¿A qué llamamos élite? Llamamos élite
a un grupo de personas que goza de un estatus privilegiado y que actúa como
-llamémoslo así- “regente” de una sociedad, comunidad o institución. Ahora bien.
Si la élite mundial ya goza de todo aquello que puede desear, habría que
preguntarse qué quiere la élite.
¿Quiere nuestro dinero? No: tiene todo el
que desea. ¿Quiere los recursos del planeta? Tampoco: hace mucho que se adueñó
de ellos. ¿Quiere controlarnos? Ya lo hace: controla gobiernos, medios de
comunicación y todas las organizaciones internacionales como la ONU, la OMS,
etc. Pues si lo tiene todo, entonces, ¿qué es lo que quiere? Pues quiere que
dejemos de molestarle; que no ensuciemos “su” maravilloso planeta y quiere que renunciemos
a pulular por sus lindas playas, bosques y montañas. En definitiva, lo que
realmente quiere es que desaparezcamos de la faz de la tierra.
Con la llegada de la tecnología cada día es
más prescindible la clase trabajadora. Las máquinas, los ordenadores cuánticos
y la inteligencia artificial están sustituyendo a pasos agigantados muchas de
las profesiones que hasta no hace mucho eran incuestionables. Esta evidencia ha
puesto de manifiesto que la clase trabajadora ya no es necesaria, por lo tanto,
la élite ha decidido deshacerse de ella. Para eso ha puesto en marcha su plan
eugenésico, llamado Agenda 2030, cuyo principal objetivo es despoblar el
planeta para ese año.
Cada día se hace
más evidente que el Covid-19 se planeó con un propósito: matar a tantos
ancianos como fuera posible, introducir las vacunas cuasi obligatorias y, por
supuesto, acometer el Gran Reinicio.
El
plan genocida de las vacunas.
La evidencia
manda y dice que la vacuna no es la solución, sino el problema. Aquí hay una pequeña
relación (inacabada) de
las victimas de las vacunas contra el
Covid-19/ que se ocultan
sistemáticamente en Televisión.
Por otro lado, en este vídeo-1, el Dr. González Bayona dice que la OMS ha
publicado en su página web un informe titulado “Tasa de mortandad por infección de Covid-19
inferida de los datos de seroprevalencia/”, donde se reconoce que la tasa de mortandad del Covid-19 es inferior
al 0,2%, ligeramente por debajo de la tasa de mortandad de la gripe
estacional, y se pregunta si verdaderamente hay que vacunar a toda la población
mundial con una vacuna que no sabemos en realidad lo que contiene.
Y ahora me
pregunto yo. Con este 0,2% de mortandad, certificado por la OMS, ¿por qué no se
paran de inmediato las restricciones y las vacunas? Pues porque el objetivo de
todo esto no es otro que la vacunación en masa de la población y si se detuviera
todo su esfuerzo no habría servido de nada, como ya ha ocurrido en otras ocasiones.
En un artículo
del 12 de julio de 2012, publicado por American Chronicle, titulado "¿Epidemia de
gripe porcina o bioterrorismo e intención de cometer un asesinato en
masa?", se denunció lo
que constituye el mejor antecedente de intento de reducir la población mundial
mediante un programa de vacunación infundado por la gripe porcina. ¿Te suena
familiar?
Según los
verdaderos expertos en vacunas, como el Dr. Geert Vanden Bossche, el Covid-19 sólo se convierte en un peligro
tangible a través de la vacunación. Si esto es así, significa que la verdadera
pandemia aún está por llegar.
Eliminación de disidentes “peligrosos”.
¿Qué está pasando
con los disidentes? Me refiero a disidentes con peso específico, no a
blogueros, youtubes y otros “conspiranoicos”.
Dos son los
presidentes de gobierno que han plantado cara a la falsa pandemia: el Presidente
de Burundi, Pierre Nkurunziza, y el Presidente de Tanzania, John Magufuli,
los cuales han muerto repentinamente. ¿Casualidad?
Después de un año
de mentiras ahora ya sabemos de qué va todo esto.
No seamos
ingenuos. Nos exijan los sacrificios que nos exijan, nos pongan las condiciones
que nos pongan y nos prometan lo que nos prometan nos mienten. Necesitamos
reabrir la economía y volver a nuestra antigua normalidad YA. Pero mientras la
gente crea que cuanto antes cumplamos las órdenes del Gobierno antes
terminaremos con esto, su Agenda 2030 seguirá avanzando.
Es absolutamente
repugnante ver como desde los medios de comunicación de masas estamos
saturados de mentiras, manipulación y desinformación. Hay que ser imbécil del
culo para no darse cuenta de que llevamos un año haciendo todo lo que se nos
pide y no solo no hemos mejorado ni conseguido nada, sino que cada vez estamos
peor: más “contagios” (eso dicen ellos) y, por supuesto, menos libertad, más
control y más estado policial.
Nos dijeron que
solo estaríamos tres o cuatro semanas en estado de alarma, que llevaríamos una
mascarilla durante un tiempo corto, que tendríamos que quedarnos en casa para
no colapsar los hospitales, que los bares y tiendas solo cerrarían unas semanas
y que no podríamos viajar temporalmente para no contagiarnos. Y les creímos. Ahora
-después de un año- para reafirmar nuestro grado de imbecilidad nos dicen que la
“vacuna” que nos están inoculando no va a cambiar nada y seguimos aceptándolo.
¿Pero es que nadie se cuestiona nada?
El lavado de
cerebro es de tal calibre, que no te extrañe cuando más adelante pasen al: Si lo
hacemos por la seguridad y el bien de todos. Si no es más que un código QR. Si
no es más que una pulsera. Si no es más que un microchip. Es para que entres en
razón y cooperes. Es porque la ley dice que no se puede vivir más de 80 años.
Es simplemente una inyección (letal), y no te dolerá…
No lo crees,
¿verdad? Pues recuerda lo que la familia Kennedy le hizo a la mayor de sus
hijas, Rosemary: la sometieron a una lobotomía que la dejo en estado vegetativo
el resto de su vida, solo para salvar la reputación de la familia y no
obstaculizar la llegada a la Casa Blanca de su hermano John. Si esta gente es
capad de hacerle eso a su propia hija, imagina que no serán capaces de hacer
con nosotros.
Puedes seguir
mirando hacia otro lado como si contigo no fuera “la fiesta”, pero la realidad
es que su plan sigue avanzando y de momento no hay quien lo pare.
Ahora ya sabemos qué es lo quiere la élite. ¿Ha quedado claro?