Aunque nos cueste mucho creerlo, ahora son las
mismas máquinas las que leen las noticias, que elaboran otras máquinas, y que
son utilizadas por otras máquinas para manipular a otras máquinas. Y sí, es lo
que parece: actualmente estamos prácticamente en manos de máquinas.
Hoy en día, el mayor volumen de transacciones que
se realiza en Bolsa corresponde a las “operaciones de alta frecuencia”. Estas
operaciones las ejecutan computadoras que observan (en el sentido figurado,
claro) ciertas informaciones y, en función de ellas, toman la decisión de
comprar o vender cualquier valor en el mercado bursátil.
Evidentemente, mediante la modificación de esa
información es como las máquinas pueden llegar a alterar el comportamiento de
todo el mercado.
Lo que hacen las computadoras es intercambiar
posiciones hacia adelante y hacia atrás, a velocidad de vértigo, para así ir arrancando
a los mercados unos pocos céntimos cada microsegundo. Como es lógico, estos céntimos
en el transcurso del día, de la semana, del mes y del año, no son “moco de
pavo”. Así que las ganancias con este tipo de “operaciones de alta frecuencia”
son inmensas.
Para que esto se produzca, indudablemente el
sistema político-económico debe estar de acuerdo. Y, como no podía ser de otra
manera, tanto gobiernos como bancos centrales, con la Reserva Federal a la
cabeza, miran hacia otro lado, ya que están encantados de que las máquinas les
hagan el "trabajo sucio".
Gracias a la tecnología, los nuevos “agentes
de Bolsa” están revolucionando y manipulando los mercados financieros mundiales
a su antojo, sin que nadie ni nada pueda impedírselo.
Estos nuevos “agentes de Bolsa” ya no son
personas que mediante papel y lápiz compraban y vendían acciones en función de
unas características. Ahora los nuevos “agentes de Bolsa” son sofisticadas
herramientas tecnológicas y algoritmos informáticos que negocian valores a
velocidad de vértigo. En pocas palabras: todo lo que hacían los corredores de
Bolsa se ha automatizado.
Esto implica una diferencia sustancial con la
manera de funcionar de antaño: ahora las transacciones se pueden realizar en
cuestión de microsegundos, por lo que las “operaciones de alta frecuencia” se
han convertido en un juego en el que la banca siempre gana.
¿Entiendes ahora por qué cada día salen en los
medios de comunicación multitud de noticias alarmantes de todo tipo?
El propósito de este tipo de noticias (la
mayoría falsas) no es otro que el de hacer reaccionar a las computadoras, para
que puedan manipular el mercado a su antojo, haciendo, por ejemplo: subir o
bajar el interés de la deuda; depreciando o apreciando el Euro con respecto al
Dólar; incrementar o disminuir el precio del crudo;….. etc.
Un ejemplo claro de lo que acabo de decir lo
hemos visto recientemente con el desplome de las acciones del banco Popular.
Las noticias aterradoras, que curiosamente el
mismo presidente del banco, el señor Saracho, difundió durante meses, propició
que las acciones del banco se hundieran, poniendo al Popular en bandeja al
Santander, que se ha quedado con el banco a precio de saldo.
Así pues, los medios de comunicación –con el
poder que se les ha conferido- están contribuyendo y son cómplices de esta gran
estafa.
Ahora entendemos mejor el interés de los
grupos de poder por hacerse con el control de los medios de comunicación,
¿verdad?
Existe una creencia popular, fomentada
fundamentalmente por la misma banca, de que si sube la Bolsa todo va mejor.
Evidentemente esto es falso de toda falsedad.
Va mejor para los que se benefician de las “operaciones de alta frecuencia”,
pero no para el resto.
Resumiendo.
La mayoría de la gente, sumida en su burbuja
de supervivencia, seguirá pensando que la Bolsa no se puede manipular. Que los
mercados no funcionan así. Pero qué va: si que se puede. Y esto no lo digo yo,
lo aseguran expertos que llevan años haciéndolo.
Es tan sencillo como esto: si se quiere
manipular el mercado, basta con modificar las informaciones que detectan las
computadoras de alta frecuencia y ya está; así de simple.
Bueno, pues si no lo sabías ahora ya lo sabes:
la Bolsa, como casi todo, se puede manipular.