el derecho a la información. Por lo tanto, si consideramos que llevar una mascarilla es un tratamiento médico, ¿dónde está nuestro derecho a decidir sobre llevarla o no?: Las mascarillas producen más efectos perjudiciales que beneficiosos (así lo aseguran los propios médicos), por eso el Colegio de Médicos no se hace responsable de las consecuencias.
Evidentemente, estos pactos y leyes son incumplidos sistemáticamente por nuestros gobiernos, con absoluta impunidad, amparándose en la complicidad del Sistema Judicial.
Sus señorías no son idiotas y sabían de antemano, antes del confinamiento, que una medida de este tipo arruinaría el país. Entonces, ¿por qué lo han hecho?
Si asumimos alegremente, tal y como nos cuenta el Gobierno, que la economía se está recuperando y que las cosas mejorarán en un futuro no muy lejano es que no hemos entendido nada de lo que está pasando.
Nuestro miedo al “bicho” nos tiene bloqueados. Este país, como muchos otros países del mundo, está bajo el control de las mafias de la salud, que a su vez están en manos de los que verdaderamente controlan el mundo.
Si no le ponemos remedio –y se lo tenemos que poner nosotros- esto no va a parar. El daño físico, emocional y económico que está causando a la población está siendo irreparable. O paramos esto YA, o luego será tarde.
Para ellos es fácil mantener esta mentira hasta que llegue la fatídica vacuna. Harán más pruebas inútiles que registren falsos positivos. Escribirán arbitrariamente la palabra "Covid" en los historiales de los pacientes. En resumen, cualquier enfermedad similar a la gripe o infección pulmonar se considerará como Covid-19. Y nosotros a tragar (por si no lo sabes, tanto Trump como Boris Johnson han declarado públicamente que los datos de las muertes ocasionadas por Covid-19 están inflados).
Y así seguirán declarando nuevas oleadas de contagios; eso sí, de momento asintomáticos, ya que no hay enfermos. Inventarán cualquier pretexto para cerrar provincias (caso de Lleida) o regiones (caso de la Mariña Lucense). Implantarán la obligatoriedad de llevar la puta mascarilla en todo el territorio nacional para que no se nos olvide el miedo. Mientras tanto, los hospitales están vacíos. Este video, del 12 de julio, del Hospital Arnau de Vilanova de Lleida_vacio lo demuestra, aunque maldita.es diga que es un bulo: elemental, ¿qué va a decir maldita.es si ha sido subvencionada por el Gobierno?
Y mientras tanto, la ruina económica se va desplegando poquito a poquito por todos los rincones del país.
Este Gobierno, con la complicidad impune de los medios de comunicación de masas y de los médicos cobardes que callan, está llevando a cabo uno de los atentados más despiadados contra la población: nuestro país está siendo empujado hacia el abismo por sus propios gobernantes que, paradójicamente, se hacen llamar a sí mismos representantes del pueblo.
Este, y no otro, es el verdadero objetivo del Covid-19: una mentira inflada, una exageración descomunal para llevar a cabo un plan: la implantación de la agenda globalista 2030.
La falsa pandemia, unida a la amenaza del calentamiento global y el deterioro medioambiental, son solo escusas para que las gentes toleren de buen grado la pérdida de derechos y libertades y acepten sin rechistar el control absoluto sobre sus vidas al que ya están siendo sometidas.
Pero para llevar a cabo este plan es necesario hundir la economía.
En España, el confinamiento obligatorio, unido a las restricciones de movimiento y a la limitación de aforos, ha provocado estragos en el sector servicios. El comercio minorista se ha desplomado. Y un país que vive de la pequeña y mediana empresa y los autónomos está condenado a la ruina. El mismo Relator de la ONU ya dijo en febrero de este año: “Siendo un país rico, España vive en la pobreza generalizada”. Pues yo le diría al Relator de la ONU que vuelva dentro de un año y verá lo que se encuentra.
La pandemia ha perjudicado a millones de pequeños negocios, trabajadores poco cualificados y a los que viven al día de su jornal. Estos trabajadores no disponen de más recursos que sus ingresos diarios. Por lo tanto, han quedado sumidos en la pobreza extrema. Según cálculos realizados, se estima que en España, un país “fuertemente afectado” por el coronavirusun 40% de la población no dispone de suficientes ahorros como para estar sin trabajar durante más de tres meses". Y algunos ni eso.
¿De verdad crees que es más preocupante el Covid-19 que la ruina de millones de personas de nuestro país? Que se lo pregunten a ellos.
Muchos, ingenuamente, y por qué no decirlo, egoístamente, piensan que ellos cobran una pensión, que disponen de ahorros, que tienen trabajo y un buen salario y, en definitiva, que a ellos la pobreza no les va a afectar. Pero se equivocan y no se imaginan cuanto.
Visto lo visto, la única explicación posible a toda esta sarta de mentiras es un plan eugenésico a nivel mundial para la implantación de la agenda globalista 2030 y el Muevo Orden Mundial. No hay más.
No tengo ni idea quien imparte las órdenes que nadie se atreve a discutir, pero lo único deplorable de esta “mala película” es el asesinato en masa de miles de ancianos. Esto debería llevarnos a exigir la inmediata detención de todos los criminales y genocidas que han permitido una masacre ordenada no sabemos por quién.
La causa del aumento de muertes, supuestamente atribuidas al Covid-19, se cerró a mediados de mayo, como lo demuestra los datos del propio Ministerio de Sanidad y del Instituto de Salud Carlos III, según puede verse en el siguiente gráfico adjunto del CCAES. Pero si todos los “expertos” que salen en los diferentes medios de comunicación de masas, sobre todo en televisión, dicen que no es estacional y que esto no ha terminado (en contra toda evidencia estadística), ¿quiénes somos nosotros para cuestionarlo?
Así que seguirán con esta farsa hasta el final o hasta que, de una vez por todas, la sociedad despierte de su letargo, cosa que dudo.
Porque ellos sí saben que es una farsa. Por eso da igual que la mascarilla sea de tela, de diseño o quirúrgica, puesto que son conscientes de que no sirven para nada. Bueno, sirve para que obedezcas y te calles.
Pero la mayor impotencia está en la pasividad y la ignorancia de la gente que, aparte de no saber, no quiere saber y se limita a obedecer.
Por eso da igual que nos demuestren con datos y estudios científicos, revisados por pares, que todo esto no es lo que nos están contando, porque ni siquiera nos molestaremos en leerlo. Da igual que veamos vídeos en YouTube de prestigiosos científicos desmontando la pandemia, porque pensaremos que no es un medio científico adecuado para informar, como “sí lo son” las televisiones tóxicas de las que nos nutrimos. Tampoco nos interesa saber qué es la acidosis, la hipercapnia y la hipoxia que nos producen los bozales que llevamos en la boca y que su única función es ver el grado de sumisión que somos capaces de soportar.
Por todo esto, ¡Basta ya! O hablamos ahora o nos callarán para siempre.  

martes, 14 de julio de 2020

UN “FILÁNTROPO” LLAMADO BILL GATES QUE QUIERE VACUNARNOS A TODOS AMPARÁDOSE EN UNOS TEST (PCR) QUE, SEGÚN PARECE, CARECEN DE SENTIDO CIENTÍFICO

Hay una noticia que está pasando desapercibida, o mejor dicho no está siendo tenida en cuenta, pero que es muy reveladora.
La falsa pandemia ha traído un efecto sorprendente: la tasa de mortalidad entre los niños ha descendido drásticamente en prácticamente todos los países que han sido confinados.
A partir de marzo de 2020, las muertes previstas -como cada año- entre la población infantil comenzaron a disminuir bruscamente. Según datos del Sistema Estadístico Federal de los Estados Unidos, de las aproximadamente 700 muertes esperadas por semana se pasó a menos de 500 a mediados de abril y durante todo mayo. Sorprendente ¿verdad? Pues sí. La realidad es que el confinamiento, casi universal, ha salvado la vida aproximadamente a un 30% de niños.
Es curioso que mientras entre los ancianos la mortalidad aumentaba de una manera alarmante, algo misterioso estaba salvando la vida de los niños. Y la pregunta es: ¿el qué? La respuesta está en que prácticamente la mayoría de vidas salvadas han sido bebés. ¿Y por qué los bebés? Pues porque los padres no llevaron a sus hijos al pediatra para su control regular y vacunación correspondiente.
En EEUU, en el Informe semanal de morbilidad y mortalidad de los CDC, del 15 de mayo, se notificó que hubo una disminución en las dosis de vacunas pediátricas administradas. Estas disminuciones se iniciaron en marzo (comienzo del confinamiento por Covid-19) y, a partir de ahí, las muertes infantiles empezaron a disminuir.
De todos es sabido lo controvertido de las vacunas, que tiene dividida a la ciencia y muy concretamente a la medicina.
Pero quien más controversia suscita en el tema de las vacunas es Bill Gates y su Fundación Bill y Melinda Gates.
Todos sabemos que Bill Gates (fundador de Microsoft) es uno de los hombres más ricos del mundo. Pero, ¿quién es realmente Bill Gates? ¿Qué esconde este “filántropo”?
Bill Gates es el hijo de William H. Gates, abogado y uno de los ex jefes de la multinacional Planned Parenthood, que es una organización de planificación familiar y del aborto en EEUU. Este señor es de la opinión que la población necesita ser controlada y restringida.
Parece que Bill Gates ha heredado de su padre el intento de controlar la población. Gates abandonó el 2006 la dirección de Microsoft para dedicar toda su vida a la Fundación Bill y Melinda Gates, cuyo objetivo principal es imponer mundialmente sus vacunas.
La nueva vida de Gates está llena de controvertidas actuaciones, que le han llevado en ocasiones hasta los tribunales, y de las que nadie habla.
Estas son algunas de esas actuaciones desconocidas para el gran público.
-Durante la campaña MenAfriVac 2002 de Gates en el África subsahariana, los operarios de la Fundación Bill y Melinda Gates vacunaron a miles de niños africanos contra la meningitis. Entre 50 y 500 niños desarrollaron parálisis. Los periódicos sudafricanos se quejaron: “Somos conejillos de indias para los fabricantes de drogas“. El ex economista principal de Nelson Mandela, el profesor Patrick Bond, describió las prácticas "filantrópicas" de Gates como despiadadas e inmorales.
-En 2010, la Fundación Bill y Melinda Gates financió un ensayo de la vacuna experimental contra la malaria de GSK que mató a 151 niños africanos y causó efectos adversos graves como parálisis, convulsiones y fiebre alta en 1.048 niños de un total de 5.049 vacunados.
-En 2010, Gates colaboró con la OMS aportando 10 mil millones de dólares para reducir la población a través de nuevas vacunas. No es un bulo, ya que un mes después Gates lo reconoció abiertamente en una Ted Talk (plataforma de divulgación de contenidos creada para compartir con los usuarios conferencias de personajes relevantes). Posteriormente, en 2014, la Asociación Católica Dodors de Kenia acusó a la OMS de esterilizar químicamente a millones de mujeres keniatas con una falsa campaña de vacuna contra el tétano.
Laboratorios independientes encontraron la fórmula de esterilidad en cada vacuna probada. Después de negar los cargos, la OMS finalmente admitió que había estado desarrollando las vacunas de esterilidad durante más de una década. Acusaciones similares vinieron de Tanzania, Nicaragua, México y Filipinas
-En 2014, la Fundación Bill y Melinda Gates financió pruebas de vacunas experimentales contra el Virus del Papiloma Humano, desarrolladas por GSK y Merck, en 23.000 niñas en diferentes provincias de la India. Aproximadamente 1.200 sufrieron efectos secundarios graves, incluidos trastornos autoinmunes y de fertilidad. Siete murieron.
Las investigaciones del Gobierno Indio acusaron a Gates de cometer violaciones éticas generalizadas. El caso ahora está en la Corte Suprema del país.
-El estudio A2017 (Morgensen et al., 2017) mostró que la vacuna DTP de la OMS está matando a más niños africanos que las propias enfermedades que pretende prevenir. La tasa de mortalidad entre los niños vacunados fue 10 veces mayor que la de los no vacunados. Gates y la OMS se han negado a retirar la vacuna y se sigue aplicando a millones de niños africanos anualmente.
Evidentemente, tanto escándalo es difícil de ocultar. Es por eso que los medios de comunicación del establishment ridiculizan este tipo de información sobre Gates llamándolo teoría de la conspiración.
Como todo el mundo sabe, Bill Gates está muy interesado en encontrar cuanto antes una vacuna contra el Covid-19 que, muy probablemente, sea de inoculación obligatoria para todo el mundo.
Pero vacunar a toda la población, con su consentimiento, requiere de una preparación previa. De ahí toda esta parafernalia de mascarillas, distancia de seguridad y, fundamentalmente, la aparición de asintomáticos que van “contagiando” a diestro y siniestro.
Desmontando la farsa de los asintomáticos
Las personas sanas, en general, nos sentimos bien, contentas y saludables. Ahora bien. ¿Cómo identificamos que estamos enfermos? ¿Y cómo identifican los médicos las enfermedades de los pacientes? Pues a través de los síntomas, evidentemente.
Bien es verdad que el asintomático puede, en potencia, transmitir hepatitis, malaria, varicela, sarampión, ébola, dengue, gripe e infinidad de elementos patógenos con los que los seres humanos hemos convivido durante millones de años. Pero el ser portador de virus es algo normal en cualquier organismo vivo: no existe un sólo ser humano que no transporte en su organismo millones de virus, de los cuales únicamente una ínfima parte nos producen patologías.
Por lo tanto, tener virus en el organismo es imprescindible para los seres vivos: los seres humanos libres de virus no existen.
Según la ciencia, el hecho de que haya transmisión de virus de unos organismos a otros no es nada anómalo o extraño. Al contrario, es lo natural y deseable para el normal desarrollo de la vida. Sin embargo, una privación de contacto entre seres de una misma especie impide la inmunidad de rebaño y, consecuentemente, la debilitación del  sistema inmunológico que podría conducir a la propia extinción de esa especie.
Lo que supone una estupidez, es el creer que se puede evitar la existencia de patógenos llevando una mascarilla en la boca.
Durante miles de años de historia, la medicina ha puesto en cuarentena a los enfermos, no a los sanos. Únicamente un tarado mental, o alguien con intenciones ocultas perversas, pueden sugerir la cuarentena para personas sanas y asintomáticas.
Pero la prueba irrefutable de que todo esto se ha convertido en una paranoia es que cuantos más test se hacen más positivos asintomáticos aparecen: en España estamos llenos de rebrotes pero sin enfermos.
Veamos cómo lo hacen.
Para detectar si uno es portador del virus, tiene que pasar un test PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa). Esta prueba identifica pacientes "positivos", por lo que "positivo" se asocia a "infectado".
Pero el propio Kary Mullis, el inventor de la tecnología de Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR) -que le valió el premio Nobel de química en 1993-, no pensaba igual: “Los científicos están haciendo un daño terrible al mundo en nombre de ayudarlo. No me importa atacar mi propia fraternidad porque me da vergüenza".
Aunque Mullis ya falleció, no hay lugar a dudas de que el bioquímico consideró que la PCR era inapropiada para detectar una infección viral.
En el siguiente vídeo, del minuto 4:35 a 6:27, el Dtr. Andrew Kaufman explica que el test PCR no es una prueba para virus.o
Por otra parte, en un artículo de Torsten Engelbrecht y Konstantin Demeter, tituladoLas pruebas de PCR Covid-19 carecen de sentido científico/”, se deja muy claro que las PCR no son aptas para detectar una supuesta infección causada por un virus. El artículo termina diciendo:
“Finalmente, las razones y los posibles motivos siguen siendo especulativos, y muchos involucrados seguramente actúan de buena fe; pero la ciencia es clara: los resultados obtenidos en estas pruebas RT-PCR no justifican lo más mínimo infundir terror en las personas, a las se le imponen medidas de bloqueo, pobreza y desesperación llevándolas, algunas veces, al suicidio.
Sin duda, las tasas de exceso de mortalidad eventual son causadas por la terapias inadecuadas y las medidas de confinamiento, mientras que las estadísticas de muerte por Covid-19 comprenden también pacientes que murieron de una variedad de enfermedades, redefinidas como Covid-19, solo debido a una prueba "positiva" resultado cuyo valor no podría ser más dudoso.”
Pues bien. Amparado en estas pruebas Bill Gates quiere imponer su vacuna a todo el mundo. ¿De verdad lo vamos a consentir?
Esto no va a parar a no ser que salga a la luz todo lo que hay detrás. Por eso cada día aparecerán más contagiados asintomáticos. Y si no fuera suficiente, volverán las muertes y los ingresos en las UCIs. No lo dudes.
Evidentemente todo lo que acabas de leer nada tiene que ver con la información institucional que recibimos. Pero los datos y los estudios están ahí. Así que contrástalos y saca tus propias conclusiones.

domingo, 5 de julio de 2020

COVID-19: CRIMEN DE LESA HUMANIDAD

Desde que empezó esta farsa, los gobiernos, con la inestimable colaboración de los medios de comunicación de masas, han estado bombardeando y aterrorizando a la sociedad con las muertes provocadas por el coronavirus. Pero como muestran sus propios datos y estadísticas, el 95% de los fallecimientos corresponden a pacientes de más de 60 años, de los cuales el 60% lo hicieron en centros para mayores. Sin embargo, la mortalidad en pacientes con menos de 60 años no llega ni siquiera al 1%.
Las personas que están en las residencias de ancianos suelen ser mayores de 80 años con enfermedades crónicas, largos tratamientos médicos y atiborrados de pastillas. Con la llegada del Covid-19, han sido aterrorizados y etiquetados con la enfermedad sin justificación alguna. Se les ha aislado sin permitir ser visitados por sus seres queridos y abandonados a su suerte.
Entonces, unas personas que ya están al borde del precipicio y entran en pánico ¿Cuál crees que será su futuro inmediato? ¿Qué desenlace les espera a estas personas frágiles y fuertemente drogadas? Dada su grave condición de salud subyacente, el desenlace suele ser la muerte. Muy probablemente el Covid-19 puede haber contribuido, pero nunca sabremos cuánto.
Los gobiernos, cómplices de este asesinato, han actuado al unísono y de la misma forma en prácticamente todo el mundo. Conocían que este virus no era una amenaza real ni significativa para nadie que no fuera de cierta edad y con otras patologías. Entonces, ¿por qué siguieron la misma política de confinamiento? Pues porque sabían que eso mataría a un montón de ancianos y hundiría la economía (lo necesitan para el “reseteo” económico).
Ahora ya podemos ver los datos. Países como Austria, Bélgica, Dinamarca, Inglaterra, Gales, Francia, Italia, Países Bajos, Portugal, España, Suecia, Suiza, Ecuador y la ciudad de Nueva York tuvieron sus máximos de mortalidad por el Covid-19 justo después del confinamiento y aplicar medidas extraordinarias.
Obsérvese en el gráfico que solo después de que cada país fue confinado o expuesto a medidas absurdas las muertes se produjeron de inmediato (gráfico del Financial Times).
Y ahora la pregunta que nadie quiere hacer: ¿quién ha matado a los ancianos: el virus, el pánico o el confinamiento?
Veamos unos datos que corroboran que el Covid-19 ha sido menos letal en China que la gripe del año pasado en España:
De los 1.400.000.000 de habitantes de China, 80.932 han contraído el Covid-19. Así que se ha infectado un 0,00057% de chinos y han muerto 3.176; es decir, el 0,000022% (datos del Instituto J.Hopkins-CSSE del 13 de marzo de 2020).
En España, la gripe del año pasado infectó, que se sepa, a 525.300 personas; es decir al 1,12% de la población. Esto quiere decir que la gripe en España fue 196 veces más infecciosa que el Covid-19 en china.
De los infectados españoles, murieron 6.300, el 0,013% de la ciudadanía. Así que el porcentaje de fallecidos por gripe en España el año pasado (fuente: CSIC) fue 60 veces mayor que el porcentaje de chinos muertos este año por el Covid-19.
Y ahora veamos la comparación de la gripe en España del año pasado con el Covid-19 de este año (fuente: EpData.es):
Año 2019: 525.300 infectados de gripe.
Año 2020: 21.150 infectados de gripe a fecha 19 de marzo (poquísimos).
Año 2020: 251.000 infectados de Covid-19 a fecha 4 de julio.
Si sumamos los contagiados por gripe y Covid-19 son 272.150; es decir, la mitad de contagiados por gripe en 2019.
Y ahora veamos los muertos.
Año 2019: 6.300 muertes por gripe.
Año 2020: 28.385 muertes por Covid-19 a fecha 4 de julio.
Ahora bien. Si descontamos los 19.500 muertos (asesinados) en residencias de ancianos, nos quedarían 8.885. Y si a estos le restamos los fallecidos por falta de asistencia médica o de medios por el colapso del sistema sanitario en España (según los propios médicos se podrían haber salvado el 80%) la cifra aproximada sería de 2.000 muertes por Covid-19. Muy por debajo de la mortandad de una gripe normal. Y este proceso ha sido el mismo para el resto de países del mundo.
ALUCINANTE ¿verdad? ¡Ah! y el mundo no se paró en 2019.
Es evidente que nos necesitan acojonados (paralizados) para seguir imponiendo su agenda, de ahí la nueva normalidad, las mascarillas y la distancia de seguridad. Por eso, si a alguien se le olvida, y pretende hacer su vida normal de antes, se le hace un test que de “positivo asintomático” y se le encierra. Luego, a la población se le “vende” como un nuevo y peligroso rebrote y vuelta a empezar.
Pero la cosa no va a quedar así, ya que nos están anunciando una segunda oleada de Covid-19 más peligrosa que la actual. Según ellos, esto no ha hecho más que empezar. Evidentemente, lo saben mejor que nadie.
Visto los acontecimientos, hay dos cosas que para mí son de sentido común. Una, que alguien está muy interesado en extender la idea de que un virus mortal está azotando el planeta. Y dos, que la razón de hacer lo que están haciendo no tiene nada que ver con salvaguardar la salud y el bienestar del “populacho”.
Fundaciones como Carnegie, Fundación Ford, Fundación Rocquefeller, Fundación Open Society y la Fundación Bill y Melina Gates, entre otras -todas en manos de “filántropos” podridos de dinero-, fomentan los planes de reducción drástica de la población mundial. Así de claro. ¿O es que de verdad crees que todos estos magnates están interesados en fomentar la paz, la justicia y el bienestar de la población mundial?
Como se ha comprobado hasta la saciedad, a lo largo de los tiempos, la élite siente un profundo desprecio por el “populacho”. Para ellos no somos más que una muchedumbre de esclavos idiotizados, pura mercancía de usar y tirar, y, a día de hoy, una plaga molesta que hay que eliminar al ser sustituida por la tecnología.
Porque, vamos a ver. Unos personajes que han sido capaces de construir armas nucleares que pueden destrozar el planeta en un abrir y cerrar de ojos; que han programado y llevado a la práctica guerras devastadoras por todo el mundo; que crean crisis económicas demoledoras para llevar a la ruina a millones de personas y que manipulan virus para utilizarlos contra la humanidad, ¿no van a ser capaces de matarnos? Pues claro que son capaces. Y lo peor de todo es que lo están haciendo con nuestra más estrecha colaboración, gracias a nuestro lavado de cerebro.
Es suficiente tener un poquito de sentido común para comprender que a estos maníacos les importamos una mierda (con perdón). Entonces, ¿de qué va esto? ¿De qué pretenden salvarnos estos hijos de p.? ¿No será más bien todo lo contrario? Si tanto les preocupa nuestra salud, ¿por qué no salvan la vida de las 20.000 personas que mueren de hambre cada día? ¿Por qué no paran todas las guerras de inmediato?
En medicina, la salud física y la salud mental no pueden ser consideradas por separado. Existe una amplia bibliografía que demuestra el vínculo entre patologías como la depresión o la ansiedad y sus efectos en la morbilidad y mortalidad, amén de los problemas que causan en el sistema inmunológico.
Se han estudiado los efectos en la salud mental que la cuarentena ha provocado en la población en varios lugares del mundo.
Un estudio realizado en la India/ encontró que un 25% de los sujetos estaban entre moderada y severamente deprimidos, un 28% tenían síntomas de ansiedad y un 11% de estrés. Otro estudio, sobre los efectos psicológicos ocasionados por el encierro del covid-19 en España/ halló resultados similares: 34% de la muestra con depresión, 21,34% con ansiedad, y 28% con estrés. ¡Ah! y un 50% de los afectados evidenciaban un impacto entre moderado y severo.
¿Realmente crees que Fernando Simón se está dejando el culo en reuniones con otros científicos para comprobar la veracidad del Covid-19? ¿Crees que los test son fiables? ¿Crees que se están teniendo en cuenta otras opiniones? ¿Crees que se examinan rigurosamente los datos y se ponen en tela de juicio? ¿Se hacen objeciones? ¿Se escucha a otras voces discrepantes? Evidentemente NO. 
La manipulación existe al igual que la propaganda y la corrupción. No son teorías conspiranoicas de cuatro chalados, son reales. Entonces, ¿dónde está la transparencia de esta pandemia? ¿Quién pone voz a los científicos discrepantes? ¿Quién escucha al pueblo?
Con el Poder político, policial, económico, sanitario, militar y educacional en sus manos, y la “caja tonta” distribuyendo a diestro y siniestro su propaganda e ideología se obran milagros. Todo es posible: desde inventar una pandemia hasta hacernos creer que los pájaros maman.
Piénsalo bien. Es demencial que el pueblo haya sido confinado por sus gobernantes -que son sus empleados- cuando tendría que ser al revés: nosotros deberíamos haberles encerrado a ellos por asesinos.
Siento ser tan agorero, pero creo que nos aguardan años durísimos. Ahora estamos instalados en el miedo al “bicho” y no somos capaces de ver más allá de nuestras propias narices. Pero vivir en zombilandia nos traerá graves consecuencias. No lo dudes.
Sin todos esos infectados asintomáticos (personas sanas evaluadas como posibles contagiadores) y los ancianos muertos (asesinados) esto no se sostendría y toda esta falsa pandemia sería rechazada de inmediato.
La tecnología, unida a la Ingeniería Social, ha proporcionado al Estado unos medios de propaganda y manipulación social como nunca antes tuvo.
Desde 2001, tras el atentados de falsa bandera del 11-S en EEUU y posteriormente los de Londres, París, Madrid, etc., las medidas de control de masas se han incrementado de una manera exponencial sin que hiciéramos nada para evitarlo. Con la coartada de la falsa pandemia, ahora se incrementará aún más el recorte de libertades en los aeropuertos, en los transportes por carretera, en las calles, en los establecimientos públicos y privados, en las playas y donde se les ponga en las narices. Pero lo peor de todo es que esto ha llegado para no marcharse nunca.
Así, pues, tenemos lo que nos merecemos: una sociedad apática, sumisa, egoísta y estúpida que se traga sin rechistar los crímenes de Estado y que anda como “pollo sin cabeza” con una puta mascarilla puesta en la boca para callar su cobardía.
Nuestros gobernantes deberían ser inmediatamente destituidos y juzgados por crímenes de lesa humanidad. Y todos los laboratorios de armas químicas, repartidos por el mundo, cerrados de inmediato. Eso sería la respuesta adecuada, aunque me temo que ya es demasiado tarde: el daño ya está hecho y, por desgracia, lo sufriremos en los siguientes años.
Lo irónico de esta “nueva normalidad” es que el lavado de cerebro hace que estemos aplaudiendo nuestra propia destrucción y esclavitud, del mismo modo que aplaudíamos nuestro encarcelamiento a las 8 de la tarde durante el confinamiento. Es triste vivir en un mundo lleno de idiotas, pero más triste es ser consciente de que son mayoría.