miércoles, 31 de marzo de 2021

¿QUÉ QUIERE LA ÉLITE?

¿A qué llamamos élite? Llamamos élite a un grupo de personas que goza de un estatus privilegiado y que actúa como -llamémoslo así- “regente” de una sociedad, comunidad o institución. Ahora bien. Si la élite mundial ya goza de todo aquello que puede desear, habría que preguntarse qué quiere la élite.

¿Quiere nuestro dinero? No: tiene todo el que desea. ¿Quiere los recursos del planeta? Tampoco: hace mucho que se adueñó de ellos. ¿Quiere controlarnos? Ya lo hace: controla gobiernos, medios de comunicación y todas las organizaciones internacionales como la ONU, la OMS, etc. Pues si lo tiene todo, entonces, ¿qué es lo que quiere? Pues quiere que dejemos de molestarle; que no ensuciemos “su” maravilloso planeta y quiere que renunciemos a pulular por sus lindas playas, bosques y montañas. En definitiva, lo que realmente quiere es que desaparezcamos de la faz de la tierra.

Con la llegada de la tecnología cada día es más prescindible la clase trabajadora. Las máquinas, los ordenadores cuánticos y la inteligencia artificial están sustituyendo a pasos agigantados muchas de las profesiones que hasta no hace mucho eran incuestionables. Esta evidencia ha puesto de manifiesto que la clase trabajadora ya no es necesaria, por lo tanto, la élite ha decidido deshacerse de ella. Para eso ha puesto en marcha su plan eugenésico, llamado Agenda 2030, cuyo principal objetivo es despoblar el planeta para ese año.

Cada día se hace más evidente que el Covid-19 se planeó con un propósito: matar a tantos ancianos como fuera posible, introducir las vacunas cuasi obligatorias y, por supuesto, acometer el Gran Reinicio.

El plan genocida de las vacunas.

La evidencia manda y dice que la vacuna no es la solución, sino el problema. Aquí hay una pequeña relación (inacabada) de las victimas de las vacunas contra el Covid-19/ que se ocultan sistemáticamente en Televisión.

Por otro lado, en este vídeo-1, el Dr. González Bayona dice que la OMS ha publicado en su página web un informe titulado “Tasa de mortandad por infección de Covid-19 inferida de los datos de seroprevalencia/”, donde se reconoce que la tasa de mortandad del Covid-19 es inferior al 0,2%, ligeramente por debajo de la tasa de mortandad de la gripe estacional, y se pregunta si verdaderamente hay que vacunar a toda la población mundial con una vacuna que no sabemos en realidad lo que contiene.

Y ahora me pregunto yo. Con este 0,2% de mortandad, certificado por la OMS, ¿por qué no se paran de inmediato las restricciones y las vacunas? Pues porque el objetivo de todo esto no es otro que la vacunación en masa de la población y si se detuviera todo su esfuerzo no habría servido de nada, como ya ha ocurrido en otras ocasiones.

En un artículo del 12 de julio de 2012, publicado por American Chronicle, titulado "¿Epidemia de gripe porcina o bioterrorismo e intención de cometer un asesinato en masa?", se denunció lo que constituye el mejor antecedente de intento de reducir la población mundial mediante un programa de vacunación infundado por la gripe porcina. ¿Te suena familiar?

Según los verdaderos expertos en vacunas, como el Dr. Geert Vanden Bossche, el Covid-19 sólo se convierte en un peligro tangible a través de la vacunación. Si esto es así, significa que la verdadera pandemia aún está por llegar.

Eliminación de disidentes “peligrosos”.

¿Qué está pasando con los disidentes? Me refiero a disidentes con peso específico, no a blogueros, youtubes y otros “conspiranoicos”.

Dos son los presidentes de gobierno que han plantado cara a la falsa pandemia: el Presidente de Burundi, Pierre Nkurunziza, y el Presidente de Tanzania, John Magufuli, los cuales han muerto repentinamente. ¿Casualidad?

Después de un año de mentiras ahora ya sabemos de qué va todo esto.

No seamos ingenuos. Nos exijan los sacrificios que nos exijan, nos pongan las condiciones que nos pongan y nos prometan lo que nos prometan nos mienten. Necesitamos reabrir la economía y volver a nuestra antigua normalidad YA. Pero mientras la gente crea que cuanto antes cumplamos las órdenes del Gobierno antes terminaremos con esto, su Agenda 2030 seguirá avanzando.

Es absolutamente repugnante ver como desde los medios de comunicación de masas estamos saturados de mentiras, manipulación y desinformación. Hay que ser imbécil del culo para no darse cuenta de que llevamos un año haciendo todo lo que se nos pide y no solo no hemos mejorado ni conseguido nada, sino que cada vez estamos peor: más “contagios” (eso dicen ellos) y, por supuesto, menos libertad, más control y más estado policial.

Nos dijeron que solo estaríamos tres o cuatro semanas en estado de alarma, que llevaríamos una mascarilla durante un tiempo corto, que tendríamos que quedarnos en casa para no colapsar los hospitales, que los bares y tiendas solo cerrarían unas semanas y que no podríamos viajar temporalmente para no contagiarnos. Y les creímos. Ahora -después de un año- para reafirmar nuestro grado de imbecilidad nos dicen que la “vacuna” que nos están inoculando no va a cambiar nada y seguimos aceptándolo. ¿Pero es que nadie se cuestiona nada?

El lavado de cerebro es de tal calibre, que no te extrañe cuando más adelante pasen al: Si lo hacemos por la seguridad y el bien de todos. Si no es más que un código QR. Si no es más que una pulsera. Si no es más que un microchip. Es para que entres en razón y cooperes. Es porque la ley dice que no se puede vivir más de 80 años. Es simplemente una inyección (letal), y no te dolerá…

No lo crees, ¿verdad? Pues recuerda lo que la familia Kennedy le hizo a la mayor de sus hijas, Rosemary: la sometieron a una lobotomía que la dejo en estado vegetativo el resto de su vida, solo para salvar la reputación de la familia y no obstaculizar la llegada a la Casa Blanca de su hermano John. Si esta gente es capad de hacerle eso a su propia hija, imagina que no serán capaces de hacer con nosotros.

Puedes seguir mirando hacia otro lado como si contigo no fuera “la fiesta”, pero la realidad es que su plan sigue avanzando y de momento no hay quien lo pare.

Ahora ya sabemos qué es lo quiere la élite. ¿Ha quedado claro? 

miércoles, 24 de marzo de 2021

LA MASTODÓNTICA ESTRUCTURA DEL ESTADO ESPAÑOL, UNIDA A LA CRISIS PROGRAMADA DEL COVID-19, ACABARÁ CON ESTE PAÍS

La estructura del Estado Español está configurada de la siguiente manera:

En primer lugar tenemos a la Administración General del Estado: el Congreso, el Senado, el área de Presidencia, las 4 Vicepresidencias y los 22 Ministerios. Después están las 17 Comunidades Autónomas y las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla con sus innumerables consejerías. Luego las entidades locales que agrupan a los Ayuntamientos (8.122), las Diputaciones Provinciales (51), los Cabildos Canarios (7) y los Consejos Baleares (4). En total suman 8.191 entes que constantemente están creando nuevas leyes, reglamentos y ordenanzas con los que controlan cada aspecto de nuestras vidas y que suponen más de 100.000 páginas anuales del BOE.

8.191 entes no son poca cosa para un país de las dimensiones de España. Pero la cosa no termina ahí. Por si esto no fuera suficiente, además se han creado nuevos entes asociados a la Administración Pública: 3 áreas metropolitanas; 6 autoridades administrativas independientes como la Agencia Española de Protección de Datos, la CNMV o el FROB; 6 entidades gestoras de servicios comunes a la Seguridad Social; 6 órganos que tienen dotación diferenciada en los Presupuestos Generales del Estado; 18 organismos autónomos provinciales; 21 mutuas colaboradoras con la Seguridad Social; 24 entidades de derecho público;25 agencias; 26 fondos sin personalidad jurídica; 31 organismos diferentes a todos los anteriores, pero que son unidades de derecho público; 48 comunidades de usuario; 49 universidades públicas; 55 fondos sin personalidad jurídica; 76 agrupaciones de municipios; 82 comarcas; 88 instituciones “sin ánimo de lucro”; 120 entidades públicas empresariales; 152 entes públicos; 330 organismos autónomos; 706 organismos autónomos administrativos; 796 consorcios; 866 fundaciones; 950 mancomunidades; 1.952 sociedades mercantiles y 3.688 entidades de ámbito municipal inferior a municipio. En total suman la friolera de 9.263 entes que han creado nuestros Ayuntamientos, Comunidades Autónomas y la Administración General del Estado. ¡¡Uff!! Visto lo visto, se me antoja que esto de Estado tiene muy poco y mucho de prisión que, además, acarrea un gasto enorme.

El mayor gasto en los Presupuestos Generales del Estado son las pensiones (144 mil millones de euros en 2019). Por detrás del gasto en pensiones no está la sanidad ni la educación ni ninguna otra partida, sino el gasto en personal que de una u otra manera recibe dinero del erario público (134.463 millones de euros en 2019).

Si en el año 2019 el Presupuesto fue de 452.933.579.558 €, de los cuales, 330.250.496.500 € fueron recaudados a través de impuestos y 122.683.083.058 € fueron financiados, resulta que de los 452.933.579.558 € del Presupuesto 278.470.000.000 (el 61,48%) se fueron en pensiones y sueldos.

España tiene una población de 47.500.000 de habitantes, de los que 39.640.000 son mayores de 16 años (el 83%). De estos, 16.500.000 son inactivos (41,6%) y 23.140.000 activos (58,4%). De los activos –según datos del INE- 19.344.000 (83,59%) están ocupados y 3.796.000 (16,41%) desempleados. De entre los ocupados, tenemos a 3.380.000 (18,84%) que cobran del Estado, a 12.873.000 (66,54%) que trabajan por cuenta ajena y 3.091.000 (14,62%) autónomos. ¿Qué quiere decir esto? Que 15.964.000 personas mantienen a una población de 47.500.000 habitantes. O lo que es lo mismo: España es sostenida solo por el 33,60% de su población.

Para acometer este inmenso gasto España emitió en 2016 deuda a 50 años; es decir, hasta el año 2066, que no es moco de pavo. Pero esto es una tontería con la nueva cantidad de deuda que va a tener que asumir.

Si estos datos, se pongan sus señorías como se pongan, ya no eran sostenibles para el año 2019, imagínate lo que va a suceder de aquí en adelante después de haber arruinado el país.

Lo primero que a cualquiera de nuestros políticos se le ocurrirá para paliar la situación actual es reducir el gasto. Pues bien. Como ya dije antes, la mayor partida de los Presupuestos Generales del Estado son las pensiones. Y qué curioso. Resulta que hay un coronavirus circulando por ahí que está matando a la población mayor de 65 años. ¿Pero no son los mayores de 65 años los pensionistas? ¡Ah! Ahora caigo.

Los daños económicos, sociales y, por qué no decirlo, en vidas que esta locura va a traer son de tal envergadura que nos vamos a arrepentir toda la vida de haber obedecido sin rechistar los confinamientos, toques de queda y cierre de negocios impuestos por el Gobierno. En definitiva, lo del Covid-19 va a ser un rasguño comparado con la apisonadora que nos va a pasar por encima. Y eso va a ser así solo por una razón: por gilipollas. Y lo veremos de nuevo el 4 de mayo en las elecciones a la Asamblea de Madrid, donde los imbéciles útiles volverán a votar masivamente a sus verdugos, sean del color que sean. Porque no se trata de haber cambiado “seguridad” por derechos y libertades, que también. Se trata de que hayamos cambiado una supuesta seguridad por hambre, y eso es muy grave.

No lo crees, ¿verdad? Pues mira lo que están anunciando que, bajo mi punto de vista, no es más que la preparación de la opinión pública para el siguiente desastre con el que seguir reduciendo drásticamente la población mundial.

En una editorial de RT se dice: “Los desastres naturales, el cambio climático y las enfermedades que atacan los cultivos y el ganado se ven agravados por el impacto de la pandemia de covid-19 en la agricultura y la seguridad alimentaria, según un nuevo informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés)”.  En este informe se avisa: “En ningún otro momento de la historia la agricultura se ha enfrentado a tal variedad de riesgos familiares y desconocidos, interactuando en un mundo hiperconectado y un panorama que cambia precipitadamente”.

Pues si lo dice la FAO (otra de tantas organizaciones en manos de la élite globalista), ten por seguro que así será.

¿Conoces la fábula de la ranita? Pues eso. O saltamos YA de la cazuela o nos “hervirán” vivos. 

jueves, 18 de marzo de 2021

SE ACABA EL TIEMPO Y LA GENTE SIGUE SIN DESPERTAR

En un medio de comunicación estadounidense, llamado The National Pulse, se ha publicado que BGI Genomics, una empresa dedicada al estudio del genoma, está recolectando ADN de los kits de prueba de Covid-19. Esta compañía se dedica a acumular, clasificar y almacenar información de las pruebas masivas de ADN de millones de persona sin su conocimiento y, por supuesto, sin su consentimiento.

La información es fundamental para el desarrollo de cualquier actividad, eso es evidente. Pero no debemos olvidar que la información también es poder.

Todos sabemos de la importancia que tienen hoy en día los “big data” a la hora de emprender cualquier negocio, ya que si el fabricante conoce de antemano los gustos del consumidor es más fácil colocarle un producto que si se va a ciegas. Pues bien. Al igual que una compañía puede diseñar una campaña de márquetin en función del gusto, de antemano sabido, de los consumidores, programar a los seres humanos se ha vuelto igualmente factible.

La ingeniería social recoge información en todo momento de nuestros teléfonos móviles, tabletas y ordenadores de lo que hacemos, cómo vivimos, con quién nos relacionamos, si hacemos deporte, que comemos, lo que dormimos y un larguísimo etcétera. Por si no fuera suficiente, ahora también va a disponer de nuestro ADN, con lo cual, el conocimiento que va a tener sobre cada uno de nosotros será infinitamente mayor que el que tenemos de nosotros mismos.

Con la escusa de la falsa pandemia se están recogiendo muestras a diestro y siniestro de nuestro ADN que, en teoría, se utilizará para investigar y así evitar futuras pandemias. Pero, ¿y si fuera para todo lo contrario; es decir, para utilizarlo como arma de guerra biológica? Según la Dra. Merritt, que sirvió en la Marina de los EEUU estudiando las armas biológicas, en los todos los experimentos realizados los animales inyectados con ARNm murieron al reinfectarse. Pues bien. Por si no lo sabes, esa es la “vacuna” que se está inoculando a la población mundial.

Estamos viviendo un momento muy delicado para el futuro de la humanidad. Si no despertamos –y el tiempo se nos está acabando- la humanidad jamás volverá a ser lo que era.

Un plan diabólico maestro

El engaño del Covid-19 se diseñó para reducir drásticamente la población mundial y para reorganizar la sociedad. Esta es la única realidad. ¿Crees que exagero? Pues pregúntate si hace dos años hubieses creído que iban a encerrar a toda la humanidad.

Para llevar a cabo sus planes necesitaban el beneplácito de la gente. Para ello han utilizando los medios de comunicación de masas, amedrentado a la población a través de la propaganda del miedo. De hecho, una vez que el “populacho” ha aceptado el relato oficial, a cambio de falsas promesas, se ha vuelto totalmente imbécil, dócil y obediente y ya no hay marcha atrás.

Volver a recuperar los derechos humanos, la libertad individual y la dignidad se me antoja poco más o menos que imposible, en una sociedad de paranoicos. En muy pocos años van a ser un recuerdo del pasado. Nos habremos convertido en seres intoxicados por los medios propagandísticos de comunicación y manipulados genéticamente mediante la introducción en nuestros cuerpos de tratamientos transgénicos llamados vacunas ARNm.

La ingeniería social está fomentando la dictadura de la salud que, no lo dudes, ha venido para quedarse. Los esfuerzos en todo el mundo de gobiernos, políticos, medios de comunicación, funcionarios, organismos de salud, jueces y policía, entre otros, no se están haciendo en balde. Del mismo modo, las innumerables sandeces que la gente está obligada a llevar a cabo (confinamientos, toques de queda, hidrogeles, mascarillas, distanciamiento social, etc.), no son para librarles de ninguna enfermedad ni para que todo vuelva a la normalidad mañana. No seas ingenuo. Esto solo acabará cuando hayan cumplido sus objetivos.

La hoja de ruta.

La falsa pandemia no ha venido por casualidad. Es un plan muy bien elaborado que incluye la quiebra de la economía para sembrar el pánico y hacer que la gente consienta la solución que nos proponen nuestros dirigentes. Y la solución es la aceptación de las vacunas, los códigos QR, el pasaporte Covid y los chips de control.

Luego vendrá el Gran Reinicio de la economía con la condonación de todas las deudas a cambio de aceptar el Nuevo Orden Mundial que, entre otras cosas, incluirá el sometimiento a un gobierno mundial, inicialmente de la ONU y la OMS.

Mientras tanto, las vacunas eugenésicas harán su trabajo eliminando en el transcurso de una década al mayor número posible de “parásitos”. Los que sobrevivan a la vacuna; o lo que es lo mismo, la gente vacunada con placebos  (¿500-1.000 millones?) serán controlados por mediación de algún tipo de microchip con nanotecnología de ADN. Este microchip controlará la actividad cerebral, el sistema nervioso y el sistema endocrino, entre otros. Y no es una teoría de la conspiración, es tecnología ya existente y patentada (Proyecto ID2020 cuyo objetivo es la digitalización global de datos biométricos de todas las personas, donde participan The Rockefeller Foundation, Microsoft y Gavi “The Vaccine Alliance”).

La gente sigue sin ver que esto no va de salvar vidas, sino de todo lo contrario: no es más que la hoja de ruta de la Agenda 2030, que contempla un plan para despoblar el 95% del planeta y crear un Nuevo Orden Mundial.

El plan existe, otra cosa es que lo puedan llevar a cabo. Pero mientras la gente siga viendo la TV no hay manera de despertar. Si fuesen capaces de apagar la TV, de quitarse la mascarilla y volver a su vida de siempre esto se acabaría en un abrir y cerrar de ojos.

Para terminar, solo decir que las pandemias reales no necesitan de ninguna campaña de propaganda continuada para recordarte que existen. Sin embargo, las operaciones psicológicas sí.

Y otro dato algo esperanzador. Cuando la Reina de Inglaterra tiene que salir a la palestra a vacunarse públicamente (con un placebo, evidentemente), es que la cosa no va como ellos esperaban: si la aceptación de la vacuna fuera realmente elevada, como ellos dicen, no habría necesidad de tanta propaganda, ¿no crees?

Hay esperanza para creer que sus planes se pueden ir al traste si nos resistimos a la vacuna. Al menos eso quiero pensar. Pero el tiempo se acaba. 

martes, 9 de marzo de 2021

SALUD O ECONOMÍA: ESA ES LA CUESTIÓN

El debate sobre si hay que dar prioridad a la salud o a la economía es un debate estéril de por sí, ya que la una no se entiende sin la otra y viceversa: sin salud no hay economía y sin economía no hay salud.

Empresarios de hostelería, comerciantes, empleados dependientes del turismo, taxistas, feriantes, músicos y todos aquellos que viven al día son dados, y con razón, a quejarse del cierre total de la economía ya que su sustento depende de ello. Sin embargo, políticos, policías, pensionistas, funcionarios o gente muy bien asentada en sus empresas están convencidos de  que la salud es lo primero y se niegan a aceptar otra realidad.

Los medios de comunicación de masas tachan a los primeros de negacionistas cuando verdaderamente no niegan nada, simplemente quieren seguir ejerciendo du derecho a ganarse la vida, nada más. Sin embargo, los segundos son simple y llanamente unos egoístas, ya que este grupo, con la cartera bien repleta, es partidario de darle prioridad a la salud y al que vive del turismo y otras “gaitas” que le parta un rayo y se las apañe como pueda.

La suspensión de toda actividad ha ocasionado una drástica contracción de la economía mundial. Es la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial y la primera vez en los últimos 200 años que tantas economías experimentan una disminución de su PIB al unísono, por lo que no tenemos referencias de lo que este nuevo escenario significa realmente.

El Covid-19 ha hundido en la miseria a gran parte del mundo y muy particularmente a España.

La debacle sufrida por la economía española, con un descenso en 2020 de su PIB del 11%, sitúa a España como la más castigada del mundo y con la peor recesión de su historia en tiempos de paz, según Bloomberg.

España tiene actualmente 47.350.000 habitantes. Debido a las medidas restrictivas, llevadas a cabo por el Gobierno, se ha destruido más del 50% del tejido empresarial, han cesado su actividad más de un 80% de autónomos y el sector servicios –base del PIB español- se encuentra prácticamente paralizado.

Ante la grave situación es de esperar que nuestro Gobierno salga al rescate de todos aquellos sectores afectados. Pero nada más lejos de la realidad. Se ha limitado a dar una limosna de supervivencia temporal a la gente y nada más.

El FMI y el BCE han situado a España como la potencia económica mundial que menos fondos está inyectando a la economía para hacer frente a la crisis del coronavirus. Según sus datos, España ha dado en ayudas un 3,5% de su PIB mientras que el resto de países de su entorno como RU, Alemania, Italia, etc. han dado un 10%.

Una oleada de quiebra de empresas podría poner en peligro la estabilidad del sistema financiero europeo, según Christine Lagard. Lo que está diciendo no es que una nueva crisis vaya a venir, no, lo que dice es que ya está aquí. Y aunque de momento no se ve -porque todo el mundo está preocupado de no contagiarse del “bicho”, de lo que le permiten o no le permiten hacer, de no olvidarse la puta mascarilla y de estar pendiente del número de nuevos contagios y muertes que le proporciona en cada momento la televisión-, es de una envergadura bestial. Así que cuando este país se ponga de nuevo en marcha, veremos las consecuencias y no te quepa la menor duda de que serán infinitamente más dañinas que las ocasionadas por el coronavirus.

Estamos viviendo el empoderamiento del oligopolio de las grandes corporaciones en detrimento y declive absoluto de la clase media. Y en un país como España, donde la clase media está tan arraigada, su desaparición va a ocasionar verdaderos estragos.

Actualmente el desempleo oficial en España es del 16,1%, pero no es real. Si sumamos la gente que está en las listas oficiales de desempleo, más la que está en algún ERTE, más los autónomos sin actividad y los que ya han renunciado directamente a acudir a las bolsas de empleo es probable que lleguemos a sobrepasar el 30% de parados. Esa es la cruda realidad.

Pero la televisión, los medios de comunicación de masas y nuestro Gobierno, en particular, se empeñan en decir que no pasa nada, que la economía se recuperará y que lo más importante es vacunarse para bajar la curva de contagios.

La situación de los autónomos y de las pequeñas y medianas empresas, que son el 90% del tejido productivo español, es extremadamente delicada por no decir directamente ruinosa. La desaparición de establecimientos de hostelería suma cifras absolutamente alarmantes. La tasa de paro real, compuesto por desempleados, los que están en ERTEs, los autónomos en cese de actividad y quienes están en disponibilidad de trabajar pero no puede buscar empleo ronda en este momento cerca de los 7 millones de personas, para una población activa de poco más de 22 millones. Esto es simplemente inasumible.

Pero nuestros Gobiernos (nacional y autonómicos) siguen dando prioridad a la salud en detrimento de la economía. Evidentemente, los gobernantes no son idiotas y saben exactamente lo que están haciendo. Recuerda que tanto el Rey como el Presidente y Vicepresidente del Gobierno lucen frecuentemente un lustroso pin de la agenda globalista 2030 en la solapa.

Pero a los que somos de ciencias no nos valen las “pajas mentales” con las que los políticos torean a la gente. Nosotros nos atenemos a los datos, y los datos son los siguientes:

En el último año el Covid-19 se ha llevado por delante a 2,5 millones de personas en el mundo (el 0,03% de la población mundial), según datos oficiales de la OMS y el Instituto Johns Hopkins. Pues bien. La falta de recursos económicos hace que pasen hambre 514 millones de personas en Asia, 260 millones en África y 45 millones en América Latina y Caribe. Y de entre esas 819 millones de personas que pasan hambre, mueren anualmente por desnutrición aguda más de 16 millones (el 0,2% de la población mundial), según datos proporcionados por ACNUR. ¡Ah! y para el hambre si hay vacuna. Se llama dinero: ese que los bancos centrales imprimen a discreción y reparten  a diestro y siniestro entre sus amiguetes. Y otro dato. Un informe publicado por Oxfam dice que el hambre que va a provocar el Covid-19 causará más muertes que la propia enfermedad.

Así pues, ateniendo a estos datos, la probabilidad de morir de hambre es 6,6 veces mayor que la de morir por Covid-19. Entonces, ¿es la salud más relevante que la economía? Ahora pregúntate por qué estás colaborando a parar la economía de tu país y si verdaderamente estás haciendo lo correcto. 

miércoles, 3 de marzo de 2021

LOS AMOS DEL MUNDO Y LA GRAN DICTADURA DE LA SALUD

Actualmente vivimos en un mundo perfectamente compartimentado. Cada compartimento superior controla y domina al compartimento inferior, pero ignora por completo lo que sucede en los compartimentos superiores.

Básicamente su estructura sería así:

En el compartimento más bajo nos encontramos todos nosotros: el “populacho”, la “plebe”, los “esclavos”. En definitiva, los que no tenemos capacidad para cambiar nada y nuestra única misión es obedecer, producir y consumir.

Por encima de nosotros hay un compartimento muy delgado, pero a la vez el más fuerte, donde se encuentran las fuerzas represivas: ejército, policía, agencias de inteligencia, etc. Este compartimento sirve de barrera entre nosotros y el resto de compartimentos superiores, de tal manera que su única función es proteger a los compartimentos superiores del “populacho”. Evidentemente, sin él la dominación y el sometimiento simplemente no se podrían llevar a cabo.

El siguiente lo ocupan los gobiernos, que lo comparten con los medios de comunicación de masas y los centros educativos. Este compartimento es de vital importancia, ya que es el encargado de ejecutar las órdenes que vienen de los compartimentos superiores y de adoctrinar a la “plebe”.

Arriba de los gobiernos están los organismos internacionales que dictan las normas: Organización Mundial de la Salud (OMS), Organización Mundial del Comercio (OMC), Organización Internacional del Trabajo (OIT), Organización de Naciones Unidas (ONU), Organización de Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO), …

Los organismos internacionales están a merced de las grandes corporaciones como Aramco, Microsoft, Amazon, Facebook, Alibaba, Berkshire Hathaway, Johnson & Johnson, Apple, Exon Movil, Netslé, Bayer, y un larguísimo etcétera.

Las grandes corporaciones son financiadas por los bancos comerciales que a su vez dependen de los bancos centrales, el Banco de Pagos Internacionales (BPI), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).

Por encima de todos estos se encuentran las organizaciones que deciden verdaderamente los designios del mundo: Chatham House (conocido como el Instituto Real de Asuntos Internacionales), Naciones Unidas, Comisión Trilateral, Grupo Bilderberg, Club de Roma, Consejo de Relaciones Exteriores y el Comité de los 300. Estos “Thinks tanks” son los encargados de pensar por los demás y establecer las bases de toda la sociedad.

Y para terminar, en lo más alto,  tenemos a LOS AMOS DEL MUNDO: las familias dueñas de todo este gran imperio entre las que figuran los Rothschild, Rockefeller, Morgan,  Du Pont, Warburg, Windsor, Collins, Li y algunas más, las cuales no llegan al 0.00001% de la población mundial.

Bueno, pues si no es exactamente así, es algo que se le parece mucho.

Una vez explicado cómo está configurado el mundo, veamos ahora la última elucubración de nuestros dueños.

Los amos del mundo han diseñado para nosotros una dictadura de la salud. Con ese pretexto nos restringirán todos nuestros derechos y libertades (como ya estamos viendo) hasta conseguir un control absoluto sobre cada individuo. Será una dictadura de los salvoconductos médicos, sin los cuales no podremos ni tan siquiera coger el metro. (La UE prepara el pasaporte Covid/)

Y lo van a hacer con el beneplácito de la mayoría de imbéciles útiles que han ido forjando a lo largo de los años a través de la televisión. Estos imbéciles útiles nos arrastrarán con ellos sin remedio a la gran dictadura de la salud mundial.

Pensarás que cómo gente universitaria (médicos, ingenieros, abogados, etc.) van a ser estúpidos. Pues por una única razón: por miedo. El miedo bloquea el sentido común y sin sentido común te conviertes en un imbécil. Y esto nada tiene que ver con tener un título universitario. Por lo tanto, no importa si eres un catedrático de física cuántica cuando has sido abducido con mentiras inoculadas por el miedo a la muerte.

Después de darle muchas vueltas a la actual situación, pues no comprendía cómo la sociedad ha podido aceptar sin rechistar todas estas nuevas normas distópicas, me he dado cuenta de que lo que está sucediendo es lo que tenía que suceder, ya que para eso fuimos programados.

Personalmente, hace tiempo que sé que somos una sociedad de esclavos. Lo que no sabía es que la gran mayoría lo ignora. No obstante, me autoengañaba  diciéndome que vivíamos en una sociedad de hombres y mujeres relativamente libres. Pero eso se acabó. Para nuestra desgracia, la verdad desgarradora ha irrumpido en nuestras vidas cual elefante en cacharrería. Los toques de queda, el bozal, los confinamientos, las vacunas innecesarias -para ellos no tan innecesarias-  y todo tipo de restricciones absurdas nos han puesto de nuevo en nuestro sitio: a los pies de los caballos.

Evidentemente, la gran mayoría de imbéciles útiles no compartirán lo que acabo de exponer aquí. Pero piénsalo. El grado de imbecilidad es tal, que para inocularte una vacuna maravillosa que te librará de una enfermedad mortífera tienen: primero, que amenazarte para que te la pongas (Galicia ya la ha hecho obligatoria), y, segundo, hacerte un test para saber si estás enfermo de esa enfermedad tan peligrosa. ¡Es de locos! O mejor pregúntate: ¿es de imbéciles o no es de imbéciles?

Los gobiernos nos “han vendido” que todas las medidas adoptadas en relación con la falsa pandemia se centran en un solo motivo: "salvar vidas". Y digo yo: ¿por qué esa repentina preocupación de las autoridades por "salvar vidas"? En el libro de David Berlinski, The Devil's Delusion (El espejismo del diablo), se enumera los conflictos del siglo XX y sus víctimas, cuyo número asciende a más de 177 millones. Así que esa afirmación de que todo lo que se está haciendo en esta falsa pandemia es para “salvar vidas”, por parte de los mismos poderes fácticos que en el siglo pasado han masacrado a más de 177 millones de personas, no se sostiene.

No seamos ingenuos. A las autoridades les importa una mierda (con perdón) “salvar vidas". Sin embargo, su sed de control es incuestionable. En los últimos años ha habido un asombroso aumento de cámaras para el espionaje masivo de la población; se han implantado millones de microchips subcutáneos en todo el mundo; las identificaciones biométricas junto a las tecnologías de reconocimiento facial se han implementado de manera escandalosa y los interminables procedimientos de "seguridad" en aeropuertos y otros lugares se han hecho cada vez más insoportables. Pues bien. Ahora con la dictadura de la salud se incrementarán hasta límites intolerables. Y todo por culpa de los imbéciles útiles que no son conscientes de lo que se nos viene encima.

Un atisbo de esperanza,

Según informaciones aparecidas en diferentes medios alternativos, a día de hoy se está organizando lo que podríamos llamar un “segundo tribunal de Nuremberg”.

Miles de abogados de todo el mundo, capitaneados por el abogado estadounidense-alemán, Reiner Fuellmich, están preparando una demanda colectiva para procesar a los responsables del escándalo Covid-19, manipulado por el Foro Económico Mundial. Para quien no lo sepa, Reiner Fuellmich es el abogado que logró condenar al gigante automovilístico Volkswagen, por la manipulación de los catalizadores, y el mismo que consiguió que el todopoderoso Deutsche Bank fuera procesado y condenado por prácticas abusivas.

Según Reiner Fuellmich, “todos los fraudes cometidos por las empresas alemanas son irrisorios en comparación con los daños que ha causado y sigue causando la crisis de Covid-19” y los responsables deberían ser procesados por el mayor crimen contra la humanidad jamás cometido. 

El 15 de febrero de 2021, Fuellmich hizo las siguientes declaraciones: "Las audiencias de un centenar de científicos, médicos, economistas y abogados de renombre internacional, que la Comisión de Investigación de Berlín sobre el asunto Covid-19 ha llevado a cabo desde el 10 de julio de 2020, han demostrado, con una probabilidad cercana a la certeza, que el escándalo del Covid-19 no fue en ningún momento un problema de salud. Se trataba más bien de afianzar el poder -ilegítimo, porque fue obtenido por métodos criminales- de la corrupta "camarilla de Davos", transfiriendo la riqueza de las poblaciones a los miembros de la camarilla y destruyendo, entre otras cosas, las pequeñas y medianas empresas en particular. Plataformas como Amazon, Google, Uber, etc. podrían así apropiarse de sus cuotas de mercado y riqueza.”

También dijo que “los principales responsables -en particular políticos- de crímenes contra la humanidad cometidos aquí pueden y deben  ser declarados responsables en el marco de un nuevo Tribunal Internacional de Justicia que se creará de acuerdo con las directrices de los juicios de Nuremberg con una  distribución internacional.”

Estamos ante una catarsis de dimensiones épicas. Si permanecemos inertes la dictadura de la salud se impondrá. Esperemos que esta iniciativa tenga continuidad y que más temprano que tarde se conozca la verdad y todos los criminales que han destruido millones de vidas sean procesados y condenados.

Pronto se cumplirá el aniversario del día en que perdimos nuestros derechos y libertades. Lo que he visto en este año ni en mis peores pesadillas lo hubiera podido imaginar: gente que conozco -personas sensatas e inteligentes- sucumbiendo a la propaganda y a la mayoría de la población mundial viviendo una paranoia colectiva. ¿De verdad quieres seguir viviendo así? Personalmente, pienso que con enfermedad o sin ella esto jamás lo tendríamos que haber consentido.

Como decía Jesús Quintero (el Loco de la Colina): “¡Un poquito de dignidad, por favor!”