jueves, 28 de septiembre de 2023

"IDEOLOGÍA DE GÉNERO" Y "LENGUAJE INCLUSIVO"

La civilización occidental se ha transformado en algo verdaderamente repugnante. Está desbarrando en todos los sentidos, convirtiéndose en una civilización arrogante y psicópata.

Asistimos en riguroso directo a la destrucción de la sociedad tal y como la conocemos y a nadie parece importarle. Cosas como el “lenguaje inclusivo”, para dar cabida a la “ideología de género”, o el fomento de llamar “delito de odio” a todo aquello que vaya en contra del pensamiento único se está imponiendo a pasos agigantados.

La gente piensa que decir “niñes” (para dirigirse a una persona que no se siente ni niño ni niña), “portavoza”, “médica” o “periodisto” no tiene la menor importancia y hasta se lo toma a broma. Sin embargo, este nuevo lenguaje es de vital importancia para cambiar la sociedad de arriba abajo.

El “lenguaje inclusivo” es fundamental para implementar todas esas nuevas ideologías, con la de género a la cabeza. Parte de la comunidad LGBTQ+, como personas “transgénero” o “no binarias” (personas que no se identifican ni como hombre ni como mujer), aseguran que el “lenguaje inclusivo” es clave para su autoidentificación y su inclusión en la sociedad. Pero no necesariamente, ya que el lenguaje existente es lo suficientemente rico, sin tener que deformarlo ni modificarlo, para designar todo aquello que ellos quieren tergiversar. También dicen que esto puede ayudar a reducir la discriminación y el estigma hacia las personas “transgénero”, “no binarias” y de “género diverso”. Permítanme que lo dude.

Las formas lingüísticas tradicionales de comunicación que tenemos en la actualidad son suficientemente efectivas para denominar cualquier cosa por muy novedosa y extravagante que sea. Sin embargo, el nuevo “lenguaje inclusivo” puede provocar tensiones entre aquellos que lo adopten y aquellos que no lo quieran adoptar. Aunque pensándolo bien, ¿no será que lo que se pretende es precisamente eso, confundir y dividir a la gente? Lo digo, porque ya se está poniendo la etiqueta de “fascista” a todo aquel que ha osado criticar esta nueva ocurrencia.

El “lenguaje inclusivo” es un tema controvertido que ha generado, y sigue generando, debates en muchas partes del mundo.

Los defensores del “lenguaje inclusivo” argumentan que este tipo de lenguaje promueve la igualdad de género y reconoce la existencia de identidades de género diversos. Según ellos, utilizar un lenguaje que incluya a todas las personas, independientemente de su género, puede contribuir a una sociedad más igualitaria. Por segunda vez, permítanme que también lo dude.

Aclaremos de una vez el fraude de los tropecientos géneros.

Por más que se empeñen los ingenieros sociales, creadores de la “ideología de género”, sólo existen dos géneros: masculino y femenino, hombre y mujer o varón y hembra, como cada uno prefiera. Cuando uno nace varón, absolutamente todas las células de su cuerpo son masculinas, y lo mismo ocurre cuando se nace hembra que todas las células son femeninas. Y esto seguirá siendo así hasta el día de nuestra muerte, por muchos penes que nos implantemos o muchas vaginoplastias que nos hagamos.

Ahora bien. Otra cosa son las inclinaciones sexuales o la apetencia de cada uno a “disfrazarse” como le venga en gana. Pero la realidad es -como diría José Mota- “que sepas que ser eres”. ¿El qué? Un hombre o una mujer. No hay más. Así que, definitivamente, les niñes, los “no binarios” y los 33 géneros reconocidos por la “comunidad científica” (oficialista, naturalmente) sencillamente no existen. Así de rotundo. Serán otra cosa, pero nunca un género.

Es sabido, porque así lo dicen ellos mismos, que la élite está obsesionada con la sobrepoblación del planeta. Durante las últimas décadas del siglo XX, se han utilizado procedimientos coercitivos -como la esterilización, política de un solo hijo, aborto, etc- para intentar reducir la población sin ningún éxito. Sin embargo, es a partir del memorándum Kissinger-McNamara, de 1968, cuando se produjo un cambio radical en la política de control poblacional de Naciones Unidas. Fue entonces cuando se adopto una nueva estrategia, que consiste en convencer a las mujeres para que sean ellas mismas las que rechacen “libremente” la maternidad. Y para eso, entre otras cosas, se concibió  la “ideología de género”.

Desde entonces, organizaciones no gubernamentales como el Consejo de Relaciones Exteriores, el Club Bilderberg, el Club de Roma, el FEM y algunas más, han implementando en el mundo la “ideología de género” convirtiéndola en el gran anticonceptivo mundial, por cierto, con mucho éxito. A modo de ejemplo, decir que en España la Tasa de Natalidad en el año 1960 fue de 21,7 y en 2022 de 6,9. La diferencia es sustancial, ¿verdad?

El patético argumento de que ahora los jóvenes no cuentan con una renta suficiente para plantearse tener hijos es tan absurdo como las políticas para incentivar la natalidad, que no han sido capaces ni siquiera de alcanzar la tasa de reposición. No hay más que remitirse al hecho incuestionable de que los hogares más pobres tienen un promedio de hijos superior al de los hogares más ricos, por no hablar de la grandísima diferencia de la natalidad entre países ricos y países pobres. Por lo tanto, no es cuestión de renta, sino de ideología.

El control hipnótico que las nuevas tecnologías, la televisión y los medios de comunicación han adquirido sobre nuestra mente han hecho de nosotros una panda de estúpidos conformistas, maleables y dóciles a voluntad. De ahí que La “ideología de género” y el “lenguaje inclusivo” hayan calado tan rápidamente entre los más jóvenes.

En España, el encargado de llevar adelante este proyecto es el Ministerio de Igualdad, capitaneado por Irene Montero. Y yo pregunto: ¿de verdad alguien se puede creer que todo esto ha salido de la cabecita de Irene Montero?

Irene Montero es licenciada en Psicología y el único trabajo que se le conoce es el de cajera en la cadena de electrónica y electrodomésticos Saturn. Por lo tanto, no parece ser la persona más preparada para acometer una tarea como esta.

No seamos ingenuos. En España, como en el resto del mundo, estas directrices están dadas por los de siempre. Irene Montero no es más que otro títere comunista designado para poner en marcha toda esta agenda distópica, cuyo único objetivo es reducir al máximo y en el menor tiempo posible la población mundial. Por lo tanto, no te quepa la menor duda que la “ideología de género” así como el “lenguaje inclusivo” no son más que dos herramientas diseñadas por la ingeniería social para llevar a buen puerto su plan, y nada tienen que ver con la igualdad que, por cierto, nunca les ha importado un carajo. 

miércoles, 20 de septiembre de 2023

SUIZA: ENCLAVE INTOCABLE DE LA ÉLITE DOMINANTE

Suiza es un país ubicado en Europa central sin salida al mar. Es un Estado federal con 26 cantones, una población de algo menos de nueve millones de habitantes y una superficie de 41.290 km2 (la doceava parte de la superficie de España). Sin embargo, a pasar de su pequeña superficie, reducida población y de no poseer recursos significativos es el cuarto país más rico del mundo, con un PIB per cápita de 92.100 euros.

A groso modo, Suiza es conocida internacionalmente por su turismo de montaña, relojes, quesos, chocolates, navajas y, sobre todo, por sus bancos, sin olvidar a Novartis, una de las farmacéuticas  más grandes del mundo. También, porque las ciudades de Zúrich, Ginebra y Basilea han sido clasificadas entre las diez mejores del planeta en términos de calidad de vida.

Aunque está situada geográficamente en el centro de Europa no pertenece ni a la UE ni a la zona euro, lo que hace de Suiza una “isla” dentro de Europa. ¿Y cómo puede ser que un país “aislado del mundo” que no tiene  ni mar ni recursos naturales ni una gran industria sea uno de los países más desarrollados del globo terráqueo? Pues sencillamente por la magia de dos palabras: “secreto bancario”. Estas dos mágicas palabras han hecho posible que sin tener prácticamente nada de nada su riqueza sea inconmensurable.

Llamemos a las cosas por su nombre. Suiza vive de la especulación financiera de sus bancos, cuyo capital es en gran medida ilícito o cuanto menos de dudosa transparencia y procedencia, debido a una ley bancaria -en particular de su artículo 47- que establece el  “secreto bancario” como disposición inviolable. 

Suiza no es un Estado al uso, es otra cosa: un Estado ficticio creado y administrado por poderosos oligarcas, esencialmente anglosajones, que son los propietarios de los bancos. Ellos son quienes dictan la política y, como es lógico, se han encargado de dotar al país de instituciones y leyes, en función de sus intereses, estableciendo como prioridad el “secreto bancario”.

Suiza no es más que una farsa revestida de neutralidad y honestidad. Es un Estado al servicio del poder global del dinero. Un enclave intocable desde el que robar al resto del mundo. Por eso no es de extrañar que casi todas las organizaciones supranacionales controladas por esta oligarquía tengan su sede en Suiza.

En Suiza se concentran las organizaciones internacionales más importantes –por cierto, que nadie ha elegido a través del sufragio universal- como la OMS, una de las oficinas de la ONU en Europa, la Organización Internacional del Trabajo, el Banco de Pagos Internacionales, la Organización Mundial del Comercio, la Organización Internacional para los Refugiados, el CICR (órgano fundador de Cruz Roja) y así hasta llegar alrededor de 40.

Destacan las sedes deportivas de la FIFA (máximo organismo del fútbol a escala mundial), la UEFA (mayor ente del fútbol europeo), COI (Comité Olímpico Internacional), la FIDE (máximo organismo del ajedrez en el ámbito mundial) y el Tribunal de Arbitraje Deportivo.

Curioso que un pequeño país sin apenas deportistas tenga todo el elenco de las sedes deportivas más importantes e influyentes del planeta, ¿verdad? Pues no nos debería extrañar, ya que el deporte de masas, con el fútbol a la cabeza, es el instrumento de manipulación principal para manejar, adoctrinar y aborregar al “populacho”. Y como muestra un botón. Acabamos de ser testigos del “caso Rubiales”, donde, por cierto, a todos esos politicuchos que le acusan de acoso sexual Rubiales y su beso les importa una mierda. Lo que les importa es la propaganda que este caso tiene para la imposición de la ideología de género.

Suiza es un santuario de delincuentes. Así de claro. Más que un Estado es un instrumento transformador del poder global del dinero. Es, llamémoslo así, un “Estado/ONG”, disfrazado de neutral, cuyo objetivo primordial es atraer todo el capital oscuro, sucio e ilegítimo del mundo para hacerlo lícito en el marco de sus leyes: dinero del narcotráfico, de la venta de armas, robado, malversado, corrupto, etc.

En definitiva, es un refugio financiero para los delincuentes, donde se aglutina toda la basura del mundo. Pero no estamos hablando de delincuentes de tres al cuarto. Hablamos de delincuentes de “alto standing” como BlackRock, que, como no, es uno de los mayores accionistas de UBS Group AG (el mayor banco de Suiza salido de la fusión de Credit Suisse y UBS).

Ojo al dato. Suiza, con una población de 8.700.000 habitantes, tiene alrededor de 240 entidades bancarias (datos del año 2021) mientras España, con una población de 48.000.000 de habitantes, tiene aproximadamente 30.

Según la revista Forbes, estas son las 11 personas más ricas de Europa y sus fortunas:

1.       Bernard Arnault (Francia): 158 mil millones de dólares.

2.       Francoise Bettencourt Meyers (Francia): 74 mil millones de dólares.

3.       Amancio Ortega (España): 59 mil millones de dólares.

4.       Dieter Schwarz (Alemania): 47 mil millones de dólares.

5.       Rodolphe Saade (Francia): 41 mil millones de dólares.

6.       Francois Pinault (Francia): 40 mil millones de dólares.

7.       Klaus Michael Kuehne (Alemania): 37 mil millones de dólares.

8.       Beate Heister & Karl Albrecht Jr (Alemania): 36 mil millones de dólares.

9.       Giovanni Ferrero (Italia): 36 mil millones de dólares.

10.   Alain Wertheimer (Francia): 31 mil millones de dólares.

11.   Gerard Wertheimer (Francia): 31 mil millones de dólares.

Y ahora la “pregunta del millón”: ¿crees que estos señores no tienen a buen recaudo su fortuna? ¿Crees que la van a dejar en manos de lo que decida cualquier gobierno salido del “populacho”? Evidentemente, no. Y aunque el “secreto bancario” no nos permite saber con exactitud los nombres de las personas que ocultan su capital en Suiza, podemos imaginarlo.

¿Entiendes mejor ahora por qué existe un “país” como Suiza? Pues porque si no existiera estos sinvergüenzas tendrían que inventarlo.


domingo, 10 de septiembre de 2023

LAS NUEVAS GENERACIONES DE ESTÚPIDOS DISEÑADAS A LA CARTA ESTÁN ACEPTANDO SU ESCLAVITUD SIN LA MÁS MÍNIMA OBJECIÓN.

En España, los empleadores del sector hostelero se quejan de que no encuentran personal para trabajar. Se refieren a esa franja de gente joven, sin oficio ni beneficio, que el sistema ha creado en las últimas décadas y cuya única salida parece ser la de camarero a tiempo parcial.

Las nuevas generaciones de jóvenes ya no tienen sueños ni, por supuesto, ganas de trabajar. Lo único que les interesa es estar todo el santo día pegados a su Smartphone mirando chorradas. Pero esto no se les ha ocurrido a ellos solitos, no. Esto ha sido el fruto de una programación, ya que, como he dicho tantas veces, la gente no nace estúpida, a la gente se le hace estúpida.

Como podrás imaginar, en un momento como el actual, donde contamos con los mejores medios de todos los tiempos, no es de recibo que tengamos una mayoría de jóvenes ignorantes sin futuro.

Las nuevas generaciones de estúpidos no han crecido en los árboles. Han sido meticulosamente “educadas” en la incultura. Y, claro está, es precisamente por su incultura que les va como les va. Y la verdad es que no les va nada bien.

Según datos de la OMS y de UNICEF, más del 20% de los adolescentes de todo el planeta tienen serios trastornos mentales y el suicidio es la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 19 años.

La pregunta es: ¿qué les están metiendo en la cabeza a nuestros jóvenes para que actúen de esa manera? Pues cosas como estas:

Que algunos hombres y mujeres han nacido en un cuerpo equivocado. Que en España hay reconocidos 37 géneros distintos y 10 orientaciones sexuales diferentes. Que los niños tienen que ser sexualmente activos y pueden y deben tener sexo con quien les dé la gana, incluso con adultos. Que ser Drag Queens a los 10 años mola un montón. Que ser transexual es hermoso. Y, en general, que cualquier tipo de  aberración y degeneración es tolerancia.

Luego está toda la retahíla política: racismo, sexismo, democracia, capitalismo, izquierda, derecha, república, socialismo, fascismo, comunismo, globalismo, LGBTI, Nuevo Orden Mundial,….

Siguiendo con la idiotización de la sociedad llegó la falsa pandemia, el cambio climático antropogénico, la guerra de Ucrania, la crisis energética, el colapso económico y la inflación.

La última memez que se les ha ocurrido, para seguir enfermando mentalmente a la sociedad, ha sido el “caso Rubiales”: el beso del Presidente de la Real Federación Española de Fútbol a una futbolista en la entrega de medallas del Campeonato del Mundo de Fútbol Femenino donde España quedó campeona.

Y para rematar la faena, están los medios de comunicación tratándonos como si fuéramos retrasados mentales y diciéndonos en cada momento cómo tenemos que actuar. Sin ir más lejos, el domingo 3 de septiembre, una Dana (así denominan ahora a una fuerte tormenta de toda la vida) afecto a la Península Ibérica, sobre todo a la Comunidad de Madrid, donde se declaró “alerta roja”. La televisión estuvo todo el santo día diciendo que no se saliera de casa y que no se cogiera el coche a no ser que fuera estrictamente necesario. Por su parte, los madrileños recibieron una alarma de Protección Civil en su móvil con más de lo mismo. Y digo yo, ¿cómo hemos podido sobrevivir, los que ya tenemos una edad, sin que nadie nos dijera lo que teníamos que hacer si llovía, nevaba o hacía calor?

Evidentemente, esto está hecho con toda la intención: empieza siendo una alerta o recomendación, para luego convertirse en una obligación (así se hizo durante la falsa pandemia y así se hará con el falso cambio climático antropogénico).   

En definitiva, si todo esto no es para volver imbécil a la gente me gustaría saber para qué es.

Evidentemente, los jóvenes no son los únicos responsables de su incultura, de su violencia incontrolada y de su pasotismo. La verdadera causa está en la pésima educación que reciben y, sobre todo, en el uso desproporcionado e irresponsable de las nuevas tecnologías.

Para que nos hagamos una idea del nivel cultural de nuestros jóvenes, decir que durante los confinamientos lo más buscado en Google fue “La Isla de las Tentaciones” (reality show donde cinco parejas de jóvenes viajan hasta un enclave de lujo para poner a prueba la fortaleza de su relación).

Pero lo peor está en las nuevas tecnologías. Las nuevas herramientas tecnológicas, con el teléfono móvil a la cabeza, están destrozando a las nuevas generaciones y en menor medida al resto de la sociedad, incluido a los mayores.

Los teléfonos móviles, y la tecnología en general, están teniendo un impacto significativo (me atrevería a decir negativo) en la forma en que las personas interactúan y se relacionan entre sí.

Es ya un hecho contrastado que el uso excesivo de los teléfonos móviles afecta negativamente a la capacidad de concentración y, sobre todo, a la disposición de relacionarse cara acara. También está comprobado que el acceso constante a la información en línea disminuye la necesidad de retener información en la memoria.

No sé si lo has notado, pero desde que apareció este pequeño aparatito la gente es cada vez más inútil. Ahora los jóvenes (y algunos no tan jóvenes) no saben hacer un viaje de una ciudad a otra sin el GPS del móvil o de su coche. Carecen de capacidad para decidir nada (qué comer, qué película, ver, qué música escuchar, a quién votar, dónde viajar…) que no haya decidido anteriormente alguien en los imbéciles comentarios de las webs que consultan. Casi todo lo hacen “on-line” y, por supuesto, les cuesta horrores mantener una conversación cara a cara con nadie que no sea uno de sus colegas, ya que son incapaces de articular dos palabras seguidas si no van acompañadas de un taco por falta de vocabulario (déjame el “puto” móvil, trae la “jodida” bufanda, estoy hasta los “cojones” de esperar,…).

La relación entre la tecnología y sus efectos en la cognición humana es un tema complejo que, por desgracia, a nadie le preocupa. Bien es verdad que el uso de dispositivos móviles tiene beneficios en términos de acceso a la información, comunicación e incluso productividad. Sin embargo, no es ningún secreto que tienen efectos muy negativos en la cognición. Por lo tanto, estamos en condiciones de afirmar que los teléfonos móviles están haciendo estúpidas a las personas, y esto se sabe.

Nos dicen que la clave está en utilizarlos de manera equilibrada y consciente: ¿alguien lo hace? Efectivamente, se trata de utilizar estos dispositivos de manera racional y equilibrada, establecer límites en el uso y ser consciente de cómo la tecnología afecta la vida cotidiana. Sin embargo, nada de esto le importa a nadie y la gente está más enganchada al móvil que al alcohol, a las drogas o al rocanrol. Evidentemente, las élites dominantes están encantadas con este aparatito, el cual utilizan para crear generaciones de estúpidos a la carta.

Uno de los principios básicos de la filosofía es dudar de todo, incluso aunque parezca obvio. Sin embargo, ahora se está dando un fenómeno que pretende contradecir a la filosofía. Me refiero a la propaganda, que trata de que aceptemos como obvio todo aquello que es razonablemente dudoso.

Y si hay algo dudoso, de entre todas las amenazas que se ciernen sobre nosotros, es la imposición del fraudulento cambio climático antropogénico, el nuevo Tratado de Pandemias de la OMS y la digitalización del sistema monetario.

Si nadie lo remedia, el falso “cambio climático antropogénico” será utilizado para restringir nuestros derechos y libertades más allá de lo que podamos imaginar, el nuevo Tratado de Pandemias dará a la OMS un poder sobre todo el planeta inconmensurable y las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC) se utilizarán para anular completamente a los disidentes y mantener a raya al resto.

No nos dejemos engañar. Tanto los teléfonos móviles, como las tarjetas de identificación digital, cámaras de reconocimiento facial, radares de control de velocidad, luces “inteligentes”, electrodomésticos “inteligentes”, coches “inteligentes” o ciudades “inteligentes”,  que están proliferando como setas por todas partes, no son por nuestra seguridad y para hacernos la vida más cómoda, sino que forman parte de un entramado global para el control exhaustivo de toda la humanidad.

Lo lamentable, es que las nuevas generaciones de estúpidos diseñadas a la carta no sólo no están poniendo ninguna objeción al nuevo paradigma orwelliano que les espera, sino que, como predijo Aldous Huxley, estarán encantadas en su prisión sin muros, donde serán mantenidas y entretenidas voluntariamente aplaudiendo su esclavitud.