jueves, 24 de mayo de 2012

LA PRIMA DE RIESGO


Fijaros si es incongruente la “prima de riesgo”.
Para los que aun no tengan claro qué es la prima de riesgo lo voy a explicar: la “prima de riesgo” es el diferencial que existe entre el interés que paga Alemania por emitir bonos a 10 años para financiarse (el bono alemán está considerado como referente) y el interés que paga, por lo mismo, cualquier otro estado de la Unión Europea o fuera de ella. Es decir, que si Alemania paga un interés del 1% y España un interés de 5%, el diferencial (o prima de riesgo) es (5-1=4) un 4%, o lo que es lo mismo 400 puntos básicos.
Y os preguntaréis ¿y quién dispone que Alemania pague un 1% de interés y España un 5%? Pues las agencias de calificación (ya sabéis: Fitch, Moody´s, Estándar & Poors) ¿Y quiénes son las agencias de calificación? Pues  las agencias de calificación de riesgos, llamadas también agencias de clasificación de créditos o agencias de rating son empresas que, por cuenta de un cliente, califican unos determinados productos financieros o activos ya sean de empresas, estados o gobiernos regionales, dándoles una nota que  mide la capacidad para hacer frente a su deuda y, por lo tanto, el riesgo que conlleva invertir en ella.
Aquí tenéis un gráfico con las notas que emite cada agencia, en las que utilizan un sistema alfabético, y lo que significa.

Calidad
Principal o excelente
Aaa
AAA
AAA
Alto grado o muy buena
Aa1
AA+
AA+
Aa2
AA
AA
Aa3
AA-
AA-
Grado medio superior
A1
A+
A+
A2
A
A
A3
A-
A-
Grado medio inferior
Baa1
BBB+
BBB+
Baa2
BBB
BBB
Baa3
BBB-
BBB-
Grado de no inversión
especulativo
Ba1
BB+
BB+
Ba2
BB
BB
Ba3
BB-
BB-
Altamente especulativa
B1
B+
B+
B2
B
B
B3
B-
B-
Riesgo sustancial
Caa1
CCC+
CCC
Extremadamente especulativa
Caa2
CCC
A falta de pocas
perspectivas de recuperación
Caa3
CCC-
Ca
CC
C
Impago
C
D
DDD
DD
D

Pues bien. Una vez explicado cómo funciona este invento que, como habréis podido ver a poquito sentido común que tengáis, es altamente especulativo, vamos a ver ahora cuan incongruente es.
Veamos un ejemplo: Resulta que si el Sr. Botín  (pongamos Alemania; y que conste que coloco al Sr. Botín en este ejemplo únicamente porque sabéis todos quien es) y cualquiera de vosotros (pongamos España) vais a pedir un préstamo para comprar un piso, del mismo precio e idénticas características, el banco, siguiendo el criterio de las agencias de calificación, os lo concede a ambos. Eso sí; al Sr. Botín le exigen pagar un interés de un 1%, puesto que es un hombre rico y se supone que no va a tener problema para pagar el préstamo, y, sin embargo,  a cualquiera de vosotros os exige pagar un interés de un 5%, ya que sois pobres y desconfía de vuestra solvencia para poderlo devolver.
¿No es esto una incongruencia? Digo yo que el más rico debería pagar más interés (en un sistema solidario) puesto que él no tiene problema para pagar ¿o no? Otra cosa es que si no eres solvente pues que no te concedan el crédito. Pero claro; es otra mentira -de insolvente nada- ya que dispones, como mínimo, del inmueble que, en teoría, debería garantizar tu solvencia, al igual que la solvencia del Sr. Botín. Además están los CDS (Credit Default Swaps) que aseguran, entre otras cosas, los bonos de deuda soberana, con lo que de “riesgo” nada de nada.
Pero esto, como habréis podido comprobar, no es así. Aprovechando este invento de la “prima de riesgo” se ceban con el más débil, como buitres con la carroña, porque en realidad lo que persiguen no es su dinero (dinero tienen ellos de sobra, lo fabrican ellos) sino sus activos.
No es de recibo que Grecia esté pagando un 16% de interés por financiarse y Alemania ni siquiera un 1%. No hace falta ser muy inteligente para darse cuenta de que así los griegos jamás podrán salir del agujero en el que les han metido y, además, no nos olvidemos de que la “pobre Grecia” posé unos activos que van desde el Partenón hasta más de 2000 islas.
¿Y nosotros qué? Pues ya te lo digo yo. Más de lo mismo. Por si a alguien le interesa la nota actual de calificación de nuestra deuda, a fecha de hoy, según Estándar & Poors es BBB+, grado medio inferior. La de Grecia es CCC, extremadamente especulativa y la de Alemania, evidentemente AAA, excelente. ¡Ah! y otro dato. Desde octubre del año pasado a mayo de 2012 España ha bajado su nota de AA a BBB+, o sea, ha retrocedido 5 puestos en tan solo 7 meses.
No os dejéis engañar. Lo que ha ocurrido es que nos han puesto de cebo un gusano muy gordito y lustroso y nosotros hemos picado el anzuelo. Ellos han soltado carrete para que creyéramos que era fácil desprenderse del sedal y quedarnos con el gusano sin prácticamente esfuerzo y cuando estábamos más confiados han comenzado a recoger el sedal. Y en esas estamos.   
En fin. Como veréis este invento de la “prima de riesgo” es uno más de los que utiliza el sistema para asegurarse de que los pobres sigan siendo pobres y los ricos cada vez más ricos.
Ya sabéis mi opinión, así que permitirme que reincida en lo de siempre. Debemos acabar con el sistema monetario y cuanto antes, mejor.
No es alarmismo, es simplemente hacer un seguimiento de los hechos para darnos cuenta de que, si no hacemos algo enseguida, en menos de 2 años estaremos como Grecia, aunque en realidad en muchas cosas ya lo estamos.

jueves, 10 de mayo de 2012

CUIDADO CON LA SALIDA DE LA CRISIS


En el siglo pasado se produjeron dos grandes crisis.
La primera fue a comienzos del siglo XX, en los orígenes del imperialismo, al comenzar con el liberalismo económico y permitir la concentración del capital por parte de los monopolios. La guerra económica por la conquista de mercados condujo a la guerra de verdad mediante las armas, dando lugar a la Primera Guerra Mundial, y acabó en una “salida” hacia la izquierda, desembocando en la Revolución Rusa de 1917.
La segunda crisis se produjo en 1929. Fue la llamada Gran Depresión, en la que en un abrir y cerrar de ojos miles de personas perdieron sus empleos, quebró la Bolsa de Nueva York y la recesión se extendió, durante un largo período de tiempo, afectando a todo el mundo. Pero esta vez, al contrario que en la primera crisis, la “salida” fue hacia la derecha, dando origen al nazismo y, como consecuencia, a la Segunda Guerra Mundial (1939-1945)
Estamos en la tercera gran crisis de los últimos 100 años (provocada, por supuesto, ya que uno de los requisitos de la economía actual, entre otras cosas, es el crecimiento indefinido y, como esto no puede ser, de vez en cuando se provoca una crisis para volver a puntos de partida anteriores)
¿Y qué va a pasar ahora?
Pues de momento no se atisba a corto, medio, y me atrevería a decir que ni siquiera a largo plazo, una salida a la actual crisis económica, y si la “salida” va a ser hacia la derecha o izquierda. Lo que si me preocupa, teniendo en cuenta la experiencia vivida en las dos crisis anteriores, que terminaron en dos guerras mundiales es, que otra vez el desenlace vuelva a ser bélico y, mucho me temo que, en estos momentos, se den los tres principales condicionantes para que esto suceda.
El primero, y creo que el problema principal (que no sé por qué nadie habla de él y todo el mundo elude) es la demografía mundial, que actualmente ronda los 7.000 millones de seres humanos y que, según todas las previsiones, se doblará en el año 2050; así que, probablemente, alguien ya esté pensando en reducir drásticamente el número de personas que deben habitar el planeta.
En segundo lugar está el problema de la degradación alarmante del medio ambiente producido, entre otras cosas, por la gran cantidad de residuos que 7.000 millones de personas generamos anualmente. Esto nos devuelve al problema principal, el de la expansión demográfica.
Y, en tercer lugar, tenemos el agotamiento de los recursos del planeta, y eso que solamente disfrutamos de ellos un 20 % de la población mundial, lo que llamamos “el mundo desarrollado”. Y he aquí que, de nuevo, volvemos al problema demográfico.
En consecuencia, y mira que siento ser tan pesimista, estamos abocados a una tercera guerra mundial sí o sí. Probablemente no sea una guerra al estilo convencional de dos ejércitos enfrentados, es más, creo que estamos metidos de lleno en ella y aun no nos hemos enterado pero, en unos años, seguro que veremos (los que queden o quedemos) el desenlace final. Parece que todo apunta a una drástica reducción de la población mundial y un nuevo “orden mundial” en el que habrá una sola nación y un solo gobierno dirigido, como es de esperar, por la élite dominante.
Esto es sin duda lo que esa élite se propone, pero espero que no tardemos mucho en darnos cuenta y reaccionemos antes de que sea demasiado tarde.
Creo que la gente no es, para nada, consciente de que de esta crisis no vamos a salir nunca (al menos como se espera que salgamos) entonces ¿a qué estamos esperando para cambiar esto de una vez?
Llevamos cinco años mareando la perdiz, denunciando al sistema, manifestándonos, creando movimientos nuevos, etc. Pues bien. Todo eso era necesario hacerlo y se ha hecho, pero ya es hora de pasar a la acción.
Debemos empezar a tomar partido con nuestro comportamiento individual a nivel mundial y, a medida que este comportamiento se vaya extendiendo por la sociedad, el sistema no tendrá más remedio que cambiar sí o sí.
Empecemos por no colaborar con todo aquello que huela a dinero y especulación.
A mí se me ocurren algunas ideas que te expongo a continuación, pero seguro que cada uno de vosotros encontraréis algunas más.
-      No ayudar a que existan super-futbolistas, super-artistas, super-partidos políticos, super-bancos, super-corporaciones, super-medios de comunicación, etc, etc. Esto es relativamente fácil si por ejemplo dejamos de ir al futbol a ver a los grandes equipos, dejamos de ir a los grandes conciertos, damos nuestro voto a partidos pequeños (aunque ya sabéis que yo no se lo daré jamás a nadie) sacamos nuestro dinero de los grandes bancos y lo metemos en los pequeños y si son de banca ética mejor, dejamos de comprar en las grandes superficies, etc, etc…. y, por último, y lo más importante, le damos una patada a la TV y al resto de los medios de comunicación convencionales que llevan toda la vida aborregando a las masas (informaros en Internet)
-      No podemos seguir trabajando por sueldos de mierda mientras los Rodrigo Rato de turno y compañía se lo llevan crudo a consta de nosotros. Esto ya sé que es muy difícil y personal, pero siempre habrá medidas de presión si somos capaces de trabajar unidos y en la misma dirección.
-      Tenemos que ganarnos a las actualmente fuerzas represivas (ejército y policía)  ya que parece que aun no se han dado cuenta de que son de los nuestros, para que dejen de servir únicamente a las clases dominantes y sean, como tienen que ser, el ejército y la policía de todos. 
Bueno, esto son simplemente algunas sugerencias que, si las llevamos a la práctica, deben ir encaminadas a cambiar poco a poco el actual modelo capitalista, aunque ya sabéis que yo soy de la opinión de acabar con el sistema monetario y sustituirlo por otro vasado el los recursos y la tecnología, ya que mientras eso no se produzca  estaremos abocados a la especulación en todos los órdenes de la vida.

lunes, 7 de mayo de 2012

PAPEL MONEDA Y DEUDA


¿Hasta cuándo vamos a seguir esclavizados por el dinero?
Soy consciente de que la mayoría de la gente jamás se ha planteado que sería de nuestras vidas si no existiera el dinero, bueno, es más, son incapaces de concebir una vida sin dinero pero yo, y mucha más gente de la que pensáis, estamos convencidos de que viviríamos mejor.
Es paradójico que mientras los países van siendo más ricos, sus habitantes viven cada vez más empobrecidos, endeudados y esclavizados ¿o no? y no sólo a nivel personal, sino también a nivel de nación.
Es mentira que haya países pobres en el mundo ya que los estados son ricos en sí mismos; lo que pasa es que tenemos una distribución de la riqueza salvajemente desigual que hace que lo parezca.
Voy a intentar explicar qué se entiende por riqueza.
La riqueza o valor neto es el valor total de lo que cada uno de nosotros poseemos (nuestro activo y bienes tangibles como la tierra, la comida, la casa, el coche y demás utensilios que usamos diariamente) menos el valor de nuestra deuda (nuestro pasivo, generalmente dinero que debemos que, por si aun no te has enterado, es inventado). A nivel mundial, nuestro valor neto colectivo es verdaderamente enorme, y nuestra deuda también aunque, como ya he dicho antes, esta es inventada.
Entonces ¿qué problema hay? Pues que la riqueza está altamente concentrada en la cúspide y no todos podemos disfrutar de ella, y daré unos datos. 
He aquí algunas cifras de la desigualdad del crecimiento de la riqueza en EEUU.
El número de familias con un valor neto de un millón de dólares o más creció un 202 % entre 1983 y 2007. El número de familias con un valor neto de cinco millones de dólares o más creció un 494 %. Y, el número de familias con un valor neto de diez millones de dólares o más creció un astronómico 598 % Actualmente son más de 464.000 las familias que poseen más de diez millones de dólares en EEUU.
Sin embargo, la parte baja de la sociedad americana ha empeorado. El 40% de las familias  estadounidenses poseen un valor neto negativo de -1%, esto es, tienen deudas mayores que el valor de sus activos. Lo que quiere decir que el 1% de arriba posee el 34,6% del valor neto total del país y el 42,7% de los activos financieros (sin contar los hogares).
Pues bien. Dicho esto, a ver si somos capaces de hacer llegar a la gente, que el modelo de economía mundial más extendido (y el nuestro) es el capitalismo liberal, que se basa en dos principios fundamentales; el papel moneda y la deuda.
El papel moneda es un instrumento de intercambio sin valor intrínseco. Lo que quiere decir que el valor de la moneda es artificial. Es un valor inventado y que por ello puede ser manipulado dando pie a la especulación. El valor del papel moneda no se asienta, como ocurría en sus orígenes, en oro u otro bien tangible, sino que se sostiene completamente en la confianza o no que los usuarios le confieren (de ahí que España pague un interés por financiarse del 5,6 % y Alemania un 1,1 %). Y, como todo el mundo sabe, la impresión de moneda es en sí un monopolio que sólo algunos tienen y, además, el uso de la moneda es una imposición de los estados y no la elección del pueblo.
Por otra parte esta la deuda.
El uso de la moneda artificial hace caer a los estados en balanzas negativas, por lo cual, para recapitalizarse, deben emitir deuda a unos intereses sometidos a especulación (ya sabes, el tema de la confianza “la prima de riesgo”). De esta manera la deuda se incrementa año tras año, por el afán y la necesidad de mantener el crecimiento económico, y así se entra en una espiral de la que es imposible salir. Por si no lo sabes nuestra deuda en menor que la de Alemania, Francia, Italia o Reino Unido, entre otras que, por cierto, tampoco van a poder pagar nunca.
Es así, de esta manera, como el 1 % de la población mundial tienen sumido al resto, ya que son ellos los que controlan los grandes bancos, las multinacionales e incluso a los emisores de moneda. Y, por supuesto, ellos son los promotores de la deuda ya que la deuda de los estados es uno de sus mayores negocios.
Si no existiera el dinero todo esto no se produciría. Tenemos que conseguir otro sistema alternativo al sistema monetario. El cambio debe de pasar por la erradicación o reforma radical de estos dos fundamentos; papel moneda e interés y deuda, ya que ambos van de la mano. . Pero lo primero de todo es hacer ver a la gente el engaño al que están sometidos, mientras esto no se produzca no avanzaremos.

miércoles, 2 de mayo de 2012

CÓMO HEMOS PODIDO LLEGAR A ESTO


Pero a dónde hemos llegado.
Acabo de leer una editorial, de un periódico de gran tirada, en la que se dice que el FMI pide bajar las pensiones “por el riesgo de que la gente viva más de lo esperado” y, otra, en la que se comenta que El Estado no puede seguir manteniendo la sanidad pública. O sea, que lo ideal para el FMI es que la gente se muera justo al terminar su vida laboral, ya que el prolongar la vida más allá de la edad de jubilación es un derroche de dinero y, por otro lado, en la segunda editorial, ahondando en lo mismo, se nos viene a decir que es muchísimo más importante el dinero que la salud.
Hemos llegado a un punto de estupidez humana que la veneración del dinero es tal que preferimos morir antes que gastar dinero.
Y, ¿qué es el dinero? Pues el dinero no es más que unos trocitos de papel con unos monigotes pintados y unos números que nos indican su valor artificial. Bueno, y ahora ni siquiera eso, son simplemente unos números apuntados en una computadora.
Creo que todo el mundo es consciente de que el dinero no crece en los árboles, ni está en el subsuelo en forma de mineral a explotar, ni se da en ninguna de las formas de la naturaleza. Es simplemente un invento del ser humano que, en un principio, se tomó como instrumento para intercambiar bienes y servicios pero que, con el tiempo, ha invertido su sentido. Ahora es el objetivo final de toda transacción de bienes y servicios y se idolatra de tal forma que, como ya he dicho anteriormente, se antepone hasta a la propia vida.
Decían los indios seminolas “Solamente cuando se haya envenenado el último río y cortado el último árbol y matado el último pez, el hombre se dará cuenta de que no se puede comer el dinero”
Estamos viviendo en un mundo de despilfarro de recursos tal (que no de dinero, ya que dinero podemos fabricar todo el que queramos) que no me extrañaría que Richard C. Duncan vaya a tener razón en su “Teoría de Olduvai” que dice que llegaremos a un punto de inflexión en la actual sociedad industrial, entre el año 2010 y 2030, en el que poco a poco iremos retrocediendo hasta volver a tiempos en los que el hombre vivía de lo que cazaba y, según él, eso se dará hacia el año 3000.
No se puede seguir fabricando toda clase de utensilios con una duración de su vida útil, a priori programada, con el fin de mantener una industria; o sea, amasar dinero. Eso acaba con los recursos y, además, con esta espiral de usar y tirar, estamos generando gran cantidad de residuos, degradando el planeta a pasos agigantados y, como consecuencia de esto, lo que estamos haciendo es poner en peligro nuestras vidas y la de todo el planeta.
Si seguimos con la idea de que la felicidad está asociada a la sociedad de consumo vamos rematadamente mal.
Como dijo Borges, “deberíamos estar muy lejos de plantearnos la felicidad en base a los bienes materiales y seguir siendo capaces de disfrutar lo que tenemos sin caer en la desesperanza por obtener aquello de lo que carecemos”.