lunes, 26 de junio de 2017

DEFINITIVAMENTE SÍ: LA BOLSA SE PUEDE MANIPULAR

Aunque nos cueste mucho creerlo, ahora son las mismas máquinas las que leen las noticias, que elaboran otras máquinas, y que son utilizadas por otras máquinas para manipular a otras máquinas. Y sí, es lo que parece: actualmente estamos prácticamente en manos de máquinas.
Hoy en día, el mayor volumen de transacciones que se realiza en Bolsa corresponde a las “operaciones de alta frecuencia”. Estas operaciones las ejecutan computadoras que observan (en el sentido figurado, claro) ciertas informaciones y, en función de ellas, toman la decisión de comprar o vender cualquier valor en el mercado bursátil.
Evidentemente, mediante la modificación de esa información es como las máquinas pueden llegar a alterar el comportamiento de todo el mercado.
Lo que hacen las computadoras es intercambiar posiciones hacia adelante y hacia atrás, a velocidad de vértigo, para así ir arrancando a los mercados unos pocos céntimos cada microsegundo. Como es lógico, estos céntimos en el transcurso del día, de la semana, del mes y del año, no son “moco de pavo”. Así que las ganancias con este tipo de “operaciones de alta frecuencia” son inmensas.
Para que esto se produzca, indudablemente el sistema político-económico debe estar de acuerdo. Y, como no podía ser de otra manera, tanto gobiernos como bancos centrales, con la Reserva Federal a la cabeza, miran hacia otro lado, ya que están encantados de que las máquinas les hagan el "trabajo sucio".
Gracias a la tecnología, los nuevos “agentes de Bolsa” están revolucionando y manipulando los mercados financieros mundiales a su antojo, sin que nadie ni nada pueda impedírselo.
Estos nuevos “agentes de Bolsa” ya no son personas que mediante papel y lápiz compraban y vendían acciones en función de unas características. Ahora los nuevos “agentes de Bolsa” son sofisticadas herramientas tecnológicas y algoritmos informáticos que negocian valores a velocidad de vértigo. En pocas palabras: todo lo que hacían los corredores de Bolsa se ha automatizado.
Esto implica una diferencia sustancial con la manera de funcionar de antaño: ahora las transacciones se pueden realizar en cuestión de microsegundos, por lo que las “operaciones de alta frecuencia” se han convertido en un juego en el que la banca siempre gana.
¿Entiendes ahora por qué cada día salen en los medios de comunicación multitud de noticias alarmantes de todo tipo?
El propósito de este tipo de noticias (la mayoría falsas) no es otro que el de hacer reaccionar a las computadoras, para que puedan manipular el mercado a su antojo, haciendo, por ejemplo: subir o bajar el interés de la deuda; depreciando o apreciando el Euro con respecto al Dólar; incrementar o disminuir el precio del crudo;….. etc.
Un ejemplo claro de lo que acabo de decir lo hemos visto recientemente con el desplome de las acciones del banco Popular.
Las noticias aterradoras, que curiosamente el mismo presidente del banco, el señor Saracho, difundió durante meses, propició que las acciones del banco se hundieran, poniendo al Popular en bandeja al Santander, que se ha quedado con el banco a precio de saldo.
Así pues, los medios de comunicación –con el poder que se les ha conferido- están contribuyendo y son cómplices de esta gran estafa.
Ahora entendemos mejor el interés de los grupos de poder por hacerse con el control de los medios de comunicación, ¿verdad?
Existe una creencia popular, fomentada fundamentalmente por la misma banca, de que si sube la Bolsa todo va mejor.
Evidentemente esto es falso de toda falsedad. Va mejor para los que se benefician de las “operaciones de alta frecuencia”, pero no para el resto.
Resumiendo.
La mayoría de la gente, sumida en su burbuja de supervivencia, seguirá pensando que la Bolsa no se puede manipular. Que los mercados no funcionan así. Pero qué va: si que se puede. Y esto no lo digo yo, lo aseguran expertos que llevan años haciéndolo.
Es tan sencillo como esto: si se quiere manipular el mercado, basta con modificar las informaciones que detectan las computadoras de alta frecuencia y ya está; así de simple.
Bueno, pues si no lo sabías ahora ya lo sabes: la Bolsa, como casi todo, se puede manipular. 

lunes, 19 de junio de 2017

¿QUÉ HAY DETRÁS DEL “PROBLEMA CATALÁN”?

Definitivamente algunas cosas no siempre salen como se proyectan.
Lo que se diseñó como una simple distracción (tanto de catalanes como resto de españoles) para implementar las políticas neoliberales, impuestas desde Bruselas, se ha convertido en un problema debido a la cantidad de meteduras de pata por parte del Gobierno de la Nación y el autonómico.
Hace unos años los catalanes pro independentistas eran una minoría (aproximadamente un 20%). Pero después de estos años de crisis, se han convertido en una mayoría (más o menos un 60-70%). Y esta es la única realidad, aunque los medios de comunicación se empeñen en engañarnos y decirnos que son un 48% y decreciendo. Pues no. Es justo al revés: no sólo no ha menguado el número de independentistas sino que ha aumentando de una manera abrumadora.
Ante la voluntad mayoritaria de un pueblo, difícilmente se puede hacer nada que no sea negociar una solución satisfactoria, para ambas partes, o la imposición por la fuerza de la mayoría sobre la minoría.
La falsa transición, que desembocó en la llegada de la democracia a nuestro país, no ha sido más que un engaño. El pueblo español está harto de que se le mienta y se le robe sistemáticamente.
Los gobiernos de este país llevan aplicado políticas neoliberales que han destruido el poder adquisitivo de la clase media y humillado hasta la saciedad a las clases trabajadoras. A consecuencia, la gran mayoría de españoles se ven arrastrados a claudicar ante cualquier trabajo, por un puñado de pistachos, para poder subsistir.
Durante estos últimos cuarenta años se ha legislado constantemente a favor de la clase dominante y, como era de esperar, se ha conseguido con creces el objetivo: que el 1% de la población domine al 99% restante.
Por eso, y no por otra cosa, a ese 1% le ha salido un grano en el culo: el “problema catalán”.
Con la llegada de la falsa democracia, y para diluir el hecho diferencial de gallegos, catalanes y vascos, no se les ocurrió otra cosa que la de inventarse 17 autonomías, con 17 banderas y 17 gobiernos. Evidentemente, aparte de un gasto innecesario multiplicado por 17, la creación de las autonomías no ha supuesto más que un conflicto de intereses para el país.
Durante los años de bonanza económica, la oligarquía española se ha enriquecido hasta la saciedad a base de espoliar las arcas públicas, en connivencia con la clase política. Esta casta depredadora y corrupta ha cabreado, y mucho, a todo el pueblo español (bueno, a unos más que a otros) que está harto y no sabe cómo librarse de esta situación.
Pero en Cataluña la cosa pinta diferente.
Resulta que, para tapar sus vergüenzas, un grupo de políticos nacionalistas empezaron a coquetear con el independentismo. Con el caldo de cultivo existente (recortes de todo tipo, subida de impuestos, bajada de salarios, paro galopante, etc.) auspiciado por los diferentes gobiernos del PSOE y del PP, el independentismo cuajó, y de qué manera.
Pero lo paradójico del caso, es que si ha habido en este país una máquina de crear independentismo ese ha sido el Gobierno del PP, que precisamente es quien ejerce la cruzada anti independentista.
No te dejes engañar. Aquí los que más pierden son los oligarcas que controlan el tinglado económico, que son los que verdaderamente tienen algo que perder, puesto que el populacho ya lo tiene perdido.
Porque vamos a ver. En una supuestamente Cataluña independiente no creo que se les dejase seguir robando, por ejemplo, a las eléctricas y bancos españoles, ¿verdad?
El Gobierno de España, mediante su propaganda mediática, ha hecho una larga lista de los males que padecería Cataluña si se independizase de España. Pero de lo que no habla, es de qué sería del resto de España sin Cataluña.
En este supuesto escenario, la realidad es que quien más perdería no sería precisamente Cataluña, sino España, que irremisiblemente se vería asfixiada por la deuda.
La deuda soberana de España supera el billón de euros y está suscrita a España, no a Cataluña. Igualmente, Cataluña tiene la suya propia (unos 70.000 millones de euros) que, obviamente, es más asequible.
Si Cataluña deja de aportar el 20% del PIB, el Estado español difícilmente podrá hacer frente al pago de la deuda, por no hablar del resto de gasto social como pensiones, sanidad, etc. Si la deuda que actualmente tiene contraída España es imposible de saldar, que alguien me explique cómo se va a pagar con un 20% menos de PIB.
Este asunto de la deuda es el verdadero caballo de batalla. Así que, por la cuenta que le trae, el poder financiero (que es quien verdaderamente gobierna el mundo), presionará al Gobierno de Rajoy y al catalán, para que se sienten a negociar un acuerdo y zanjar el asunto. Y si Rajoy no quiere hacerlo lo hará Pedro Sánchez, que ya se está preparando para ello. De momento el PSOE ya ha reconocido la plurinacionalidad de España en su último congreso.
Bueno. Pues todo este tinglado se ha originado porque los oligarcas de este país (que no olvidemos tienen reminiscencias franquistas) no quisieron en su día reconocer el hecho diferencial de Cataluña, Galicia y País Vasco.
Pero me parece a mí, que en un mundo globalizado, como el actual, es seguro que la diferenciación catalana, vasca y gallega no va a suponer ningún problema para el poder financiero, que es al final quien tiene la última palabra, ¿verdad?.
Todo este asunto terminará con un acuerdo que, puedes estar seguro, no será para beneficiar ni al pueblo catalán ni al resto del pueblo español. Y tanto el Gobierno de la Generalitat como el Gobierno de España lo saben.

domingo, 11 de junio de 2017

DE LAS MONEDAS DE ORO AL DINERO FIDUCIARIO: DE BLOCKCHAIN (BITCOIN) A ETHEREUM (ETHER)

En esta última década el sistema monetario parece haberse vuelto loco: bancos centrales emitiendo moneda a diestro y siniestro, intereses cercanos a cero o negativos y rentabilidades de depósitos que dan risa.
Con estas actuaciones todo parece indicar que alguien está echando gasolina para apagar el fuego; o lo que es lo  mismo: alguien está muy interesado en que el actual sistema monetario colapse.
El mundo del dinero cada día se hace más complejo.
La evolución del sistema monetario se encamina a una encrucijada de la que no sabemos absolutamente nada. Si el dinero actual es humo -unos trocitos de papel (sólo un 3% del total) y números anotados en una computadora- el próximo sistema monetario será aun más irreal.
A partir de la segunda guerra mundial el dinero ha ido evolucionando de una manera paradójica: al mismo tiempo que ha ido perdiendo valor intrínseco ha ido ganando en relevancia, dado que ahora lo único que importa es el dinero.
Desde entonces, y una vez derogado el patrón oro en 1971, el dinero se convirtió en fiduciario (dinero que sólo está respaldado en la confianza) y a su vez pasó a ser dinero Fiat (dinero fiduciario de uso obligatorio en una determinada demarcación)
Con la llegada en 2009 de Bitcoin, se produjo un fenómeno sorprendente: la aceptación de una criptodivisa como dinero. Y esta aparentemente inocente jugada, ha puesto de manifiesto los planes de las élites financieras, que no son otros que la implantación de una criptodivisa como moneda global.
Visto la evolución de Bitcoin, en estos últimos años, ya nadie se traga que fuera un invento de Satoshi Nakamoto. La mayoría de expertos piensa que Bitcoin es un “globo sonda” lanzado por un equipo altamente especializado, y que tras la misteriosa moneda, en realidad se esconde un experimento previo para estudiar la implementación de una moneda virtual a escala mundial.
Si el actual dinero fiduciario está respaldado únicamente en la confianza que le conferimos a la entidad emisora, las monedas virtuales necesitan de algo más, ya que aquí no hay una entidad emisora detrás ni un estado que las respalde (de momento, claro). Bueno, pues ese algo más, aparte de la confianza ciega que el usuario deposite en ellas, es que esté respaldada por el sistema financiero internacional. Por eso ha sido tan importante el comportamiento de Bitcoin en estos ocho años y medio que lleva de vida.
Las pruebas son irrefutables. Bitcoin no solo no ha fracasado, sino que ha superado todas las expectativas. En julio de 2010 un Bitcoin cotizaba a 0,008 dólares, mientras que en mayo de 2017 llegó a cotizar a 2.400 dólares. Y la demanda sigue en aumento.
La mayoría pensará, y con razón, que es una burbuja. Pues claro que es una burbuja. ¿Y qué? Lo importante para sus creadores es que funciona y ha tenido éxito.
Una vez comprobado que Bitcoin con su Blockchain (cadena de bloques) ha superado con creces todas las expectativas de sus creadores, ahora ya no tendrán reparos en avanzar con sus planes.
Y en eso estamos.
Aparte de las numerosas monedas digitales que han ido apareciendo en los últimos años, las corporaciones bancarias han puesto en marcha una cadena de bloques y una criptodivisa “mejoradas” de Blockchain y Bitcoin: la cadena de bloques Ethereum y la criptodivisa Ether.
Ethereum  ya no sólo es una cadena de bloques para reflejar las transacciones de valor monetario, sino que también es una red para el suministro de los contratos basados en Ethereum (un sustituto de los derivados financieros). Según dicen, estos contratos de código abierto pueden ser usados para ejecutar de forma “segura” una amplia variedad de servicios, entre los que se incluyen: intercambios financieros, contratos de propiedad intelectual, sistemas de votación, y un largo etcétera.
Ether es la criptodivisa de la cadena de bloques Ethereum, la cual, a diferencia de Bitcoin, no tiene tope de creación de moneda (Bitcoin sí: 21 millones) y está dividida en unidades más pequeñas llamadas Finney, Szabo, Shannon, Babbage, Lovelace y Wei. Cada unidad es igual a mil veces la siguiente unidad menor; por lo tanto 1000 finneys es igual a un Ether, 1000 szabos es igual a un Finney…etc.
Pero veamos qué diferencia hay entre el dinero que hemos conocido siempre y una criptodivisa.
El dinero actual; es decir, la moneda física que utilizamos a diario, se puede tocar, transportar y utilizar como medio de pago en cualquier territorio en el sea aceptada esa moneda. Y mientras esa divisa sea oficialmente de curso legal, el dinero será válido para comprar cualquier cosa. Y lo más importante. Ese dinero físico que portamos en nuestras carteras nos pertenece sólo a nosotros y no puede ser manipulado por nadie excepto por nosotros mismos (por eso, y no por otra razón, se ha limitado el pago con dinero en efectivo). Pero ¡ojo! No podemos decir lo mismo del dinero de nuestra cuenta corriente en el banco.
Ahora bien. Inventos como Bitcoin o Ether (monedas virtuales que no existen físicamente), no se pueden tocar y no las podemos portar en nuestras carteras. Por lo tanto, no nos pertenecen y pueden ser manipuladas, vete a saber por quién. Estas monedas virtuales a quien verdaderamente pertenecen es a Internet, y ya sabemos lo que eso significa.
La mayoría de la gente cree que Internet no tiene dueño, o bien que es de todos, por la libertad de la que disponemos para navegar o publicar en la Red. Pues se equivocan. Internet tiene dueño: el Gobierno de los Estados Unidos, que controla Internet a través de una organización privada, no lucrativa, llamada ICANN (Internet Corporation for Assigned Names and Numbers).
En definitiva. Que una moneda virtual como Ether (el mismo nombre lo indica. Etéreo: que es intangible o poco definido y, a la vez, sutil o sublime) se convierta en la nueva divisa mundial es para preocuparse y mucho.
Actualmente hemos visto cómo desaparecía el dinero de nuestras manos, vía Preferentes u otros chanchullos financieros, sin que pudiéramos hacer nada al respecto. Así que la pregunta inevitable es: ¿qué serán capaces de hacer con una moneda virtual que sencillamente no existe y además reside en Internet?
Por otra parte, esto de que las criptodivisas no estén controladas por nadie, me cuesta mucho creerlo. No deberíamos ser tan ingenuos de pensar que los gobiernos se van a quedar al margen. Ni lo sueñes. Simplemente cuando llegue el momento oportuno las convertirán en dinero Fiat y así las controlarán. Y las que no quieran que existan las declararán ilegales y asunto zanjado.
A continuación, y en contra de todo lo expuesto aquí, haré una sugerencia.
Puesto que el tema de las criptodivisas está empezando, yo recomendaría a la gente que hiciera una pequeña inversión en este tipo de monedas (concretamente en Ether y en Bitcoin).
Históricamente, desde que comenzaron a funcionar, tanto Bitcoin como Ether no han dejado de cotizar al alza. Aunque son monedas muy inestables (no paran de fluctuar), hasta ahora la tendencia, a medio y largo plazo, siempre ha sido al alza.
Mi predicción es que muy probablemente en el transcurso de uno, dos años o más, se le pueda sacar una rentabilidad del 100%-200% (o incuso superior) al dinero invertido. Aunque también me puedo equivocar, además de correr el riesgo de que los hacker nos las roben, o bien que las monedas virtuales desaparezcan de la noche a la mañana.
Ya he dicho anteriormente que es una burbuja. Pues por eso, porque como es una burbuja, todavía en expansión, se le puede sacar rentabilidad. Después no sabemos qué pasará.
Cuando nacieron Google, Facebook, y todo este tipo de nuevas tecnologías, todo el mundo pensó que sería algo transitorio y nada más (una burbuja). Y lo que nunca pudieron imaginar es el valor que han llegado a alcanzar.
Pues bien. ¿Y si ocurre lo mismo con las criptodivisas?

domingo, 4 de junio de 2017

UN MUNDO CADA VEZ MÁS ESCLAVO

Si hiciésemos una encuesta a nivel mundial sobre la esclavitud la mayoría de la gente aseguraría que ha sido prácticamente erradicada del planeta. Pero no es así. La esclavitud nunca ha estado tan presente como ahora. Lo que pasa es que ha mutado; es decir, ha cambiado de forma volviéndose más sutil y, por lo tanto, mucho más eficaz.
Actualmente para conseguir la sumisión y esclavitud total de la población ya no es necesaria la represión física. Ahora las élites utilizan medios mucho más sutiles que pasan totalmente inadvertidos para nosotros.
Hoy en día la mayoría de la población no es consciente del grado de esclavitud a la que está sometida. Sin darnos cuenta, en tan solo unas pocas décadas, nos hemos convertido en verdaderos adictos y no hay nada más esclavizante que una adicción.
Es incuestionable la cantidad de adicciones que todos padecemos: adicción al móvil, a Internet, a los viajes, al trabajo, al alcohol, al fútbol, a las compras…, y a un sinfín de cosas más que nos han hecho totalmente esclavos.
Pero la “reina madre” de todas las adicciones, y que paradójicamente pasa inadvertida, es la adicción al placer.
Sin lugar a dudas el placer se ha convertido en un producto muy adictivo.
Los círculos de poder hace tiempo que se dieron cuenta de que el placer es mucho más eficiente, como herramienta paralizante, que el dolor: el dolor suele conllevar una respuesta agresiva por parte de quien lo padece, mientras que el placer hace a una persona apacible, sumisa y fácilmente manejable.
Con esto no quiero decir que la búsqueda del placer no sea legítima  e incluso saludable. A lo que me refiero es a esa búsqueda del placer instantáneo; o sea, inmediato, que se ha convertido en nuestro mayor objetivo.
El acoso incesante de los medios de comunicación, con interminables noticias de la podredumbre que recorre el mundo, unida a los continuos bombardeos sobre un abanico de placeres al alcance de todos al instante, ha propiciado que la mayoría de la gente haya adoptado una máxima que impera en nuestros días: “No quiero saber nada. Paso de todo. Lo único que me interesa es mi dosis de placer, aquí y ahora mismo, y no me importa nada más”.
Lo que se ha hecho es convertir las fuentes de placer convencionales en obsoletas y sustituirlas por otras fuentes de placer más rápidas, cómodas y de disposición inmediata.
Por eso el turismo se ha convertido en la actividad predilecta de las masas. La gente busca el placer inmediato en un viaje: hotel con Jacuzzi y Spá; comida y copas a discreción; playa, montaña, sexo, drogas y rocanrol.
¿Y qué decir del placer del consumo compulsivo? Nuestras vidas giran en torno a un montón de objetos materiales que, en la mayoría de los casos, no sirven absolutamente para nada; bueno para nada no: sirven para esclavizarnos.
El placer de comprarnos unos zapatos; el conseguir ese coche anhelado; el disponer de un apartamento en la costa o en la montaña, y seguir consiguiendo cosas materiales hasta el infinito, se ha convertido en nuestra única razón de ser y existir. Pero parece que no somos conscientes del precio que tenemos que pagar que, por supuesto, no es sólo monetario: es nuestro tiempo y nuestra libertad. En definitiva, el precio no es otro que nuestra esclavitud.
Ya lo he dicho en alguna otra ocasión: lo que tú crees que posees te posee a ti.
Para terminar, decir que el mayor poder que existe a día de hoy sobre la tierra lo ejerce la masonería judía norteamericana, con la inestimable colaboración de la Corona Británica (también masona) al frente de la Commonwealth. Este poder ha ido “in crescendo” desde hace cinco siglos, mientras que el Imperio Español que dominaba el mundo (ese en el que en sus posesiones nunca se ponía el Sol) ha ido “decrescendo”.
Pues bien. Este nuevo grupo de poder judeomasónico (evidentemente antagónico de lo que fue el Imperio Católico Español) es el promotor del controvertido Nuevo Orden Mundial, donde lo que prima es una economía globalizada de trabajadores-consumidores a precio de saldo (esclavos) con el control de unos pocos sobre todas las materias primas del planeta.
Bueno. Pues si esto no es una esclavitud, me gustaría saber qué es.