domingo, 30 de julio de 2017

TIERRAS RARAS

No, no voy a hablar de países exóticos ni nada parecido. Voy a hablar de lo que en geología se conoce con el nombre de “tierras raras” y su importancia trascendental en el mundo actual.
Este nombre común se utiliza para denominar 17 elementos químicos (escandio, itrio, lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio) muy preciados y buscados por sus aplicaciones tecnológicas únicas.
Las tierras raras son, sin duda, los minerales del futuro. Cada día pasan a formar parte de las a nuevas aplicaciones de la compleja tecnología moderna.
Los superconductores, así como los instrumentos LED y la electrónica de última generación, son algunas de sus diversas aplicaciones.
En la actualidad estos elementos son necesarios para desarrollar gran parte de las tecnologías más sofisticadas, desde teléfonos móviles de última generación hasta misiles balísticos guiados.
Pero estos elementos no son precisamente muy abundantes en la naturaleza y, además, están repartidos aleatoriamente por el mundo de una manera caprichosa.
Los ocho mayores productores del mundo son: China (con casi el 90% de la producción mundial); EEUU (alrededor del 3,6%); India (2,6%); Rusia (2,1%); Australia (1,5%) y Vietnam, Brasil y Malasia (0.2%)
En el año 2014, la empresa británica SRE Minerals Limited fue la encargada de realizar un estudio para hacer una estimación de los recursos naturales de Corea del Norte. En su informe, SER Minerals Limited sostiene que el país asiático posee los mayores depósitos de tierras raras del mundo.
Según la compañía, solo el depósito de Chongju, en el norte del país, contiene 216 millones de toneladas de tierras raras ligeras, tierras raras pesadas y metales de tierras raras. De confirmarse este volumen, supondría una cantidad superior al doble de las actuales reservas mundiales de óxidos de tierras raras (las últimas valoraciones del Servicio Geológico de EE.UU. concretan el total de los depósitos conocidos actualmente en 110 millones de toneladas).
Pues bien. La explotación de tierras raras requiere de técnicas avanzadas de las que Corea del Norte no dispone. Por otro lado, probablemente no podría exportar los minerales al mercado exterior, debido al aislamiento internacional que sufre desde hace décadas.
En los últimos años, todos los medios de comunicación occidentales se hacen eco, día sí y día también, de la escalada de tensión entre Corea del Norte y los EEUU -que amenaza con invadirlo- por su supuesto polémico programa nuclear y la construcción de misiles de largo alcance.
Pero vamos a ver. Si Corea del Norte lleva aislada del resto del mundo varias décadas, eso quiere decir que está fuera de los circuitos donde se cuece la más moderna tecnología. Así que yo me pregunto: ¿cómo va a disponer de conocimientos tecnológicos avanzados para llevar a cabo ese macabro plan de acabar con los EEUU?
Si hacemos memoria recordaremos que, según los medios de comunicación de la época, Sadam Husein disponía de uno de los ejércitos más numerosos y mejor preparados del mundo y, sin embargo, las tropas invasoras, encabezadas por EEUU, se los comieron en cuatro días.
Entonces. ¿Por qué nos venden semejante dislate los medios de comunicación todos los días?
Pues muy sencillo: porque Corea del Norte posee unos recursos naturales ansiados por todas las grandes potencias.
Si hacemos memoria veremos que acontecimientos de este tipo ya se han producido en nuestra historia más reciente:
-Iráq fue invadido y Sadam Husein asesinado con el pretexto de que tenía armas de destrucción masiva. Luego se confirmó que no existían tales armas y que el único motivo había sido el petróleo.
-El régimen de Bashar Al-Asad fue acusado de masacrar a su pueblo y hubo un intento de derrocarlo que derivó en la actual guerra de Siria. El verdadero motivo fue el gas del Golfo Pérsico, en manos de Irán y Qatar, y la pretensión de ambos de construir su gaseoducto a través de Siria.
-En 2011 Libia fue invadida por la OTAN, después de ser desestabilizada por los grupos opositores a Gadafi, quien también fue asesinado. Sin embargo, la realidad es que Libia fue intervenida porque se movía fuera de los circuitos de la banca Rothschild (no aceptaba dólares por el pago de su petróleo), además de disponer de un crudo de la más alta calidad.
Evidentemente todos estos países están ahora muchísimo peor que cuando estaban gobernados por esos supuestos “regímenes inexorables”
Resumiendo. Como es habitual, la realidad nada tiene que ver con la que nos cuentan a diario los medios de comunicación que, como de todos es sabido, obedecen las pautas de la mano que les da de comer.
Ni defensa de la democracia; ni acabar con el régimen malvado de Kim Jong-un; ni impedir que Corea del Norte amenace al mundo con sus armas nucleares y misiles de largo alcance; ni nada de nada. El verdadero motivo de la escalada de tensión entre Corea del Norte y EEUU se llama “tierras raras”.
Todo eso de defender la democracia, los derechos humanos, la lucha contra el terrorismo, etc., no son más que escusas. El ejemplo más reciente lo vimos en Afganistán: país que, posteriormente al conflicto, se supo que contaba también con yacimientos de tierras raras.
¿Y Venezuela? ¿Por qué se está desestabilizando a Venezuela? Pues porque Venezuela posé las mayores reservas de crudo contrastadas del mundo, además de oro, diamantes y coltán, entre otras riquezas. Venezuela está siendo sometida desde hace años a una guerra económica encubierta, porque los insaciables buitres devoradores quieren sus recursos naturales. Lo demás, son mentiras y manipulaciones de los medios de comunicación de masas.
En el momento actual, cualquier conflicto en el mundo gira alrededor del saqueo puro y duro de recursos naturales o de la defensa de intereses espurios. No hay más.

No dejemos que nos sigan engañando. El dinero en sí mismo no es nada, sólo un cebo, así como la deuda. Tanto el dinero como la deuda (no olvidemos que el dinero es deuda y la deuda es dinero) actúan como instrumentos de los poderes financieros para apoderarse de lo que realmente tiene valor: los recursos naturales que, como ya he dicho en diferentes ocasiones, esos sí son necesarios para vivir y no el dinero.

sábado, 22 de julio de 2017

UN HARTAZGO QUE NO LLEVA A NINGÚN SITIO

Una parte muy importante de españoles, hartos de que se les engañe, han dicho ¡basta!: basta de corrupción; basta de recortes; basta de dar nuestro dinero a la banca; basta de seguir enriqueciendo a las oligarquías; basta de endeudar a nuestros hijos y nietos de por vida. ¡Basta! Que traducido al Román Paladino significa: basta de tomarnos por gilipollas.
Hemos llegado a un punto en el que ya no hay diferencia entre derecha e izquierda, entre partidos burgueses y partidos obreros. Ahora todo es la misma cosa. Todos, absolutamente todos los partidos, lo único que quieren es el sillón y harán lo que sea necesario para conseguirlo y conservarlo el mayor tiempo posible. Los nuevos partidos no son más que un sucedáneo -por no decir una mala fotocopia- de los viejos.
La clase media de este país, que es la que tira del carro, ha sido arrasada. Así que: ¿qué le queda? Pues le queda ver cómo su vida se va deteriorando día tras día; ver como sus hijos, que se formaron tal y como les dijeron, no tienen futuro; ver como los jóvenes trabajan por salarios de miseria en condiciones precarias; ver cómo el talento de este país emigra hacia otras latitudes y ver como un puñado de banqueros cleptócratas, en connivencia con una casta de políticos ladrones, le roban su dinero. Y todo esto sin que nadie haga absolutamente nada para evitarlo.
Pues bien. Este país, nos lo vendan como nos lo vendan, deja mucho que desear. O dicho de una manera más fuerte y soez: es un país de mierda (con perdón). Un país que consume el mayor número de ansiolíticos de la unión europea y que tiene un índice de suicidios de entre 10 y 15 diarios, no es precisamente sinónimo de bienestar de su población.
La propaganda del Gobierno de que el PIB subirá un 3% el próximo ejercicio ya no engaña a nadie. El propio FMI, después de hacer un guiño al Gobierno diciendo que la economía española crecerá, tal y como ha anunciado Mariano Rajoy, dice que debemos subir el IVA y reformar las pensiones. ¿En qué quedamos? Si nos va bien, ¿a santo de qué se debe subir el IVA y reformar (léase recortar) las pensiones?
Por eso, y no por otra cosa, hay una parte de españoles que están más que hartos. Y esa parte de españoles muy hartos son mayoritariamente catalanes.
Lo que ha pasado en Cataluña, para quien lo quiera entender, es que la mayor parte de la población ha dicho ¡basta!, ahí os quedáis, no queremos saber más de vosotros. Si sois tan ingenuos y sumisos de ver como os han dejado sin futuro y seguís igual, nosotros no. No queremos seguir aquí, así que nos vamos con todas las consecuencias y punto.
Bajo mi punto de vista, el problema de Cataluña no es un problema territorial, sino el hartazgo de muchos catalanes que ven como las oligarquías campan a sus anchas y sus excesos han tenido que pagarlos ellos. Lo que está sucediendo en Cataluña no es más que una revolución, encubierta de problema territorial, y que al final, efectivamente, ha derivado en eso.
El pulso que soportan la Generalitat de Cataluña y el Gobierno de la Nación cada día se tensa más y vete a saber cómo terminará.
Por otra parte, parece que todo el mundo está muy tranquilo porque ingenuamente cree que si el pulso sigue adelante tenemos el artículo 155 de la Constitución que lo arreglará todo.
Nada más lejos de la realidad, ya que el artículo 155 de la Carta Magna dice: "Si una comunidad autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al presidente de la comunidad autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquella al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general".
Personalmente me parece un artículo muy ambiguo en el que cabe todo: desde una salida pactada en forma de convertir a Cataluña en un Estado Federal asociado, hasta la utilización del ejército para que las ovejas vuelvan al redil (quiero creer que no se atreverán).
Pero vamos a ver: ¿Alguien se imagina una España sin Cataluña y sin el País Vasco? Porque si se va Cataluña inmediatamente después se iría el País Vasco.
¿Alguien cree que España va a prescindir de 10 millones de habitantes que aportan el 30% del PIB? España es la quinta economía de la UE y sin Cataluña y el País Vasco sería relegada varios puestos atrás: ¿de verdad alguien cree que esto se va a consentir?
La reivindicación territorial en Cataluña siempre ha sido cosa de una minoría. Lo de ahora se trata de una revolución en toda regla que se está dando en una parte de España llamada Cataluña. Y sí, efectivamente ha degenerado en un asunto territorial.
Las dos cataluñas, tanto la burguesa como la proletaria, están utilizando el conflicto territorial por razones bien distintas.
Por una parte están los “políticos del 3%”, que han aprovechado el conflicto territorial para realizar una huída hacia delante y así poder salvar su “culo”.
Luego están los de la CUP, esa “chusma” izquierdista, republicana y anticapitalista, que no tiene nada que perder ni dónde caerse muerta (es ironía) y ha decidido ir a por todas.
Y entre estas dos fuerzas políticas se encuentra “el populacho”, que harto de todo y sin saber quién va a solucionar sus problemas, ha decidido hacer una revolución. Y como “el populacho” siempre es dirigido y manipulado por alguien, esta vez le han dicho que esa revolución consiste en liberarse de España. Y en ello están.
¿Pero de verdad creen que liberándose de España cambiará algo para ellos?
Mientras sigan existiendo instituciones, gobiernos y leyes que subyuguen a la gente. Mientras que una persona sea sirviente de otra persona y no exista una unificación mundial (no global) en la que todos los pueblos trabajen juntos hacia un bien común para todos los seres humanos,  nada cambiará. Sólo sustituiremos los símbolos (bandera, himno..) y cambiarán las fronteras, pero el resto seguirá igual. Todavía no he visto  ningún pueblo independizado que no tenga otro nuevo gobierno, otras instituciones, otra policía, siga pagando impuestos y tenga que trabajar para subsistir.
A ver si nos aclaramos de una vez.
Esto que llamamos civilización o sociedad avanzada verdaderamente no es tal: más bien todo lo contrario.
Los valores sociales de nuestra sociedad, que llevan desde los orígenes del hombre imponiéndose por la fuerza a través de interminables guerras, no son precisamente sinónimo de civilización o sociedad avanzada.
Corrupción, destrucción del medio ambiente, religiones absurdas, supersticiones intranscendentes, creencias distorsionadas, estratificación social piramidal,  leyes opresivas y una clase dirigente déspota que sólo actúa en su propio beneficio, son sólo el resultado de la ignorancia supina colectiva de la población mundial.
Por eso, y no por otra razón, por mucho que cambiemos las cosas de sitio el paradigma no cambiará. La única solución está en la educación y la tecnología, y no en políticos ni en revolucionarios: de esa medicina llevamos  probando muchos años y aun no hemos solucionado nada.

Para realizar un verdadero cambio hay que borrar de la faz de la tierra el actual paradigma e ir hacia un mundo donde nadie esté por encima de nadie. Eso significaría acabar con el sistema monetario, con los gobiernos, las instituciones y sobre todo con la esclavitud del trabajo. Si alguien cree que independizándose, cambiando de gobierno, de bandera y sustituyendo unas instituciones por otras va a cambiar algo en su vida, es que no sabe en qué mundo vive.

miércoles, 12 de julio de 2017

EL ROBO SISTEMÁTICO DE LA BANCA

Estamos sometidos a un régimen de mentiras de tal magnitud, que para entender lo que está pasando debemos asumir que la realidad es lo contrario de lo que parece.
La mentira se ha hecho sistémica y se ha institucionalizado en nuestra sociedad moderna. Tan grave es la situación que, sin darnos cuenta, está condicionando, y de qué manera, nuestras vidas.
Actualmente todo -y cuando digo todo quiero decir absolutamente todo- gira en torno al beneficio empresarial. Lo que hasta ahora nos había proporcionado un cierto grado de seguridad, como los contratos de trabajo indefinidos, amparados por convenios colectivos, y ciertas dosis de derechos sociales adquiridos durante siglos, se ha venido abajo.
Con la llegada de las multinacionales el trabajo se ha precarizado. El único objetivo de estas grandes corporaciones no es otro que el de obtener el máximo beneficio en el menor tiempo posible. Y la banca no iba a ser menos.
Se dice que los bancos invierten el dinero de los depositantes en conceder préstamos y ayudar a las empresas. Mentiruscos gordos ataos con piedras: un sistema bancario sin ningún tipo de regulación hace lo que le da la gana, y ayudar a empresas y ciudadanos no es precisamente su cometido.
Ojo al dato. Los grandes bancos, entre ellos los españoles, disponen de su particular “banco paralelo”.
Sí, has leído bien. No se trata de una ocurrencia mía, sino de un informe de la Reserva Federal (FED) de 2010, en el que decía que la crisis financiera la había causado la total desregularización del sistema bancario.
Un sistema bancario que en las últimas décadas ha creado un sinfín de “bancos paralelos”. Tal es así, que en las altas esferas de la banca, esta práctica de esconder activos y dinero se conoce como el “sistema bancario en la sombra”; o lo que es lo mismo: una especie de clones de la banca tradicional, pero oculta.
Como es lógico, en un mundo global, como el actual, las operaciones financieras también se han globalizado. Con la desregularización, la banca ha colocado inmensas cantidades de papel, sin soporte alguno, y desconectado de la actividad real de la economía.
El sistema bancario hace tiempo que se tiró al monte de la especulación, y como la especulación genera muchos beneficios, se vio en la obligación de ocultarlos. ¿Y dónde los oculta? Pues en los paraísos fiscales.
Mientras no sean abolidas las sociedades participadas en los paraísos fiscales, donde, por ejemplo, las grandes empresas del IBEX-35 tienen el dinero que escapa del control de Hacienda, esto no cambiará.
El caso más flagrante de España es el del banco Santander, que tiene un “banco paralelo”, desperdigado por todo el mundo, mayor todavía que el propio banco. Ah! Y este no figura en sus balances (esto no lo digo yo, lo dice Josep Manuel Novoa en su libro: El botín de Botín, donde asegura que en el año 2000, de las 602 sociedades participadas por el Santander han desaparecido 410 sin dejar rastro, con miles de millones de euros).
Muchos me tildarán de antipatriota por hacer estas manifestaciones contra un banco español. Pero no seamos ingenuos. El Santander de español tiene muy poquito: el nombre y poco más.
Los mayores accionistas españoles son la familia Botín que, según información obrante en la CNMV, en 2011, poseían: D. Emilio Botín-Sanz de Sautuola y García de los Ríos (0,933 % del Capital Social); D. Francisco Javier Botín-Sanz Sautuola O'Shea (0,112 %), y Dª. Ana Patricia Botín-Sanz de Sautuola O'Shea (0,108 %).
Sin embargo, son sólo seis bancos (y ninguno español) los que poseen el 41,06% de las acciones: Chase Nominees Ltd, 12,51%; State Street Bank & Trust Co, 9,06%; Bank of New York Mellon, 5,57%; EC Nominees, 6,91%; Societe Generale, 3,59 %; Caceis Bank, 3,42%. Son bancos custodios; es decir, intermediarios financieros que se encargan de guardar las acciones de terceros. Y claro está. Una de las ventajas de contar con el servicio de un banco custodio es que está garantizado el anonimato.
Evidentemente, si los bancos tienen toda una infraestructura montada para defraudar a Hacienda y evaporar el dinero de sus clientes, esa misma infraestructura es utilizada para volatilizar las propias cuentas del banco.
Pero no ocurre así para el resto de los mortales.
La fiscalidad que se aplica a los trabajadores nada tiene que ver con la que se aplica a la banca. Es de risa ver que si Hacienda es capaz de aplicar al “populacho” una declaración de la renta minuciosa y exhaustiva, de la que no se escapa ni Dios, en cambio, cuando se trata de la banca, hace agua por los cuatros costados: vamos que no se entera de la nada.
Ya sabemos -o deberíamos saber- que los bancos crean dinero de la nada. Con la emisión de productos derivados; es decir, emisión de deuda que deriva de otra deuda y así sucesivamente, han inundado el mercado de dinero, amparado en activos irreales que en verdad no valen nada: papelitos respaldados por otros papelitos.
Por lo tanto, la deuda que soportan los bancos nadie sabe a ciencia cierta cuál es. Y en un mundo donde la mentira está institucionalizada, no te puedes creer nada. Así que la deuda de los bancos  puede ser (y de hecho es) cientos de veces más grande que la declarada en sus balances contables. 
Naturalmente, toda esta deuda se oculta en sociedades instrumentales en los paraísos fiscales. Cuando el dinero escondido supera al que se declara en los balances contables, evidentemente provoca una distorsión en el sistema. O lo que es lo mismo: el “banco paralelo” pasa a ser mayor que el banco matriz y este, como ya he dicho, no figura en sus balances. 

Increíble ¿verdad? Pues no lo es. Es tan real como la vida misma. De esta manera la banca nos roba sistemáticamente, con el beneplácito de la clase política que hace la vista gorda y mira hacia otro lado. Es tan grave la situación, que si algún día se quisiera regularizar el sistema bancario, simplemente estallaría, llevándose por delante toda la economía mundial.

lunes, 3 de julio de 2017

LAS PENSIONES QUE SOSTIENEN ESPAÑA

El Banco de España ha anunciado que el sistema público de pensiones es insostenible y pretende recortar la mayoría de las pensiones por debajo del salario mínimo, que actualmente está en 707 euros. Y, para ir preparando el terreno, el viernes 30 de junio, el Consejo de Ministros aprobó un crédito extraordinario de 10.192 millones de euros, para poder hacer frente a las dos pagas extra de las pensiones de este año.
Es indignante que después de que el Gobierno se haya gastado 60.600 millones de euros, de la hucha de las pensiones, en rescatar a la banca, ahora se pida un nuevo sacrificio a este colectivo que, por si aun no nos hemos dado cuenta, es quien verdaderamente sostiene a más de la mitad de los ciudadanos de este país.
La televisión no hace más que anunciar a bombo y platillo lo bien que le va a la economía española. Y la mayoría de la gente se lo cree.
El invento del crecimiento del empleo no es tal, sino una camuflada destrucción de puestos de trabajo decentes: desaparece un empleo de 3.000 euros y se crean tres de 700 euros precarios y/o temporales. De esta manera el Instituto Nacional de Estadística tiene margen de sobra para manipular los datos a su antojo.
La gente ya no se acuerda de cómo se vivía hace quince años, donde había contratos de trabajo indefinido mejor remunerados; donde el poder adquisitivo era un 30% superior al actual; donde la sanidad pública estaba considerada una de las mejores del mundo, etc. y así podríamos enumerar una larga lista del expolio que hemos sufrido en estos últimos años.
Como es lógico, este expolio no se ha hecho de la noche a la mañana: nos habríamos dado cuenta. Se ha ido haciendo “poquito a poquito”. Y, claro está; al final nos hemos adaptado.
Ahora nos parece de lo más normal que se cobren sueldos raquíticos; que la mayoría de los puestos de trabajo sean precarios y/o temporales y que los padres mantengan a sus hijos prácticamente de por vida. En definitiva, como se dice vulgarmente a una situación asumida: ¡es lo que hay!
A esto se le conoce como la estrategia de diferir; es decir, ir implementando poco a poco el modelo económico-social que se quiere imponer. De esta manera el “populacho” no se dará cuenta, ya que dispondrá de más tiempo para acostumbrarse y aceptarlo con resignación.
Este país en los últimos 50 años ha apostado sistemáticamente por la industria turística, en detrimento de la innovación y tecnología. Elemental mi querido watson, que diría  Sherlock Holmes: es más fácil alquilar camas o servir copas (no hay que hacer un gran esfuerzo mental) que desarrollar una tecnología que, por ejemplo, proporcione energía limpia e ilimitada. Como consecuencia, estamos lacerando nuestro país: hemos destrozado nuestro litoral; nos hemos cargado un montón de ecosistemas; hemos hecho insoportables los centros históricos de nuestras ciudades y soportamos ruidos, borracheras, vómitos y meadas por doquier.
Sí, esto es lo que ha traído el turismo, aparte de ese 11%-13% de PIB.
La paupérrima educación que reciben nuestros ciudadanos, unido a la poca inversión en I+D+I y el desmantelamiento de la industria que quedaba, nos ha convertido en un país de “camareros”. Y claro está, la oligarquía que controla el “cotarro” está encantada: ha fabricado una mayoría de “tolilis” sirvientes, que no se enteran de nada, y así ellos campan a sus anchas.
Y aquí es donde entra la importancia de las pensiones: como estos “tolilis” no tiene donde caerse muertos, son sus “viejos”, con sus pensiones, los que tienen al final que tirar del carro.
De una vez por todas dejemos de engañarnos a nosotros mismos.
En España nunca ha habido una democracia. Siempre ha sido y siempre será una dictadura que, en los últimos años, ha estado en manos de un dictador mariquita, un Rey putero, o un puñado de políticos ladrones robándonos el futuro.
Desde siempre, la oligarquía demente de este país, con la inestimable colaboración de la podrida, homófoba, machista y perversa Iglesia Católica (que no de sus fieles), ha llevado al pueblo español a un retraso mental que persiste a día de hoy. Y mi pregunta es: ¿Qué hubiera sido de nosotros, un pueblo ingenioso con talento e inventiva, si se nos hubiera permitido desarrollarnos?   
Una de las últimas cosas que le toca hacer al PP, antes de ser desbancado por la coalición PSOE-Podemos y vete a saber quien más, es el recorte de las pensiones.
¡Aviso a navegantes! Dicen los expertos en estos temas, que el imparable envejecimiento de la población hará obligatoria la revisión de las pensiones y una disminución de estas por debajo del salario mínimo interprofesional. O sea, nos están anunciando una bajada inminente de las pensiones, donde la gran mayoría de la gente cobrará por debajo de los 707 euros: ¡acojonante! ¿Verdad?
Pero no nos dejemos engañar. Las pensiones de insostenibles: nada. Lo insostenible es la banca, que ha inundado el mercado de derivados financieros y está técnicamente en quiebra. Por eso el Gobierno no hace más que darle nuestro dinero, quitándoselo, en este caso, a los pensionistas que es el colectivo más indefenso.
Si no fuera por las pensiones de nuestros mayores este país (y cuando digo este país me refiero a la gente corriente, no al IBEX 35) no aguantaría. Parados sin prestación, familias enteras con escasos recursos, pequeño comercio y todo lo relacionado con la economía real, está siendo mantenido gracias a las pensiones.
Si bajan las pensiones (y no dudes que bajarán) esto significará más pobreza; más indigencia; más prostitución; más camas calientes; más delincuencia; etc. Y todo por rescatar a la banca con el dinero de la hucha de las pensiones.