sábado, 26 de diciembre de 2020

LOS DATOS DE LA FALSA PANDEMIA “CANTAN”

Los medios de comunicación siguen aterrorizando a la gente con los tropecientos mil millones de contagiados y muertos ocasionados por un “peligrosísimo bicho” que tuvo una primera ola, ahora una segunda y ya están anunciando la tercera, cosa, por cierto, que ya predije en alguno de mis anteriores artículos.

Ya han pasado diez meses desde el inicio de la nueva enfermedad llamada Covid-19, provocada por un virus que no ha sido ni aislado ni purificado ni secuenciado ni cumple ninguno de los postulados de Koch, denominado Sars cov-2, y la sociedad sigue sin entender de qué va esta farsa.

El dislate es ya de tal calibre, que hay que ser subnormal profundo para creerse el relato oficial sobre la falsa pandemia. Sin embargo, la inmensa mayoría de la población en el mundo sigue permitiendo que le pisoteen sus derechos y libertades sin inmutarse. ¡Pobres! No saben lo que les espera

Los datos hablan por sí solos

Veamos ahora las cifras oficiales de la falsa pandemia, a fecha 15 de diciembre de 2020, después de diez meses del inicio de la enfermedad:

Población mundial actual: 7.832.285.910 habitantes.

Casos confirmados en el mundo: 70.829.855. Es decir, solo el 0.9% de la población mundial ha dado positivo en algún test. O lo que es lo mismo, el 99,1% de la población mundial no ha sido afectada por esta enfermedad.

Muertos en el mundo por Covid-19: 1.612.826. Es decir, solo el 0.02% de la población mundial ha fallecido por esta causa. O lo que es lo mismo, el 99,98% de la población mundial no ha muerto de Covid-19.

Población actual de España: 47.329.981 habitantes.

Casos confirmados en España: 1.751.884. Es decir, solo el 3,7% de la población ha dado positivo en un test; es decir, el 96,3% de los españoles no han sido afectados por esta enfermedad.

Muertos en España por Covid-19: 48.013. Es decir, solo el 0,1% de los españoles ha muerto de Covid-19. O lo que es lo mismo, el 99,99 de los españoles no han muerto de esta enfermedad.

Si lo comparamos con las muertes ocasionadas en lo que va de año por otras enfermedades en el mundo, como infecciosas (12.438.880), cáncer (7.869.515) y el total de todas (60 millones), las cifras del Covid-19 son sencillamente ridículas y no justifican para nada la desproporcionalidad de las medidas (militares y policiales, por cierto) adoptadas para combatirla.

Y esto aceptando que las cifras proporcionadas por el Gobierno son reales, ya que se basan en unos test de antígenos y pruebas PCR cuya fiabilidad, como ya se ha demostrado hasta la saciedad, brilla por su ausencia: la misma OMS admite ahora que los test PCR no son exactos.

Recordemos que los llamados casos confirmados son todos aquellos que han dado positivo en una prueba PCR o en un test de antígenos y que no necesariamente tienen síntomas o están enfermos. Tanto las PCR como los test de antígenos han dado positivos de Sars cov-2 a pájaros, gatos, cabras, ovejas, papayas, Coca-cola, vino y zumo de manzana, entre otros. Por lo tanto, su fiabilidad, como ya dije anteriormente, es nula.

¿Y qué decir de las muertes? Hay que recordar también que las muertes atribuidas al Covid-19 son diagnosticadas sin autopsias por mandato expreso del Gobierno que, el 19 de septiembre de 2020, publicó una directiva en el BOE en la que se dice que las muertes serán dictaminadas basándose únicamente en la documentación médica, hasta junio de 2021.

Lo dicho, hay que ser un tarado mental para creerse la falsa pandemia. Y más tarado aún si encima crees que llevando un bozal y apartándote voluntariamente de tus semejantes te vas a librar de algo.

Yo no sé qué es eso del Covid-19. Ahora bien. Lo que sí sé, es que no es lo que nos dicen que es.

Todo este fraude está sustentado en los falsos positivos; es decir, personas que no tienen síntomas que, por si no lo sabes, son alrededor del 80%. Por lo tanto, la realidad es que solo el 0.1% de la población mundial ha sido “afectada” por esta supuesta enfermedad y únicamente ha causado la muerte (si es que verdaderamente han fallecido de Covid-19) al 0,02%.

Entonces, ¿de qué pandemia estamos hablando? ¿Qué peligro supone para la humanidad? ¿Nos vamos a seguir quedando de brazos cruzados sin  hacer nada mientras nos machacan?

Definitivamente, el mundo se ha vuelto idiota 

jueves, 17 de diciembre de 2020

EL GRAN REINICIO

1 de enero de 2031. Te levantas de la cama con un día soleado. Miras el cielo azul y no hay estelas de aviones. El aire que respiras está limpio. Los ríos, los océanos y los bosques impolutos. Tienes todas tus necesidades cubiertas. La energía es limpia, sostenible y accesible para todo el mundo. Ya no hay hambre en el mundo ni pobreza ni guerras ni delincuencia ni violencia ni incultura ni desigualdad. En definitiva, el Gran Reinicio ha terminado.

Cualquiera que sea un poco observador se habrá fijado en el pin que lucen frecuentemente en la solapa nuestro Presidente y Vicepresidente de Gobierno. Pues bien. Ese pin no es otro que el logo de la Agenda 2030.

La Agenda 2030 tiene 17 objetivos muy ambiciosos:

Poner fin a la pobreza. Poner fin al hambre. Garantizar una vida sana. Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad. Lograr la igualdad entre los géneros. Garantizar la disponibilidad de agua. Garantizar el acceso a una energía sostenible. Promover el crecimiento económico sostenido. Industria, innovación e infraestructuras. Reducir la desigualdad entre los países. Lograr ciudades resilientes y sostenibles. Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles. Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático. Conservar en forma sostenible los océanos y los mares. Gestionar sosteniblemente los bosques y detener la pérdida de la biodiversidad. Promover sociedades justas, pacíficas e inclusivas y revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible.

¡MARAVILLOSO! ¿Verdad? ¿Quién en su sano juicio no desea esto? Evidentemente, el problema es llevarlo a la práctica.

Habrás observado que la palabra “sostenible” se repite hasta la saciedad. Pues bien. Decir que la Agenda 2030 va a conseguir un “mundo feliz” y “sostenible” en tan solo 10 años se me antoja misión imposible, a no ser que desaparezca el 80% de la población mundial o nos conviertan a todos en zombis o robots.

La falsa pandemia ha servido de catalizador para agravar la crisis económica y de paradigma que se viene arrastrando desde hace años.

El colapso del sistema monetario acordado en Bretton Woods ha dado lugar al actual sistema monetario fiduciario, basado en la deuda, y este ha llegado a su fin. Nos encaminamos a toda velocidad hacia un nuevo paradigma donde las cosas van a cambiar y mucho.

Desde hace tiempo se viene anunciando, por parte de la autoridad monetaria, que es urgente llevar a cabo un “Gran Reinicio. Ahora bien, lo que no queda muy claro es si los “tíos listos” que deciden este tipo de cosas saben lo que hacen, están experimentando o simplemente de dedican a poner parches al Sistema.

El primer paso de este ambicioso plan, imprescindible para acometer el resto de la Agenda 2030, es cambiar el sistema monetario. Y en eso estamos.

El Foro Económico Mundial ha anunciado para el próximo año el comienzo del Gran Reinicio.

Klaus Schwab, fundador y Presidente Ejecutivo del Foro Económico Mundial, escribió sobre el Gran Reinicio: “Todos los países, desde Estados Unidos hasta China, deben participar, y todas las industrias, desde el petróleo y el gas hasta la tecnología, deben transformarse. En resumen, necesitamos un 'Gran Reinicio' del capitalismo".

Pero para coronar a un rey nuevo es imprescindible la abdicación o muerte del rey viejo. Por lo tanto, lo más importante es acabar con el dinero fiduciario, empezando por monedas y billetes.

Con la escusa de la falsa pandemia las restricciones al dinero en efectivo se van acelerando, corroborando que el dinero físico tiene los días contados. Y cuando esto suceda, se implantará un sistema monetario totalmente digital.

La digitalización del dinero evidentemente favorece a los gobiernos, otorgándoles un control infinito sobre los ciudadanos. El dinero digital permitirá al Estado bloquear nuestras cuentas, autorizar o desautorizar el pago de diferentes artículos y desposeernos de todos nuestros bienes, cuando le dé la gana, con algo tan sencillo como apretar una tecla.

No nos equivoquemos. El verdadero objetivo del Gran Reinicio es hacer un mundo digital. Una vez que nos tengan, tanto al dinero como a nosotros mismos, totalmente digitalizados, acometer el resto de la Agenda 2030 puede ser un juego de niños.

No te confundas. Aquí no hay ninguna conspiración oscura. Aquí lo que hay es lo de siempre: una minoría que viene ejerciendo el poder desde tiempos inmemoriales que quiere seguir ejerciéndolo. Nada más. Lo verdaderamente frustrante es que esto es consentido una y otra vez por una sociedad cada vez más estúpida, sumisa, egoísta y cobarde.

El fin del modelo de sociedad que conocemos ya ha comenzado. Las cosas que he venido anunciando en este blog durante años están sucediendo, como el decrecimiento energético que anuncié en mi artículo “el cambio es inevitable 8/01/2013/”, y ya no hay vuelta atrás. En definitiva, nos guste o no, nos van a obligar a “bajar el pistón”.

Los promotores del nuevo paradigma están aprovechando la falsa pandemia para avanzar en su agenda. Cada una de las respuestas, supuestamente sanitarias, a la falsa pandemia son simplemente medidas para llevar a cabo el “Gran Reinicio” del mundo.

Los confinamientos, las distancias de seguridad y las mascarillas sirven de preparación para la vida de aislamiento que nos espera de aquí en adelante. Se terminaron las reuniones de amigos y familiares por doquier. Se acabaron las salidas al campo a la montaña y al mar a discreción. Adiós al turismo de masas y a los viajes por placer. En resumen, la era del consumo exacerbado se acabó.

El cambio de paradigma es inevitable y muchos somos conscientes de ello. Ahora bien. Salir de Málaga para entrar en Malagón no es lo más deseado, ¿verdad? Pero, como estamos viendo, por desgracia el cambio se está llevando a cabo de una manera sibilina y con engaños. Y de los engaños no puede salir nada bueno. ¡Lo pillas! 

jueves, 10 de diciembre de 2020

LA DICTADURA GLOBAL ES INEVITABLE

Llevamos demasiado tiempo escuchando que las cosas van de mal en peor.

Los medios de comunicación no hacen más que hacer hincapié en toda clase de noticias aterradoras. Vayas donde vayas la gente repite sin cesar que el mundo va mal y, sin embargo, por mucho que esto se diga y se repita hasta la saciedad el mundo no va mal. Bueno, para ser más exactos, el mundo no va ni bien ni mal, simplemente va: así ha sido siempre y así seguirá siendo hasta el final, si es que verdaderamente el mundo tiene un final.

Lo que no podemos es valorar la trayectoria de lo que llamamos el mundo respecto a un sistema social determinado inventado por el ser humano.

Desde que el hombre constituyo las primeras sociedades vive atrapado en un sistema político-económico-social. En los tiempos actuales, este sistema nos tiene sometidos diariamente a una gran cantidad de información que somos incapaces de procesar: publicidad, telediarios, periódicos, internet, radio, programas de televisión, cine, redes sociales y un larguísimo etcétera.

La consecuencia inmediata es que una mente bombardeada constantemente con tanta cantidad de información –no importa si es verdadera o falsa- tiende a colapsar. Y una mente colapsada es fácilmente manipulada.

Lo que está sucediendo es que todo ese exceso de información se nos hace insoportable, con lo cual la mente se rinde, el sistema cognitivo colapsa y el criterio propio se desvanece haciendo de nosotros verdaderos imbéciles.

¿Crees que si tuviéramos criterio propio soportaríamos las barbaridades que estamos padeciendo? ¿Crees que consentiríamos llevar un bozal? ¿Crees que aceptaríamos una vacuna que no sabemos lo que contiene? ¿Crees que nos dejaríamos manipular por unos tiparracos llamados políticos?   

Declarar que nos encontramos ante la crisis sanitaria, con la exageración de la respuesta y la censura de las voces de verdaderos expertos que denuncian tal exageración, hace pensar en que la pandemia es algo intencionado que nada tiene que ver con un problema médico.

Evidentemente, el objetivo que se persigue es otro: conseguir que la gran mayoría de la humanidad acepte una nueva configuración social en todos los sentidos. Vamos, lo que se dice una verdadera dictadura global.

La respuesta por parte de las autoridades a la falsa pandemia está causando más estragos que la propia pandemia, sobre todo en los niños. La falsa pandemia les está pasando por encima como una apisonadora dejándoles unas secuelas de por vida: decir que los niños están manifestando una resiliencia inusual es una majadería como la copa de un pino, además de una mentira.

Todas las personas están siendo afectadas. Los mayores viven tan asustados que ya no se atreven ni a toser: ¿no te has fijado que ya no se oye toser? Pues obsérvalo. Y a los niños se les prepara para que crean que esta “nueva anormalidad” es la situación normal que les acompañará el resto de sus vidas.

Las fases para la implantación definitiva del llamado Nuevo Orden Mundial, que no es otra cosa que una dictadura global encubierta, están llegando a su fin.

En los últimos 20 años las diferentes etapas se han ido acelerando de una manera vertiginosa. El terrorismo, el calentamiento global y el hundimiento de la economía forman parte de este cúmulo de sucesos encaminados a tal fin.

Los hechos están ahí para todo aquel que lo quiera ver.

En 2008 provocaron una crisis económica para hacer creer a la gente que había un gran problema, y lo había. Después crearon la mayor deuda pública de la historia a través de diferentes etapas de flexibilización cuantitativa, imprimiendo nuevo dinero  a diestro y siniestro. Y ahora, con la escusa de una falsa pandemia, tirarán definitivamente la economía para acometer el gran reinicio.

Y cuando los gobiernos ya no tengan opciones ni medios para reaccionar, entonces, el mismo sistema bancario –ahora técnicamente en quiebra- dará un paso hacia delante erigiéndose como el “salvador absoluto” de la situación, llevando a cabo el “gran reseteo” e imponiéndonos una dictadura global económico-político-social. Esto es todo.

No te dejes engañar. No hay pandemia que valga ni crisis económica. Ambas han sido creadas a conveniencia de unos pocos “tíos listos”. Los mismos “tíos listos” que llevan controlando gobiernos, educación, medios de comunicación y fuerzas armadas desde hace muchísimo tiempo.

Siento decirlo, pero verdaderamente estamos jodidos. El mundo actual está lleno de tontos útiles –ahora con bozal- que son los más acérrimos defensores del su propia esclavitud sin ser conscientes de ello. Esta gente confía en la democracia, en la justicia, en las instituciones, en las derechas e izquierdas y en un sinfín de creencias estúpidas. Pero como son mayoría, los que no compartimos sus creencias estamos condenados a “tragar”.

Recuerda esto. Tanto si eres un tonto útil o no, prepárate para vivir en un “mundo orwelliano”, porque es lo que nos espera de ahora en adelante.

Bien es verdad que los imbéciles siempre lo llevarán mejor. Para ellos es cuestión de adaptarse. Eso dicen. Son tan imbéciles que confunden adaptarse con autoesclavizarse.

Resumiendo.

Nuestro crecimiento era insostenible y ya no se sostiene. La mayoría de los cambios que estamos viendo han venido para quedarse. El mundo que conocíamos ha dejado de existir y nos adentramos en un terreno propicio para la implantación de una dictadura global, a mi juicio inevitable. 

sábado, 28 de noviembre de 2020

EL ÉXITO DEL COVID-19 SE DEBE A LA TECNOLOGÍA

Existe una gran estructura mundial de poder -lo que vengo llamando “el poder global del dinero”- que es quien realmente toma las decisiones sobre lo que se cuece en este planeta.

Esta compleja red involucra a las principales instituciones bancarias como la FED, BCE, FMI, BM, BPI, el Foro Económico Mundial y las grandes industrias del petróleo, armamentística, farmacéutica, alimentaria, multimedia y tecnológica que, junto  a los centros de pensamiento (‘Think tanks’) como el consejo de Relaciones Exteriores o el Club Bildelberg, entre otros, son los verdaderos amos del mundo, los que ponen y quitan gobiernos y, en definitiva, los que deciden sobre nuestras vidas.

EL Covid-19 no ha venido por casualidad. Lo que está sucediendo no es más que lo que estaba programado de antemano, por lo tanto, lo que tenía que ocurrir. Pero para entenderlo es esencial tener una imagen global de todo lo que nos rodea: Inteligencia Artificial, chemtrails, tecnología 5G, proyecto HAARP, reseteo económico mundial, criptodivisas, nanotecnología, vacunas de ARN/ADN, microondas, MENS (tecnología electromecánica de dispositivos microscópicos como sensores y robots que pueden detectar luz, temperatura, vibración, magnetismo o productos químicos) y un larguísimo etcétera.

Estos son algunos de los ingredientes de un ambicioso plan, para cambiar el mundo, que se ha estado cocinando delante de nuestras propias narices sin que hayamos sido capaces de verlo. Sin embargo, ahora está saliendo a la luz y todas las piezas del puzle empiezan a encajar.

El ciclo económico que comenzó con los acuerdos de Bretton Woods ha llegado a su fin y es imprescindible, además de urgente, sustituirlo.

Claus Schwab del Foro Económico Mundial, Eric Schmidt de Google y Bill Gates de Microsoft, entre otros, están diseñando un mundo nuevo anclado en la tecnología. Es la mayor operación de cambio de paradigma jamás emprendida en la historia de la humanidad.

La Agenda de la reunión anual del Foro Económico Mundial, que se celebra cada año en Davos, tiene previsto para el 2021 acometer el “Gran Reinicio”: una agenda global que busca monitorear y controlar al mundo a través de la vigilancia digital y crear las bases de una nueva sociedad. Este plan busca crear una identificación electrónica para cada individuo que incluirá dinero, historial médico y crédito social.

Hay un vídeo que circula por internet titulado “El genocidio COVID-19 de 2020” en el que se recoge documentación que demuestra la planificación de la falsa pandemia. El vídeo empieza diciendo: “El “Proyecto Covid-19" ha sido planeado desde hace mucho tiempo en documentos y ejercicios de simulación por el eugenista Bill Gates y la Fundación Rockefeller. Se trata de una plataforma con 200 niveles detallados proporcionada por el Foro Económico Mundial, dirigido por Klaus Schwab, tecnócrata y promotor del transhumanismo, con el fin de proporcionar instrucciones detalladas sobre cómo se debe utilizar la pandemia "Covid-19" para poner en práctica el reajuste monetario mundial, la moneda digital, la tecnocracia y el gobierno totalitario en todo el mundo, bajo el disfraz del socialismo y el ambientalismo, con China como modelo, para esclavizar a la humanidad mediante una siniestra conspiración de vacunas. Tremendo, ¿verdad?

Después de casi un año de soportar barbaridades y humillaciones, mucha gente se pregunta si los médicos no tienen nada que decir. Pero para poder entender a los médicos hay que ir atrás en el tiempo.

A principios del siglo XX había una disputa sobre la validez de la teoría microbiana de las enfermedades defendida por Louis Pasteur y negada por Antoine Béchamp. Evidentemente, las farmacéuticas apoyaron a Pasteur, ya que sus intereses se verían beneficiados. Entonces, le encargaron a Abraham Flexner (educador norteamericano que llevó a cabo la reforma de la educación superior de las escuelas de medicina en EEUU y Canadá) estandarizar los temarios para que solo se enseñara una visión totalmente bioquímica y farmacológica en las facultades de medicina.

Y aquí lo tenemos: la causa de las enfermedades son los microorganismos. Por lo tanto, la cura son los antibióticos y vacunas que, evidentemente, vende la industria farmacéutica.

Por otra parte, hay que tener en cuenta de que la OMS está financiada mayoritariamente por la industria farmacéutica. Así que quien da las directrices a la OMS, para que declare una pandemia y ponga en marcha el protocolo de actuaciones, es la propia industria farmacéutica y no los médicos: los médicos, mayoritariamente, son técnicos que han aprendido un temario en la facultad de medicina -que no ponen en duda- y ejecutan según les han enseñado. Luego, hay médicos no adoctrinados que piensan por sí mismos, hoy día llamados negacionistas.

Vivimos un momento histórico donde estamos atrapados en una sutil dictadura tecnología.

¿Os habéis preguntado por qué cada dos por tres tenemos que resintonizar nuestros televisores y actualizar nuestros teléfonos móviles y ordenadores? Pues porque están utilizando un arma psicotrónica llamada “sonido del silencio” donde, mediante unas frecuencias determinadas imperceptibles para nuestro consciente, emiten mensajes subliminales que, sin embargo, si son captadas por el subconsciente.

Estas armas se utilizaron por primera vez en la Guerra del Golfo con un éxito absoluto. Los efectos físicos, emocionales y psicológicos de esta tecnología hicieron posible que 100.000 soldados iraquíes (expertos en la guerra contra Irán durante 8 años) se rindieran sin disparar un solo tiro y besaran literalmente las botas de sus agresores. ¡Brillante! ¿No crees?

Por otro lado, los avances tecnológicos han conseguido saber en qué frecuencia se mueven nuestras emociones (aunque te suene raro, esta tecnología existe). Saben cuál es la frecuencia del miedo y la están emitiendo sin parar subliminalmente mediante el “sonido del silencio”. Por eso la gente tiene ahora más miedo y es más sumisa que nunca. Y no precisamente por lo que se dice, ya que eso lo han escuchado siempre, sino porque están siendo bombardeados constantemente por esas frecuencias. Y no importa si ves un telediario, una película, un partido de fútbol o abres un WhatsApp. Recibes tu dosis de miedo y apaciguamiento de todas formas. Recuerda: “cuando algo es gratis el producto eres tú” ¿Entiendes ahora la importancia del 5G, chemtrails, proyecto HAARP, Inteligencia Artificial, MEMS, etc.?

El neurocientífico Michel Desmurget, director de investigación del Instituto Nacional de la Salud de Francia, ha escrito un libro titulado “La fábrica de cretinos digitales”, donde describe los efectos que los medios digitales están teniendo sobre nuestra sociedad. A grandes rasgos, dice que la tecnología digital nos está volviendo más estúpidos.

Gracias a la tecnología digital el “Proyecto Covid-19” está siendo un éxito rotundo. Con la escusa de esta falsa pandemia se han ido introduciendo globalmente disposiciones totalitarias disfrazadas de medidas sanitarias.

Pero la culpa del éxito de la falsa pandemia no es totalmente de la tecnología. Los verdaderos culpables somos nosotros por sumisos. Por permitir todo tipo de aberraciones como la de llevar un bozal y consentir que lo lleven nuestros hijos. Por alejarnos los unos de los otros. Por tolerar toda clase de atropellos contra nuestros derechos y libertades. En definitiva, por colaborar con la injusticia y no decir ni “pio”. Y ahora nos dejaremos vacunar como imbéciles contra un virus que no se ha demostrado su existencia.

A ver si nos enteramos de una vez de que ninguna emergencia por muy sanitaria que sea debe anular nuestra libertad. Hay una línea roja que no se puede cruzar por ningún motivo. Porque, ¿quién es el Gobierno para prohibirnos celebrar la Navidad con nuestra familia y mantenernos en un estado policial permanente? NADA JUSTIFICA SEMEJANTE ATROPELLO.

Si tan preocupado esta el Gobierno por nuestra salud que aplique medidas sanitarias reales y no militares como confinamientos, toques de queda, etc. Que construya hospitales y triplique el número de médicos, enfermeras y lo que haga falta. Serán medidas mil veces más efectivas y más baratas que hundir la economía y hacer enfermar a la población.

La aplicación de este drástico protocolo militar-policial está haciendo verdaderos estragos en el país. Porque lo que nadie te dice es que están aumentando las muertes por cáncer, infartos, suicidios, depresiones, estados de ansiedad, miseria, etc. El país entero está enfermando y agonizando económicamente y nadie hace nada por remediarlo.

¡Ojo al dato! Según deagel.com (empresa dedicada a la inteligencia, que proporciona noticias sobre aviación militar internacional y tecnologías avanzadas a clientes como la NSA, OTAN, BM y ONU, entre otros) el mundo se encamina a un “reseteo” donde millones de personas dejarán de formar parte de sus países. Este escenario dantesco está previsto para el año 2025 y nos lo están anunciando con antelación.

¿Será verdad? ¿Serán capaces de hacerlo? Bueno, no tienes más que echar un vistazo a nuestra historia más reciente para darte cuenta de que capaces son. Otra cosa es que se lo permitamos. Pero con la estupidez reinante me temo que se lo permitiremos igual que les hemos permitido que nos pongan un bozal.

Reconozcámoslo, no somos más que ovejas de un gran rebaño a disposición lo que quiera el pastor. 

miércoles, 18 de noviembre de 2020

PCR: EL TEST QUE SUSTENTA LA FALSA PANDEMIA PARA ENGAÑAR A LA HUMANIDAD

La_estafa_se_constata: la PCR no detecta el SARS-COV-2.pdf. Este interesantísimo artículo de investigación de Desalud demuestra que no hay ningún test válido para detectar el SARS-COV-2. Lo que supone que todas las cifras de “casos”, “contagiados”, “enfermos”, “asintomáticos” o “muertos por covid-19” carecen de soporte científico y todos los “positivos” son falsos positivos.

Ahora tú puedes creerlo o no. Pero antes de tomar una decisión deberías considerar que el periodismo consiste en decir cosas que alguien no quiere que digas: todo lo demás son relaciones públicas. No nos confundamos. Si un editorial no molesta a alguien no es auténtico periodismo, sino un producto propagandístico al servicio de algún interés. 

El test PCR no tiene capacidad de diagnóstico. Además, según la Ingeniero Doctorada en Biomedicina, Ana Mª Oliva, por encima de 30 ciclos (parámetro técnico de uso del test) siempre da positivo. Lo que significa que se puede jugar a voluntad con el número de casos, según interese.

Al principio la pandemia era considerada por el número de muertos. Luego se cambió por el número de enfermos (con síntomas, por supuesto). Después se paso a número de contagiados, tengan o no tengan síntomas y el último cambio solo considera los casos; es decir, personas que dan positivo a un test PCR, independientemente de que sean enfermos o no.

La evidencia de esta farsa cada día es mayor. Pero la gente asustada se niega a verlo y siempre acude a lo mismo: ¿Y los muertos? ¿Y los ingresados en UCI?

Vamos a ver. Las personas están muriendo constantemente (en España 1.200 al día) y de siempre hay ingresos en UCI. La muerte es parte de estar vivo. La cuestión es la causa de la muerte, pero sin autopsia no se puede verificar de qué se ha muerto. El sábado 19 de septiembre de 2020 se publicó una directiva en el BOE sobre las exploraciones de los médicos forenses, en la que se dice que podrán realizarse basándose únicamente en la documentación médica hasta junio de 2021; es decir, certificar muertes sin hacer autopsias. Entonces, ¿cómo podemos saber de qué muere la gente?

Del mismo modo, a los cadáveres de Covid-19 se les aplicó el protocolo de cadáveres radiactivos en lugar de producidos por enfermedad infecto-contagiosa. Evidentemente, también es una buena forma sibilina de ocultar las causas reales de las muertes.

El Gobierno sigue apretando las clavijas a los ciudadanos exigiéndoles más esfuerzos (cierre de negocios, toques de queda, encierros, etc.) en aras a una segunda ola que no existe.

Es una vergüenza ver el descaro con el que miente reiteradamente la televisión para mantener el pánico hasta que llegue la vacuna, cosa, por cierto, que ocurrirá pronto según ha anunciado el Gobierno.

Todo lo que estamos viendo en los medios de comunicación de masas no son más que una sarta de mentiras para permitir a la oligarquía mundial un linchamiento a escala planetaria a la vez que instaurar un nuevo sistema de control global. Esta mafia político-mediática-sanitaria nos ha engañado, mentido y tomado por gilipollas sobre la base de una falsa pandemia que no existe y nunca existió.

El lavado de cerebro que llevamos sufriendo durante décadas ha dado sus frutos. Sin darnos cuenta, un día nos hemos levantado de la cama y nos hemos preguntado: ¿qué ha sido de la libertad que teníamos? ¿Por qué han desaparecido nuestros derechos laborales? ¿Dónde han ido a parar los intereses que generaban los ahorros bancarios y por qué ahora somos nosotros los que pagamos por tener el dinero en el banco? ¿Qué ha sido de la clase medía? ¿Por qué nos hemos alejado de amigos y familiares? Y lo más preocupante: ¿dónde están los intelectuales que sistemáticamente denunciaban los abusos de poder y dónde el periodismo independiente?

Cualquiera que no sea imbécil perdido, y sea capad de salir de su letargo mental, se dará cuenta de que han acabado con nuestro modo de vida con la escusa de una falsa pandemia que ahora vemos cómo se venía gestando desde hace tiempo.

A ver si nos enteramos de una vez. Si necesitamos que alguien nos diga que por el mero hecho de nacer en un territorio, al que llaman país, adquirimos derechos y obligaciones, es que ese alguien se ha atribuido un poder sobre nosotros que no le hemos otorgado. Y lo que es aún peor. Ahora, ese alguien ha decidido quitarnos unos derechos y libertades que, por cierto, nuca hemos tenido: si mi libertad y mis derechos los deciden otros, es que nunca he tenido ni liberad ni derechos. Así de simple. ¿Tan difícil es de entender? Pues sigue votando, ¡insensato!

¡Despierta! Esto no es una pandemia, sino una estrategia geopolítica organizada muy cuidadosamente desde hace muchos años.

Pero la masa borreguil no se entera de nada. Los idiotas solo dan credibilidad a la televisión y no les entra en la cabeza que las normas adoptadas para paliar los efectos de esta falsa pandemia son en realidad medidas orquestadas para implantar el Nuevo Orden Mundial. La masa irreflexiva solo acepta la versión más simple y ramplona de los hechos, cuyo sesgo no se ha parado a analizar. Y como se rige por creencias y emociones, no por razones, no hay manera de que reflexione sobre nada.

Las personas no aborregadas no podemos quedarnos de brazos cruzados a la espera de lo que nos quieran ir ordenando nuestros “dueños”. Debemos mostrar, en la medida de lo posible, nuestra disconformidad. El simple hecho de no llevar mascarilla en espacios abiertos sería un signo de rebeldía que, con suerte, podría extenderse y ser el principio de un despertar. Y si además dejamos de ver la televisión y solo utilizamos el teléfono móvil para lo que realmente es, hacer y recibir llamadas, mucho mejor.

Vivir no es vegetar. Si no te rebelas ante la humillación que estamos sufriendo, ¿qué sentido va a tener tu vida de aquí en adelante?

Para terminar, te invito a que veas este vídeo, de 3 minutos, sobre la nueva normalidad.4 y luego piensa si de verdad quieres esto. 

jueves, 12 de noviembre de 2020

LA VACUNA “SALVADORA” QUE PROVOCARÁ LA REDUCCIÓN DRÁSTICA DE LA POBLACIÓN MUNDIAL Y LA ESCLAVITUD DE TODO EL PLANETA

Según la página web “worldometer” el mundo actualmente tiene 7.840 millones de personas. Cada día nacen 372.960 personas y mueren 155.520 (media obtenida del último censo de la CIA realizado en el año 2018). Eso quiere decir que la población mundial crece a un ritmo de cerca de 80 millones de personas al año, lo que supondrá que el planeta doblara su actual población en unos 80-90 años, si seguimos creciendo a esta velocidad.

Y la pregunta es: ¿verdaderamente la Tierra está capacitada para albergar esa población con el nivel de vida actual? Evidentemente no.

Desde el punto de vista de quienes dirigen el mundo, los seres humanos nos hemos convertido en un cáncer para la Tierra y es imprescindible atajarlo de raíz. Si a esto le sumamos que la tecnología está acabando a pasos agigantados con la clase trabajadora, que ya no es necesaria, han llegado a la siguiente determinación: eliminar a toda esa población “sobrante”.

Quienes sean los dementes que ocupan la cúspide de la pirámide del poder en el mundo han ordenado diseñar un plan para deshacerse del mayor número de seres humanos en el menor tiempo posible.

Su argumento se centra en que tanta población está provocando el agotamiento de los recursos naturales, la contaminación química masiva y la destrucción ecológica del planeta. Y no les falta razón, aunque no justifica, en absoluto, su maléfico plan porque, para empezar, no es el hombre el que está acabando con el planeta, sino este Sistema perverso depredador en manos de un atajo de dementes. ¿O acaso las grandes corporaciones -en manos de ellos- que son las que verdaderamente manejan, explotan y gestionan los recursos de la Tierra no tienen nada que ver?

Que el mundo no puede seguir así y necesita un cambio es más que evidente. Ahora bien, hay maneras y maneras de acometer los cambios y lo que ellos pretenden no es ni mucho menos la mejor opción.

En los últimos cien mil años los seres humanos hemos pasado de ser inocentes hombres primitivos de las cavernas, en armonía con la naturaleza, a seres locos destructivos, tecnológicamente dependientes que amenazan no solo su propio ecosistema, sino la vida misma.

Y aquí es donde entran en juego los maníacos “iluminados” que han puesto en marcha este plan macabro para intentar deshacerse de la mayor parte de la humanidad. Otra cosa es que lo consigan.

Cualquiera que no haya perdido el sentido común se habrá dado cuenta de que esto no va de una pandemia. Todas las medidas (militares, por cierto) que se están aplicando van encaminadas a machacar a la población, tanto física, mental y económicamente.

La  reducción drástica de la población mundial es el objetivo de la élite desde hace años, donde llevan recurriendo a la manipulación de alimentos, a la farmacología y a la contaminación de nuestras ciudades, entre otras cosas, para conseguirlo. Pero ahora han dado el paso definitivo. Esta vez están utilizando un arma biológica con una supuesta alta transmisión y, de momento, con una baja tasa de mortalidad.

El plan consta de tres fases.

La primera fue provocar el pánico, mediante el asesinato en masa de miles de ancianos, ya que necesitaban los muertos para poder encerrarnos. La segunda arruinarnos, separarnos de nuestros seres queridos y obligarnos a llevar una absurda mascarilla que nos deshumaniza. Y la tercera, cuando la desesperación llegue a límites esquizofrénicos y estemos dispuestos a lo que sea con tal de salir de esta situación, la vacuna.

Esta vacuna probablemente esterilizará a gran parte de la población o la hará enfermar hasta morir. Con esto esperan reducir la población mundial en unos años, pero si no fuera suficiente, disponen de un “paln B” que muy probablemente incluiría un arma biológica mucho más letal.

Actualmente estamos en plena fase 2, donde las medidas represoras se incrementan un día sí y otro también. Pero todas esas medidas nada tienen que ver con cuidar de nuestra salud y salvar nuestras vidas. Porque digo yo. Las restricciones de movilidad, recorte de libertades, toque de queda y vigilancia policial no son precisamente medidas sanitarias, sino, como ya dije antes, militares. Medidas sanitarias son incrementar el número de hospitales, centros de salud, personal sanitario y disponer del material suficiente para que el sistema sanitario funcione.

Lo que no se puede decir, con una cara dura impresionante, es que en La Rioja hay una “alarma sanitaria”, porque las UCIs están al 56% de su capacidad, cuando disponen solamente de 32 camas UCI para una población de 315.000 habitantes. Eso es sencillamente intolerable.

¿Cuándo nos vamos a dar cuenta de que NO HAY NINGUNA PANDEMIA, sino una puesta en escena, a nivel mundial, de una “emergencia sanitaria” para la implementación de la agenda del Nuevo Orden Mundial?

Cada día soy más consciente de que los tontos útiles tienen una importancia capital en esta sociedad para la élite dominante. Un claro ejemplo es que sin ellos la pandemia que estamos sufriendo no sería posible.

Alguien dijo alguna vez: “los tontos son los más felices”. Así que pon un tonto en tu vida y serás la mar de feliz.

lunes, 9 de noviembre de 2020

LA EUROPA GLOBALISTA ENCANTADA CON BIDEN

En la UE no caben de felicidad por el triunfo en EEUU del globalista Joe Biden. Incluso muchos presidentes de la UE (entre ellos el nuestro, como no) se han apresurado a felicitarle antes de la resolución del litigio puesto en marcha por los abogados de Trump sobre el posible fraude electoral. Y no es para menos ya que, una vez que Donald Trump esté fuera de la Casa Blanca, podrán aplicar su agenda globalista 2030 sin que nadie les ponga palos en las ruedas.

Así lo corrobora el periódico global El País con tres titulares: “Merkel invita a Biden a trabajar “codo con codo” para afrontar los retos globales”. “China espera que Biden mueva ficha en la relación más importante del mundo”. “El expresidente Bush se desmarca de Trump y felicita a Biden: Se ha ganado la oportunidad de unir nuestro país

Como todo el mundo sabe, Joe Bidem ha ganado las elecciones en EEUU, no sin una denuncia de fraude electoral por parte de Donald Trump. Según el propio Trump, se han utilizado un montón de argucias y juego sucio para arrebatarle la presidencia: debates manipulados, encuestas falsas, fraude informático, manipulación del voto por correo, votos a su favor descartados, cuentas de Twitter bloqueadas, máquinas de votación pirateadas, votantes muertos o ilegales, etc., etc.

Y la pregunta es: ¿será capaz Donald Trump de cambiar el resultado de las elecciones? Yo no lo creo, porque por muchos y buenos abogados que tenga Trump, hay que entender que si la mafia globalista, capitaneada por el “estado profundo”, ha sido capaz de sacar a Donald Trump de la Casa Blanca mediante fraude electoral, no va a permitir bajo ningún concepto una victoria judicial de unos “abogaduchos”.

Además, ¿quién nos garantiza que todo esto no es más que otra maniobra de distracción? Porque no seamos ingenuos, tanto demócratas como republicanos son fieles partidarios del Nuevo Orden Mundial. Es sabido que los Bush (republicanos como Donald Trump), con dos presidentes de EEUU en la familia, siempre fueron defensores e impulsores del Nuevo Orden Mundial.

Esto es una prueba más de que los gobiernos, tanto de izquierdas o de derechas, son simples títeres en manos del poder global del dinero, “estado profundo” o como lo queramos llamar. Seamos realistas. Si el presidente del país más poderoso del mundo tuviera realmente poder, Donald Trump hubiera hecho muchas de las cosas que dijo que haría pero no ha podido; bueno, mejor dicho, no se lo han permitido.

No te dejes engañar. En EEUU ha ocurrido lo mismo que ocurrió en España: los globalistas necesitaban cambiar a Rajoy por Sánchez y en USA a Trump por Bidem, para llevar a cabo esta nueva fase de la agenda globalista.

El “estado profundo” sabe que los cambios que se van a producir son más fáciles de aceptar por porte del “populacho” si los lleva a cabo un gobierno de izquierdas que de derechas. Por eso necesitaban sacar a Trump de la Casa Blanca y poner a Bidem (un hombre con un pasado oscuro fácil de manipular) para avanzar en el Nuevo Orden Mundial.

Bidem es un hombre mayor (77 años) con una salud delicada que no sabemos si será capad de aguantar 4 años la presidencia de los EEUU. Y aquí es donde entra en escena Kamala Devi Harris: la negrita (no es despectivo) de los globalistas que ha sido preparada para convertirse en la mujer que capitaneará el Nuevo Orden Mundial.

Bidem y Harris (presidente y vicepresidente, respectivamente) van a formar un tándem con el plan globalista más ambicioso y concreto para ejecutar durante los próximos 4 años.

Según han informado fuentes de la campaña al Washington Post, Biden tiene cuatro objetivos en mente: la reincorporación inmediata del país a la Organización Mundial de la Salud; retomar los acuerdos medioambientales de París; la suspensión del veto de entrada a residentes de ciertos países musulmanes y la reanudación del protocolo de estancia para migrantes ilegales que llegaron al país siendo menores de edad. En resumen, deshacer las políticas de Donald Trump más impopulares.

Pero todo esto no es más que mera propaganda para aplacar la ira del “populacho”. Lo verdaderamente importante vendrá de la mano del plan de choque anti Covid que Biden ha anunciado pondrá en marcha nada más ocupar el cargo. Y ese plan no es otro que el que se está llevando a cabo en todo el mundo: hundir la economía del país, imponer vacunas obligatorias para controlar a sus ciudadanos y hacer el gran reseteo económico. En resumen, la implantación definitiva del Nuevo Orden Mundial.

Lo demás, cantos de sirenas.


jueves, 5 de noviembre de 2020

SOROS Y GATES: TESTAFERROS DE LA ÉLITE GLOBALISTA

En todos los negocios sucios siempre existe la figura del testaferro (Rae: Persona que presta su nombre en un contrato, pretensión o negocio que en realidad es de otra persona).

Más o menos, todo el mundo ha oído hablar de George Soros (personaje de origen judío asquenazi que ha hecho una gran fortuna) al igual que de Bill Gates (otro multimillonario magnate empresarial cofundador de Microsoft).

Estos dos personajes están constantemente ocupando espacios en los medios de comunicación de masas y acaparan grandes controversias.

Tanto George Soros como Bill Gates son fundadores de supuestas “sociedades filantrópicas”: la fundación Open Society y la fundación Bill y Melinda Gates, respectivamente.

Pero ni Soros ni Gates son la élite que controla el mundo. Los verdaderos amos del mundo son poderosas familias que siempre han estado y están en la sombra. Por lo tanto, George Soros y Bill Gates son simples testaferros de la élite y cumplen una función.

En esta “tragicomedia” que estamos viviendo cada uno de ellos representa su papel: a George Soros se le ha encomendado la tarea de financiar y controlar los medios de comunicación y a Bill Gates la de los órganos sanitarios.

A nivel mundial Soros financia y controla el Consorcio Internacional de Periodistas (presente en 65 países), la organización periodística ProPública, la organización internacional Project Syndicate, la organización Journalismfund, el Center for Investigative Reporting, el Center for Public Integrity, la Universidad de Colombia y su Escuela de Periodismo (fundada por el mismísimo Joseph Pulitzer en 1892), el medio de "fact-checking" Media Matters For America, la Fundación Tides, Democracy Alliance, el Center for American Progress y más de 30 grandes medios de noticias solo en Estados Unidos (Fuente: informe del Media Research Center)

Lo mismo ocurre con Bill Gates que, a través de su fundación Bill y Melinda Gates, financia y controla a la OMS y la Alianza para la Vacunación (GAVI), entre otros.

Otra empresa que hace de testaferro de la élite es Google, que también se dedica a financiar y controlar medios. ¡Ojo al dato! En España financia al Grupo PRISA, Europa Press, El País, La Vanguardia, El "Independiente", La Voz de Galicia, el Grupo Heraldo y MGN y también a Unidad Editorial, El Confidencial, El Economista, Público, El Español, InfoLibre, Prensa Ibérica, Grupo Zeta, NacióDigital, Minushu, Spainmedia, Polibot, Datadista, Revista 5W, Quality, 93 Metros, Civio e Ileon. (Fuente: News Initiative Google)

¡Impresionante! ¿Verdad?

Pues bien. Esto significa que tanto los medios "progresistas" como los "conservadores" están financiados por las mismas entidades y sirven a los mismos intereses.

Pero la cosa no termina aquí. Dado que vivimos en un mundo atrapado entre la información y desinformación, ahora han surgido como setas toda una serie de plataformas nuevas que supuestamente se dedican a chequear la veracidad de la información.

La International Fact Checking Network, también vinculada a Soros, tiene por objetivo decidir cuáles son las informaciones "verdaderas" y cuáles las "falsas". De esta manera se protegen de la información que les daña y pone en peligro su plan. Por eso tachan de "bulo" o "fake new" cualquier información que se aleje de las verdades oficiales que, evidentemente, son las suyas.

Algunos de los verificadores españoles a las ordenes de la Internacional Fact Checking Network son EFE Verifica, Maldita y Newtral (los tres creados, curiosamente, en 2018). A ellos se ha sumado Verifica RTVE y otros verificadores fuera de España como AFP Factual o Colombia Check.

Con la información en su poder, manipulada y distribuida a su antojo, han sumergido a la población en un pozo de pánico llevándola a aceptar los sacrificios que sean necesarios con la falsa esperanza de salir de esta situación (encierros, toques de queda, mascarillas, etc.). Y lo más importante: aceptar de buen grado ser vacunados.

Aquí es donde entra Bill Gates, que ha repetido hasta la saciedad su intención de vacunar a todo el planeta. Lo que pretenden es crear un carnet de vacunación sin el cual no se podrá ni trabajar ni viajar ni comprar ni reunirse con familiares y amigos. En definitiva, no se podrá socializar sin el carnet de vacunación actualizado.

No lo crees, ¿vedad? Pues esto ya se está experimentando. El Gobierno Canario ha publicado en el Boletín Oficial de Canarias un decreto ley donde establece que para viajar y alojarse en las islas es necesario realizar 72 horas antes un test de diagnóstico de infección activa, además de tener descargada y operativa la aplicación móvil de alerta de contagios Radar Covid (puedes ver aquí el decreto ley de canarias.html). Lo mismo se está llevando a cabo en otros lugares del mundo como en Nueva York.

No seas ingenuo. Lo que estamos experimentando no son medidas para atajar ninguna emergencia de salud pública, sino la puesta en escena de la Agenda del Nuevo Orden Mundial que incluye tres puntos fundamentales:

1.  Deshacerse del mayor número de personas mayores de 60 años.

2.  Implantar un nuevo paradigma económico-financiero-monetario.

3.  La monitorización y control absoluto de toda la población mundial mediante dispositivos electrónicos, microchips, nanobot, etc.

Esta es, en definitiva, la "nueva normalidad". Y no es ninguna teoría de la conspiración. Es tan real que ya lo estamos viviendo. ¿O acaso podemos ir dónde queramos, con quién queramos y cuándo queramos en cualquier momento que elijamos? ¡Despierta! La antigua normalidad no va a volver.

La humanidad ha perdido el poco sentido común que le quedaba, si es que algún día lo tuvo. Solo hay que ver a la gente andando como zombis por la calle, la playa o el monte con un bozal en la boca, alejándose voluntariamente de sus congéneres y pidiendo a gritos que la encierren. ¡Qué pena! No saben lo que les espera.

viernes, 30 de octubre de 2020

ROBOTS SOCIALES

 El Gobierno ha decretado nuevamente el estado de alarma en todo el país, con la intención de mantenerlo hasta el 9 de mayo, en el que se incluye  un TOQUE DE QUEDA. Ahora bien, ha sido un estado de alarma a PETICIÓN DE LA CIUDADANÍA; es decir, han sido los mismos ciudadanos de a pie los que se lo han pedido ansiosamente a sus gobernantes.

¡Tremendo! ¿Verdad? Aunque no es ninguna sorpresa, ya que se trata de la tan manida estrategia “problema, reacción, solución”: el Gobierno, con la inestimable colaboración de los medios de comunicación, crea el problema del coronavirus. El “populacho” entra en pánico y su reacción es  demandar al Gobierno urgentemente una respuesta. Y el Gobierno le da la solución que ya tenía planeada de antemano.

La pregunta que me hago ahora mismo es la siguiente: ¿Y a estos ciudadanos queremos despertar? Imposible. Tiro la toalla.

Antes de continuar aclaremos una cosa. El toque de queda es un instrumento militar, no sanitario. Se suele utilizar durante la guerra única y exclusivamente para impedir el movimiento libre de personas. Dicho esto, es absolutamente imbécil pensar que un toque de queda va a detener la propagación de un virus. Pero tiene todo su sentido, que no es otro que el de prepararnos para un nuevo encierro más severo que el que tuvimos en primavera. No lo dudes.

Esta nueva ocurrencia de nuestros dirigentes políticos es la enésima prueba de que, a través de la propaganda del miedo, se pretende mantener a la población en un estado de shock, sometiéndola a una dictadura sanitaria que, además, es ilegal.

Los artículos 19 y 21, entre otros, de la Constitución Española recogen algunos de nuestros derechos inalienables: Artículo 19: “Los españoles tienen derecho a elegir libremente su residencia y a circular por el territorio nacional”. Artículo 21: “Se reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas. El ejercicio de este derecho no necesitará de autorización previa”.

Pues bien. Según el Capítulo Quinto. De la suspensión de derechos y libertades, de la Constitución Española: “los derechos recogidos en los artículos 17, 18, 19, 20 y 37 podrán ser suspendidos cuando se acuerde el estado de excepción o de sitio en los términos previstos en la Constitución. Por lo tanto, no se puede imponer un toque de queda con un estado de alarma, sino que es necesario un estado de excepción o de sitio.

Cada día estoy más convencido de que la mayoría de la gente ignora por completo en qué mundo vive. No se da cuenta de que los promotores del golpe de estado que se está llevando a cabo a nivel mundial están utilizando su mejor arma: nosotros mismos.

Sí, es así. La principal arma que posé el sistema somos nosotros mismos, ya que ejercemos tanto de víctimas como de verdugos.

Pondré un ejemplo. La gente lleva puesta la mascarilla aunque no haya vigilancia de ningún tipo y mantenga una distancia razonable de “seguridad” con otras personas. Y no es por miedo a la autoridad, que también, sino porque tiene miedo a ser reprendido por sus propios conciudadanos.

Decía Gregorio Marañón: “La multitud ha sido en todas las épocas de la historia arrastrada por gestos más que por ideas. El “populacho” no razona jamás”.

La cantidad de horas que pasamos al día viendo la televisión, escuchando la radio, leyendo la prensa, navegando por Internet o engullidos en las redes sociales hace que estemos recibiendo una cantidad enorme de información que no somos capaces de verificar y procesar. Sin embargo, esta información termina por llevarnos a pensar y actuar de una manera determinada y ha sido la encargada de convertirnos en robots sociales.

¿Y qué significa ser un robot social? Pues que actuamos como tal; es decir, simplemente ejecutamos acciones previamente programadas en nuestras mentes. Lo que hacemos es dejarnos llevar por emociones, eslóganes, modas, charlatanes televisivos, etc. antes que por la razón. Así de simple.

La Agenda 2030 de la ONU, que es el verdadero objetivo de esta falsa pandemia, asegura que en 10 años la humanidad alcanzará un desarrollo sostenible eliminando la pobreza, el hambre y las desigualdades sociales. También asegura que salvarán el clima, los bosques, los océanos y que habrá sanidad y educación para todos.

¡Maravilloso! ¿Verdad? Además, ¿quién “en su sano juicio” puede estar en contra de esta Agenda tan benévola para la humanidad?

Ahora seamos realistas. Una UTOPÍA (sí, lo pongo en mayúsculas) como esta tiene un precio: ponernos nosotros mismos las cadenas y acabar con gran parte de la población mundial. Porque, vamos a ver: ¿alguien cree que se puede alfabetizar y sacar de la pobreza a más de 3.000 millones de personas en 10 años en un mundo como este? Evidentemente, eliminándolos sí.

Lo que se esconde detrás de esta Agenda no es ni más ni menos que un plan eugenésico seguido de un proyecto de vigilancia y esclavitud integrar para toda la humanidad. Su hoja de ruta es la siguiente: seguir implementando la propaganda del miedo y nuevos encerramientos hasta que la gente acepte de buen grado las vacunas cuasi obligatorias que acabarán con la gente mayor en menos de 5-10 años. Luego, el resto es pan comido, ya que la Inteligencia Artificial se encargará de controlar a los robots sociales supervivientes.

domingo, 25 de octubre de 2020

COVID-19: LA ESCUSA PERFECTA PARA CAMBIAR EL MUNDO

La descomunal campaña del miedo, llevada a cabo por los medios de comunicación de masas en todo el mundo, se ha convertido en el instrumento político de control económico y social por excelencia. La masa borreguil y sorprendentemente muchos intelectuales, científicos y personas inteligentes han aceptado sin rechistar la narrativa oficial de la gran mentira de esta falsa pandemia.

Como todo el mundo sabe, el 11 de marzo de 2020 la OMS declaró una “pandemia mundial” solicitando el confinamiento y cierre de las economías nacionales. Estas medidas autoritarias, impuestas a miles de millones de personas, fueron aceptadas por la mayoría de países del mundo con devastadoras consecuencias económicas y sociales.

Las políticas de confinamiento, distanciamiento social y nueva normalidad han ocasionado el cierre de la economía provocando bancarrotas, desempleo y pobreza por todo el mundo.

Existen dos tipos de economía: la “economía real” y la “economía financiera”. La “economía real” constituye la actividad económica real; es decir: industria, agricultura, ganadería, minería, servicios, etc. Sin embargo, la “economía financiera” es todo lo contrario: se basa en valores subjetivos, es especulativa y crece o desaparece como por arte de magia. ¡Ah! y lo más surrealista: la economía financiera es mil veces superior a la economía real.

El cerrojazo de la economía mundial, provocada por la falsa pandemia, ha desencadenado un proceso de endeudamiento global sin precedentes. Este endeudamiento nos llevará irremisiblemente a la apropiación, por parte del establishment financiero, de los activos reales del planeta.

La falsa pandemia está haciendo posible el sueño del establishment que, a través de un proyecto de endeudamiento masivo, comprará sectores importantes de la economía real a precio de saldo, además de hacerse con los activos sociales y económicos de cada Estado.

El cierre de la economía mundial afecta tanto a las pequeñas y medianas empresas (PYMES) como a grandes corporaciones. Evidentemente, las primeras en caer están siendo las pequeñas y medianas empresas que desaparecen a pasos agigantados con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo.

La crisis del Covid-19 ha destruido la economía y los mercados laborales en todas las regiones del mundo. Se estima que, hasta ahora, más de 400 millones de empleos fijos han sido destruidos y no van a volver.

Pero los planes de la élite para hacerse con la riqueza del planeta y el control de la población mundial no son nuevos y vienen llevándose a cabo desde hace décadas.

Cuando convencieron a todo el mundo de que el terrorismo (inventado y financiado por ellos) había que combatirlo a escala mundial, se dispusieron estrictas normas de seguridad y vigilancia en aeropuertos y ciudades que vinieron para quedarse. Cuando crearon la “gran crisis de 2008” recortaron salarios, prestaciones sociales y derechos laborales que, una vez pasada la “crisis”, no han vuelto a su estado anterior, sino que también vinieron para quedarse. Y ahora está la “nueva normalidad”, creada a raíz del Covid-19 que, evidentemente, de nuevo ha venido para quedarse.

Con el pretexto de que el número de casos positivos de Covid ha aumentado, los gobiernos están implementando lo que podríamos llamar un “segundo programa de bancarrotas”.

Todas las formas de actividad social están siendo afectadas: cierre o limitación de aforos en hoteles, bares, restaurantes, colegios y universidades; limitación de personas en reuniones familiares, bodas, funerales, eventos deportivos y culturales y medidas policiales sin precedentes mediante confinamientos, estados de alarma y toques de queda para hacer cumplir toda esta sarta de barbaridades que, escandalosamente, la gente acepta sin siquiera cuestionarse nada.

Las estadísticas oficiales, basadas en estimaciones de unos test inespecíficos que dan falsos positivos asintomáticos, constituyen la base para justificar estas acciones perversas, según figura en un estudio sobre las pruebas analíticas para la detección del SARS-COV-2.pdf, donde se demuestra que los test RT-qPCR para determinación del Sars-CoV-2 carecen de validez científica.

Además, según los datos dados por el Instituto de Salud Carlos III, en el análisis de los casos notificados a la RENAVE con fecha de inicio de síntomas y fecha de diagnóstico posterior al 10 de mayo, y hasta las 19:00 h del 14 de octubre de 2020, se identificaron 672.611 casos de COVID-19 en España. Un 5,3% de los casos han sido hospitalizados, un 0,4% han sido admitidos en UCI y un 0,8% han fallecido. ¿Dónde está la gravedad de la supuesta segunda oleada?

Con esta “segunda oleada de contagios” el miedo ha vuelto a tomar fuerza y castrará aún más la economía global. Esto contribuirá irremediablemente a terminar de una vez por todas con las PYMES y sectores enteros de la economía mundial como la industria turística, que será una de las más afectadas.

Una vez acabado con el empleo, y aprovechando la desesperación de la población, vendrá la tan ansiada vacuna para unos y odiada para otros. El carnet de vacunación permitirá a aquel que se vacune viajar y vivir sin restricciones, no así al que se niegue. También se condonará la deuda mundial, se implantará una nueva moneda digital y se impondrá una renta básica universal. Esos son solo algunos de los verdaderos planes del “Deep State”.

Lo que está en juego, y que nadie parece ver por miedo al virus, es MUCHÍSIMO: la implantación de una agenda autoritaria sin precedentes a nivel mundial llamada Agenda 2030.

Evidentemente, cada país tiene su propia hoja de ruta, pero la finalidad es la misma. Además no lo ocultan, ya que en la web del Ministerio de Sanidad aparece a la derecha el logotipo de la AGENDA 2030 y hasta el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lleva un pin del mismo logotipo en la solapa.


Esta falsa pandemia ha propiciado que los Estados expandan su poder hacia la ciudadanía regulando las relaciones sociales, empobreciendo a las clases populares y, por supuesto, eliminando físicamente a la población considerada una carga para el Estado. En otras palabras. Quieren que esta falsa pandemia sirva de puerta de entrada y justificación para una nueva civilización abocada a una vigilancia extrema, obediencia absoluta y esclavitud infinita.

Siento no ser políticamente correcto pero, lamentablemente, a los imbéciles no les importa perder su dignidad y liberad. El idiota común que camina orgulloso por la calle llevando un bozal no se entera de nada y solo repite lo que ve en la puta televisión. Por desgracia, los borregos solo entienden de guardar cuarentenas, de ponerse una puta mascarilla en la boca y demás gilipolleces diseñadas para controlarlos y machacarlos. Y lo tragan; ¡vamos si lo tragan!

Pero la gente no nace imbécil ni idiota ni borrego, sino que se le hace imbécil, idiota y borrego, que no es lo mismo.

La narrativa oficial totalitaria, unida a una incesante propaganda del miedo con mentiras y exageraciones de todo tipo, ha hecho de nosotros unos paranoicos enfermos psicóticos.

Después de ocho meses de esta interminable campaña del miedo es terriblemente cansino ver el grado infantiloide al que ha llegado la sociedad. Por eso, para la gente que aún disponga de dos dedos de frente es imprescindible despertar, porque si las personas valientes y sensatas dan el paso, la masa les seguirá. No lo dudes.

Debemos hacerlo ya.

La falsa pandemia está causando estragos incalculables. Necesitamos urgentemente gente valiente que diga que NO lo va a seguir tolerando. El 99,99% de la población mundial no estamos enfermos de ningún coronavirus, lo que estamos es en manos de unos enfermos mentales (Gobierno, oposición y medios de comunicación) que están acabando con nuestra forma de vida a todos los niveles.

Nos enfrentamos a un movimiento fanático global totalitario sin precedentes en la historia de la humanidad. Olvidémonos de una vez por todas del coronavirus, ya que ahora mismo es el menor de nuestros problemas, y centrémonos en recuperar lo perdido.

¿Seremos capaces de hacerlo? No tengo respuesta para eso.