sábado, 26 de diciembre de 2020

LOS DATOS DE LA FALSA PANDEMIA “CANTAN”

Los medios de comunicación siguen aterrorizando a la gente con los tropecientos mil millones de contagiados y muertos ocasionados por un “peligrosísimo bicho” que tuvo una primera ola, ahora una segunda y ya están anunciando la tercera, cosa, por cierto, que ya predije en alguno de mis anteriores artículos.

Ya han pasado diez meses desde el inicio de la nueva enfermedad llamada Covid-19, provocada por un virus que no ha sido ni aislado ni purificado ni secuenciado ni cumple ninguno de los postulados de Koch, denominado Sars cov-2, y la sociedad sigue sin entender de qué va esta farsa.

El dislate es ya de tal calibre, que hay que ser subnormal profundo para creerse el relato oficial sobre la falsa pandemia. Sin embargo, la inmensa mayoría de la población en el mundo sigue permitiendo que le pisoteen sus derechos y libertades sin inmutarse. ¡Pobres! No saben lo que les espera

Los datos hablan por sí solos

Veamos ahora las cifras oficiales de la falsa pandemia, a fecha 15 de diciembre de 2020, después de diez meses del inicio de la enfermedad:

Población mundial actual: 7.832.285.910 habitantes.

Casos confirmados en el mundo: 70.829.855. Es decir, solo el 0.9% de la población mundial ha dado positivo en algún test. O lo que es lo mismo, el 99,1% de la población mundial no ha sido afectada por esta enfermedad.

Muertos en el mundo por Covid-19: 1.612.826. Es decir, solo el 0.02% de la población mundial ha fallecido por esta causa. O lo que es lo mismo, el 99,98% de la población mundial no ha muerto de Covid-19.

Población actual de España: 47.329.981 habitantes.

Casos confirmados en España: 1.751.884. Es decir, solo el 3,7% de la población ha dado positivo en un test; es decir, el 96,3% de los españoles no han sido afectados por esta enfermedad.

Muertos en España por Covid-19: 48.013. Es decir, solo el 0,1% de los españoles ha muerto de Covid-19. O lo que es lo mismo, el 99,99 de los españoles no han muerto de esta enfermedad.

Si lo comparamos con las muertes ocasionadas en lo que va de año por otras enfermedades en el mundo, como infecciosas (12.438.880), cáncer (7.869.515) y el total de todas (60 millones), las cifras del Covid-19 son sencillamente ridículas y no justifican para nada la desproporcionalidad de las medidas (militares y policiales, por cierto) adoptadas para combatirla.

Y esto aceptando que las cifras proporcionadas por el Gobierno son reales, ya que se basan en unos test de antígenos y pruebas PCR cuya fiabilidad, como ya se ha demostrado hasta la saciedad, brilla por su ausencia: la misma OMS admite ahora que los test PCR no son exactos.

Recordemos que los llamados casos confirmados son todos aquellos que han dado positivo en una prueba PCR o en un test de antígenos y que no necesariamente tienen síntomas o están enfermos. Tanto las PCR como los test de antígenos han dado positivos de Sars cov-2 a pájaros, gatos, cabras, ovejas, papayas, Coca-cola, vino y zumo de manzana, entre otros. Por lo tanto, su fiabilidad, como ya dije anteriormente, es nula.

¿Y qué decir de las muertes? Hay que recordar también que las muertes atribuidas al Covid-19 son diagnosticadas sin autopsias por mandato expreso del Gobierno que, el 19 de septiembre de 2020, publicó una directiva en el BOE en la que se dice que las muertes serán dictaminadas basándose únicamente en la documentación médica, hasta junio de 2021.

Lo dicho, hay que ser un tarado mental para creerse la falsa pandemia. Y más tarado aún si encima crees que llevando un bozal y apartándote voluntariamente de tus semejantes te vas a librar de algo.

Yo no sé qué es eso del Covid-19. Ahora bien. Lo que sí sé, es que no es lo que nos dicen que es.

Todo este fraude está sustentado en los falsos positivos; es decir, personas que no tienen síntomas que, por si no lo sabes, son alrededor del 80%. Por lo tanto, la realidad es que solo el 0.1% de la población mundial ha sido “afectada” por esta supuesta enfermedad y únicamente ha causado la muerte (si es que verdaderamente han fallecido de Covid-19) al 0,02%.

Entonces, ¿de qué pandemia estamos hablando? ¿Qué peligro supone para la humanidad? ¿Nos vamos a seguir quedando de brazos cruzados sin  hacer nada mientras nos machacan?

Definitivamente, el mundo se ha vuelto idiota 

jueves, 17 de diciembre de 2020

EL GRAN REINICIO

1 de enero de 2031. Te levantas de la cama con un día soleado. Miras el cielo azul y no hay estelas de aviones. El aire que respiras está limpio. Los ríos, los océanos y los bosques impolutos. Tienes todas tus necesidades cubiertas. La energía es limpia, sostenible y accesible para todo el mundo. Ya no hay hambre en el mundo ni pobreza ni guerras ni delincuencia ni violencia ni incultura ni desigualdad. En definitiva, el Gran Reinicio ha terminado.

Cualquiera que sea un poco observador se habrá fijado en el pin que lucen frecuentemente en la solapa nuestro Presidente y Vicepresidente de Gobierno. Pues bien. Ese pin no es otro que el logo de la Agenda 2030.

La Agenda 2030 tiene 17 objetivos muy ambiciosos:

Poner fin a la pobreza. Poner fin al hambre. Garantizar una vida sana. Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad. Lograr la igualdad entre los géneros. Garantizar la disponibilidad de agua. Garantizar el acceso a una energía sostenible. Promover el crecimiento económico sostenido. Industria, innovación e infraestructuras. Reducir la desigualdad entre los países. Lograr ciudades resilientes y sostenibles. Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles. Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático. Conservar en forma sostenible los océanos y los mares. Gestionar sosteniblemente los bosques y detener la pérdida de la biodiversidad. Promover sociedades justas, pacíficas e inclusivas y revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible.

¡MARAVILLOSO! ¿Verdad? ¿Quién en su sano juicio no desea esto? Evidentemente, el problema es llevarlo a la práctica.

Habrás observado que la palabra “sostenible” se repite hasta la saciedad. Pues bien. Decir que la Agenda 2030 va a conseguir un “mundo feliz” y “sostenible” en tan solo 10 años se me antoja misión imposible, a no ser que desaparezca el 80% de la población mundial o nos conviertan a todos en zombis o robots.

La falsa pandemia ha servido de catalizador para agravar la crisis económica y de paradigma que se viene arrastrando desde hace años.

El colapso del sistema monetario acordado en Bretton Woods ha dado lugar al actual sistema monetario fiduciario, basado en la deuda, y este ha llegado a su fin. Nos encaminamos a toda velocidad hacia un nuevo paradigma donde las cosas van a cambiar y mucho.

Desde hace tiempo se viene anunciando, por parte de la autoridad monetaria, que es urgente llevar a cabo un “Gran Reinicio. Ahora bien, lo que no queda muy claro es si los “tíos listos” que deciden este tipo de cosas saben lo que hacen, están experimentando o simplemente de dedican a poner parches al Sistema.

El primer paso de este ambicioso plan, imprescindible para acometer el resto de la Agenda 2030, es cambiar el sistema monetario. Y en eso estamos.

El Foro Económico Mundial ha anunciado para el próximo año el comienzo del Gran Reinicio.

Klaus Schwab, fundador y Presidente Ejecutivo del Foro Económico Mundial, escribió sobre el Gran Reinicio: “Todos los países, desde Estados Unidos hasta China, deben participar, y todas las industrias, desde el petróleo y el gas hasta la tecnología, deben transformarse. En resumen, necesitamos un 'Gran Reinicio' del capitalismo".

Pero para coronar a un rey nuevo es imprescindible la abdicación o muerte del rey viejo. Por lo tanto, lo más importante es acabar con el dinero fiduciario, empezando por monedas y billetes.

Con la escusa de la falsa pandemia las restricciones al dinero en efectivo se van acelerando, corroborando que el dinero físico tiene los días contados. Y cuando esto suceda, se implantará un sistema monetario totalmente digital.

La digitalización del dinero evidentemente favorece a los gobiernos, otorgándoles un control infinito sobre los ciudadanos. El dinero digital permitirá al Estado bloquear nuestras cuentas, autorizar o desautorizar el pago de diferentes artículos y desposeernos de todos nuestros bienes, cuando le dé la gana, con algo tan sencillo como apretar una tecla.

No nos equivoquemos. El verdadero objetivo del Gran Reinicio es hacer un mundo digital. Una vez que nos tengan, tanto al dinero como a nosotros mismos, totalmente digitalizados, acometer el resto de la Agenda 2030 puede ser un juego de niños.

No te confundas. Aquí no hay ninguna conspiración oscura. Aquí lo que hay es lo de siempre: una minoría que viene ejerciendo el poder desde tiempos inmemoriales que quiere seguir ejerciéndolo. Nada más. Lo verdaderamente frustrante es que esto es consentido una y otra vez por una sociedad cada vez más estúpida, sumisa, egoísta y cobarde.

El fin del modelo de sociedad que conocemos ya ha comenzado. Las cosas que he venido anunciando en este blog durante años están sucediendo, como el decrecimiento energético que anuncié en mi artículo “el cambio es inevitable 8/01/2013/”, y ya no hay vuelta atrás. En definitiva, nos guste o no, nos van a obligar a “bajar el pistón”.

Los promotores del nuevo paradigma están aprovechando la falsa pandemia para avanzar en su agenda. Cada una de las respuestas, supuestamente sanitarias, a la falsa pandemia son simplemente medidas para llevar a cabo el “Gran Reinicio” del mundo.

Los confinamientos, las distancias de seguridad y las mascarillas sirven de preparación para la vida de aislamiento que nos espera de aquí en adelante. Se terminaron las reuniones de amigos y familiares por doquier. Se acabaron las salidas al campo a la montaña y al mar a discreción. Adiós al turismo de masas y a los viajes por placer. En resumen, la era del consumo exacerbado se acabó.

El cambio de paradigma es inevitable y muchos somos conscientes de ello. Ahora bien. Salir de Málaga para entrar en Malagón no es lo más deseado, ¿verdad? Pero, como estamos viendo, por desgracia el cambio se está llevando a cabo de una manera sibilina y con engaños. Y de los engaños no puede salir nada bueno. ¡Lo pillas! 

jueves, 10 de diciembre de 2020

LA DICTADURA GLOBAL ES INEVITABLE

Llevamos demasiado tiempo escuchando que las cosas van de mal en peor.

Los medios de comunicación no hacen más que hacer hincapié en toda clase de noticias aterradoras. Vayas donde vayas la gente repite sin cesar que el mundo va mal y, sin embargo, por mucho que esto se diga y se repita hasta la saciedad el mundo no va mal. Bueno, para ser más exactos, el mundo no va ni bien ni mal, simplemente va: así ha sido siempre y así seguirá siendo hasta el final, si es que verdaderamente el mundo tiene un final.

Lo que no podemos es valorar la trayectoria de lo que llamamos el mundo respecto a un sistema social determinado inventado por el ser humano.

Desde que el hombre constituyo las primeras sociedades vive atrapado en un sistema político-económico-social. En los tiempos actuales, este sistema nos tiene sometidos diariamente a una gran cantidad de información que somos incapaces de procesar: publicidad, telediarios, periódicos, internet, radio, programas de televisión, cine, redes sociales y un larguísimo etcétera.

La consecuencia inmediata es que una mente bombardeada constantemente con tanta cantidad de información –no importa si es verdadera o falsa- tiende a colapsar. Y una mente colapsada es fácilmente manipulada.

Lo que está sucediendo es que todo ese exceso de información se nos hace insoportable, con lo cual la mente se rinde, el sistema cognitivo colapsa y el criterio propio se desvanece haciendo de nosotros verdaderos imbéciles.

¿Crees que si tuviéramos criterio propio soportaríamos las barbaridades que estamos padeciendo? ¿Crees que consentiríamos llevar un bozal? ¿Crees que aceptaríamos una vacuna que no sabemos lo que contiene? ¿Crees que nos dejaríamos manipular por unos tiparracos llamados políticos?   

Declarar que nos encontramos ante la crisis sanitaria, con la exageración de la respuesta y la censura de las voces de verdaderos expertos que denuncian tal exageración, hace pensar en que la pandemia es algo intencionado que nada tiene que ver con un problema médico.

Evidentemente, el objetivo que se persigue es otro: conseguir que la gran mayoría de la humanidad acepte una nueva configuración social en todos los sentidos. Vamos, lo que se dice una verdadera dictadura global.

La respuesta por parte de las autoridades a la falsa pandemia está causando más estragos que la propia pandemia, sobre todo en los niños. La falsa pandemia les está pasando por encima como una apisonadora dejándoles unas secuelas de por vida: decir que los niños están manifestando una resiliencia inusual es una majadería como la copa de un pino, además de una mentira.

Todas las personas están siendo afectadas. Los mayores viven tan asustados que ya no se atreven ni a toser: ¿no te has fijado que ya no se oye toser? Pues obsérvalo. Y a los niños se les prepara para que crean que esta “nueva anormalidad” es la situación normal que les acompañará el resto de sus vidas.

Las fases para la implantación definitiva del llamado Nuevo Orden Mundial, que no es otra cosa que una dictadura global encubierta, están llegando a su fin.

En los últimos 20 años las diferentes etapas se han ido acelerando de una manera vertiginosa. El terrorismo, el calentamiento global y el hundimiento de la economía forman parte de este cúmulo de sucesos encaminados a tal fin.

Los hechos están ahí para todo aquel que lo quiera ver.

En 2008 provocaron una crisis económica para hacer creer a la gente que había un gran problema, y lo había. Después crearon la mayor deuda pública de la historia a través de diferentes etapas de flexibilización cuantitativa, imprimiendo nuevo dinero  a diestro y siniestro. Y ahora, con la escusa de una falsa pandemia, tirarán definitivamente la economía para acometer el gran reinicio.

Y cuando los gobiernos ya no tengan opciones ni medios para reaccionar, entonces, el mismo sistema bancario –ahora técnicamente en quiebra- dará un paso hacia delante erigiéndose como el “salvador absoluto” de la situación, llevando a cabo el “gran reseteo” e imponiéndonos una dictadura global económico-político-social. Esto es todo.

No te dejes engañar. No hay pandemia que valga ni crisis económica. Ambas han sido creadas a conveniencia de unos pocos “tíos listos”. Los mismos “tíos listos” que llevan controlando gobiernos, educación, medios de comunicación y fuerzas armadas desde hace muchísimo tiempo.

Siento decirlo, pero verdaderamente estamos jodidos. El mundo actual está lleno de tontos útiles –ahora con bozal- que son los más acérrimos defensores del su propia esclavitud sin ser conscientes de ello. Esta gente confía en la democracia, en la justicia, en las instituciones, en las derechas e izquierdas y en un sinfín de creencias estúpidas. Pero como son mayoría, los que no compartimos sus creencias estamos condenados a “tragar”.

Recuerda esto. Tanto si eres un tonto útil o no, prepárate para vivir en un “mundo orwelliano”, porque es lo que nos espera de ahora en adelante.

Bien es verdad que los imbéciles siempre lo llevarán mejor. Para ellos es cuestión de adaptarse. Eso dicen. Son tan imbéciles que confunden adaptarse con autoesclavizarse.

Resumiendo.

Nuestro crecimiento era insostenible y ya no se sostiene. La mayoría de los cambios que estamos viendo han venido para quedarse. El mundo que conocíamos ha dejado de existir y nos adentramos en un terreno propicio para la implantación de una dictadura global, a mi juicio inevitable.