domingo, 30 de junio de 2019

RENTAS Y SALARIOS EN UN PARADIGMA ECONÓMICO ABSURDO


Hay una frase atribuida a Facundo Cabral que dice: “Mira si será malo el trabajo, que pagan por hacerlo”. Y otra de Mario Moreno (Cantinflas):” Algo malo debe tener el trabajo porque si no, los ricos lo habrían acaparado”.
Actualmente en nuestra sociedad aún existen románticos que piensan que vivimos en un mundo libre. Pero nada más lejos de la realidad. La verdad es que todos somos esclavos. Sí, esclavos del dinero.
Hoy en día nadie escapa a la esclavitud del dinero. Es más que evidente que sin dinero no podemos acceder a ninguno de los bienes y servicios necesarios para poder vivir con dignidad, puesto que para hacerlo necesitamos alojamiento, comida, transporte, educación, sanidad y un larguísimo etcétera que sólo podemos conseguir a base de dinero.
Aunque bien es verdad que existen personas que no tienen dinero (pobres, indigentes, etc.), no por eso viven sin él. Sus necesidades -aunque menores que las del resto- también cuestan dinero. Por lo tanto, lo que ellos no pagan alguien lo tiene que hacer. De eso va la caridad, de pagar lo que otros no pueden pagar.
En una sociedad donde el único medio para acceder a los bienes y servicios necesarios para vivir es el dinero, la gran mayoría de las personas se ven forzadas a trabajar para sacar dinero de la oferta de dinero del Sistema y así cubrir sus necesidades.
Existen innumerables formas de obtener dinero dentro de la oferta de dinero del Sistema, pero básicamente la mayoría de las personas lo consiguen de dos maneras: mediante rentas o salarios.
Los rentistas son todos aquellos que no tienen que trabajar, ya que mayoritariamente han nacido en una familia adinerada o han heredado unos activos que les permite vivir toda su vida de las rentas. Y los asalariados son el resto; es decir, los que están condenados a trabajar por un salario (en la mayoría de los casos miserable) para poder subsistir. Es lo que vulgarmente se conoce como ganarse la vida.
Aclarado que todo el mundo necesita dinero para ganarse la vida -no hay otra alternativa- ahora veamos cómo el Sistema determina la retribución de rentas y salarios en función de unos criterios que son, bajo mi punto de vista, fundamentalmente anacrónicos.
Las rentas son en esencia retribuciones especulativas, sin más. Pero con los salarios es diferente. Estos suelen estar regulados y sus importes se fundamentan en preceptos bastante incongruentes.
Retribuir un salario en función de la responsabilidad, el conocimiento, el esfuerzo y la eficiencia no me parece mal. Pero ceñirlo exclusivamente a eso, no es justo. A mi manera de ver, se menosprecia el elemento más importante de la ecuación que además es igual para todos: el tiempo.
El tiempo es el bien más preciado que poseemos porque es limitado. De hecho, podemos producir todos los bienes y servicios que queramos, una y otra vez, pero no podemos producir más tiempo. Es único e irrepetible como nuestra vida. Por lo tanto, ese tiempo que dedicamos a trabajar son trocitos de nuestra vida que vamos cediendo poco a poco a cambio de dinero.
Y la pregunta inevitable es: ¿si el tiempo es nuestro mayor tesoro, no debería estar mejor remunerado? Porque, a santo de qué, por ejemplo, la hora de un asesor financiero está 10 veces mejor remunerada que la hora de un empleado de la limpieza cuando el tiempo es igual para los dos. Una cosa es el servicio prestado, por cada uno de ellos, y otra muy distinta el tiempo, que es el mismo para ambos. Así que, valorar más el servicio prestado que el tiempo dedicado a realizar dicho servicio tendría que ser inadmisible, puesto que, como acabo de decir, el tiempo es el bien más preciado que poseemos los seres humanos y debería tener el mismo valor para todos.
Imagino que muchos no estarán de acuerdo conmigo y dirán que existen personas que no quieren hacer ningún esfuerzo ni desean ninguna responsabilidad. Pero estas personas también están obligadas a ganarse la vida, por lo tanto, suelen desempeñar trabajos irrelevantes que, por supuesto, están muy mal remunerados. Y volvemos a lo mismo: ¿Mal remunerados por qué, si están vendiendo el bien más preciado que poseen, que no es otro que su propia vida?
No es de recibo que 8 personas posean la misma cantidad de riqueza que las 3.600.000 personas más pobres del planeta. Es una obscenidad.
Un modelo económico basado en el consumo, en el crecimiento perpetuo, en la deuda y en la obsolescencia programada es una barbaridad. O lo que es lo mismo: pan para hoy y hambre para mañana.
No seamos ingenuos. Este es un Sistema que está en manos de banqueros, fondos de inversión y grandes corporaciones, en el que sólo tiene cabida no más de un 10% de la población mundial. Ese 10% sigue empeñado en repetir el mismo modelo económico erróneo, una y otra vez, basado en el crecimiento escalable eterno. Esto, amén de estar acabando con el planeta, nos ha llevado a esclavizarnos y convertirnos en individuos compradores consumidores de cosas inútiles -que mayoritariamente no necesitamos- y a pagarlo con un dinero esclavo que nos roba, cuanto menos, un tercio de nuestra vida.
Decía Mahatma Gandhi: “El mundo es lo suficientemente grande para satisfacer las necesidades de todos, pero siempre será demasiado pequeño para satisfacer la avaricia de algunos”.